No me place ni
complace la terminología con que el Kremlin califica a los partidarios del
gobierno marioneta de Kiev: fascistas, nazis. En Europa quedan pocos de ellos,
aparte de que muy pocos han leído a Ernesto Gimenez Caballero y no saben lo que
es el fascismo, o están en la cárcel, o amarrados en blanca dentro del castillo
interior. Pero el vocabulario les viene bien a los rusos porque instiga al
espíritu patriótico del ruso común: derrotaron a los alemanes en la llamada
guerra patria. Ya he denunciado que con tal sintaxis Putin puede caer en la
trampa y ponerse al servicio actuando de "sparring" y ofreciéndose a
un movimiento de tenaza para llenar los campos de Europa de sangre que es el
interés al parecer de Obama. El régimen democrático- ahí está la madre del
cordero y el busilis de la cuestión- se parece más a una autocracia, oligarquía
totalitaria funcionando a base de partidos políticos que paga el gran capital y
una prensa y una judicatura y una policía a su servicio que tiene poco de
democracia o dominio del pueblo. El pueblo no cuenta para este sistema. Son los
trusts bancarios y financieros los que dominan y conminan como en la
utopía orwelliana. Esto es el fin de la historia, el encefalograma plana, la
violencia en las calles y el miedo en el alma. Los que considerábamos a Putin
una especie de salvaguarda de los valores cristianos hemos experimentado fuerte
desencanto pero puede que sea una falsa alarma porque Rusia es el molde de un
enigma y es difícil conocer el pensamiento de los "padrecitos". En
este tour de forcé o batalla por defender la paz y esclarecer unos hechos tan
oscuros como la crisis ucrania inserto ahora en este miradero un post en que
narraba mi visita a Kiev el alma de las ciudades rusas hace unos cuantos años.
Me gustaría que alguien leyera el artículo y me comunicara mi opinión. No hay
nazis por aquí ni fascistas. Todos los que surgen saltan desde Washington.
Obama mediante sus lacayos es el que está utilizando en el mundo la dialéctica
de los puños y las pistolas
UCRANIA NO MERECE
UNA CONFLAGRACIÓN ATÓMICA... pero
Viernes de cuaresma, escucho por
Internet al patriarca Cirilo que celebra el oficio de difuntos en la catedral
con la luz apagada sólo luce la luz de la vela que ostenta en la diestra sobre
el libro de plegarias, su voz es hermosa y tan clara que casi entiendo su
perfecto ruso, el coro canta las letanías, pido perdón por mis pecados.
¡Oh Señor dadme un alma limpia y
el corazón puro!, me encomiendo al apóstol Andrés el rudo pescador de
Tiberiades esta es mi fe mientras conjeturo a través de la hermosa voz de
chantre de esta eminencia de la iglesia del Este tiene mucho más gancho que los
poses de Francisco al que todo el mundo tirios y troyanos sobajea con la baba
de la adulación (¡malo!) mucho pontífice y poco cristo en este Papa, el fin y
es el medio.
La melopea de los coros eleva mi
alma y la esponja de una indescriptible tensión hacia lo alto y al perdón. Es
una gran cosa Internet que se pueda rezar sin necesidad de tener que acudir a
la iglesia.
Hoy una guerra mundial sería
dificil gracias a William Gates
Se lo debemos a Guillermito
Puertas el tercer judío más importante después de Cristo y Carlos Marx las
cosas como son. ¿Veis como no soy tan antisemita como me llaman? Y repaso mis
notas de viejo periodista con el colmillo retorcido. Ucrania. Kiev. La visité
años ha. Me pareció una capital maravillosa detrás de las montañas a la vera
del Dniéper.
Tenía ese aire simpático y cosaco
con la que describe Gogol. Allí me hice fumador en pipa guiado por un consejo
del autor de "Almas Muertas" que dice que los caballeros del Don
podrán vivir sin mujer, sin dinero, sin comida pero siempre llevarán en el
bolso de la sahariana su "trubka" (cachimba) compañera de infortunios
y paño de lágrimas. Kiev era más soviética que Moscú.
Kiewva capital de la tecnología
soviética
Visité las minas de la región y el
centro de investigación para el desarrollo de la Cibernética con sede en Kiev.
Las programadoras que vi eran enormes y casi antediluvianas pero los soviéticos
no querían perder al paso que marcaba la IBM californiana. Vi allí el monumento
a Lenin, los ucranianos me parecieron más simpáticos, abiertos- su acento se
parece un poco al gallego- y dicharacheros que los moscovitas.
Todos hablaban bien el ruso. En
casa y cuando no había ningún extranjero delante o en la conversación privada
lo hacían en vernácula, una lengua mucho más fácil en las declinaciones pero
con una complicación verbal de tiempos fuertes y débiles y de aoristos
semejante al griego, más vocales y menos consonantes.
Eran los tiempos de la distensión
aquellos felices años 70. En las tiendas no había carestía de artículos de
primera necesidad pero faltaban esas gollerías del lujo occidental.
