2022-07-21
J SENDER: "ALFONSO XIII ERA UN CENIZO COMO TODOS LOS BORBONES"
SENDER
CONTRA LA GAFANCIA DE LOS BORBONES
El
trece mal número fatídico que cuadraba a un rey de ojos
inexpresivos y mirada vacía un rey "esparrancao"
aficionado al porno duro (queda por ahí alguna pelicula años veinte
cine mudo en la cual participó como protagonista) al decimotercero
de los Alfonsos se deben los veinte mil muertos de Annual y los doce
mil de Monte Arruit, según
declara Sender en sus confesiones. Sangre española. El 13 mal
numero. Enfrentado al peligro, no arrostró su obligación como hizo
el último de los Romanov o su tatarabuelo Luis XVI. Los borbones
traen mala suerte. Error imperdonable del dictador al reinsertarlos.
Es una monarquía con bicho.
Ramón
J. Sender culpa a Franco de haber desaprovechado la ocasión para
desterrar a estos dinastas con mal fario y establecer el reino de la
justicia social. El tercer tranco de su libro autobiografico "Crónica
del Alba"
es un canto de amor a España al heroismo de sus pistolos
que luchan bajo el mando de una oficialidad en muchos casos corrupta.
"Algunos de nuestros jefes y oficiales eran más perniciosas
para la patria que el propio Abdelkrim".
Marruecos
siempre Marruecos. El Rif misterioso. Pelear contra el moro tuvimos
por costumbre, pero el moro es hermano nuestro. Luego serían los
soldaditos de la Yehala los que sacarían a Franco las castañas del
fuego ayudandole a vencer en la guerra del 36. Una larga historia de
amor y desamor, de encuentros y desencuentros. Salam
malikum. Y malikum salam.
Cuando
aparece en escena el "djin"
(Satanás),
que malmete, estas relaciones se alborotan. Sender fue como Pedro
Antonio de Alarcón
como Arturo Barea
o Ernesto Gimenez
Caballero, Mola, Sanjurjo y tantos otros
escritores soldado en la guerra de Melilla. Sus páginas están
impregnadas de ese sol místico de la Elvira desierta y es lo que
significa la palabra
elvira
en árabe: desierto; su pluma tallada en las arenas del Sahara.
Sopla
sobre ellas el "levante" que es una aire que enloquece.
Estuvo Ramon J. Sender -cuatro años de mili- destacado en un
regimiento de infantería de línea el Ceriñola 42 y, enamorado de
una hispano-marroquí, la bella Antonia, vendería panes de munición
y cartuchos a los de Abdelkrim. Libró de ser fusilado y condenado a
trabajos forzados en el penal del Hacho salió libre tras la amnistía
decretada por el general Berenguer.
Una
vez excarcelado se dedica a buscar a su bella jarifa por todo el Rif.
Vestido de moro con babuchas y chilaba encuentra a su ex en un aduar
de la frontera con Argelia. Es una historia apasionante en la cual el
escritor aragonés revela sus facultades narrativas y la capacidad
para la intriga y el suspense. Vierte el relato en una prosa nada
alcorzada ni melindrosa. Es escritura verdad sin impostar la voz ni
hacer gorgoritos efectistas al estilo de Baroja
o Azorin
o de Unamuno
del que dice que era un pobre hombre con muy mal oído para el
párrafo musical (sus páginas carecen del concento o esa disposición
armónica, ese atisbo, que tanto abunda en la obra de Cela o de Valle
Inclán
O Pérez de Ayala.
Por cierto, Unamuno no tenía ideas originales, toda su obra la copia
de filososfos extranjeros: Hobbes,
Nietzache, Holderling.
Perez de Ayala
le
parece al autor aragonés un vasco
insoportable que trufa sus obras de vocablos culteranos para
demostrar su ascendiente jesuita curtido en lecturas clásicas.
Solo
se libran de sus varapalos Cansinos
Assens
que era un sefardita gordo y procesional que hablaba todos los
idiomas del mundo y traducía a los maestros rusos. Gomez
de La Serna
le parece un madrileño simpatico y castizo pero algo afrancesado.
Ramon
J. Sender se expresa de una forma llama y libre a la manera de como
hablaban las gentes de su Calamera natal. Pero también
incorpora a sus libros el lenguaje del cuartel y la trinchera. La
guerra huele a mierda y a listerina, y a desinfectante hieden los
cuartos de banderas.
El
Bajo Aragón es tierra fronteriza de romis, muladies y aljamiados que
revelan una larga convivencia y entendimiento con el Islam. Tierra de
hombres cabales con nervios de acero y sangre en las venas. Pero las
cosas son como son hasta que dejan de serlo. Y el español ha
incorporado a la masa de su sangre virtudes y defectos de su herencia
morisca. Por ejemplo, la arrogancia, el valor, la insolaridad
peninsular que nos viene de los benimerines.
España
sigue siendo un reino de taifas con mucho orgullo local con el riesgo
de perder el sentido nacional.
Crónica
del Alba es
un tour
de force narrativo
que, en ocasiones, recuerda escenas increibles de aduares y vuelos en
alcatifa como en las Mil
y una Noches;
otras, plantea escena las princesas jarifas del Romancero que
regresan a la grupa del caballero don
Bueso de
tierra de moros y que son en realidad cristianas cautivas. Buen
pueblo pero mala gente. Regido por políticos indotados y monarcas
cenizos. !Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Los
siete trancos de esta extensa novela autobiográfica son siete
arracadas o perlas colgantes que se exhiben como el Tesoro visigótico
de la cruz de Guarrazar, muestran a un escritor-verdad, que trata de
interpretar la vida española en el tiempo de la república
y los años previos a la guerra civil.
Sopló
un levante de locura cainita y vinieron las gumias. El gemido de las
parcas llenó el país de cantos lúgubres.
La catástrofe se pudo evitar si no hubieran tenido tanta fuerza los
masones y los poderes en la sombra no le hubieran apretado las
clavijas a los militares sublevados y el Faenas
viscoso
y verrugo (así
llama a don Manuel
Azaña)
no hubiera sido tan malvado, o se hubiera dado a la fuga el monarca.
El
conde
Romanones
bajó a despedirle a la estación de Torrelodones. Alfonso XIII
abdicó. España, ahí te quedas. No se fue el caimán por la
barandilla, que se fue por Cartagena.
El
pueblo asistió ignorante a aquella hecatombe y tomó las armas del
bando en que se encontraba cuando estalló el Movimiento. Algunos
como el propio autor se pasaron del bando nacional al republicano
porque sus ideas se inclinaban hacia el progreso, la democracia y la
libertad. El regimen del 14 de abril del 31, lo dice con todo su
dolor Sender, fue un sistema político que malparió. Pronto vinieron
los desengaños. Esto no furrula.
La
republica a juicio del ex soldado aragonés que al llegar a Madrid se
hizo periodista cometió el error de trocar la enseña roja y gualda
[cierto que una bandera no es más que un trapo pero por defenderla y
honrarla...
habían muerto tantos] por el carmesí. El color morado es el de los
borbones y da mala suerte. El error lo han vuelto a cometer los de
Podemos. Impolitica medida del Faenas
Verrugado
fue también la orden de quemar conventos.
