2024-12-22

mientras en alemania mienten como bellacos por lo del atentado en el mercadillo acusando a la extrema derecha yo no soy islamofobo. demostré en mi libro remember brunete que franco ganó la guerra civ il gracias a los moros. alá alkader. este odio al islam tiene un origen que bien me sé y no quiero v olver a repetirlo. es el divide y vencerás. la tactica de la bestia a base de calumnias y confusión. fueron los moritos de regulares los que recuperaron covadonga segun este articulo bien documentado que inserto en mi blog

 

O la verdad histórica acerca de las falsedades escritas sobre las Fuerzas Regulares Indígenas durante la Guerra Civil Española.
COVADONGA, 1 de octubre de 1.937:  Sí, fueron «moros».
Sobre el mito de la Batalla de Covadonga –a la del siglo VIII me refiero -ya dijo hace muy poco el Dr. Fernández Conde en una brillante exposición en el Parador Nacional de Villanueva en Cangas de Onís (Asturias) todo lo que había que decir.
¿ Que a algunos quizá no les haya gustado su versión…?
Pues bueno, cuando me indiquen ustedes a alguien más instruido en el tema, me lo cuentan;  lo  digo porque los un poco versados en estos asuntos de sobra  sabemos que las «consideraciones» del doctor y a la vez  sacerdote Fernández Conde son sin ánimo de ser irreverente, poco menos que palabra de Dios.
Entre otras cosas, afirmó con rotundidad que la historia siempre es utilizada como conviene al poder, añadiendo a continuación que ocurre ahora y ocurrió siempre.
Y viene esto a cuento porque aquí el que suscribe les va a hablar también de La Batalla de Covadonga, pero no la del siglo VIII, sino de la del siglo XX, de la de hace cuatro días, vamos (1.937);  durante la última guerra civil.
En este caso también la afirmación del Dr. Conde sobre la manipulación de la historia no puede ser más certera.
Las crónicas del momento estaban bien pensadas -obviamente comprensibles además- por meras cuestiones  de propaganda, ya que evidentemente la toma del Santuario era un hecho simbólico de una enorme  importancia propagandística para el bando sublevado, no debemos olvidar el papel trascendental que la religión ocupaba en su base ideológica, adornadas con rebosante entusiasmo por la propaganda  Nacional:
«En este día, aniversario de mi exaltación a la Jefatura del Estado (1 Octubre)  y al mando supremo de todos los ejércitos de Tierra, Mar y Aire…ha sido clavada nuestra bandera junto a la Cruz de Covadonga, como nueva afirmación del poder y del triunfo del ejército».
Aquellas crónicas estaban perfectamente prediseñadas, pues no era en absoluto conveniente reconocer que tropas extranjeras «moros» en concreto, los herederos de los mismos moros del siglo VIII, bien alejados además del espíritu de cruzada por su religión musulmana, habían de alguna manera Reconquistado Covadonga doce siglos después. Así que nada más lógico que la historiografía manipulada por los vencedores – como siempre  tratara, e incluso ahora siga tratando – Y a un artículo del diario asturiano «La Nueva España» de hace bien poco aludo – de ocultar la decisiva participación de las tropas Regulares Indígenas, o sea  «moros» en la toma del lugar sagrado y sus alrededores con titulares como este:
Covadonga, 1 de octubre de 1937: no fueron moros:
«La toma del real sitio por parte del Ejército de Franco fue protagonizada por el Regimiento de Infantería de Zamora…»
«La cueva y la basílica ocupadas por los Requetés de Navarra»; y otros similares.
Pero nada más lejos de la realidad a pesar de los sensacionalistas titulares de la propaganda Nacional:
Lo que si es cierto es que  según el parte de operaciones localizado en el Archivo General Militar de Ávila del Regimiento de Infantería de Zamora nº 29 correspondiente a esas fechas, son la 1. ª y 2.ª compañías del cuarto Batallón de la citada unidad las primeras que entran físicamente en el lugar :
«En las últimas horas de la tarde del 1º de octubre de 1937, tropas del 4 º Batallón del Regimiento de Zamora enfilan en medio de una fina lluvia los últimos metros que las separan de Covadonga».
«Conquistando el histórico y tradicional pueblo a las 18.15 horas», según se relata, mientras la portada del diario  «Región» enaltecía y glorificaba  la heroica actuación de los requetés navarros.
