2022-11-14

SOLDADOS RUSOS SE ESTAN JUGANDO LA VIDA POR LIBRAR A EUROPA DE LA PESTE NACIONALISTA Y NAZI PRONTO LOS GTENDREMOS EN CATALUÑA Y ECHARÁN A SANCHEZ DE LA MONCLOA A GORRAZOS

 

Nuevos ejemplos de valentía y heroísmo de los luchadores que luchan en la zona NVO

Nuevos ejemplos de valentía y heroísmo de los luchadores que luchan en la zona NVO
RELOJ

Y nuevos nombres de nuestros héroes.

El teniente mayor de la Guardia Nikolai Petrunin, bajo un fuego masivo, junto con sus subordinados, restauró la línea de comunicación para las unidades de mando. Después de eso, se asestó un golpe demoledor a los militantes.

El capataz del segundo artículo, Alexander Sakhno, detuvo a un saboteador-explorador. Dio información valiosa, como resultado, se evitó una gran provocación.

El sargento Aleksey Fomenko, comandante del escuadrón de fusileros motorizados, descubrió el bastión de los nacionalistas ucranianos, lo esquivó por el flanco y destruyó a la dotación de ametralladoras con fuego de francotirador.

CATWALKER ANDARES DE CATASTA

 No tenía ninguna razón para estar intranquilo. Cierto que septiembre suele ser un mal mes. El gallinero se alborota porque, de ser ciertos los supuestos de que no somos más que química, las neuronas a Edmu (se llamaba Edmundo, pero todos le conocían por Edmu o por Ed) se le agarrotaban, se le iban a la empinada. Había días que no daba por su vida ni dos realines. Sentía deseos de desaparecer. No haber existido. Arriba, en el sobrado de la memoria, donde estaban arrumbados los recuerdos, ya inservibles, por trastos viejos, se conoce que, con el cambio de estación o los barruntos de la caída de la hoja, las células recobraban su antiguo estado de sedición. Debía de ser el bicho. Parezco muy sano y saludable por fuera, pero por dentro está el bicho. Ese maldito bicho que no te deja ni resollar. El hurón - quizás sea un tejón, una marsopa o una nutria, puede que un tigre - no me deja vivir.  Se halla siempre al acecho en su hura.

Lo he tenido todo, pero he pasado por el mundo como una sombra huidiza. Mira qué cosas tienes, hombre. No hay que tentar a Dios. Nadie está conforme con lo que tiene. No te quejes, vives en la cultura de la queja. Mal commitment. Just go an do it. Don´t take no for an answer.Be yourself. Claro que nunca tomé en cuenta tales consejos de personas que me quisieron bien. Ella me amó. Supo amarme y entenderme como nadie me ha sabido querer ni entender en este puto país, y me lo dijo en inglés. No supe corresponderla. Su voz es un himno sacro en mi memoria. En los archivos del alma están localizados todos y cada uno de los registros. Se nace y se muere con el timbre, el acento y el canto de la amada. You just let pass the great oportunities. When you realize what you have got then it is just to late. I know like an open book, Edmu. Todo ha pasado, pero cada día que transcurre es un hito que recoge aquellos ecos misteriosos. Sus interpelaciones tienen algo profético. Se ensalman las palabras. Sube el incienso. Lejos de ella la vida ha sido un destierro, pero que quieres que uno haga. Let bygones be bygones...  I´ll see you heaven. True? Then why shouldn´t I put my heaven into the oven or something. Funciona cada atardecer y cada noche la mística del recuerdo. ¿Mujer triunfal  por qué me abandonaste? Estúpido que fui. Se me dio una oportunidad y la dejé pasar. Conmigo no sirve embargo el apotegma de a lo hecho, pecho. Me recreo en aquel mundo que dejé atrás y esta recreación me sirve de acicate de supervivencia. Lidia eras hermosa, verdaderamente hermosa. Aquellos ojos tuyos siguen clavados en mí, los rizos, la boca pequeña y graciosa. No eras perfecta, pero eras bella, tremendamente bella. A real londoner. Musito palabras claves de los diálogos de un amor que no pudo ser. Los antojos del destino juegan a los mortales estas malas pasadas. Pero, como rezamos en la salve católica somos los exiles, desterrados hijos de Eva y nuestro ostracismo cubre todas las bandas. Acá abajo no nos será nunca posible encontrar el paraíso

MALDITO LUTERO

 

CONTRA EL CELIBATO Y EL ESCÁNDALO

 

Una nueva peregrinación a Canosa. El Papa viaja a Alemania y en Erfurt patria de Lutero se reúne con el gran imán y el gran rabino, abraza al obispo protestante. Ah Lutero un fraile genial que en su crítica al papado en sus 99 tesis hincadas a las puertas nieladas de la catedral de Wittemberg la “clavó” pero estaba poseído del diablo. Su rebelión hizo correr la sangre por los campos de batallas de Europa en absurdas guerras de religión. Era verdad: la primacía del obispo de Roma era un convencionalismo y como tal no está en los Santos Evangelios. Obedeció a las exigencias políticas de Carlomagno fundador del Sacro Imperio. San Juan de Letrán era una corte pagana donde pululaban cardenales simoníacos y de donde venían los bulderos a predicar las Indulgencias. Con dinero podía comprarse vida eterna. Roma nido de efebos y de meretrices. Este agustino imbuido de esa soberbia típica de los eclesiástico, ese corazón de piedra ante las miserias humanas, llevaba razón en el fondo. Erró en las formas. Desnudó los altares y obnubilado por las epístolas de San Pablo quiso reformar la Iglesia a palo seco. Nuda Escritura. No sabía que el depósito de la fe es obra de la tradición, de los cantos, de la belleza, de la arquitectura, de los misales, de las epactas y de los ornamentos.

 

CATALINA BORA

 Sin misterio no hay religión. Creía que Dios era alemán y al introducir la lengua vernácula en el ritual el protestantismo ganó eficiencia pero perdió universalidad. Hoy arde en el infierno en compañía de Catalina Bora la monja a la que amó y otros heresiarcas: Calvino, Zwinglio, Enrique VIII. Alemania otra vez. Los españoles mandamos nuestros tercios a Flandes y con nuestra sangre bajo el cetro y la espada de Cesar efundimos con generosidad nuestra sangre para defender al papa de las rapacidades del elector de Sajonia y aquellos malditos frailes. Pero Lutero puso el dedo en la llaga. Su orgullo le obnubiló, desconocía que había otra Iglesia legitima heredera de los apóstoles que cantaba los kyries en Constantinopla y el turco la degolló. El heresiarca de Erfurt fue demasiado lejos. Hoy esa Iglesia que está viva en Rusia, en el Este y en todo oriente medio puede ser la salvación de una Roma que acusa el pavor de la deserción, de los seminarios vacíos, las feligresías que menguan y de los jóvenes alejados de la Iglesia, aparte de los escándalos sexuales que vamos a tratar aquí y que abordo en mi libro “Seminario vacío: los pecados mortales de la Iglesia”. Creo que la primera autoridad del catolicismo me está dando la razón.

 La solución no está en la infalibilidad papal, el dogmatismo, sino la vuelta al episcopado, la dirección colegiada, la renovación litúrgica y un acto de contrición. Volver a la sencillez y grandeza del Credo Niceo. Nuestro símbolo de la fe. Suprimir las conferencias episcopales y resucitar el concilio o los sinodales magistral fórmula de administración jurídico que los ortodoxos conservan al igual que la liturgia en todo su esplendor y de símbolos sacramentales. Un regreso al protestantismo o la vuelta a la sinagoga que han preconizado los dos últimos obispos de Roma puede ser un germen de destrucción ocasionada por la macrocefalia (una cabeza muy grande y un cuerpo pequeñito y menguante) y es que la Iglesia romana se ha politizado en demasía. Ama demasiado el poder desde el culto a la personalidad, del rebozo mediático y el afán de dineros.