El
moradillo es tintura del hematoma y de la sangre coagulada.
Anticipaba la degollina. El Viscoso era un "bassani"
(hijo de mala madre) para los moros que cruzaron el Estrecho. Además
era un cobarde, aunque buen orador.
El
amarillo sin embargo es color limpio de los campos de España donde
el trigo de los espacios de la tierra de pan llevar contrae
matrimonio con el rojo de la amapola. Se fundían
así la pasión y la contemplación. Dos cromatismos fervientes que
no había por qué cambiarles por el cárdeno de Villalar, que es
color de la derrota.
Luego,
aquello sería un desbarajuste. España abrió la puerta a todo el
lumpen de Europa y de Estados Unidos. Los de las brigadas
Internacionales
tenían la idea de que se alistaban con el bando de la República
en favor de unas vacaciones pagadas. Cuando se dieron cuenta de que
la cosa y que se derramaba mucha sangre en el campo de batalla pues
aquella guerra nunca fue un paseo militar, iba en serio regresaron a
sus casas. Españoles ahí os quedais.
Todas
estas ideas anarquistas del escritor nacido en las riberas del Cinca
y para libre Aragón ya lo dijo Baltasar Gracián volvieron a Sender
sospechoso tanto a ojos de los azules como de los rojos. Barruntaban
que fuera un doble agente. En Burgos y en Calamera estuvo a punto de
ir al paredón. Salvaría la piel mediante ardides y subterfugios,
sin que ello le librase más tarde de las penalidades del campo de
concentración francés y de la hégira primero a Mexico y despues a
USA.
Su
obra está plagada de aforismos y de reflexiones filosóficas
fruto de su conocimiento de las lenguas clásicas y de la mitología
indoeuropea. Así escribe, verbigracia, que el Nuevo Testamento se
encuentra trufado de contradicciones. Sin embargo, en abono de su
divinidad declara que la narración de la Pasión del Señor, según
los Evangelios Sinópticos, es el texto más maravilloso que haya
podido salir de de la pluma de un hombre a lo largo de todos los
tiempos. Con toda seguridad fue inspirado por Dios.
Le
gusta san Agustin porque le parece el autor más humano de toda la
patristica y admira a Teresa de Jesus en su casticismo del espíritu
castellano más realista, cuando conversando en tiempos de soledad y
de sequedad, con Jesus se queja al Amado de sus dolencias
espirituales y carnales:
- "No
me extraña, Señor, que tengas tan pocos amigos a juzgar por lo mal
que los tratas",
Sostiene
que el cristianismo y el budismo con sus postulados de dulzura
quietud y amor para con los enemigos son dos formularios de carácter
femenino:(el yin de los chinos). Sin embargo, el Islam - el yen- es
una religión viril al igual que la Ley Mosaica.
Ambas
religiones presentan a un dios tronitonante que no se humana, oculto
en la montaña del Sinai o la piedra de la Caba. Stalin y Hitler, por
ese mismo renglón, son deidades másculas que pertenecen al linaje
de Maquiavelo. Nietzsche y Siva. Así habló Zaratrusta.
Platón
y Socrates honran como principio
religioso a la filosofía de la razón. Espinoza el converso al que
expulsaron de la sinagoga de de Amsterdam pulía el diamante mientras
presenta para la historia un sistema envenenado de divinidad. Es el
panteísmo
como venero del que todas las fuentes del pensamiento brotan. Fe es
creer lo que no vimos dice el P. Astete . Ahi me las den todas.
A
Dios nunca lo vimos pero ejerce el oficio de guardabarreras del
mundo. Un oficio en el cual en verano te escaldas en invierno te
arrices y siempre te jodes. Hay que seguir buscando.
Los
libros de este autor aragonés es un monumento a la hispanidad desde
el fantasma
libertario y anarquista total. Deberían ser preceptivos en los
escuelas de la nación para que lo jóvenes
supieran verdaderamente qué es lo que pasó por qué pasó y cómo
pasó.
La historia de España no es un cursi serial de "Cuentame" ni de "Aguila Roja". Es mucho más. Mientras no salgamos de ese circulo vicioso y expurguemos nuestras conciencias, España, acervo de las tres religiones, seguirá siendo un país maldito malmetido por politicos trincones y periodistas buscones siempre de tertulia en alarde del pose y nadando estilo mariposa.
SOBRE MATEO ALEMÁN. ESTOS QUE ESCRIBEN Y NOS PERSIGUEN SIENTEN HORROR ANTE EL JALUFO Y EL AGUA BENDITA
ANIVERASARIO CUATROCIENTOS DEL GUZMAN DE ALFARACHE
Barcelona 1615 sale de tórculos GUZMÁN DE ALFARACHE después del Lazarillo y el Buscón gloria del género picaresco mayor contribución de la literatura castellana a la narrativa europea. Un género español
Esos sí que eran libros y no los engendros que publicaba la Carmen Bacells que la convirtieron en mujer rica.
La efemérides desgraciadamente pasará desapercibida, en medio de esta voragine de autoflagelación y de renegados (el último ha sido ese cineasta fracasado que no vale ni siquiera para la pornografía en sus películas al que llaman “Ojo Pipa”) está de moda blasfemar contra la patria y a algunos le lloverá en los hocicos el propio gargajo.
Se van a bañar en su propia mierda y hoy se ha muerto la Barcells esa bruja catalana que se inventó el boom. Fuese y no hubo nada. Literatura de usar y tirar. Panfletos que no pasarán a la historia. Con todos mis respetos para los premios Nobel concedidos a dedo, mediante enredos de las logias. Nunca acabé un libro de García Marquez y de Vargas Llosa.
El castellano es una lengua tan poderosa que sobrevivirá a la acción demoledora de esos latinoches. Nunca conseguí terminar ningún libro de García Márquez y a Vargas Llosa otro invento de la leridana se lo regalo a la China de la que se dice tener música en la crija. El premio Nobel no se acomoda a mi verija. Su laurel tiene bicho, se lo dieron por pertenecer a la gran organización demoledora.
Que le aproveche, si es que puede y a los ochenta todavía se le empina. Que uno está curado de espanto. Igual que la mula del atabalero, no me asusto por nada.
No es cosa de ahora este negacionismo. El Estebanillo, el Marquillos de Obregón El Guzman de Alfarache ya aludían a él Su autor Mateo Alemán un clérigo que se hizo soldado, capitán del tercio de Lombardía que acabó en galeras, fue contino o cortesano en la corte de Su Majestad, caritativo con los menesterosos y beneficiario del hospital de pobres de Antón Martín, ayudó a las mujeres perdidas de la calle de Toledo y secundó ciertos movimientos místicoides de su tiempo como el de las beguinas, monjas seculares o terciarias del beaterio de la Puerta de Toledo. Estuvo muy en contacto con la miseria humana y las realidades sociales del llamado Siglo de Oro. Sus mermas le hicieron conocer la vida de los veteranos de los Tercios de Flandes y el vagabundaje. España siempore se desentiende de sus heroes. Es una mala madre de los hijos que la defienden y dieron su sangre por ella.