Pero la realidad fue bien distinta, puesto que el mando Nacional era plenamente consciente de que frente a  resistencia española, aunque antagónica se hallaban y bien sabían que no hay peor enemigo que  otro  compatriota y  plenamente consciente de que el mando republicano – como así fue en efecto –  no cedería sin una titánica lucha posición tan emblemática. Tras reiterados intentos repelidos y numerosas bajas por ambos bandos, como era de esperar, pusieron en primera fila a las tropas del IV Tabor de Alhucemas, al mando del aquel entonces Tte. Coronel, asturiano de Navelgas, Fernández Capalleja las que lanzaron en vanguardia contra el enemigo a la desesperada –  y luego les aclararé este crucial  punto – y vencieron la extrema y radical resistencia republicana tomando la Cruz de Priena (O de Pelayo)  en un sangriento y espeluznante  enfrentamiento cuerpo a cuerpo granada en mano después de ser sucesivamente rechazados en numerosas ocasiones y luego Covadonga en la   que a falta de municiones a última hora los defensores acabaron enfrentándose temerariamente hasta el final cuerpo a cuerpo a culatazo limpio contra los moros; así que mientras los Regulares del IV Tabor o lo que quedaba de ellos  después de las numerosas bajas sufridas descendían hacia el Santuario una vez vencida la tenaz resistencia y evacuado ya el lugar por las tropas de Manolín Álvarez, presurosamente sus oficiales detuvieron su avance, cediendo la cabeza de la Columna a la unidad de enlace de flanco, o sea, la primera compañía del IV  Batallón del Regimiento  de Infantería de Zamora, compuesta como era de esperar, sólo por tropas españolas, que efectivamente, eso sí que es verdad en las últimas horas de la tarde del 1.º de octubre de 1937, enfilan en medio de una fina lluvia los últimos metros que las separan de Covadonga; esa es la realidad que cada uno puede interpretar como quiera, ya que desde un punto de vista objetivo tampoco puede decirse que los «moros» tomaran Covadonga, así literal; eso sería infravalorar evidentemente la labor de las Brigadas de Castilla, V de Navarra, el III de Argel o IV de Zamora por no mencionar el decisivo apoyo de la aviación sublevada que prestó no poco auxilio a los Regulares del IV Tabor en la toma de la estratégica posición de la  Cruz de Priena, no obstante estas consideraciones, todo el mundo sabe que el sacrificio de  los moros del IV de Alhucemas fue capital  en la toma del Santuario y que de no ser por ellos las tropas al mando de Manolín Álvarez no hubieran sido desalojadas de manera tan rápida y eficiente del emblemático lugar, sin duda, pero de ninguna manera podía permitirse airear una verdad inapelable:
Que ocho siglos después los moros reconquistaran Covadonga, pero los hechos y los testigos de tal acción no dejan lugar a dudas.
Como anteriormente les he indicado el punto que queda pendiente de aclarar ahora es el de la puesta en vanguardia de las tropas a las fuerzas Regulares, en este caso las del IV de Alhucemas, como ocurrió en esta y en otras  múltiples ocasiones con otras unidades de tropas indígenas, y sumamente crucial para acabar con la falsa leyenda del «moro demonio», gumia en mano degollando a diestro y siniestro, violador, saqueador y sádico en grado sumo, puesto que esa leyenda que aún perdura no hace justicia a unas fuerzas que para no andarse con rodeos nadie ignora de qué manera fueron reclutadas, para ser utilizadas luego sin miramiento alguno como carne de cañón  y como arma psicológica de propaganda para dejarlas luego salvo en casos muy excepcionales abandonadas a su suerte sin compensación alguna o sumamente ridícula y con el sambenito  demoníaco encima por si eso no fuera suficiente.
Perfectamente conscientes del terror que «los moros» causaban entre milicianos, soldados y población civil española, el bando Nacional los utilizó como poderosa arma psicológica  con el fin de desmoralizar al enemigo, dando pábulo a los degollamientos, matanzas, violaciones, saqueos, crímenes y salvajadas cometidas por las tropas moras sin ningún miramiento contra poblaciones civiles ya rendidas e indefensas, es más, como en su día afirmó Julián Zugazagoitia y ratificaron en «petit comité», claro, otros destacados jefes del bando Nacional:
«Psicológicamente ha sido un gran acierto del mando el colocar a los moros en vanguardia. El miliciano les tiene horror y los ve, sin verlos, en todas partes. No se sabe bien qué suerte de fiereza les atribuye. Se creería en un miedo ancestral y atávico contra el que nada pueden ni los razonamientos ni las coacciones»
