CAE LA NIEVE DE OTROS INVIERNOS. PUBLICO MI TERCER LIBRO EN LA WEB
Antonio Parra
Tal haya el que tal hizo. Publico
mi tercer libro en www.manuscritos.com.
Pueden encontrarlo en la Web y bajo mi nombre este es título Los lais de Villon. Garantizo al que
baje mi texto, ¡Vive Dios!, a su ordenador que se lo va a pasar bien. A mí
mismo me sorprende al releer estas páginas, pasados dos lustros de haberlas
redactado, la concinidad de mi prosa y la elegancia musical de los versos de
este poeta medieval, seguramente el más grande en idioma francés, cuando canta
a las filles d´autrefois (las novias
de otro tiempo) y a la neige du temp
jadis(la nieve de otros inviernos). Su lengua es un berbiquí. No se emboza
ni pinta máscaras antes bien revela –buena reflexión y meditatio mortis
para un Día de Difuntos- y descubre: lo que
somos:
Desengañarte he, engreído, que no eres más que mierda.
Vienes al mundo entre sudores y flujos vaginales y te vas por la misma puerta.
Te pasas la vida metiendo ruido y haces pedorretas a través de los ocho
orificios que tiene nuestro cuerpo.
Viento anal y bomba fétida. Después, ceniza eres y la nada te corteja. Eres
polvo y del polvo vienes y al polvo regresas.
Es justo
lo que dijo Shakespeare y Faulkner en El Viento y La Furia. La vida es un
cuento lleno de ruidos que nos cuenta un idiota. Villon no sé si era judío pero
al menos está empapado de la sabiduría del Libro de Job. Su Balada de los
ahorcados es por lo menos una buena cavilación para este Día de las Ánimas que
nos exhorta a salir de nuestro azacaneo casquivano por lo de la sentencia del
juicio y las arengas de los copinos, copones y copleros que garlan y garlan
micrófono en ristre y crispan, irritan e encabritan al personal.
La propaganda no tiene nada que ver con la
literatura. El arte es la verdad y estos que nos adoctrinan desde sus emisoras
de los curas debieran pensar para no cansar y desorientar al personal en lo que
ya dijo el Arcipreste de Hita poco antes de que Villon publicase sus cuartetas
francesas y que tienen algo del estro profético de Nostradamus:
Huélgame de mujer chica, breve sermón, cama pequeña y corta
ración
Poco
sabemos de los humildes orígenes de uno de los grandes de la Lengua de Molière.
Fue seguramente fruto de los amores de un canónigo de Notre Dame con su
barragana. Su escasa fortuna fue la de tantos y tantos expósitos que se vieron
en la obligación para guardar las apariencias de llamar tío a su padre biológico
y seguramente él mismo fue cura o por lo menos alcanzó órdenes, no sabemos si
mayores y menores, pues en sus vagabundajes lo encontramos diciendo misas
secas. Como los cartujos y los curas revoltosos a los que sus obispos quitaban
las letras dimisorias y la licencia para consagrar.
Anduvo condenado a muerte por matar a otro
estudiante de la Sorbona y en una cárcel sacerdotal entre los barrotes
celulares de la Inquisición redacta su famoso Testamento libro profético y un
ataque en toda regla contra los desmanes del clero. Su Balada de los Ahorcados
era cantada o al menos yo los escuché por los estudiantes del Mayo Francés.
Izas y rabizas en Paris.
En sus versos donde ridiculiza a la bordonería
de los peregrinos a Santiago como Chaucer o como el Kempis que ya acusaba a los
romeros de frívolos: Peregrinantur sed no
sanctificantur (los peregrinos son unos disipados).
Villon fue sin embargo un vagabundo total y
parece ser incluso que perteneció a una cuadrilla de salteadores de caminos.
Cura revoltoso y díscolo pero su tiempo al alborear el siglo XV fue testigo de
la gran relajación monástica. Los monjes giróvagos y las monjas que acababan en
mujeres de la vida airada.
Sin embargo Europa no ha perdido todavía la
fe. Villon se siente profundo creyente en medio de los dislates de su estragada
vida. Mira a la estrella e invoca a María. Pocos cantaron desde presidio a la
Madre del Dulce Mirar Consuelo de Tristes con tanto fervor y transporte. Esta
es la razón de amor de sus insuperables lais rezumantes de acrimonia satírica
contra las malas costumbres de los papas obispos y cardenales pero también
transidos de la elegancia de los provenzales.
En este
libro los apasionados de la mariología podrían atisbar una relación del culto
de hiperdulía, tan importante en el Catolicismo –María es Madre de la Iglesia-
con los cátaros en su obsesión por la pureza y una gran admiración por la
mujer. Por el Midí proliferan los puyes o fratrías de la Virgen entonando sus
lais, sus romanzas, sus mimos, sus farsas, sus fablieux provenzales fruto del saber enciclopédico.
Van de un
lado para otro. De villa en villa. De castillo en castillo Villon es un
trovador que surgido de la gleba canta a su amada al pie del ajimez.
Inalcanzable amor imposible. Para luego irse al burdel. Pronto se arrepiente.
Cae y se levanta. Fustiga los vicios clericales pero ama a la Iglesia. Eso se
ve.
Parte de su obra genial como la Vesse (el pedo) se han perdido. Entre
dos peñas feroces sale un hombre dando voces. Pintenme de verde ese acertijo.
Pero sus versos –ya sea esto lo más
importante- sirven para gloriarnos de esa capacidad de autocrítica que siempre
gozó el cristianismo. Esa tolerancia que desconocen otras religiones del Libro.
Su estilo es el del argot parisino. Se nota que conocía bien el percal de Panam
(Paris). La Sorbona. El XVI Arrondissement. No era un guiri ni calzaba zuecos
ni se expresa en patois.
Y tiene un asombroso tinte de modernidad.
Escribe su Testamento estando en capilla en la cárcel episcopal de Toulouse a la vez que lega las escasas pertenencias de
su humilde defroque a sus amigos desnuda su corazón, hace reflexiones sobre la
vida y sí mismo al tiempo que traza una panorámica del espectro social en la
baja edad media pidiendo a Dios que perdone su alma. Sin embargo cuando está a
punto de subir los peldaños de la horca llega el indulto del obispo. Había
matado a otro sacerdote en una reyerta el Día de Corpus Christi fiesta que los
franceses llaman La Fête Dieu.
Después de la venia se le pìerde de vista.
Estuvo
considerado siempre un poeta maldito pero fue el padre de Rabelais, de Quevedo,
origen de la literatura picaresca o del desencanto. Sus versos que aun hoy no
han perdido la frescura ni la modernidad hacen reír y llorar a sus numerosos
lectores. Villon sigue vivo. Vive la
France. ¿Qué sería de nos sin los heterodoxos? ¿Adonde iríamos a parar sin
las moscas cojoneras? ¿Sin los malditos? La realidad se trocaría en un
encefalograma plano.
Así que yo dedico estos lais a mis enemigos a
mis émulos y a los camaradas del rencor. Buenos estaríamos. Nunca se saldrán
con la suya. Me queda aun mucha fe en Cristo y mucho recado de escribir todavía
gracias a Dios. El mundo se está poniendo muy interesante y no es como ellos
nos lo cuentan o quieren que sea.
jueves,
01 de noviembre de 2007