Al final de su libro hace una reflexión de suprema actualidad a la sazón sobre la hispanofobia “:… y si eres español por ventura dondequiera que fueres serás mal recibido aunque te pongan buena cara, que aquesta ventaja hacemos a las demás naciones del mundo ser aborrecidos de todos, cuya sea la causa yo no la sé”.
Es frase que calca Vicente Espinel en su Marcos de Obregón, e idea en la que reparan también Cervantes y Quevedo el cual llegó a escribir su “España contra todos” en defensa de la hispanidad. Hablase ahora mucho de antisemitismo islamofobia chauvinismo y cristofobia. Todos estos sentimientos en parangón se colocan al mismo nivel que el furor antihispanico que se proyecta con la rabia de un nuevo negacionismo. Así como algunos niegan el holocausto de algunos judíos, otros despotrican contra la labor civilizadora y cristianizadora de España, viniendo sus gritos, ay, del propio seno de la iglesia romana por cuyo lábaro y enseña murieron miles de españoles en toda Europa. Y todo viene de aquel fraile flamenco hijo de padres desconocidos que se llamaba Erasmo de Rotterdam. Fue el que dijo:
▬Odiamos a España
Por lo visto los poderes ocultos del dinero la infamia y tergiversación no perdonan a La hispanidad su talante independiente.
Gran error de la historia de España es el haberse salido de los cauces entablillados a la férula del Gran Diseño.
Otro caso de odio atávico feroz incomprensible visceral podrían ser Rusia y el imperio romano. Lo justifican sus intérpretes porque tanto en España como en Roma como bajo los zares dominó el imperio de la cruz constantiniana im hoc signo Vinces. Ese estandarte para sus jerifaltes tan detestable. Con tal baldón, con ese pasaporte escarlata de la gran coroza hemos de marchar los españoles por los vericuetos intrincados de la Historia.
El furor hispanófobo cunde por doquier pero no es cuestión de adentrarse en los misterios de este fenómeno que constituye una de las claves del laberinto español sino solazarnos con un genero que se invento en España (Schelm Literatur de los germanos) y que imitan otras literaturas europeas: Tristan Sandy, Gil Blas, Tom Jones o Rabelais.
Con sus libros en la mano, los españoles dando un ejemplo hacemos autocrítica mirándonos en los espejos ustorios de la sátira.
El Guzmán tuvo una buena acogida, se vendieron sesenta mil ejemplares de un envite hasta el punto de que pronto tuvo émulos. A Mateo Alemán le ocurrió lo que a Cervantes con el Avellaneda. Le copìaron el libro aunque tampoco en cuyo caso segundas partes fueron buenas Causante del latrocinio fue un valenciano, un tal Mateo Luján.
Seguramente fue de origen converso como la mayor parte de los literatos de su tiempo pues se ríe de las ejecutorias de hidalguías de todos aquellos que se ufanaban de ser godos de pura cepa y de provenir de la pata del caballo del Cid que se llamaba Babieca “cuando todo sabemos que su abuelo tuvo colgado un sambenito del techo de la catedral de Toledo”… que preparaban la adafina los viernes para ser olla podrida o cocido del sábado… que se santiguaban poco y cuando lo hacían sentían pavor al agua bendita y a la carne de cerdo”, etc.
En esas estamos desde entonces entre Scilla y Caribdis entre estocadas y palenques. Mateo Alemán escribía en estilo gnómico o sentencioso. Tales conversos como Lázaro de Tormes o Rinconete o el bueno de Pablillos poco tienen que ver con los renegados de ahora. Que escupen contra la cruz, ganan millonadas, aparecen a cada hora en TV y sólo creen en los Derechos Humanos con la boca pequeña. Aquellos pobres desgraciados creían en Jesucristo y eran mucho más ingeniosos que estas sotas de oros y bustos parlantes, renoveros y tertulieros del telediario, que trillan la parva de la obviedad y el lugar común en sus comentarios sin chispa ni gracia ninguna.
Porque en vida y en muerte debió de ser un estoico. Los lances picarescos que relata en los trancos o capítulos de su libro carecen del donaire del Buscón o de las carcajadas del Lazarillo. Sin embargo el estilo es depurado y perfecto. En Italia era conocido como el “español divino” príncipe de la elocuencia que sabía escribir diestramente y con elegancia. España mi natura Italia mi ventura. Perteneció a la pléyade de soldados escritores que combinaron a Marte con las musas y cayeron rendidos ante la belleza de la lengua toscana o del paisaje de las ciudades italianas. Su descripción de Siena y de Florencia así lo avalan. En ellos las armas y las letras se hermanan en pro de una cultura clásica y humanista que es lo que les falta a los del boom.
No es extraño pues que Mateo Alemán fuese devotísimo de uno de los mayores santos italianos san Antonio de Padua cuya vida escribió. La candorosa devoción de esta hagiografía no es óbice para que despliegue en sus libros un acre conocimientos de las mermas y pecados de la sociedad de su tiempo. El mayor pecado de la catolicidad es la envidia. Alemán ya los catalogó a todos estos vanílocuos falaces desaprensivos “papelistas largos en palabras escasos en verdades”. Apuntaba sus dardos contra los frailes. Siempre tendremos estorbos, decía, y embarazos de los hombres bajos. “nunca faltará otro Gil que nos persiga” y de ahí se puede sacar toda una categoría de gilitos dominguillos. Mateo Alemán fue el primero en describir al perfecto gilipollas, espécimen que tanto abunda entre nosotros y por un nunca faltará in don gil que te persiga. Por culpa de uno de esos se pasó un lustro de su vida al remo ¿Dónde estás Raúl del Pozo? ¿Dándole a la maquina de hacer jabón y cultivando metáforas rimbombantes?