 Perfectamente conscientes del terror que los «moros» causaban entre milicianos,  soldados y población civil española, el bando Nacional  utilizó las tropas marroquíes no sólo como carne de cañón, sino también como arma psicológica contra el enemigo. Se trataba de desmoralizar al bando contrario, nada más lógico. Cuantos más fueran divulgados y exagerados  los crímenes y atrocidades cometidos  por los marroquíes, menos arrojo tendrían los soldados de la República para afrontarlos.
Se ha dicho con frecuencia que las atrocidades de los soldados marroquíes en España durante la Guerra Civil obedecían a su ansia de venganza contra los colonizadores , y que la cuestión era matar «españoles» para descargar su resentimiento, sus rencores y su odio contra el ocupante, dar rienda suelta a su deseo de desquitarse de todas las humillaciones, vejaciones y malos tratos que habían soportado durante la guerra del Rif, lo cierto es que la difusión de ese «supuesto» comportamiento cuadraba a la perfección con la estrategia militar de las tropas sublevadas.
¿Qué las fuerzas Regulares cometieron crímenes, atropellos y atrocidades durante la campaña? Qué duda cabe, negarlo sería estúpido, pues claro que las cometieron, eso sí, infinitamente menos de las que se cuentan, desde luego…
Estamos hablando de una guerra y una guerra es lo que es, no es una historia de película americana, medallas, comportamientos heroicos, códigos de honor y todo eso que  les suelen hacer ver en el cine,  no, nada de eso, ni una historia  buenos y malos como lo quieren hacer parecer los impulsores de la mal llamada memoria histórica esa ahora tan de moda que describe a un bando como el mismo demonio y al otro como el vivo retrato de «Bambi», una guerra es lo que es aunque haya quien se empecine en no querer entenderlo, y no hay excepciones…
Eso no se corresponde con la realidad y cualquiera lo sabe, así que lo que aquí el que suscribe pretende que ustedes vean es que para nada es tan fiero el león como lo pintan y que las barbaridades cometidas por las malignas Fuerzas Regulares Indígenas, no fueron ni más ni menos que  las mismas que las que «cometieron» otras Unidades tanto de un bando como de otro a lo largo de toda la contienda exageradas por temas de propaganda en grado sumo y utilizadas estratégicamente como arma psicológica.
¿Qué cómo sabe esto aquí el que suscribe?
Pues bien sencillo, porque se ha documentado en la mejor fuente que hay  – que no es la bibliográfica – no; se ha basado en las versiones de muchos combatientes de uno y otro bando y sobre todo en los Veteranos de las Fuerzas Regulares del G.F.R.I Alhucemas 5 y el G.F.R.I. Tetuán nº 1 donde prestó servicio en su día y pudo conversar en el patio del Cuerpo de Guardia principal con los viejos veteranos que aún venían a gestionar asuntos burocráticos  e incluso creo que algunos a  cobrar su exigua «paga» de veteranos de guerra.
Ellos me contaron su versión, y su versión dista infinitamente de cualquier versión oficial al uso, me contaron una versión de miseria, reclutamientos forzosos disfrazados de voluntarios por hambre, de humillaciones, de desprecios y salvo muy contadas excepciones de olvidos, desagradecimientos y abandono, y les aseguro que se callaban muchas cosas más aún de las que me dijeron, y no por miedo a represalia alguna, puesto que eran todos ya de avanzada edad, quizá por su propia idiosincrasia, o simplemente porque no era muy de su agrado recordar algo tan amargo y desolador, no sé, ya que aunque siempre muy cordiales y animosos conversadores, cualquier información referente a su etapa de soldados había que sacársela «con gancho» como suele decirse.
Como ejemplo es una lástima que no les pueda describir las caras  de desagrado  y reproche que le pusieron a un veterano cabo del Tetuán nº1  vanguardia en múltiples operaciones, cuando se lamentó  amargamente en mi presencia blog de notas en mano de la sensación que le producía al ir a recoger los cadáveres de sus compañeros después de un combate, el  tener que ver que la mayoría de ellos los tiros los tenían en la espalda y tener que tragárselo…
Así que saquen ustedes sus conclusiones, y recuerden que la historia no siempre es como se la cuentan, o lo que es lo mismo en este caso:
«Que no es tan fiero el león como lo pintan», no deben olvidarlo…
Omar Pardo Cortina.
Veterano del Grupo de Fuerzas Regulares de Infantería Tetuán nº 1.
 A.E.M.E. (Asociación española de militares escritores 188)