 

CORRUPTELAS

 Nunca habla de Jesucristo este pontífice, aunque en sus discursos de vez en cuando suelta caer la palabra dios. ¿Es el bueno de Benedicto 16 un panteísta? Tampoco ni una mera alusión ni de pasada a los escándalos- en Alemania fueron una plaga ocasiónate de la gran desbandada precisamente cuando Ratzinger era arzobispo de Colonia- de los delitos sexuales:Corrupción de menores, homofilia ni al celibato eclesial que es la asignatura pendiente del clero romano. Que estigmatizaron a mucha gente, dejaron tarados de por vida a no pocos seminaristas y monaguillos, sembraron el dolor y la tristeza en infinidad de familias y fueron circunstancia desencadenante de adulterios y de gestaciones interrumpidas por parte de los clérigos y sus coimas. La jerarquía a este respecto barrió debajo de la alfombra y utilizó la táctica del ocultamiento y del “hush up”. Cuando el cura tenía un lío con una feligresa, sodomizaba al sacristán o le bajaba las bragas en la sacristía a una monja el obispo sencillamente se limitaba a mandar al interfecto a otra parroquia. La soberbia, la hipocresía y la carencia de sentimientos y de escrúpulos, la poca delicadeza, han sido los pecados mortales de esta poderosa Iglesia tan poco acorde con las normas evangélicas. Por eso su fundador alternaba con publicanos y pecadores y detestaba a los piadosos a los que decían Señor, Señor y habló claro y tajante: “es más difícil que un rico entre en el Reino que un camello con dos jorobas pase por el ojo de una aguja”.

 

JERARCAS

De espaldas al Calvario los jerarcas siempre estuvieron de parte del Gran Poder. Al menos, en la edad media en muchas diócesis del Sacro Imperio se reclamaba a los curas un “impuesto de putas”. Todos los curas tenían moza y la famosa ama de llaves cumplía las funciones de mujer del párroco sin tener necesidad de pasar por la vicaria. Juan Ruiz arcipreste de Hita estuvo once años a la sombra en el penal eclesiástico de San Torcaz por alzarse contra la imposición celibataria que incoara un pontífice de Aviñon. “Monseñor, nos quita las buenas para que nos vayamos con las malas” le escribió a su obispo.

“Ay de vosotros, escribas y fariseos, que miráis la paja en el ojo ajeno y no veis la viga en el vuestro”. Todos recordamos aquel chiste que se contaba en las fiestas de los pueblos. Llegó un obispo en visita pastoral e inspeccionando la casa rectoral donde vivía el arcipreste de aquel lugar no vio más que una cama grande de matrimonio. ¿ Cómo es eso, Dionisio que aquí hay únicamente un lecho para dos? Inquirió el prelado y don Dionisio con todo su candor le dijo: “No se preocupe su Ilustrísima. Ponemos una tabla entre medias de separación”. “¿Y qué hacen cuando viene la tentación?”. “Pues quitamos la tabla. No hay problema”.

 Hubertus Mynarek un cura alemán secularizado cuenta en su libro “eros y clero” la gran desbandada que se produjo en toda Europa después del concilio. Unos 400000 sacerdotes colgaron los hábitos. La causa principal, que la mayor parte no pudo atenerse a las leyes de la continencia. El celibato-declara Mynarek- contradice la ley natural. Engendrar, procrear  obedece al código genético de las hormonas del hombre pecador.  Pero la continencia impuesta a los sacerdotes-funcionarios es artificial. Una estipulación disciplinaria convencional. Concretamente el canon 2368 del Iuris Canonici.

Jesucristo nunca habló del sexo. Sólo condenó el pecado de escándalo y dijo que el que abandona al padre, a la madre o a la esposa para seguirle ganaría un puesto en el reino de los cielos.

Castrarse por amor a Cristo y en busca de la perfección es una virtud heroica asequible a muy pocos. El premio de los que abrazando la utopía andan a la procura del ideal. Sin embargo, la naturaleza humana siempre lastrará el peso de la carne. Únicamente suele llegar en la edad provecta. De ahí la sabia disposición de la primitiva de ordenar presbíteros a hombres de alguna edad. Es lo que significa “presbíteros” (ancianos) alguien que está más allá del circulo de las pasiones. Sólo se puede servir al altar con un corazón puro cuando haya pasado el ardor genésico. Por eso propongo en mi libro que aquellos seminaristas de entonces pero imbuidos de la juventud del salmo “Ad Deum qui laetificat juventutem meam” pudieran disfrutar de una alegre “vejentud”. Sería una manera de devolverles la dignidad y la honra que les arrebataron.

 

NO LO HAN QUERIDO RECONOCER

 La iglesia católica moderna no ha querido reconocerlo. Por lo que un voto de continencia a los 22 años en un varón normal representa muchos peligros. En el caso de los invertidos el sacerdocio siempre constituyó un paraguas bajo el que se esconden homofílicos, paidófilos, escribe Mynarek. Según este sacerdote alemán secularizado, el confesionario por desgracia no es el tribunal de la penitencia sino un rincón morboso donde se cuchichean asquerosidades y una garita desde la cual ciertos confesores han caído en el abominable pecado de la solicitación de sus confesadas. Conocí al penitenciario de una antigua colegiata española cuyas inquisiciones a sus penitentes sobre todo mujeres bordeaban la delectación morbosa. Porque decía que no se peca en el mismo grado contra el sexto mandamiento si tu novio te besa a rosca. La gravedad de materia depende de los centímetros de lengua que el ardoroso amante introduzca en la boca de su prójima y no es lo mismo un coito que se realiza quitándose el sostén y el camisón o el acto se realiza a pelo. Aquel confesor se sabía al dedillo el derecho canónigo pero sus procacidades asustaban a muchas de sus pupilas. Para evitar el asqueroso morbo que ofenden a la dignidad de una mujer no sería mala cosa que el sacramento de la confesión fuese administrado por diaconisas que sólo podrían absolver a mujeres. De la misma manera que un policía masculino no cachea a una presunta delincuente, tarea que suele realizarse por policías del genero femenino así grandes males ocasionados en el confesionario podrían evitarse si los varones “descargan el saco” con sacerdotes y las mujeres con diaconizas. Ese cajón ha servido no pocas veces en lugar de solicitación y del reclinatorio a la cama. Los curas polacos para los que el celibato nunca representó gran problema ya que en aquel país muchas señoras tienen a gala acostarse con un sacerdote y darle un hijo aunque sea bastardo había tres palabras que orientaban la vida de un párroco koreck (el tapón de la botella) woreck (los dineros del cepillo) y rozporek (mujeres y sexo).

 

TRAUMAS

Estas deficiencias en la orientación sexual y psicológica desencadenarían verdaderos traumas en el alma de los que se educaron en colegios religiosos o seminarios: complejos de culpa, hipertrofia, inseguridades de todo tipo, una espiritualidad ñoña a fuer de ridícula, borracheras místicas –no pocos de aquellos ex no pudieron superarlos y se dieron al alcohol- neurosis eclesiógenas emanadas de la formación recibida en el que la desviación del instinto generó válvulas de sustitución, señala Mynarek.

Las heridas dejaron una cicatriz indeleble. Y todo por esa obsesión sexual que fue el caldo de cultivo de la mariconería en estos institutos de formación religiosa. Un espacio cerrado con muchos adolescentes a los que les explotan las neuronas y sus torrentes sanguíneos son un mar de testosterona al faltar la hembra sienten la atracción efébica. Es un hecho natural e insoslayable. En la iglesia antigua, dice el autor, se desconocían tales aberraciones que son endémicas en la iglesia actual. Y es que los cánones referentes al celibato nunca se incoaron hasta el Concilio de Trento y aún así la norma fue trasgredida abondo por muchos cleritos. De la masturbación y el onanismo mejor no hablar.

 

SINEISACTENTUM

 En la iglesia primitiva, la hispano visigótica, la merovingia y la irlandesa los sacerdotes no eran solteros y hasta los monjes del desierto  para aplacar el ardor de los sentidos, para no volverse locos y dejar la vida eremita practicaban una especie de amor platónico el sineisactentum que consistía en permitir que una mujer les visitase en la cueva siendo su compañera espiritual. San Jerónimo por ejemplo vivía con una amiga. San Frutos se santificó en la Pedriza segoviana en compañía de su hijo Valentin y su esposa Engracia. Hasta la fundación de Montecasino y la llegada de los benedictinos en toda la cristiandad los monasterios eran mixtos. Ocurrió en los cenobios asturianos y de las Batuecas de rito hispano mozárabe como en Liébana, Prámaro en San Martín de Luiña, San Martín de Oscos, Pravia y todos los del “asturianum conventum”. Y se mantienen aun hoy en Rusia que mantiene comunidades de orantes bastante florecientes y algunas son mixtas. Y es que el cristianismo no es o no debe ser un asunto de enaguas o de problemas de bragueta. Ahora bien en sus prevenciones antifeministas – a la mujer no se la empezó a dar importancia hasta el Renacimiento, los judíos y los griegos decían que la mujer carecía de alma- acuñado en la máxima escolástica mulieri non est credendum, la Iglesia egoísta y sabiamente se curó en salud y se libró de no pocos pleitos al alejarlas del altar.