Cómitres, esparaveles, chusma. Pero la mula del atabalero nunca se espanta. No nos pille de sorpresa. Lean el Guzmán de Alfarache y se darán cuenta y razón de lo que digo: Arturo Mas es el reflejo de ese don gilito que nunca faltará que nos persigue y que Mateo Alemán retrata en su magistral libro un verdadero antídoto contra la hispanofobia
agua que se quema el rio
este blog defiende la unidad de España y a su cultura
DE TRASVASES Y OTRAS VAINAS. PERO EL EBRO ES EL RÍO PADRE DE ESPAÑA
Antonio Parra
Agua que se quema el río y cosas veredes. Los desgobiernos y despropósitos nacionalistas de esta plutocracia que está derivando en Putocracia y no hay que ver más los programas de la tele en las veladas aburridas que aquí unos pocos deciden el destino de las muchedumbres controladas por el voto y la bota de la ley de Hont, le quieren meter mano al Ebro. Esta es una de las primeras cosas que se estudia en poliorcética. Lo primero que hay que hacer cuando se asedia una plaza es cerrar la canilla y cortar el agua. El Guadalquivir por ejemplo fue desviado, cuenta un cronista, de su curso por Leovigildo cuando asediaba a Córdoba defendida por su hijo Hermengildo. Almanzor talaba campiñas y quemaba la mies pero los cristianos que tampoco eran mancos controlaban el flujo de las grandes acometidas. Así Alfonso secó las fauces del Tajo. La guerra del agua es vieja como el mundo. Era una táctica estratégica practicada por los cartagineses de Aníbal y por los romanos. Ahora el Ebro agua que se quema el río agua para Barcelona, un capricho de los nacionalistas catalinos, los españoles a pagar la obra y ellos el beneficio, cuando vienen a Madrid nunca hablan en catalán puede hacer una revirada de su curso natural. Obras y desvíos. Pero cuidado el río Ebro es el río padre de España a la cual entre unos y otros están desmembrando. Ebro. Iber. Y dice el refrán que Segre, Arga, Gallego, Zadorra, Nela y Aragón hacen al Ebro un río mayor. Es el río padre. El más caudaloso de España. Recordemos aquellos nombres que aprendimos en las lecciones de geografía en la infancia. El Ebro nace en Peña Labra y desemboca en Amposta por Tarragona. Su curso se prolonga 927 km bajo la mirada de las crestas nevadas del Pirineo. Padre de España. Ay si Gracián levantase la cabeza. Caudal libérrimo que pasa cruza españolísimo por las barras aragonesas y que ahora quieren los pruritos nacionalistas catalanes convertir en cuatricolores. Se hace grande y gana empaque en Miranda y al cruzar por Zaragoza a la Pilarica le canta una jota. Nadie ha escrito mejor sobre este tema que Pedro de Lorenzo aquel falangista placentín al que los avatares hicieron monárquico y terminó engalanando el ABC –ay aquel ABC de don Torcuato ¿adónde fuiste a parar?- en una obra cumbre que se llama Viaje a los ríos de España siguiendo los indicios de la Crónica General del Rey Sabio que llama a España “tierra de bienes favorecida y de gracias naturales bien abastada”. Ebro es río padre de España. Y madre de Aragón a libre Aragón, comentaba Gracián. No entiendo mucho esto de los trasvases. Me huelen a chamusquina pero muchos políticos y politicastros y crestas coronadas (muchos cetros derribó la ira) de la punta al pomo son unos tanarras. Los catalanes quieren volver a sacarnos los cuartos y cabe recordarles que si beben agua todavía en Barcelona lo poco que queda el chorrillo se lo deben a los pantanos de Franco. Pero claro aquella infraestructura era para un país de poco más de treinta millones de personas y hoy en las grandes megapolis del mundo entre las cuales se encuentra la capital del principado con sus casi diez millones de habitantes se está acabando lo que se daba. Se agota el surtidor. Agua que se quema el río. Guerra del agua. Aquí podemos reventar todos como el lagarto de Jaén pero uno está preparado de antemano. Me crie en un pueblo donde aun no habían hecho la traída. Si te daba un apretón había que ir a obrar a la cuadra, y de lavarse, en la palangana y vas que chutas, grifos no había. Soy de la generación que llegó la primera al bidet y al inodoro porque antes no había papel higiénico en España y las mozas se limpiaban el culo y lo otro con una teja Y mi tía Paulina me ponía en la mano un botijo:
-Venga, Antoñito, a por agua.
Estuve yendo y viniendo a la Fuente Colorada y Uy dios mío que chorro manaba en aquellos tiempos. Tenía que echar tres o cuatro viajes con el botijo o la cántara a cuestas pero poco importaba. El sitio era agradable. Las mozas enamoradas pelaban la pava con sus pretendientes y de paso llenaban el cántaro. Yo me conformaba con mi botijo. Humilde e inocente niño me era yo. Hoy aquel lugar es un asperizo. Ya la fuente no mana. Y no es que haya venido Almanzor a sitiar el pueblo. Que va. Es la avaricia de los aldeanos que han perforado el somo con taladros kilométricos para chupar H2O para su remolacha y venga líquido elemento. La avaricia rompe el saco y no les tengo ninguna lastima a los de Fuentesoto, buen pueblo pero muy mala gente. ¿Que tienen sed? Pues que se aguanten. Que los acuíferos no son inagotables. Tiempos vienen de vacas flacas y dicen los asturianos: “ficistela en Pajares, pagastela en Campomanes”. Es el pueblo de abajo. Y en España los de arriba y los de abajo siempre anduvimos a cantazos empuñando el bichero o el garrote para deslomarle las costillas al prójimo. Agua que se quema el río. Convite de catalanes y dicen los cursis que el agua es un bien escaso. Eso ya lo sabíamos. ¡No te jode!
Publicado por la catuxia en 19:11
2022-07-20
MI HERMANO ES CAIN SE LLAMA JAVIER PARRA GALINDO Y FUE UN PERIODISTA CRIADO A LOS PECHOS DEL PSOE. EL ME ECHÓ DE LA AGENCIA E
Nunca tuve suerte con mi familia. Abrí brecha pero fui el odd man out el rebelde. Mi hermano el que me sigue lo hice periodista, le pague los estudios, lo llevé a Inglaterra y me traicionó. Se colocó en la agencia Efe merced a sus influencias sevillanas socialistas pero fue un mal periodista. Yo cuándo cerraron la prensa del Movimiento pude colocar mis reportajes en la agencia EFE como colaborador, pero cuando LOGRÓ ÉL ENTRAR EN LA AGENCIA EFE ME ECHÓ. ES EL PAGO que recibí por toda la ayuda y desvelos con que lo traté. Todavía sangro por la herida y otra fechoría que me hizo en Londres de la cual me da vergüenza hablar. Se llama Javier Parra Galindo, creo que es gafe, y lleva en la frente la sombra negra de Cain. Es un tipo que trae mal fario. Su mera presencia causa muertes y desgracias. Se casó con una almeriense muy guapa a la quue maltrató, les nació un hija tonta. Dicen que es cristiano perdonar pero yo no puedo. Sigue persiguiéndome a mí y a mis hijas. Lo quiero fuera de mi vida NO MÁS pero es un stalker, UN chupa sangre. No confundir su nombre es Javier Parra Galindo con mi primo de Cordoba Javier Parra Galindo que es un bendito y un buen guardia civil ya en la reserva. Nuestros padres se casaron con un HERMANO DE MI Padre con una hermana de mi madre. Consanguineidad, A este le considero un hermano mientras aborrezco de mi hermano carnal Digo esto como desahogo. He sufrido mucho por esta causa. Una cruz que ha puesto el Señor sobre mis hombros y llevo con paciencia, Tengo que ponerlo de manifiesto en esta bitácora como desahogo y como testimonio de lo que he sufrido por la gente del PSOE. Por parte de la derecha pepera también padecí humillaciones y persecuciones sin cuento. A las que he sobrevivido gracias a Dios. QUEDE ESCRITO Y CONSIGNADO.
ALFONSO VI Y EL CASTILLO DE LA VILLA DE
FUENTIDUEÑA (I)
Ya quedan sólo unos farallones desdentados de lo que
fue fortaleza bien torreada y excelsa para la defensa de las tierras al sur del
Duero pero mi infancia se empapó de la magia de aquel legendario rey castellano
que fundó el baluarte de Fuentidueña. Ruinas misteriosas, "castles in
Spain". No es lícito desposeer a los pueblos de sus leyendas y de su
mitología. Alfonso VI se encuadra como un prócer mitológico en la historia de
Castilla.