Autor

Redacción
Redacción
 Suscríbete 
guest


0 comentarios

 CLEPSIDRA

 

Clepsidra del tiempo

No me paro a mirar al reloj

Nochebuena

La misa del gallo en San Antonio el Real

¡Cuántos años!

De aquella navidad seminarista

Yo ayudaba en el altar

A  don Eugenio el ecónomo

Que murió a causa del tabaco

Y las clarisas entonaban

Noche de Paz

No me paro a mirar al reloj

Kleto deslizarse

Hidro

Agua

Clepsidra pues Raudales de agua

Midiendo el paso de las horas, los días, los siglos

Bajo los puentes

El arroyo

De la vida

Eterno pasar

Mudanzas al desgaire

Regreso a Segovia

Y ya no es todo igual

La tumba de aquella puella romana

Que descubrimos

Don Pablo y yo

El capellán

Cerca de las piedras del peñascal

Desapareció

Cabe el caz del aqueducto

El tiempo fluye fugitivo

Devana sus granos

El reloj

De arena

Tú Xto Jesús

Eres igual

Inmutable

En medio de tanto pasar

Tránsito del tiempo

Midiéndolo

Clepsidra triunfal

 

domingo, 22 de diciembre de 2024

Божественная литургия 22 дек 2024 года, Храм свв. равноап. Константина и... misa en honor del emperador Constantino y santa Elena de York

2024-12-21

 

BIG POPPING EYES (OJOS SALTONES) EN EL PACTO DE TOLEDO. 


Se nos hizo de noche y vimos al Hombre del Saco al cruzar el Tajo  y allá por el puente de Alcántara se nos cruzó el Ojo Saltones, un judío que no sabe pronunciar las erres y habla de garganta. Tercera autoridad en estas mansardas. 

Se me vino a las mentes la mera efigie de don Opas que iba pregonando calles arriba hasta entrar en la misma plaza de Zocodover paso a la Inquisición. Me subieron en un asnillo y, cabalgando cara atrás, cubierto el rostro con una coroza cual reo del Santo Oficio y como los penitentes capuchones que van detrás del paso en Viernes Santo.

Dos alguaciles infames y mal encarados cutían mis espaldas con golpes de rebenque. Yo maldecía mi suerte y me acordaba de la madre que me parió. Desdichada hora en la hora que nací. 

¿Qué mal fice? Preguntaba yo a mis esbirros y ellos en vez de contestar descargaban más fustazos sobre mi cuerpo dolorido. Quieto ahí tú, mostagán, que yo te vamos a enseñar a comportarte, tente derecho y no retruques.

Pues vaya-dije yo- pero que mal hice y al fin uno de los corchetes leyó sentencia y dijo que iba al palo por pensar por mi cuenta.

 ¿Es que escribir es un delito? 

Sí lo es. 

Un diacono muy alto y con cara de sátiro al que yo había visto merodear por los puticlubs de la región e iba a rumanas los sábados noche farfulló un responso en inglés. 

Ya no cantaban en latín sino inglés, la nueva lingua franca los nuevos inquisidores. No se dirigían a la Virgen tiernas plegarias. 

En lugar de eso invocaban a la Democracia y el nombre de Jesucristo había desaparecido de los anales para dar paso al dios del Consenso.

Los obispos y hasta el Papa proclamaron que de allí en adelante sólo había que creer en el Holocausto, como única verdad, aserto e incontrovertible. 

Todo lo demás eran leyendas, mitos, consejas evangélicas de las que cuentan las viejas al amor del fuego.