 San Pablo el fundador de todo esto mandaba callarlas en la sinagoga, Taceat mulier en synagoga. Hablaba entonces el apóstol como un hebreo helenizante.

¡Ay Eva! Por ti entró el pecado en el mundo y ahí tenemos al padre Danielou eminente teólogo que sufrió un infarto el año 1974 cuando subía las escaleras de una casa de cita en el barrio de Pigalle. O al papa León IX que murió “on the job” como dicen los ingleses. Casados o solteros la cosa no tiene enmienda. Sólo nos salvará el amor. El amor de Cristo. Eso es lo único importante.  En esta tesis que le llevó a la justificación por la fe Lutero tampoco andaba muy descaminado de la verdad. Ojalá hubiese sido italiano en vez de  un alemanote de genio diabólico

 

 НАБЛЮДЕНИЕ ЗА ПРОХОДОМ ПРОХОДА


 


 


Это был Страстной четверг, и в Сеговии шел снег. Капюшон немного слепит и есть ткань, закрывающая глазное яблоко. Кающийся должен знать, куда он идет. Отсюда тот вид пасхальных колпаков, который пугал меня с детства и мог быть таким же пугающим, как карнавальные дроны. Я напугал тебя. ох! Кокос. Затем этот нелепый капюшон, который был не чем иным, как старой брезгливостью коллективной души народа, который трепетал перед инквизицией и должен был устроить публичное шоу и исповедовать веру в моей Сеговии, и что там мы всегда были старыми христианами. Также расслабленные к светской руке Священной канцелярии были одеты в пурпурную тунику, их лица были закрыты и их посадили на осла.


К костру всегда шли задом. Шествия — загадочное воспоминание о том пестром мире. Католицизм победил. Вряд ли кто-нибудь объясняет, как сохраняются такие представления о народном рвении. На несколько часов эти пылкие толпы вырвали Бога из рук священников и под знаменами вывели на улицы. Это также был мир гильдий. Города разделены на кварталы. На горизонте братства. Братства соревновались, как на чемпионате по музыке, чтобы показать лучшего Христа и самый живой образ Богородицы. Мы были из Долорес де Санта-Эулалия, также известной как Богоматерь Семи Ножей. Раньше текстильный сектор, в основном красильщики и груши.


По улицам моего города в ту снежную ночь (это действие эксидр или фавонийских ветров, которые для римлян возвещали дождь, приносили весну) я нес свой крест и шел босиком и с цепями по промерзшему полу. Под капюшоном пророки святого Пророка звучали в моих ушах решительно звучали «Я отдавал свое тело тем, кто делал мне больно, и свои щеки тем, кто дергал меня за волосы: я не отворачивал своего лица от тех, кто оскорблял меня и плевал на меня». мне. Господь был мне помощником» [Исайя 50,5,10]. Всю свою жизнь я знал, что такое клевета и гнойные рты, но мои чресла были крепко связаны. Sint lumbi vestri precinti (мужчин нужно привязать) другие слова, которые я вспомнил, когда перепоясывался поясом или веревкой cofrade esparto. Не подвергать опасности свое здоровье, несмотря на всю эту чепуху ходить босиком и с крестом, который весил сто двадцать килограммов. до ребра Болит всего пару дней, а потом как ни в чем не бывало. Чудо? Я не мог этого объяснить, но что-то есть.


 Вы чувствуете себя виноватой, неизвестно за кого и с комплексом вины. Вина. О Феликс виноват. Потом я понял, что это были люди, меньше любившие корриду, чем аутос-де-фе. Там всегда любили шествия и кавалькады. Шаги. поплавки. Святое Таинство. Тараскан из Корпуса. Праздники Четырнадцатого. Благочестие Анисето Мариньяс. Новенна Фуэнсисла. Петух Сан-Педро. Шип Санта-Рита-де-Касия. Я видел великанов, большеголовых и дельцов через Сан-Хуан-де-Хунио и даже нетленную руку Сан-Антонио-Мария-Кларе, марширующую под торжественным и эгоцентричным взглядом акведука, потому что все шествия Великой недели и другие сходились на площади Пласа-дель-Азогехо.


Не было кино, мало театров и огромное желание учиться и видеть. Лица этих гротескных изваяний и этих умирающих Христов, окровавленные, израненные и с выражением агонии, прямые волосы, косматые бороды и эти измученные девы с печальными выражениями, кружевные, кружевные куртки и кружевные мокеро, так что слезы были из стекла, утащив много баски и много драгоценностей под балдахином из бриллиантов, они душу мою подставили. Это были непреходящие ощущения. То, что я отметил в глубине своего существа.


 ▬Почему в ваших произведениях так много латинских слов, Эджусмоди?


 ▬ Возьмите это, потому что это будет, потому что кажется, что отголоски пассионарной песни, сделанные в трех голосах певцами моего собора - Димасом, Херонимо и Доном Бернардино, бас Иисус, контральто, синагога и тенор, летописец)


 И эти голоса, эта мелодия звучат бессмертным криком в моей памяти. Поле процессий было пластикой de rigueur. Проповеди, вырезанные из папье-маше или изображения из дерева Эспирдо. Богословие, которое проникает через глаза и от которого вы никогда не сможете избавиться на протяжении всей своей жизни. Так же, как далекий звук рожков, литавр и барабанов. Или трепетное молчание Христа гасконцев. Они взяли нас всех. Я помню одно Вербное воскресенье, когда мой брат Нано поймал собаку, потому что хотел, чтобы ее посадили на ослицу Иисуса на проходе, где Господь триумфально вошел в Иерусалим.


      ▬Я хочу туда.


      ▬Сын мой, это не тачки. Это Иисус проходит по пути в Иерусалим; воздушный поцелуй


      ▬ Я хочу сесть на осла. Ну да, ну да и да.


И Нанера валялся в грязи, надевая свой матросский костюм

 WATCHING THE PROCESSION PASS


 


 


It was Holy Thursday and it was snowing in Segovia. The hood is a bit blind and there is cloth that covers the eyeball. The penitent has to know where he is going. Hence that look of the Easter hoods that scared me since I was a child and could be as intimidating as the Carnival drones. Uh.Uh! I scared you. Uh. ooh! The coconut. Then that ridiculous hood that was nothing but the old squeamishness of the collective soul of a people that trembled at the Inquisition and had to make a public show and profession of faith in my Segovia, and that there we have always been old Christians. Also, those relaxed to the secular arm of the Holy Office were dressed in a purple tunic, their faces were covered and they were put on a donkey.


To the bonfire one always went backwards. The processions are an enigmatic remembrance of that motley world. Catholicism had triumphed. Hardly anyone explains how such representations of popular fervor survive. For a few hours those fervent masses took God out of the hands of the priests and took him out into the streets under banners. It was also a guild world. Cities divided into neighborhoods. On the horizon the brotherhoods. The brotherhoods competed as in a mus championship to exhibit the best Christ and the most alive image of the Virgin. We were from Dolores de Santa Eulalia, by another name Our Lady of the Seven Knives. Formerly textile sector, mostly dyers and pears.


Through the streets of my town that snowy night (it was the action of the exhidra or favonian winds that for the Romans, announcing rain, brought spring) I carried my cross and walked barefoot and with chains on the frozen ground. Under the hood the prophets of the holy Prophet sounded in my ears determinedly sounded “I gave my body to those who hurt me and my cheeks to those who pulled my hair: I did not turn away my face from those who insulted me and spat on me. The Lord was my help” [Isaiah 50,5,10]. Throughout my life I have known what slander and the goop of purulent mouths are, but my loins were well tied. Sint lumbi vestri precinti(you have to tie the males) other words that I remembered when I gird myself with the girdle or the cofrade esparto rope No jeopardize my health despite that nonsense of walking barefoot and with a cross that weighed one hundred and twenty kilos to the rib You only feel sore for a couple of days but then as if nothing had happened. Miracle? I couldn't explain it but there is something.


 You feel guilty, you don't know for whom and with a guilt complex. The blame. Oh felix blame. Then I understood, they were people less fond of bullfighting than of autos de fe. There they always liked the processions and cavalcades. Steps. floats. The Blessed Sacrament. The Tarascan of Corpus. The Feasts of the Fourteenth. The Piety of Aniceto Mariñas. The novena of the Fuencisla. The rooster of San Pedro. The thorn of Santa Rita de Casia. I have seen giants, big heads and hustlers through San Juan de Junio ​​and even the incorrupt arm of San Antonio María Claret parade under the solemn and self-absorbed eyes of the aqueduct because all the processions of the Great Week and the others converged in the Plaza del Azoguejo .