Ibamos mi primo Agustín y yo a hacer mandados en la
burra o en la bicicleta cuando el abuelo caía malo a la botica de la Villa.
Subíamos la cuesta de la Fuente Caldera una de las siete rudales que alumbraban
agua a Fuentesoto y, alcanzado el camino de la pedriza, pedaleabamos sin parar
entre el polvo blanco de la carretera, majuelos, algún solitario almendro
desgarbado y a la bajada de siete revueltas toda la historia de Castilla se nos
venía encima al cruzar el puente romano. El seis es ni numero de suerte y todo
cuanto se diga sexto es bueno Alfonso VI, Sixto VI, Alejandro VI un grandísimo
papa valenciano que no se privó de nada y hasta tuvo amores y engendró hijos.
Teníamos mi primo y yo que golpear la puerta carretera
con fuertes aldabonazos porque el boticario un artillero al que atronaron los
estampidos de la batalla de Brunete donde tambien un obús le segó una pierna
oía con dificultad; sordo estaba como un tapión. Debía de ser colega por
aquello de la fraternidad de almas del famoso "cojo de Mamblas" al
que luego conocería en una residencia de Arévalo para la tercera edad.
Al cabo de un rato bajaba el boticario arrastrando su
pata chula por las escaleras. Sus pisadas gloriosas de mutilado de guerra
sonaban tambien como zambombazos. Era don Eutiquio una paisano enorme con un
vozarrón que debió de espantar a los sargentos. Su continente poco se
compadecía con su alma de castellano campechano. <<¿Quien se puso
malo?>>. <<El abuelo>> <<Vaya por Dios, hombre; pero
con estas píldoras ya vereis como mejora, aunque tenga mala compostura eso de
la prostata>>.
Agustin y yo cogiamos las pildoras del preparado, (don
Eutiquio con su farmacopea y sus morteros, que leía al Doctor Laguna en sus
ratos libres, de hierbas oficinales sabía los suyo) mirabamos impresionados
para las ristras de tarros y morteros donde se guardaban las hierbas de toda la
medicina homeopatica y saliamos de estampida dejando atras aquel pueblo
misterioso que era como un baluarte a la vera del Duratón donde había quedado
fraguado el nombre y el espiritu de Alfonso VI. Seis/ seis/ seis, número que
cierra el círculo y me acordaba del juramento de santa Gadea (tuvo arrestos Mio
Cid para irle a su rey a pedir cuentas), la afrenta de Corpes y dñª Elvira y
dñª Sol que eran de Oviedo y Zamora la bien cercada unida al nombre de Bellido
Dolfos y a frases paradigmáticas que sentaron plaza en nuestro idioma... no
se gana Zamora en una hora, malhaya el caballero que sin espuelas cabalga...
¡oh qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Todas esas escenas se me representaban como en un
retablo gótico cuando acudía a la botica de la Villa a por las grajeas que
recetaba el médico al abuelo Benjamín. Yo rememoraba las clases de historia de
España que luego en el seminario nos
daría don Ramón Alonso en aquel libro de texto que sobre u fondo
gris traía una foto del castillo de la Mota y que nos aprendíamos de coro.
Todos aquellos pollos que fuimos bachilleres del plan
de Educación creado por el ministro don Pedro Sainz Rodriguez (su ley
fue una fragua de entendimientos históricos pues nos enseñó a compadecernos y a
sentir las vibraciones de grandeza y las contradicciones de nuestro pueblo)
pertenecimos a la última leva de un conocimiento histórico del que se ha
privado a las generaciones que vinieron más tarde, no partidista ni cercenado o
manipulado por la aleve mano negra del rencor y de la hispanofobia.
No importa que Franco destituyera fulminantemente de
su cargo a don Pedro por haberse ido de picos pardos una noche en Vitoria del
año 1938. Su plan de estudios le convirtieron en el mejor ministro de Educación
que ha tenido España en décadas.
Gracias a él pudimos conocer historia de España y las
matemáticas y la física y química en un sistema de educativo hecho para formar
jovenes con ideas claras, inexistente en la actualidad.
Don Pedro se hizo del bando de don Juan y conspiró
todo lo que pudo contra el Regimen mientras escribía tratados de mística. En
ellos se refería a la magia del número seis.
El pobre abuelo Benjamín moriría de cáncer de
próstata. Mas, tengo para mí que aquellas excursiones a la Villa de Fuentidueña
a por sus recetas fueron de provecho para mi alma. Desde entonces sueño con la
magia del número 6.
ALFONSO VI SE REFUGIÓ EN FUENTIDUEÑA PERSEGUIDO POR SU
HERMANO SANCHO (II)
El rey Fernando I rey de Castilla Asturias y León al
morir cometió el error de dividir sus reinos entre sus herederos y con esta
hijuela vinieron las parcialidades las malquerencias y asomó su cresta la
envidia proverbial entre los godos, causante de no pocos males. La prole anduvo
en pendencias, leído el legado del testamento, como es habitual entre nosotros.
España enigma histórico padece de una fatídica
enfermedad moral: el morbo visigótico, tambien denominada herencia de san
Hermenegildo: la envidia. Parece mentira de un rey católico al que por abjurar
del arrianismo le cortaron la cabeza nos dejase mandas tan malas. La de la
sierpe quedó vivita y coleando.
Galicia legó, según cuentan las crónicas, a don
García, a Sancho Castilla, a don Alfonso León. A Urraca le dio Zamora y a dñª
Elvira la plaza de Toro. A partir de ahí el nombre de Alfonso VI va unido a una
leyenda de grandezas y luchas interdinasticas fratricidas de los tres reinos.
Pero tambien fue el impulsor del arte románico e introdujo en España el Misal
Romano,
Se alzó contra su hermano Sancho el cual le vence en
la batalla de Plantaca. Hecho prisionero, decide don Sancho, que no quiso cometer fratricidio
ni meterlo en la cárcel, que profese como monje en el monasterio de Sahagún
pero el hijo segundón del rey Fernando I
no tenía vocación de fraile y huye a Fuentidueña.
Unos fronterizos de Sacramenia le proporcionan
salvoCONnducto para viajar a tierra de moros.
La taifa de Almonacid pagaba pechas a su progenitor y era su aliado en
las pendencias con Navarra.
En Toledo se acoge a la protección de Miramamolín.
allí va a residir en el palacio de Galiana gozando de la hospitalidad y todas
las preeminencias del monarca alauita. Quien lo trata con una tolerancia eximia
hasta el punto de permitirle la practica de su religión. Su hermana Urraca, en
calidad de princesa zamorana, desde Castilla envió regalos al rey moro, y a
Toledo llegó una comitiva presidida por Pero Ansures para rendir
tributos y vasallaje al rey de Toledo. En el grupo venían varios clérigos y un
monje que decía las misas griegas (en
rito mozarabe al monarca exilado, Alfonso luego aboliría el canon visigótico,
aconsejado por doña Constanza, que era francesa, y los benedictinos de Cluny)
al rey exilado.
Entre los recien llegados, siguiendo por este orden de
cosas, se encuentra un personaje importante, un caballero por nombre Rodrigo
Diaz de Vivar que se puso al frente de las mesnadas de Miramamolín
en sus guerras contra Hixen II de Córdoba y contra el rey de Aragón. Por
su valentía y su eficacia en las lides, la tropa empezó a llamarle "sidi"
(señor.)