 La cosa me parecía increíble pues se me hacía duro pensar que con tanta fuerza hubiera calado en el corazón de las gentes la más recia y horrible de la apostasía pero reparé en el hecho de que estaba en la provincia del Bolo, la tierra de los grandes tornadizos y de los conversos.

 Habían vuelto los rabinos y estos llamaron a los ulemas y en los burdeles los malandrines y los macarras ponían a sus coimas mirando para Toledo, la Jerusalén del Oeste, la nueva Meca de los pactos y los consensos. Y, asi por detrás, fornicaban.

 En la resurrección no creía ninguno y como no había vida eterna los directores espirituales aconsejaban a sus confesadas y a sus pupilos que lo único que importa es lo de acá abajo.

 Que se olvidaran de que eran polvo y de las palabras del cura los miércoles de ceniza. Había que hacer más caso al Jueves de Comadres y vivir como si fuese todo el tiempo Martes Lardero.

 El Lunes Corvillo para después. Toda nuestra vida es carnaval, chaval.

 Y danos y danos. A ti sí que te voy yo a dar. Lo importante es lo de acá abajo.

 De lo que haya allí nada sabemos. Lo cual que lo mejor cuadra es la regla de los babilonios: comamos y bebamos que mañana moriremos. Muy democráticamente por supuesto. 

La muerte es el gran rodillo democrático les recordaba yo a mis verdugos aquel Jueves de Comadres durante mi pesadilla. 

La víspera había sido Miércoles de Ceniza, la antevíspera Martes Lardero que sigue al Lunes Corvillo. 

Popping Eyes no dejaba de mirarme. Una pena que tuviera las manos atadas y no pudiera agarrar un morrillo y esputárselo en la calva a aquel infame el que consumó la gran felonía el que cerró las puertas de las catedrales y devolvió la llave a los nuevos invasores para que instaurasen allí sus lugares de rezo mayormente mezquitas y sinagogas cuando no logias donde organizar sus tenidas y conventículos. 

Traté de beberme mis furias mientras cabalgaba en aquel burro prieto que trotaba por la cuesta entre las miradas airadas de la chusma que decían cosas muy feas.

 Acerté a ver entre las turbas a una señora que dicen la presidenta y se ella se dice a sí misma Omnipresencia porque está en todos los saraos y conmemoraciones chupando cámara que tú no veas. Muy finolis y repeinada pero con una lengua como un carretero.

 Muevan ustedes el culo, hijos de la gran puta.

 Tenía mucho cabreo porque quiso ser reina y no lo es hasta la fecha. 

Era una mujer muy deslenguada pero bien calzada de coturnos y vestida a la última porque encarga sus atuendos a Paris y es toda ella una marca pero Dios mío qué lengua tenía la señora. 

Ella me puso de hijoputa para arriba.

 No salía de mi asombro pero un cirineo que se ofreció para aliviar mis suplicios y me tenía al burro del ramal, un alma de dios, un buen samaritano, me dijo no se asuste su señoría ahora todas las hijas de familia hablan así hoy por hoy máxime las que otrora fueron chicas de derechas.


 Y mira que fueron educadas con monjas y toda su vida fueron muy pijas pero sacaron los pies de las alforjas y juran beben y fornican peor que zapateros. Para mi desesperanza la presidenta era la que con más vigor decía crucificadle, crucifícale. 

Lo cual que se exaltó la plebe y llovieron sobre mi rostro toda suerte de injurias, un par de cantazos y algún que otro gargajo. 

Échale pan que mañana pía, me dijo uno.

Y no se lo tenga en cuenta vuestra merced, dijo mi cirineo que también subía el hombre compungido por las pinas y estrechas callejas de la ciudad de Carlos Quinto pero en la fachada del alcázar ya no había águila bicéfala. 

En san Juan de los Reyes arrancaron las cadenas de las Navas de las Navas de Tolosa y se las devolvieron al rey de Marruecos echando por tierra el lábaro y enseña de la unidad de los reyes católicos, el tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando, nuestro emblema de la unidad nacional.

 La saña deletérea y la clastomanía irreductible de los tornadizos y pedisécuos del Ojos Saltones encontraron su paroxismo en el furor con que echaron debajo de los frontispicios de tan histórico lugar el yugo y las flechas. 