There was no cinema, few theaters and a great desire to learn and see things. The faces of those grotesque carvings and those dying Christs, bloody, wounded and with the expression of agony, the straight hair, shaggy beards and those tormented virgins with sorrowful expressions silk lace, lace jerkins, and lace moqueros, being thus that the tears were made of glass, dragging a lot of peplum and a lot of jewels under the canopy of diamonds, they put my soul up. They were lasting sensations. That I have marked in the depths of my being.


 ▬Why do you release so many Latin words in your writings, Ejusmodi?


 ▬ Take it because it is going to be because it seems that the echoes of the passio song made in three voices by the singers of my cathedral -Dimas, Jerónimo and Don Bernardino, the bass Jesus, the contralto, the synagogue and the tenor, chronicler)


 And those voices, that melody, sound like an immortal cry in my memory. The field of processions was a de rigueur plastic. Sermons carved into papier mâché or Espirdo wood images. A theology that enters through the eyes and that throughout your days you will never be able to get rid of. The same as the distant sound of bugles, kettledrums and drums. Or the vibrant silence of Christ of the Gascons. They took us all. I remember one Palm Sunday that my brother Nano caught a dog because he wanted them to be put on Jesus' donkey at the passage where the Lord made his triumphal entry into Jerusalem.


      ▬I want to go there.


      ▬My son, this is not the wheelies. It is Jesus who passes on his way to Jerusalem; blow him a kiss


      ▬ I want to get on the donkey. Well yes, well yes and yes.


And the Naneras wallowed in the mud putting on his sailor suit

 REGARDANT LE PASSAGE DE LA PROCESSION


 


 


C'était le jeudi saint et il neigeait à Ségovie. La cagoule est un peu aveugle et il y a un tissu qui recouvre le globe oculaire. Le pénitent doit savoir où il va. D'où ce regard des capotes de Pâques qui me faisait peur depuis toute petite et qui pouvait être aussi intimidant que les drones du Carnaval. Euh, euh, je t'ai fait peur. oh ! La noix de coco. Puis cette capote ridicule qui n'était rien d'autre que la vieille délicatesse de l'âme collective d'un peuple qui tremblait devant l'Inquisition et devait faire une démonstration publique et une profession de foi dans ma Ségovie, et que là-bas nous avons toujours été de vieux chrétiens. Aussi, ceux qui étaient détendus au bras séculier du Saint-Office étaient vêtus d'une tunique violette, leurs visages étaient couverts et ils étaient mis sur un âne.


Au bûcher on allait toujours à reculons. Les processions sont un souvenir énigmatique de ce monde hétéroclite. Le catholicisme avait triomphé. Presque personne n'explique comment de telles représentations de la ferveur populaire survivent. Pendant quelques heures, ces masses ferventes ont arraché Dieu des mains des prêtres et l'ont emmené dans les rues sous des bannières. C'était aussi un monde de guilde. Villes divisées en quartiers. A l'horizon les confréries. Les confréries s'affrontaient comme dans un championnat de mus pour exhiber le meilleur Christ et l'image la plus vivante de la Vierge. Nous étions de Dolores de Santa Eulalia, d'un autre nom Notre-Dame des Sept Couteaux. Anciennement secteur textile, principalement des teinturiers et des poires.


Dans les rues de ma ville cette nuit neigeuse (c'était l'action de l'exhidra ou des vents favoniens qui, pour les Romains, annonçant la pluie, apportait le printemps) je portais ma croix et marchais pieds nus et avec des chaînes sur le sol gelé. Sous le capot, les prophètes du saint Prophète ont sonné à mes oreilles avec détermination: «J'ai donné mon corps à ceux qui m'ont fait du mal et mes joues à ceux qui m'ont tiré les cheveux: je n'ai pas détourné mon visage de ceux qui m'ont insulté et craché sur moi. Le Seigneur m'a aidé » [Isaïe 50,5,10]. Toute ma vie j'ai connu ce que c'est que la calomnie et le gouffre des bouches purulentes, mais j'avais les reins bien liés. Sint lumbi vestri precinti (il faut attacher les mâles) autres mots dont je me souvenais quand je me ceignais de la ceinture ou de la corde en sparte cofrade Pas de risque pour ma santé malgré cette absurdité de marcher pieds nus et avec une croix qui pesait cent vingt kilos à la côte Vous ne vous sentez mal que pendant quelques jours, mais ensuite comme si de rien n'était. Miracle? Je ne pourrais pas l'expliquer mais il y a quelque chose.


 Vous vous sentez coupable, vous ne savez pas pour qui et avec un complexe de culpabilité. La faute. Oh Felix blâme. Alors j'ai compris, c'étaient des gens moins friands de tauromachie que d'autos de fe. Là, ils ont toujours aimé les cortèges et les cavalcades. Pas. flotte. Le Saint-Sacrement. Le Tarasque de Corpus. Les Fêtes du Quatorzième. La piété d'Aniceto Mariñas. La neuvaine de la Fuencisla. Le coq de San Pedro. L'épine de Santa Rita de Casia. J'ai vu des géants, des grosses têtes et des arnaqueurs à travers San Juan de Junio ​​​​et même le bras incorruptible de San Antonio María Claret défiler sous les yeux solennels et égocentriques de l'aqueduc car toutes les processions de la Grande Semaine et les autres ont convergé sur la Plaza del Azoguejo .


Il n'y avait pas de cinéma, peu de théâtres et une grande envie d'apprendre et de voir. Les visages de ces sculptures grotesques et de ces Christs mourants, sanglants, blessés et avec l'expression de l'agonie, les cheveux raides, les barbes hirsutes et ces vierges tourmentées aux expressions douloureuses, dentelles de soie, justaucorps de dentelle et moqueros de dentelle, étant ainsi que les larmes étaient fait de verre, traînant beaucoup de peplum et beaucoup de bijoux sous le dais de diamants, ils ont élevé mon âme. C'étaient des sensations durables. Que j'ai marqué au plus profond de mon être.


 ▬Pourquoi libérez-vous autant de mots latins dans vos écrits, Ejusmodi ?


 ▬ Prends-le parce que ça va être parce qu'il semble que les échos de la chanson passio faite à trois voix par les chanteurs de ma cathédrale -Dimas, Jerónimo et Don Bernardino, la basse Jesus, le contralto, la synagogue et le ténor, chroniqueur)


 Et ces voix, cette mélodie, sonnent comme un cri immortel dans ma mémoire. Le champ des cortèges était d'une plastique de rigueur. Sermons sculptés dans du papier mâché ou des images en bois d'Espirdo. Une théologie qui entre par les yeux et dont tout au long de vos journées vous ne pourrez plus vous débarrasser. Le même que le son lointain des clairons, des timbales et des tambours. Ou le silence vibrant du Christ des Gascons. Ils nous ont tous pris. Je me souviens d'un dimanche des Rameaux où mon frère Nano attrapa un chien parce qu'il voulait qu'on le mette sur l'âne de Jésus au passage où le Seigneur fit son entrée triomphale à Jérusalem.


      ▬Je veux y aller.


      ▬Mon fils, ce ne sont pas les roues arrière. C'est Jésus qui passe en route pour Jérusalem ; envoie lui un bisou


      ▬ Je veux monter sur l'âne. Ben oui, bien oui et oui.


