YO RESUCITÉ LA PALABRA
OCLOCRACIA DEL BAÚL DE LOS PASOS PERDIDOS. NO ME CITAN LO ROBADO PERO ME DOY
POR SATISFECHO. ESCRIBIR EQUIVALE A DOMAR POTROS
OCLOCRACIA es voz griega
“ o k l o s” que traducida viene a ser algo como chusma mierda gente ruin. La
plebe se conforma con paz y circo, seriales turcos, futbol a cien por horas en
estadios vacios pregonando goles, los debates de las reinas de la mañana sustantivos,
los navajazos dialécticos del Moños,
tan engreído y pugnaz que me recuerda aquel teniente donde hice la mili.
“Era de la reserva y con
el pijo se jactaba de abrir latas de conservas y desafiaba a un sargento de
Regulares que con la polla hacía juegos malabares, pero un capitán de mi
compañía por mucho que lo intentara no podía: Moraleja en cuestión de cojones
la milicia no admite graduaciones”.
Los juegos malabares del tahúr de la Moncloa
son como los de aquel capitán de mi compañía que no podía el pobre.
Abrumado por el peso de la
púrpura, el Sánchez quema la pólvora en salvas ante el Covid: el gran “s c a r e” apocalíptico del Covid.
No hay que olvidarse de
los pedos malolientes y poco evangélicos del papa Francisco, alguna perogrullada
del Herrera en la Cope, tan engreído, tan “c
o n c e i t e d“, y sevillano él, chuleta, pagado de sí mismo.
Es un poco el reflejo de nuestra actualidad convertida
en una comedia de enredo o atadero, una comedia de Plauto con los actores
impostando la voz y, subidos al coturno, hablando en un tono de sabelotodo que
en la oratoria castellana se denominaba: “Pe t r u s
i n c u n c t i s “. Es muy
osada la ignorancia.
Pues bien; me enorgullece el haber sacado del
rico venero del lexicón español la
palabra oclocracia que define perfectamente al sistema que tenemos.
Es una manera pedagógica
y caritativa de, incluso puesto en cuarentena y meteco en mi país, de desasnar
a mis colegas. A muchos se les nota el pelo de la dehesa
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