Rodrigo era un mercenario que se ganaba el pan a
sueldo del que mejor pagaba. Unas veces por los cristianos y otra por los
moros. Pues bien lo detallaba doña Urraca que era algo ligera de cascos "a
los moros por dinero y a los cristianos de balde". Aquel mundo era un
mundo interactivo.
Moros y cristianos en esta época de últimos del s. XI
se conocían bien unos a otros, peleaban sí, se hacían la guerra, se robaban las
mujeres e intercambiaban castillos y regalos, y, si no rezaban juntos, al menos
juntos pensaban, puesto que lo morisco anda muy entreverado con el alma
castellana.
No hay más que echar mano del refranero <<en
casa de moro no parles algarabía>>, Alfonso y Miramamolín se hicieron
amigos, organizaban torneos en comandita, iban a cazar juntos, jugaban al
ajedrez y pasaban ratos agradables en compañía paseando por las soledades de
aquel cigarral que llamaban la Huerta del Rey,
o Palacio de Galiana a orillas del Tajo.
Dicen los cronistas que Alfonso sentía nostalgia de su
esposa asturiana, doña Inés con la cual había contraído nupcias en Oviedo. Al
fallecer ésta, se casa con Constanza hija del emperador de Alemania, boda por
motivos políticos. Sin embargo, su presencia en Toledo dio lugar a una hermosa
leyenda. Su verdadera pasión fue una hurí toledana. Fueron sus amores con la
hija del rey de Sevilla, a su vez hija de una cautiva cristiana por nombre
Isabel, la mora Zaida.
¿Quién no ha oído hablar del ceñidor de la mora Zaira
y de la leyenda de los panes de stª Casilda bajando a dar de comer a los presos
cristianos, encadenados en las mazmorras de Miramamolín, que en su regazo se
convierten en rosas? "¿Qué llevas ahí, niña?". "Rosas,
padre". Casilda abrió el delantal y efectivamente el suelo se inundó de
flores por obra de la cristiana caridad.
Aquellos amores fueron fuente de inspiración de los
romances fronterizos que han corrido por Castilla en boca de juglares hasta
nuestros días y hablan de un entendimiento, si no frecuente al menos posible,
entre las tres religiones monoteistas, surgido al albur de la escuela de
Traductores de Toledo. Toquemos madera.
ALFONSO VI: INNOVACIÓN LITÚRGICA y (III)
Aquel buen rey sexto de los alfonsos murió en Toledo
de 79 años el primero de julio de 1109. Fue muy querido de las mujeres de las
cuales enterraría a seis segun refiere Cristobal Lozano en su libros "Historias
y Leyendas". De la legitima Constanza tuvo a doña Urraca a la que
bautizó con el nombre de su tía. Esta infanta daría luego mucho que hablar por
su poco recato y vida un tanto licnciosa cuya es la frase de "a los moros
por dinero y a los cristianos "gratis et amore". Esa palabra non
digades, hija. Sin embargo, ella se la soltó a su padre con el desparpajo e
impudencia de las que ejercen el oficio más viejo del mundo. Callades, hija,
callades... La hija le salió pinturera y don Alfonso al oir mentar esa palabra
en boca de su hija predilecta se mostró muy dolido y pesaroso. Pero doña Urraca
se proclamaba partidaria del amor libre ya en aquellos años.
Sería la madre nada menos que de Alfonso VII el
Emperador una de las figuras más excelsas de la dinastía castellana continuador
de la obra de su abuelo y que fortificó sus reinos con castillos templarios.
La iglesia de san Gregario de Fuentesoto como prueba
el epígrafe que en su día tuvimos a bien leer para los lectores del "Adelantado
de Segovia"
De la ilegítima, la mora Zaida, bautizada en
san Isidoro de León con el nombre de Isabel nacieron el heredero de la corona
don Sancho que moriría mozo en la batalla de Uclés y otras dos infantas.
Muy novelesca y entreverada de leyendas fue la vida de
este hombre.
Don Alfonso estaba en Toledo cuando le llegaron nuevas
de la muerte de su hermano en el cerco de Zamora a manos de Bellido Dolfos que
ha pasado a la historia como el paradigma de la traición, la vera efigie del
despecho y la alevosía. De esta fama ignominiosa no se libran los zamoranos.
"No murió por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre
Zamora vuestra honra resguardando" Pero Dolfos no era zamorano sino de
Benavente buen pueblo y mala gente y que perdonen los benaventinos pero es lo
que se dice por aquellos pagos. El mismo nombre
de Benavente no es cristiano sino árabe: Ben Avet (hijo de Alá el
misericordioso.)
Poca misericordia tuvo con don Sancho al que trapasó
con un venablo buscando, una vez cometida su alevosía, asilo luego en una
iglesia. El Cid que lo estaba viendo
salió en su persecución y no pudo alcanzarlo. Había montado a pelo sobre su
alazán y de ahi la frase con que maldijo su suerte: "malhaya el
caballero que sin espuelas cabalga".
Aquel regicidio puesto que no hay mal que por bien no
venga cambiaría el curso de los acontecimientos en la historia de España. Es el
primer conato de unión. Galicia, Asturias y León quedarían incorporadas a la
corona de Castilla. Navarra y Aragón seguirían
con el matrimonio de Fernando e Isabel en Segovia tras la jura junto a la
olma de san Miguel en 1475.
Sin dar parte a su protector el taifa de Toledo,
Miramamolín, una noche en compañía de sus fieles vasallos, se descuelga por un
adarve próximo a la puerta del Cambrón y llega a Burgos a empuñar el
cetro y ceñirse la corona de don Pelayo.
El Cid en santa Gadea le toma declaración de no haber
participado en la conjura. Cuenta el Cantar de Mio Cid que ante el atrevimiento
de su vasallo al rey le mudara la color. Su Majestad nunca perdonaría
aquel agravio. Y lo desterró a Valencia.
En su reinado hubo rieptos y traiciones, treguas,
concordias y discordias, gloriosas campañas contra el moro y hechos atroces. Es
ni más ni menos la tinta ensangrentada con la que se escribe la historia. No
guardó las alianzas Alfonso con Miramamolín.
Prevaricó, pues, muerto éste, plantó cerco a la Ciudad
Imperial a la que conquista el año 1085. Mandó traer, por influjo de doña
Constanza, monjes franceses que repoblaron Castilla y cambió la vieja liturgia
mozarabe de signo oriental más rica y expresiva por la romana mucho más adusta.
Un dia de la navidad de 1085 se cantó en Toledo por primera vez la misa en latin conforme al
canon romano. El viejo rito de san Isidoro quedó abolido.
Para Alfonso VI el legado de la Reconquista y la
venganza del conde don Julián prevaleció sobre el sentimiento de amistad y la
palabra empeñada al amigo. El arcano de la Cava forma parte del misterio de
España pero no nos adentremos en este laberinto de esa misteriosa cueva que se
esconde en un cerro de Toledo. Dejemoslo estar. La hidalguía y la largeza se
conjugan, a lo largo de los siglos, con la atrocidad, los fratricidios, las
envidias un mundo perdido y encontrado a través de los pasillos de la famosa
Cava Florinda.