Et les Naneras se sont vautrés dans la boue en enfilant son costume de marin

 TCHEKHOV IMBATTABLE


 


 


"Chambre numéro six"


 







 


Notre destin n'est pas écrit dans les étoiles comme le croyaient les classiques. Les conceptions particulières et générales de l'humanité conservent des livres plus prophétiques que ceux de la VT. Dans ses pages, il encourage une pulsion divine bien qu'il ne soit pas enregistré dans la Bible. C'est le cas d'Anton Tchekhov. J'ai relu par une nuit de fièvre et de grippe "Chambre numéro six" et en terminant ses moins de cent pages à l'aube je l'ai retourné sur l'oreiller au milieu du découragement. J'ai vu se refléter dans ses 19 chapitres le film de mon existence : le jeune homme ardent qui allait conquérir le monde, l'apprenti écrivain qui est allé à Londres, Paris, NY, qui aimait la science, l'art, la beauté et l'humanité qui faisait confiance à la rédemption de l'être humain, qui vivait enfermé dans sa tour d'ivoire en lisant des livres et d'autres livres qu'il avait chéris depuis sa jeunesse et les avait catalogués et numérotés dans le sancta sanctorum de sa bibliothèque. Un homme au goût du jour et aux idées nouvelles abonné à des revues d'avant-garde qui croit en la bonne foi de ses semblables, mais se rend vite compte qu'il est un merle blanc, un oiseau rare, qui a eu des amours passionnées et merveilleuses mais qui Il finit par épouser une femme vulgaire, et vit entouré de vulgarité, de zoologie, d'égoïsme, de cette violence que la politique a toujours engendrée par des intérêts rampants et trompeurs. Qui puis-je être le Dr Raguin dont le désir d'améliorer la condition humaine l'a rendu incompris et à la fin il a fini par devenir fou ? Le chapelier juif qui a perdu la tête une nuit quand sa boutique a pris feu et qui est maltraité par le vigile-concierge-laquais de l'autorité par la brute de Nilkita ? Suis-je le malade Gromov qui vit préoccupé par le sujet de l'immortalité ? Ou je suis l'usurpateur : le remplaçant, le grimpeur qui prend la place du pauvre Raguin en l'accusant d'avoir perdu la tête. Tchekhov trace dans ces peintures une esquisse de la Russie du tournant du siècle et du XIXe siècle, mais son diagnostic est valable non seulement pour ce pays mais pour les hommes de toutes les époques et de toutes les latitudes. L'éminent protagoniste de ce petit livre avait une vocation sacerdotale, mais par mandat parental il doit embrasser une carrière médicale. Je pense que c'est le livre le plus biographique de l'auteur du "Cherry Garden". Son père, diacre, était chantre dans une paroisse provinciale et voulait que son fils aîné puisse poursuivre une carrière plus lucrative que celle ecclésiastique afin de contribuer au soutien de la famille, ce qu'Antón remplissait jusqu'à l'épuisement. car pour payer les frais de la nombreuse progéniture écrivait tellement qu'il mourut à l'âge de 44 ans. Un article, une histoire ne payait pas la nourriture, mais il subventionnait les dépenses et une pièce de théâtre aidait à louer la maison pour un mois. Dans toute la prose de Tchekhov, cependant, cette majesté, ce tempo, entouré de grandeur et de simplicité (ve lich a n i e) de la liturgie byzantine perdure. C'est comme quelque chose de magique. Cependant, dans ce livre, nous sommes présentés comme un coroner parfait coupant en deux l'âme humaine. L'éminent médecin diplômé de la faculté de médecine de Moscou se retrouve directeur d'un hôpital dans un coin reculé de la Russie profonde, à plus de 200 verstes de la gare la plus proche, entouré de mesquins « qui passaient leur vie parmi les cartes et les petits des intrigues et des commérages, sans s'intéresser à rien et traînant une vie pleine de futilités… Pas nos pauvres gens qui n'ont pas de chance », s'exclame l'auteur, peut-être sans se rendre compte que la Russie a de la chance d'avoir des écrivains aussi énormes que Tchekhov qu'ils peuvent faire eux-mêmes -la critique de leur pays et que la vie à Tula ressemble beaucoup à celle de Chester, Tucson, Mexico, Rosario ou Zamora et ce qui rend les gens grands et libres c'est cette capacité à dénoncer et à réagir. De cette façon, je crois que la littérature russe prend le relais du gréco-latin pour projeter des problèmes et des types universels. Mais ce livret a personnellement eu son histoire. Il y a quelques mois, je l'ai donné à un ami et l'autre jour je l'ai trouvé à Riudavets non lié et éviscéré mais avec mon nom. Il est revenu vers moi. Je dois avoir une copie de remplacement à la maison. Je n'oublierai pas que ce texte d'une édition d'Austral que j'avais acquis à la Casa del Libro en 1964 m'a accompagné lors d'une triste nuit dans le parc San Francisco à Oviedo. Je me mariais avec une fille et la pauvre n'avait pas envie de me supporter - maintenant je la comprends parfaitement - et elle a abandonné l'autel un jour avant le mariage. À l'intérieur des pages, j'ai gardé une image de la Vierge Iverskaya, la sainte matrone de Moscou, et une photo de moi en garçon blond avec mes parents remettant les clés d'une maison à Ségovie accompagné du colonel Tomé. J'ai perdu cette photo, mais l'image de l'Iverskaya a été dessinée au sommet d'un des chênes du parc de San Francisco. La Vierge c

 UNBEATABLE CHEKHOV


 


 


"Room Number Six"


 







 


Our destiny is not written in the stars as the classics believed. The particular and general designs of humanity keep some books that are more prophetic than those of the VT. In its pages it encourages a divine drive despite not being recorded in the Bible. This is the case of Anton Chekhov. I have reread on a night of fever and flu "Room number six" and finishing its less than one hundred pages at dawn I have turned it on the pillow in the midst of discouragement. I have seen reflected in its 19 chapters the film of my existence: the ardent young man who was going to conquer the world, the writer's apprentice who went to London, Paris, NY, who loved science, art, beauty and humanity that trusted in the redemption of the human being, who lived encased in his ivory tower reading books and more books that he had treasured since his youth and had them cataloged and numbered in the sancta sanctorum of his library. A man up to date and aware of new ideas subscribed to avant-garde magazines who believes in the good faith of his fellow men, but soon realizes that he is a white blackbird, a rare bird, who had passionate and wonderful love affairs but who He ends up marrying a vulgar woman, and lives surrounded by vulgarity, zoology, selfishness, that violence that politics always generated by creeping and deceitful interests. Who can I be Dr. Raguin whose desire to improve the human condition made him misunderstood and in the end he ended up crazy? The Jewish hatter who lost his mind one night when his shop burned down and who is abused by the security guard-janitor-lackey of authority by the brute of Nilkita? Am I the sick Gromov who lives preoccupied with the subject of immortality? Or I am the usurper: the substitute, the climber who takes the place from poor Raguin accusing him of having lost his mind. Chekhov traces in these paintings a sketch of the turn of the century and nineteenth-century Russia, but his diagnosis is valid not only for that country but for men of all times and latitudes. The outstanding protagonist of this little book had a vocation to the priesthood, but by parental mandate he has to embrace a career in medicine. I think it is the most biographical book of the author of the "Cherry Garden". His father, a deacon, was a cantor in a provincial parish and wanted his eldest son to be able to pursue a more lucrative career than the ecclesiastical one in order to contribute to the support of the family, which Antón fulfilled to the point of exhaustion because to pay the expenses of the numerous progeny wrote so much that he died at the age of 44. An article, a story did not pay for the food, but it subsidized the expenses and a play helped to rent the house for a month. In all of Chekhov's prose, however, that majesty, that tempo, surrounded by grandeur and simplicity (ve li ch a n i e) of the Byzantine liturgy endures. It's like something magical. However, in this book he is shown to us as a perfect coroner bisecting the human soul. The distinguished doctor who graduated from the Moscow Medical School ends up as the director of a hospital in a remote corner of deep Russia, more than 200 versts from the nearest railway station, surrounded by petty people "who spent their lives among the cards and small intrigues and gossip, without being interested in anything and dragging a life full of triviality… Not our poor people have bad luck”, exclaims the author, perhaps without being aware that Russia is lucky to have such enormous writers as Chekhov that they can make self-criticism of their country and that life in Tula is very similar to that of Chester, Tucson, Mexico, Rosario or Zamora and what makes the people great and free is this ability to denounce and react. In this way, I believe that Russian literature picks up the baton from Greco-Latin to project universal problems and types. But this booklet personally had its history. A few months ago I gave it to a friend and the other day I found it in Riudavets unbound and gutted but with my name. He came back to me. I must have a substitute copy at home. I will not forget that this text in an edition of Austral that I had acquired at the Casa del Libro in 1964 accompanied me on a sad night in the San Francisco Park in Oviedo. I was getting married to a girl and the poor thing didn't feel like putting up with me - now I understand her perfectly - and she gave up the altar a day before the wedding. Inside the pages I kept an image of the Virgin Iverskaya, the holy matron of Moscow, and a photograph of me as a blond boy with my parents handing over the keys to a house in Segovia accompanied by Colonel Tomé. I lost this photograph, but the image of the Iverskaya was drawn on top of one of the oak trees in the San Francisco park. The Virgin c