Se dijo de ahora en adelante ni yugos ni flechas ni leches porque no sé para qué queremos los españoles el yugo de la labor si aquí nadie pega golpe ni flechas  del poderío pues andamos nostálgicos e indefensos con el culo al aire mandando a nuestros soldados a hacer la guerra con besos en lugar de cañonazos. Café para todos.

 Se desuncieron las Españas en una amalgama de taifas, autonomías golfas y trinconas donde toda corrupción y prevaricación tuvo asiento, y de cantones y la patria es ya indefensa y sin ejército hasta tal punto que ésta se convirtió en una casa del tócame roque con sucesos tan lamentables como el de los paracaidistas ingleses de maniobras que entraban borrachos en una taberna de Cádiz  o en Lanzarote y se liaban a golpes con los pobres legionarios, que mucho Cristo de la Buena Muerte y mucho paquete pero unos inútiles para la guerra, a causa de su mucho fardar. Los soldados de Su Graciosa Majestad apaleaban a los jueces y sodomizaban impunemente a los números de la Benemérita que iban a detenerlos sin que el gobierno de Madrid osara protestar porque los del FO eran los amos y aquí ya todos hablamos inglés, tomamos el té de las cinco y entonamos el dios salve a la reina, al menos es lo que señalan los poderes fácticos y toda esa tomiza de anglocabrones americanoides desnaturalizados que han renunciado a su historia y a su lengua como el Big Popping Eyes (Ojos Saltones).

 Átame esa mosca por el rabo. ¿Quién pone el cascabel al gato? 

Moratinos estaba demasiado ocupado con meter al turco en Europa. Hacía lo que le dijeran siempre los judíos y sus amos de Washington en este país: el contubernio con el sarraceno. Escupían contra la cruz y eso les hacía sentirse fuertes. Ojos Saltones, defensor del aborto, era de comunión diaria pero dicen que se guardaba las hostias en la bocamanga y luego las echaba a un caldero de agua hirviendo y las profanaba. 

La actualidad se asemejaba a una gran tenida de masones. Cundía la blasfemia y el desencanto. También don Opas era de la raza maldita y tenía el mismo mirar de los ojos saltones.

 Sin flechas del poderío nos convertimos en la risa de las naciones, campo de Agramante de la emigración.

 Llegaban en manada a nuestras costas y los españoles de bien tenían que agachar la cabeza, besar el látigo, adorar al dios del Consenso. 

Paciencia y resignación. 

Somos extranjeros en nuestro propio país. Tendremos que emigrar de nuestra patria otra vez los buenos españoles

 La avilantez de los gobernantes como el execrable embono de los Ojos Saltones que por lo visto era un socialista de padre falangista, un cacique para más señas, de apellido infame. 

San Homobono era el patrón de los sastres y él era un alfayate, un malabarista de la política que no daba puntada sin hilo. Nada por aquí, nada por allá. 

Su padre fue gobernador civil y juró los Principios del Movimiento, y tuvo un tío alcalde pero donde dije digo, digo Diego, chiquitos, y esa sí que es gorda. ¿Adonde vamos? Al desastre, según parece pero dicen que sarna con gusto no pica.

 En la plaza de Zocodover estaba preparado el tabladillo o picota donde harían con mis pobres huesos lo que corresponde.

 Había un poste rodeado de retama, el balago de arder, estaba la yesca preparada. 

Iban a quemar a un cristiano recalcitrante de herejía democrática pero aunque me maten o daré nunca mi brazo a torcer y había que decirle al Ojos Saltones a sus jodíos morros que no era más que un jodío bolo.

 Las gentes que se habían vuelto morbosas e insensibles a los males de su vecino, de tanta tele basura como se había comido sus ojos y roído su alma por culpa de las quintanillas y anarosas quintanas, marilós, las reinas de las mañanas y las princesas del pueblo y de ver a todas las horas al presentador de la cabeza gorda y los pies planos en soporíferos programas que duraban doce horas, mientras los torticeros manijeros zurcían mentiras y no paraban de hablar de la crisis, predicando al pueblo como si fueran ovejas modorras, metiéndoles el miedo en el cuerpo, contemplaban con deleite el espectáculo y se decían unos a otros éste va a arder bien.

 El rabino de la Sinagoga del Tránsito nos aguardaba con la soga.