Desabastecimiento
Vi a muchos militares que portaban
una cartera de mano como mi padre. Si se corría la voz de que había salchichas
o pepinillos en tal establecimientos pues allá se presentaban tenientes y
capitanes para llenar el saco y llevárselo a la familia. Las autoridades decían
que no había desabastecimiento pero todo escaseaba menos el vodka. Faltaba el
pan lo que no deja de ser un contrasentido porque Ucrania es el gran granero
del mundo pero se exportaba para conjugar la sangría de los gastos militares.
Las atmosfera de paz (mir) que yo
percibí en aquella gira de antaño contrasta con este ambiente crispado de
palos, botes de humo y ataques en falange contra los guardias en la revolución
de Maidán.
Eran escenas propias de la guerra
de Troya y de asalto a las plazas medievales y el más lerdo observador podría
constatar que la revolución había sido provocada por una quinta columna. Se
habían presentado en aquella hermosa plaza las huestes de Obama, de la Merkel,
de Tusk el polaco y del Vaticano.
En el argumento de que se ha
derribado a un gobierno legítimo mediante la utilización de mercenarios
facinerosos intentando reproducir secuencias de lo ocurrido en Bucarest donde
triunfaron o en Tripoli o en el Cairo o en Damasco lleva razón Putin al que a
mi juicio asiste la legalidad.
Putin y Stalin bajos de estaturas.
Putin el hombre de hielo nada
tiene que ver con la semblanza que de él trazaron sus enemigos cotejándolos con
Hitler o Stalin. Con ellos no comparte más que la similitud de ser pequeñitos.
Stalin medía 1.65 de estaturas y el Führer poco más. Volodia tampoco es un
gigante pero es deportista, aunque frío como un tempano, nada idealista sino
realista y desconfiado como lo era el "padrecito" con el que comparte
el amor al lujo y a la dialéctica del boato bizantino. Aparte de un judoka peso
ligero pero muy contundente en el tatami (a Obama le está marcando un ipón)
juega al ajedrez, ha hecho un jaque mate. Claro que estos triunfos iniciales y
estas victorias ruidosas pueden convertirse en nada a medida que avance la
crisis ucraniana. Los americanos siguiendo las antiguas tácticas de la guerra
fría, a sabiendas de que el talón de Aquiles de la URSS eran sus republicas
satélites bajo su férula, le han echado los perros por Ucrania. La respuesta
del Kremlin rápido de reflejos enviando la flota parece haber desconcertado al
Pentágono que no aguardaban reacción tan drástica.
misticismo eslavo
Ucrania no merezca tal vez una guerra atómica (el mundo es interdependiente y
global y luego están las redes, Internet no existía cuando la guerra del Golfo,
ni el año 89 con la caída del Muro y el fusilamiento de Ceaucescu) pero el
mundo está pesando terrenos peligrosos. Crimea es el axis de la estrategia de
defensa de Rusia y ha pertenecido a los zares desde las guerras del Queroneso
de los griegos, hecho innegable, pese a la alacridad con que se condujo Nikita
Jruchev al respecto en 1954. Una cesión al que el mandatario de la Crisis de
los Misiles no dio importancia porque Ucrania era una de las republicas
punteras de la Unión Soviética fiel al Kremlin. Luego la tuvo, cuando fue
amputada Ucrania del tronco central al derrumbarse la URSS con las trágicas
experiencias de la explosión de Chernobil y el golpe de Estado que acogotó a
Gorbachov arrestado precisamente en Sebastopol. Putin desde luego no es un
romántico aventado como Hitler ni quiere un Reich al estilo nazi pero hay en
sus rasgos un ademán imperialista.
poliorcética
Los rusos son especialistas en la
guerra defensiva y su estrategia militar es poliorcética no de ataque (la
invasión de Hungría y la de Checoslovaquia fueron una excepción a esta regla)
pero están imbuidos de un espíritu mesiánico-místico que puede volver muy
complicada la cosa. Miran a Occidente como un foco de podredumbre y eso es
cierto a la hora de redactar estas líneas y aspiran a la mejora de la condición
humana, yo me encontré muy pocos comunistas en mi viaje tras el Talón de Acero
y sí gente muy ilustrada, amante de los libros, de la buena musica y de la
conversación. Comulgan del espiritu redentor o liberador que conceda a los
pueblos una vida más digna y mejor. El alma rusa es como una
"ninosca".
Rusia molde del enigma
Nunca se sabe la figura que te vas
a encontrar al fondo de la caja. En este cuadro de "barbies", la
muñeca del misticismo se sucede con la del maquiavelismo, y luego viene la
desesperación, el pesimismo, la resignación, la repulsa, también el belicismo
porque los rusos llevan el espíritu militar en la sangre, son de formación
escolástica aunque cuenten por el abaco y hasta a los escolares los visten de
uniforme. Para mí la veta más importante de la impávida ninosca donde se
guardan los enigmas es el icono de la Resurrección bien guardado entre los
entresijos del alma rusa. Rusia es el pueblo de la Resurrección. Siempre
resucita y cuando la ves más baldada o contra el rincón se incorpora y resurge.
Y eso pocos lo saben, como lo sé yo. He ahí un signo de esperanza contra los
que cocean mis paisanos cuando dicen "no queremos salvadores". Pues
bueno