 НЕПРЕВЗОЙДЕННЫЙ ЧЕХОВ


 


 


«Комната номер шесть»


 







 


Наша судьба не написана звездами, как считали классики. Частные и общие замыслы человечества хранят некоторые книги, более пророческие, чем книги ВТ. На своих страницах он поощряет божественное стремление, несмотря на то, что не записан в Библии. Это случай с Антоном Чеховым. В ночь лихорадки и гриппа я перечитал «Комнату номер шесть» и, дочитав менее ста страниц на рассвете, в полном унынии перевернул ее на подушке. Я видел отраженным в его 19 главах фильм о моем существовании: пылкий юноша, собиравшийся покорить мир, ученик писателя, поехавший в Лондон, Париж, Нью-Йорк, любивший науку, искусство, красоту и человечность, доверившийся искупление человеческого существа, которое жило в своей башне из слоновой кости, читая книги и другие книги, которыми он дорожил с юности и каталогизировал и пронумеровал их в святая святых своей библиотеки. Человек, идущий в ногу со временем и знающий новые идеи, подписывающийся на авангардные журналы, который верит в добросовестность своих собратьев, но вскоре понимает, что он белый дрозд, редкая птица, у которого были страстные и прекрасные любовные связи, но который Он кончает тем, что женится на вульгарной женщине и живет в окружении пошлости, зоологии, эгоизма, того насилия, которое политика всегда порождала подлыми и лживыми интересами. Кто я могу быть доктором Рагеном, чье желание улучшить условия жизни людей сделало его непонятым и в конце концов он сошел с ума? Шляпник-еврей, который однажды ночью потерял рассудок, когда его магазин загорелся, и с которым жестоко обращается охранник-дворник-лакей власти со стороны скотины Нилькиты? Я больной Громов, живущий темой бессмертия? Или я узурпатор: заместитель, альпинист, который занимает место бедного Рагена, обвиняя его в том, что он сошел с ума. Чехов прослеживает в этих картинах зарисовку России рубежа веков и девятнадцатого века, но его диагноз действителен не только для этой страны, но и для людей всех времен и широт. Выдающийся герой этой маленькой книжки имел призвание стать священником, но по родительскому наказу он должен сделать карьеру в медицине. Мне кажется, это самая биографическая книга автора «Вишневого сада». Его отец, дьякон, был кантором в провинциальном приходе и хотел, чтобы его старший сын мог сделать более прибыльную карьеру, чем церковная, чтобы внести свой вклад в поддержку семьи, что Антон выполнял до изнеможения. потому что на оплату расходов многочисленного потомства написал так много, что умер в возрасте 44 лет. Статья, рассказ не оплачивали еду, но компенсировали расходы, а пьеса помогала снять дом на месяц. Но во всей чеховской прозе сохраняется то величие, этот темп, окруженный величием и простотой (velichan i e) византийской литургии. Это как что-то волшебное. Однако в этой книге мы показаны как идеальный коронер, рассекающий человеческую душу пополам. Заслуженный врач, окончивший Московское медицинское училище, оказывается директором больницы в глухом уголке глубокой России, более чем в 200 верстах от ближайшей железнодорожной станции, в окружении мелких людей, «проводивших свою жизнь среди карт и мелких интригами и сплетнями, ничем не интересуясь и влача жизнь, полную пошлости… Не бедняки наши не везут», — восклицает автор, может быть, не сознавая, что России повезло с такими огромными писателями, как Чехов, что они могут сделать себя - критика своей страны и того, что жизнь в Туле очень похожа на жизнь в Честере, Тусоне, Мексике, Росарио или Саморе, и что делает людей великими и свободными, так это способность осуждать и реагировать. Таким образом, я считаю, что русская литература принимает эстафету от греко-латинской, чтобы проецировать универсальные проблемы и типы. Но лично у этого буклета была своя история. Несколько месяцев назад я отдал его другу, а на днях нашел в Риудавце несвязанным и выпотрошенным, но с моим именем. Он вернулся ко мне. У меня должен быть запасной экземпляр дома. Я не забуду, что этот текст в издании Austral, которое я приобрел в Casa del Libro в 1964 году, сопровождал меня в печальную ночь в парке Сан-Франциско в Овьедо. Я женился на девушке, и бедняжка не захотела меня терпеть — теперь я ее прекрасно понимаю — и отдала алтарь за день до свадьбы. Внутри страниц я хранил образ Богородицы Иверской, святой матроны Московской, и фотографию, на которой я светловолосым мальчиком с родителями передаю ключи от дома в Сеговии в сопровождении полковника Томе. Эту фотографию я потерял, но изображение Иверской было нарисовано на вершине одного из дубов в парке Сан-Франциско. Дева с

NEPREVZOYDENNYY CHEKHOV

 

CHEJOV INSUPERABLE

 

 

"La sala numero seis"

 





 

Nuestro destino no está escrito en las estrellas como creían los clásicos. Guardan los designios particulares y generales de la humanidad algunos libros que son más proféticos que los del VT. En sus páginas alienta una pulsión divina a pesar de no estar registrados en la Biblia. Este es el caso de Antón Chejov. He vuelito a releer en una noche de fiebre y de gripe “La sala número seis” y al acabar sus menos de cien páginas al amanecer lo he girado sobre la almohada en medio del desaliento. He visto reflejado en sus 19 capítulos la película de mi existencia: el joven ardoroso que se iba a comer el mundo, el aprendiz de escritor que se fue a Londres, Paris, NY, que amaba la ciencia, el arte, la belleza y a la humanidad que confiaba en la redención del ser humano, que vivió encastillado en su torre de marfil leyendo libros y más libros que atesoraba desde su juventud y los tenía catalogados y numerados en el sancta sanctorum de su biblioteca. Un hombre al tanto y al corriente de las nuevas ideas suscritos a revistas de vanguardia que cree en la buena fe de sus semejantes, pero pronto se da cuenta de que es un mirlo blanco, una rara avis, que tuvo amoríos apasionantes y maravillosos pero que termina casándose con una mujer vulgar, y vive cercado de ramplonería, de zoología, de egoísmo, de esa violencia que siempre genera la política manejada por intereses rastreros y engañosos. ¿Quién puedo ser yo el doctor Raguin al que sus deseos de mejorar a la condición humana le volvieron un incomprendido y al final acabó loco? ¿El sombrerero judío que perdió la razón una noche en que se le incendió su tienda y al que maltrata el guardia de seguridad-conserje-lacayo de la autoridad el bruto de Nilkita? ¿Soy el enfermo Gromov que vive preocupado por el tema de la inmortalidad? O soy el usurpador: el sustituto, el trepa el que le quita la plaza al pobre Raguin acusándole de haber perdido el juicio. Chejov traza en estos cuadros un esquema a vuelapluma de la Rusia finisecular y decimonónica pero su diagnóstico es valedero no sólo para aquel país sino para los hombres de todos los tiempos y latitudes. El eximo protagonista de este librito tuvo vocación al sacerdocio, pero por mandato paterno ha de abrazar la carrera de medicina. Creo que es el libro más biográfico del autor del “Jardín de los Cerezos”. Su padre, diacono era chantre en una parroquia de provincias y quería que su primogénito pudiera desempañarse en una carrera más lucrativa que la eclesiástica para poder así contribuir a la manutención de la familia, cosa que cumplió Antón hasta la extenuación porque para pagar los gastos de la numerosa prole escribió tanto que murió a los 44 años. Un articulo, un cuento no pagaba la comida, pero subvenía los gastos y una obra de teatro ayudaba a alquilar la casa durante un mes. En toda la prosa de Chejov perdura, sin embargo, esa majestuosidad, ese tempo, rodeado de grandeza y de sencillez ( v e l i c h a ñ i e) de la liturgia bizantina. Es como algo mágico. Sin embargo, en este libro se nos muestra como un perfecto forense haciendo una bisección del alma humana. El eximio médico egresado de la Facultad de Medicina de Moscú acaba como director de un nosocomio en un rincón perdido de la Rusia profunda a más de 200 verstas de la estación más próxima del ferrocarril, rodeado de gentes mezquinas “que se pasaba la vida entre la baraja y las pequeñas intrigas y chismorreos, sin interesarse por nada y arrastrando una vida llena de triviliadad… No nuestro pobre pueblo tiene mala suerte”, exclama el autor acaso sin ser consciente de que Rusia tiene la suerte de contar con escritores tan enormes como Chejov que pueden hacer autocrítica de su país y que la vida en Tula resulta muy parecida a la de Chester, Tucson, México, Rosario o Zamora y lo que hace grandes y libres a los pueblos es esta capacidad de denuncia y de reacción. De este modo creo que la literatura rusa recoge el testigo de la grecolatina para proyectar problemas y tipos universales. Pero este opúsculo personalmente tuvo su historia. Hace unos meses se lo regalé a un amigo y el otro día me lo encontré en Riudavets desencuadernado y desfondado pero con mi nombre. Volvía a mí. Debo de tener por casa algún ejemplar suplente. No olvidaré que este texto en una edición de la Austral que yo había adquirido en la Casa del Libro en 1964 me acompañó en la noche triste del Parque de San Francisco de Oviedo. Yo me venía a casar con una moza y la pobre no se sintió con fuerzas de aguantarme- ahora la comprendo perfectamente- y ella renunció al altar un día antes de la boda. Dentro de las paginas guardaba una imagen de la Virgen Iverskaya, la santa matrona de Moscú y una fotografía mía de niño rubio con mis padres en la entrega de llaves de una casa en Segovia acompañados por el coronel Tomé. Esta fotografía la perdí, pero la imagen de la Iverskaya se dibujó en la cima de uno de los robles del parque de San Francisco. La Virgen consoladora vino a sumarse a mi dolor cuando había sido abandonado de todos incluso de mis padres, y permitió que, humillado, ofendido y arruinado, pudiera regresar de nuevo a mi hogar en Londres. Es por esto por lo que tengo esta historia de Chejov por taumatúrgico reclamo para el humano dolor y la resurrección. Novela redentorista en que se estudia la barbarie y la crueldad de las cárceles.  Dijo Quevedo que toda la vida es cárcel. La vida es cárcel de la muerte. El amor es preso del odio y las instalaciones de la institución psiquiatrita es alegoría de ese barco prisión y manicomio. “Hay dentro del recinto del hospital un pabellón rodeado por un bosque de arbustos y hierbas salvajes. El techo está cubierto de orín, la chimenea medio arruinada, y las gradas de la escalera medio podridas. Un paredón gris coronado por una carda de clavos hacia arriba divide el pabellón del campo que produce a la vista una triste impresión…” el pabellón de dementes es el barco que nos lleva. Acaso la vida no sea más que una locura que nos arrastra. Por eso sufren tanto los hipersensibles, los más conscientes, pero Jesús siempre les dirá “bienaventurados los que aman”.