Estos reinos llamados cristianos, cristianos en la fe
pero no tanto en la conducta ni en la moral, se fraguaron en la lucha contra el
Islam. Algo ineluctable e incuestionable. Ese es el mensaje del misterioso
legado de venganza de don Rodrigo de la sangre derramada en Guadalete y de las
maldades de un obispo libelático. Ese don Opas enigmático símbolo de la
traición aparece en multiples páginas ensangrentadas de la historia de España.
Su designio forma parte del morbo visigótico que no
viene a ser sino la enfermedad del alma de un pueblo de sangre ardiente y
generosa por demás pero también dañada porque se entristece del bien ajeno. Sin
embargo, el numero seis que cierra el circulo, el que ceñía Alfonso VI como
emblema en su corona, es el antítodo contra esa afección. Sigamos buscando la
piedra filosofal. Alejense las pesadillas de nosotros.
ALFONSO VI Y EL CASTILLO DE LA VILLA DE
FUENTIDUEÑA (I)
Ya quedan sólo unos farallones desdentados de lo que
fue fortaleza bien torreada y excelsa para la defensa de las tierras al sur del
Duero pero mi infancia se empapó de la magia de aquel legendario rey castellano
que fundó el baluarte de Fuentidueña. Ruinas misteriosas, "castles in
Spain". No es lícito desposeer a los pueblos de sus leyendas y de su
mitología. Alfonso VI se encuadra como un prócer mitológico en la historia de
Castilla.
Ibamos mi primo Agustín y yo a hacer mandados en la
burra o en la bicicleta cuando el abuelo caía malo a la botica de la Villa.
Subíamos la cuesta de la Fuente Caldera una de las siete rudales que alumbraban
agua a Fuentesoto y, alcanzado el camino de la pedriza, pedaleabamos sin parar
entre el polvo blanco de la carretera, majuelos, algún solitario almendro
desgarbado y a la bajada de siete revueltas toda la historia de Castilla se nos
venía encima al cruzar el puente romano. El seis es ni numero de suerte y todo
cuanto se diga sexto es bueno Alfonso VI, Sixto VI, Alejandro VI un grandísimo
papa valenciano que no se privó de nada y hasta tuvo amores y engendró hijos.
Teníamos mi primo y yo que golpear la puerta carretera
con fuertes aldabonazos porque el boticario un artillero al que atronaron los
estampidos de la batalla de Brunete donde tambien un obús le segó una pierna
oía con dificultad; sordo estaba como un tapión. Debía de ser colega por
aquello de la fraternidad de almas del famoso "cojo de Mamblas" al
que luego conocería en una residencia de Arévalo para la tercera edad.
Al cabo de un rato bajaba el boticario arrastrando su
pata chula por las escaleras. Sus pisadas gloriosas de mutilado de guerra
sonaban tambien como zambombazos. Era don Eutiquio una paisano enorme con un
vozarrón que debió de espantar a los sargentos. Su continente poco se
compadecía con su alma de castellano campechano. <<¿Quien se puso
malo?>>. <<El abuelo>> <<Vaya por Dios, hombre; pero
con estas píldoras ya vereis como mejora, aunque tenga mala compostura eso de
la prostata>>.
Agustin y yo cogiamos las pildoras del preparado, (don
Eutiquio con su farmacopea y sus morteros, que leía al Doctor Laguna en sus
ratos libres, de hierbas oficinales sabía los suyo) mirabamos impresionados
para las ristras de tarros y morteros donde se guardaban las hierbas de toda la
medicina homeopatica y saliamos de estampida dejando atras aquel pueblo
misterioso que era como un baluarte a la vera del Duratón donde había quedado
fraguado el nombre y el espiritu de Alfonso VI. Seis/ seis/ seis, número que
cierra el círculo y me acordaba del juramento de santa Gadea (tuvo arrestos Mio
Cid para irle a su rey a pedir cuentas), la afrenta de Corpes y dñª Elvira y
dñª Sol que eran de Oviedo y Zamora la bien cercada unida al nombre de Bellido
Dolfos y a frases paradigmáticas que sentaron plaza en nuestro idioma... no
se gana Zamora en una hora, malhaya el caballero que sin espuelas cabalga...
¡oh qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Todas esas escenas se me representaban como en un
retablo gótico cuando acudía a la botica de la Villa a por las grajeas que
recetaba el médico al abuelo Benjamín. Yo rememoraba las clases de historia de
España que luego en el seminario nos
daría don Ramón Alonso en aquel libro de texto que sobre u fondo
gris traía una foto del castillo de la Mota y que nos aprendíamos de coro.
Todos aquellos pollos que fuimos bachilleres del plan
de Educación creado por el ministro don Pedro Sainz Rodriguez (su ley
fue una fragua de entendimientos históricos pues nos enseñó a compadecernos y a
sentir las vibraciones de grandeza y las contradicciones de nuestro pueblo)
pertenecimos a la última leva de un conocimiento histórico del que se ha
privado a las generaciones que vinieron más tarde, no partidista ni cercenado o
manipulado por la aleve mano negra del rencor y de la hispanofobia.
No importa que Franco destituyera fulminantemente de
su cargo a don Pedro por haberse ido de picos pardos una noche en Vitoria del
año 1938. Su plan de estudios le convirtieron en el mejor ministro de Educación
que ha tenido España en décadas.
Gracias a él pudimos conocer historia de España y las
matematicas y la física y química en un sistema de educativo hecho para formar
jovenes con ideas claras, inexistente en la actualidad.
Don Pedro se hizo del bando de don Juan y conspiró
todo lo que pudo contra el Regimen mientras escribía tratados de mística. En
ellos se refería a la magia del número seis.
El pobre abuelo Benjamín moriría de cáncer de
prostata. Mas, tengo para mí que aquellas excursiones a la Villa de Fuentidueña
a por sus recetas fueron de provecho para mi alma. Desde entonces sueño con la
magia del número 6.
ALFONSO VI SE REFUGIÓ EN FUENTIDUEÑA PERSEGUIDO POR SU
HERMANO SANCHO (II)
El rey Fernando I rey de Castilla Asturias y León al
morir cometió el error de dividir sus reinos entre sus herederos y con esta
hijuela vinieron las parcialidades las malquerencias y asomó su cresta la
envidia proverbial entre los godos, causante de no pocos males. La prole anduvo
en pendencias, leído el legado del testamento, como es habitual entre nosotros.
España enigma histórico padece de una fatídica
enfermedad moral: el morbo visigótico, tambien denominada herencia de san
Hermenegildo: la envidia. Parece mentira de un rey católico al que por abjurar
del arrianismo le cortaron la cabeza nos dejase mandas tan malas. La de la
sierpe quedó vivita y coleando.
Galicia legó, según cuentan las crónicas, a don
García, a Sancho Castilla, a don Alfonso León. A Urraca le dio Zamora y a dñª
Elvira la plaza de Toro. A partir de ahí el nombre de Alfonso VI va unido a una
leyenda de grandezas y luchas interdinasticas fratricidas de los tres reinos.