 Un sacristán del mismo templo trajo eslabón y pedernal e hizo fuego y, aplicando tea,  prendió la lumbre. A redoble de tambor, un pregonero proclamaba:

     -Cristianos a enforzar.

     -Hijoputa…Hijoputa. Eres un pregonao

Doña Esperanza para mi desespero se encontraba en el cupo de los que contra mi hicieron causa y allí estaba entre el populacho desgañitándose contra mi persona.

 Tampoco faltaba la Bibliotecaria de Logroño, una tal doña Planchas Planchitas y con el nombre de Carmina bautizada mas luego hizo renuncio y recobró el de Sara, su primigenio. Ella también se metió con mi alcurnia. 

Aunque cambió de credo, esa señora como escritora será siempre mala. Entró en contubernios con don Arbolí, otra moneda falsa.

No me quedaba más remedio que admitir la culpa por la que se me condenaba y aceptar mi condición de caganidos. Yo no era más que un “pregonao”.

 En un relámpago ardió todo mi cuerpo. Gracias a Dios, pues grande era mi fe, no flaqueé en el tormento porque siendo de la raza ibérica y mi padre aragonés somos gente tozuda en la cabeza un indómito cachirulo.

 Sentí pena de la multitud dirigida por aquel Anás de los ojos protuberantes, sudoroso y vaporoso, tercera autoridad del Estado, que no pronuncia las erres con las sietes señas del hijoputa, metido a politiquero siendo su distintivo principal la barba en parroquias y los muchos sudorosos que canta todo su cuerpo que no hay quien se le acerque cuando se sienta en su estrado presidencial en el congreso.

 Arrimaron fuego pero en lugar de llorar me dieron ganas de reír y, contumaz igual que don Rodrigo en la horca, me puse para mi último trance en el pináculo del cachondeo. Pude desligarme de las esposas que me maniataban y, libre de manos, llevándomelas a los genitales exclamé:

—Me la chupáis todos vosotros. Vosotros me la chupais en cuadrilla y al de por junto, aunque muera mártir. El que se sienta en el tribunal no es más que un judío bolo y se lo digo a sus jodidos morros.

Y, haciendo las señas del macho cabrío expiré, mártir de la causa.

 Estoy seguro de que mi nombre enseguida ingresó en la nómina de los santos y mi alma voló derechita al cielo después de haber dado testimonio de Cristo y amado a mi patria desde aquella hoguera de la plaza de Zocodover gobernada por aquel sanedrín toledano encabezado por un felón de los Ojos Saltones como gran sacerdote.

 Subí a la gloria chutándomela con todos mis enemigos sobre la planta de mis pies. Había ollado la cabeza del dragón. 

Fue de esta manera gloriosa y, terne en mis convicciones, como hice la jera precisamente el día que comenzaba la Cuaresma y las ciudades celebraban el entierro de la sardina.

 viernes, 12 de febrero de 2010

 

Концерт семьи Платоновых | 2023 год SON LOS HIJOS DEL PROTODIACONO PLATONOV VOZ HERMOSISIMA BAJO PROFUNDO UCRANIANO

Unterm Hakenkreuz | Westfalen 1933 - 1945 im Amateurfilm - Dokumentarfil...

LAS CINCO MEJORES TABERNAS DE INGLATERRA EN LA DE KENSIGNTON YO BEBIA EN LOS 70 Y CUANDO TOCÓ LA CAMPANA LAST ORDERS PLESES SALI DICIENDO I AM ONLY HERE FOR THE BEER

 

Christmas on tap: six of the best UK pubs for the festive season

Santa is coming and these pubs are going to town with their tinsel and fairy lights, as well as hosting special drinks and events over the festive season

It’s hard to imagine a list of Christmassy pubs without the maximalist Churchill in Kensington. Its outside is usually covered in flowers, while inside, where Thai food and pints of London Pride are served, the ceiling and walls are hung with a strange collection of artefacts: lanterns, butterflies, 100 assorted chamber pots, second world war memorabilia and pictures of Winston Churchill, whose grandparents were regulars. In winter there are extra decorations (fake greenery, presents, north pole signs), and the exterior swaps the pansies and petunias for dozens of fir trees and thousands of lights. There’s a post box by the door, reindeer near the roof and a giant Ho Ho Ho in lights over the window.