Hay libros que puso Dios en nuestro camino para que reconozcamos nuestra estupidez y miseria y “La sala numero seis” es una de ellas.

 

SANCHEZ UN MALABARISTA A SUELDO DE LOS ENEMIGOS DE ESPAÑA LOS JUDIOS

 

YO RESUCITÉ LA PALABRA OCLOCRACIA DEL BAÚL DE LOS PASOS PERDIDOS. NO ME CITAN LO ROBADO PERO ME DOY POR SATISFECHO. ESCRIBIR EQUIVALE A DOMAR POTROS

 

OCLOCRACIA es voz griega “ o k l o s” que traducida viene a ser algo como chusma mierda gente ruin. La plebe se conforma con paz y circo, seriales turcos, futbol a cien por horas en estadios vacios pregonando goles, los debates de las reinas de la mañana sustantivos, los navajazos dialécticos del Moños, tan engreído y pugnaz que me recuerda aquel teniente donde hice la mili.

“Era de la reserva y con el pijo se jactaba de abrir latas de conservas y desafiaba a un sargento de Regulares que con la polla hacía juegos malabares, pero un capitán de mi compañía por mucho que lo intentara no podía: Moraleja en cuestión de cojones la milicia no admite graduaciones”.

 Los juegos malabares del tahúr de la Moncloa son como los de aquel capitán de mi compañía que no podía el pobre.

Abrumado por el peso de la púrpura, el Sánchez quema la pólvora en salvas ante el Covid: el gran “s c a r e” apocalíptico del Covid.

No hay que olvidarse de los pedos malolientes y poco evangélicos del papa Francisco, alguna perogrullada del Herrera en la Cope, tan engreído, tan “c o n c e i t e d“, y sevillano él, chuleta, pagado de sí mismo.

 Es un poco el reflejo de nuestra actualidad convertida en una comedia de enredo o atadero, una comedia de Plauto con los actores impostando la voz y, subidos al coturno, hablando en un tono de sabelotodo que en la oratoria castellana se denominaba:  “Pe t r u s   i n   c u n c t i s “. Es muy osada la ignorancia.

 Pues bien; me enorgullece el haber sacado del rico venero del  lexicón español la palabra oclocracia que define perfectamente al sistema que tenemos.

Es una manera pedagógica y caritativa de, incluso puesto en cuarentena y meteco en mi país, de desasnar a mis colegas. A muchos se les nota el pelo de la dehesa

 

VIENDO PASAR LA PROCESIÓN

 

 

Era Jueves Santo y en Segovia nevaba. El capirote es un poco cegato y hay tela que tapa el globo ocular. El penitente tiene que saber donde va. De ahí esa mirada de los capuchones de Semana Santa que a mí me asustaban desde niño y podían ser tan amedrentadores, como los zangarrones de Carnaval. ¡Uh.Uh¡  Que te asusto.¡ Uh. Uh!  El coco. Luego ese capirote ridículo que no era sino los viejos remilgos del alma colectiva de un pueblo que temblaba a la Inquisición y tenía que hacer muestra y profesión publica de fe en mi Segovia, y eso que allí hemos sido de siempre cristianos viejos. También a los relajados al brazo secular del Santo Oficio lo vestían con una túnica morada, les tapaban el rostro y les subían en un jumento.

A la hoguera se iba siempre cara atrás. Las procesiones son remembranza enigmática de aquel abigarrado mundo. Había triunfado el catolicismo. Casi nadie explica cómo perviven tales representaciones del fervor popular. Por unas horas aquellas masas férvidas quitaban a Dios de las manos de los curas y lo sacaban a la calle bajo estandartes. Era también un mundo gremial. Ciudades divididas en barrios. En el horizonte las cofradías. Las hermandades competían como en un campeonato de mus por exhibir el mejor cristo y la imagen de la Virgen más viva. Nosotros éramos de los Dolores de Santa Eulalia, por otro nombre Nuestra Sra. De los Siete Cuchillos. Antiguamente sector textil, mayormente tintoreros y peraíles.

Por las calles de mi pueblo aquella noche que nevaba (era la acción de los vientos exhidras o favonios que para los romanos anunciando lluvia traían primavera) porté mi cruz y camine descalzo y con cadenas por el piso helado. Bajo el capuz sonaban en mis orejas sonaban determinativas las profetas del santo Profeta “Di mi cuerpo a los que me herían y mis mejillas a los que me mesaban el cabello: no aparté mi rostro de los que me injuriaban y escupían. El Señor era mi auxilio” [Isaías 50,5,10]. A lo largo de mi vida he sabido lo que es la calumnia y el gargajo de las bocas purulentas pero mis lomos estaban bien amarrados. Sint lumbi vestri precinti(hay que atarse los machos) otras palabras que recordé al ceñirme el cíngulo o la soga de esparto de cofrade Ninguna asechanza a mi salud no obstante a pesar de aquella burrada de caminar descalzo y con una cruz que pesaba ciento veinte kilos a la costilla. Sólo agujetas un par de días pero luego como si tal cosa. ¿Milagro?  No lo sabría explicar pero algo hay.

 Uno se siente reo no sabe por quién y con complejo de culpa. La culpa. Oh félix culpa. Luego lo comprendí, era gente menos aficionada a los toros que a los autos de fe. Allí siempre gustaban las procesiones y cabalgatas. Pasos. Carrozas. El Santísimo Sacramento. La tarasca de Corpus. Las fiestas de la Catorcena. La Piedad de Aniceto Mariñas. El novenario de la Fuencisla. El gallo de san Pedro. La espina de Santa Rita de Casia. Gigantes, cabezudos y estafermos por San Juan de Junio y hasta el brazo  incorrupto de San Antonio María Claret he visto yo desfilar bajo los ojos solemnes y ensimismados del acueducto porque todas las procesiones las de la Semana Grande y las otras confluían en la Plaza del Azoguejo.

No había cine, pocos teatros y muchas ganas de aprender y de ver cosa. Los rostros de aquellas grotescas tallas y esos cristos moribundos, sanguinolentos, llagados y con la expresión de la agonía, los pelos lacios, hirsutas barbas y esas vírgenes atormentadas de expresiones compungidas blondas de seda, justillos de encaje, y moqueros de puntilla, siendo así que las lágrimas eran de cristal, arrastrando mucho peplo y mucha joya bajo el palio de brillantes se me metieron alma arriba. Fueron sensaciones perdurables. Que llevo marcadas en lo más profundo de mi ser.

 ▬¿Por qué suelta usted tanto latinajos en sus escritos, Ejusmodi?

 ▬ Toma por que va a ser porque parece que retumban en mis oídos los ecos del canto de la passio que hacían a tres voces los chantres de mi catedral –Dimas, Jerónimo y don Bernardino, el bajo Jesús, el contralto, la sinagoga y el tenor, cronista)

 Y aquellas voces, aquella melodía, suenan como un grito inmortal en mi memoria. El ámbito de las procesiones era una plástica de rigor. Sermones tallados en imágenes de cartón piedra o en madera de Espirdo. Una teología que entra por los ojos y de la que a lo largo de tus días no podrás deshacerte jamás. Lo mismo que el sonido lejano de clarines, timbales y tambores. O el silencio vibrante del Cristo de los Gascones. Nos llevaban a todas. Recuerdo un Domingo de Ramos que mi hermano Nano agarró un perra porque quería que los subieran en la borroquilla de Jesús del paso en la que el Señor hacía su entrada triunfal en Jerusalén.

      ▬Yo quiero ir ahí.

      ▬Hijo mío que esto no son los caballitos. Es Jesús que pasa camino de Jerusalén; tírale un beso

      ▬ Yo quiero subir al burro. Pues sí, pues sí y sí.

Y el Naneras se revolcó en el barro poniéndose perdido el traje de marinero recién estrenado. Le tuvieron que calentar el canto, mas ni por esas. Él berreaba aún con más fuerza.  Había cogido tal perra que se había puesto muy burrito.

 Estábamos en la acera de la calle de Muerte y Vida viendo pasar la procesión y los berridos de mi hermano que estaba de antojo creo que se escuchaban en la Escarelillas de San Roque a la otra punta. El deán de la comitiva, don Fernando Revuelto, que bien me acuerdo de su nombre y de su prócer figura casi dos metro medía, nos miraba de reojo y un canónigo pertiguero estuve a punto de acceder a los deseos del enano y ponerle sobre los lomos del borriquillo de cartón en lo alto del paso.

      ▬¿Y ahora qué hacemos, Desiderio?

  ▬Auparle en lo alto del paso,  don Fernando

      ▬Y si le seguimos dando el gusto nos pide la luna. ¡Condenado nene!

      ▬Déjenlo ustedes, señores curas, déjenle que está burrísimo –terció mi pobre padre.

Aquel día  Naneras se acordó de la tunda que le dieron por ser Domingo de Palmas. Y se lo tuvo merecido.

 Las procesiones duraban tres horas y era casi media noche cuando regresábamos a casa, mis hermanos medio derrengados y despeados de tanto estar de pie horas y horas, los pequeños dormidos en brazos de mi madre. Mi padre nos llevaba a la gigantilla o en cuello. Papá cógeme que me canso.

En el cielo asomaba solemne y compasiva la luna de Pascua. Sólo comíamos torrijas el jueves y el viernes y los soldados que desfilaban y los que estaban cubriendo carrera con el ánima del fusil mirando para abajo.  Por la radio sólo ponían saetas y canto gregoriano (ojalá volviesen aquellos días) y  las calles se llenaban de un sorprendente mujerío. De las hermosas Manolas con el rosario de cuarzo y la mantilla que iban a velar a Cristo muerto. Los hombres se metían en las tascas a beber una limonada que hacía que se te doblaran las piernas y una cazalla que llamaban los taberneros matajudios, especial de la casa para los días santos.

 Las pítimas que se cogían eran procesionales. En las iglesias el monago no tocaba la campanilla y los santos de los retablos estaban tapados tras un lienzo nazareno.

      ▬¿Por qué está triste la luna, papá?

      ▬Porque se ha muerto Dios.

Y las campanas de las catorce parroquias y de los treinta y tantos conventos y monasterios de Segovia estaban toda la noche tocando a muerto. Y hasta el Río Clamores lamía las murallas y la hoz del Pinarillo embebecido de silencio. Toda la ciudad estaba de duelo.

 Ese mundo de mi infancia es el que quise recuperar yo hace unos años cuando me vestí de nazareno. Detrás de la Dolorosa de Santa Eulalia la de los artilleros con las insignias de las lombardas al través sobre el montón de granadas en el peto de la carroza. Los cabos gastadores cubrían armas. Nos habíamos puesto el hábito a la bajada de la cuesta de Cantarranas, enristré las cadenas eslabonadas a un brete que servía de cerco a los pies y yo debía de ser un espectáculo porque el metal al contacto con los adoquines tintineaba que las llevaban los demonios o como si acabasen de aterrizar toda una división acorazada en plena Calle Real. Los grilletes y los golpes de rebenque era una escena antigua de los viejos disciplinantes. Condenados a galeras por Jesucristo. Al fin y al cabo todos somos cómitres y remeros de la vida. Túnicas moradas y hermanos mayores con hábito de galas, muy distintos al de los vulgares nazarenos con aires prepotentes subiendo para arriba y descendiendo para abajo, dándose mucha importancia.

      ▬Siga la fila, penitente, y ese capirote va de medio lado▬ ordenaba el Cofrade Mayor como si fuese un mariscal  de campo dándose aires

Estos capuchones impertinentes eran los capataces y comisarios de la procesión. Los que te metían en vereda y hacían guardar la línea. Y te daban un poco de aguardiente de guinda si desfallecías Mi cruz pesaba un huevo. La habíamos traído de Valsaín y las cadenas  eran especiales. No sé cómo resistí en aquella tarde fría de nevasca los pies desnudos detrás de mi Virgen de Santa Eulalia. Cada uno tome su cruz y sígame. Me hacía mucha ilusión seguir al Señor. Le pedía por mi familia. Por mis hijos. Le agradecí haber salido con  bien de una grave enfermedad (había estado dos años con unos dolores tremendos de barriga  y pasaba las  noches en un grito). De vez en cuando mi vista se concentraba en las aceras.

Algunas mujeres me miraban con compasión, los niños, aterrados, y algunos hombres descreídos como si aquello fuera una broma. Inquiriendo con los ojos. Pero tú de que vas tío. Y yo con los míos les respondía: por  una promesa, sí por una promesa. ¿Sabe usted?

 Horas antes de que comenzara el desfile penitencial unos graciosos habían esparcidos cristales y puntas por el firme de la calzada  por donde había de pasar  Dios. Ninguno de los nazarenos se lastimó, ¡qué cosas!

A la catedral llegamos derrengados pero airosos y con una ganas trágicas de mear. No me aguanto. No me aguanto. Ay que me lo hago. Preguntamos a un canónigo que nos miró de arriba abajo, como si fuereamos la escoria de la sociedad. Con un gesto de superioridad y como diciendo pero mira qué chiste (ya sé porque le llamaban el chistoso aquel tonsurado) como si los hombres fuéramos ángeles y no estuviéramos sujetos a las leyes imperativas de la fisiología.

Cuando haya WC en las iglesias, ermitas y catedrales, la humanidad habrá dado un paso importante. En la sacristía de la iglesia mayor de Segovia había un triste evacuatorio rudimentario. Nos vedaron la entrada a los nazarenos pues estaba reservado a clérigos, y personas consagradas y nosotros éramos vulgares penitentes. Pecadores del montón así que buscamos el rincón más oportuno, salimos al enlosado de los autos de fe y exoneramos nuestras vejigas bajo las dovelas de los postigos. Meadas de caballo o mejor dicho de verdaderos padres de la iglesia. Por debajo del halda de nuestras túnicas de nazarenos salía un chorrete cálido y espeso. Orinamos junto a la pared de la fachada más impresionante, la del Oeste, de todo el gótico flamígero. Es la puerta de Santa Bárbara una especie de Sarmental en Segovia donde yo he visto lucir las más impresionantes puestas del sol. Que cada uno cargue con su cruz. Que cada palo aguante su vela. Creo que desde su camarín la atalajada Virgen de los Dolores miraba para nosotros con compasión como diciendo: “pobres”.  Los canónigos empezaban ya a cantar el “Stabat Mater” y empezaban las horas santas ante los monumentos. Se había muerto Dios.