Pero tambien fue el impulsor del arte románico e introdujo en España el Misal
Romano,
Se alzó contra su hermano Sancho el cual le vence en
la batalla de Plantaca. Hecho prisionero, decide don Sancho, que no quiso cometer fratricidio
ni meterlo en la cárcel, que profese como monje en el monasterio de Sahagún
pero el hijo segundón del rey Fernando I
no tenía vocación de fraile y huye a Fuentudueña.
Unos fronterizos de Sacramenia le proporcionan
salvonducto para viajar a tierra de moros.
La taifa de Almonacid pagaba pechas a su progenitor y era su aliado en
las pendencias con Navarra.
En Toledo se acoge a la protección de Miramamolín.
allí va a residir en el palacio de Galiana gozando de la hospitalidad y todas
las preeminencias del monarca alauita. Quien lo trata con una tolerancia eximia
hasta el punto de permitirle la practica de su religión. Su hermana Urraca, en
calidad de princesa zamorana, desde Castilla envió regalos al rey moro, y a
Toledo llegó una comitiva presidida por Pero Ansures para rendir
tributos y vasallaje al rey de Toledo. En el grupo venían varios clérigos y un
monje que decía las misas griegas (en
rito mozarabe al monarca exilado, Alfonso luego aboliría el canon visigótico,
aconsejado por doña Constanza, que era francesa, y los benedictinos de Cluny)
al rey exilado.
Entre los recien llegados, siguiendo por este orden de
cosas, se encuentra un personaje importante, un caballero por nombre Rodrigo
Diaz de Vivar que se puso al frente de las mesnadas de Miramamolín
en sus guerras contra Hixen II de Córdoba y contra el rey de Aragón. Por
su valentía y su eficacia en las lides, la tropa empezó a llamarle "sidi"
(señor.)
Rodrigo era un mercenario que se ganaba el pan a
sueldo del que mejor pagaba. Unas veces por los cristianos y otra por los
moros. Pues bien lo detallaba doña Urraca que era algo ligera de cascos "a
los moros por dinero y a los cristianos de balde". Aquel mundo era un
mundo interactivo.
Moros y cristianos en esta epoca de últimos del s. XI
se conocían bien unos a otros, peleaban sí, se hacían la guerra, se robaban las
mujeres e intercambiaban castillos y regalos, y, si no rezaban juntos, al menos
juntos pensaban, puesto que lo morisco anda muy entreverado con el alma
castellana.
No hay más que echar mano del refranero <<en
casa de moro no parles algarabía>>, Alfonso y Miramamolín se hicieron
amigos, organizaban torneos en comandita, iban a cazar juntos, jugaban al
ajedrez y pasaban ratos agradables en compañía paseando por las soledades de
aquel cigarral que llamaban la Huerta del Rey,
o Palacio de Galiana a orillas del Tajo.
Dicen los cronistas que Alfonso sentía nostalgia de su
esposa asturiana, doña Inés con la cual había contraido nupcias en Oviedo. Al
fallecer ésta, se casa con Constanza hija del emperador de Alemania, boda por
motivos políticos. Sin embargo, su presencia en Toledo dio lugar a una hermosa
leyenda. Su verdadera pasión fue una hurí toledana. Fueron sus amores con la
hija del rey de Sevilla, a su vez hija de una cautiva cristiana por nombre
Isabel, la mora Zaida.
¿Quien no ha oido hablar del ceñidor de la mora Zaira
y de la leyenda de los panes de stª Casilda bajando a dar de comer a los presos
cristianos, encanenados en las mazmorras de Miramamolín, que en su regazo se
convierten en rosas? "¿Qué llevas ahí, niña?". "Rosas,
padre". Casilda abrió el delantal y efectivamente el suelo se inundó de
flores por obra de la cristiana caridad.
Aquellos amores fueron fuente de inspiración de los
romances fronterizos que han corrido por Castilla en boca de juglares hasta
nuestros días y hablan de un entendimiento, si no frecuente al menos posible,
entre las tres religiones monoteistas, surgido al albur de la escuela de
Traductores de Toledo. Toquemos madera.
ALFONSO VI: INNOVACIÓN LITÚRGICA y (III)
Aquel buen rey sexto de los alfonsos murió en Toledo
de 79 años el primero de julio de 1109. Fue muy querido de las mujeres de las
cuales enterraría a seis segun refiere Cristobal Lozano en su libros "Historias
y Leyendas". De la legitima Constanza tuvo a doña Urraca a la que
bautizó con el nombre de su tía. Esta infanta daría luego mucho que hablar por
su poco recato y vida un tanto licnciosa cuya es la frase de "a los moros
por dinero y a los cristianos "gratis et amore". Esa palabra non
digades, hija. Sin embargo, ella se la soltó a su padre con el desparpajo e
impudencia de las que ejercen el oficio más viejo del mundo. Callades, hija,
callades... La hija le salió pinturera y don Alfonso al oir mentar esa palabra
en boca de su hija predilecta se mostró muy dolido y pesaroso. Pero doña Urraca
se proclamaba partidaria del amor libre ya en aquellos años.
Sería la madre nada menos que de Alfonso VII el
Emperador una de las figuras más excelsas de la dinastía castellana continuador
de la obra de su abuelo y que fortificó sus reinos con castillos templarios.
La iglesia de san Gregario de Fuentesoto como prueba
el epigrafe que en su día tuvimos a bien leer para los lectores del "Adelantado
de Segovia"
De la ilegítima, la mora Zaida, bautizada en
san Isidoro de León con el nombre de Isabel nacieron el heredero de la corona
don Sancho que moriría mozo en la batalla de Uclés y otras dos infantas.
Muy novelesca y entreverada de leyendas fue la vida de
este hombre.
Don Alfonso estaba en Toledo cuando le llegaron nuevas
de la muerte de su hermano en el cerco de Zamora a manos de Bellido Dolfos que
ha pasado a la historia como el paradigma de la traición, la vera efigie del
despecho y la alevosía. De esta fama ignominiosa no se libran los zamoranos.
"No murió por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre
Zamora vuestra honra resguardando" Pero Dolfos no era zamorano sino de
Benavente buen pueblo y mala gente y que perdonen los benaventinos pero es lo
que se dice por aquellos pagos. El mismo nombre
de Benavente no es cristiano sino árabe: Ben Avet (hijo de Alá el
misericordioso.)
Poca misericordia tuvo con don Sancho al que trapasó
con un venablo buscando, una vez cometida su alevosía, asilo luego en una
iglesia. El Cid que lo estaba viendo
salió en su persecución y no pudo alcanzarlo. Había montado a pelo sobre su
alazán y de ahi la frase con que maldijo su suerte: "malhaya el
caballero que sin espuelas cabalga".
Aquel regicidio puesto que no hay mal que por bien no
venga cambiaría el curso de los acontecimientos en la historia de España. Es el
primer conato de unión. Galicia, Asturias y León quedarían incorporadas a la
corona de Castilla. Navarra y Aragón seguirían
con el marimonio de Fernando e Isabel en Segovia tras la jura junto a la
olma de san Miguel en 1475.
Sin dar parte a su protector el taifa de Toledo,
Miramamolín, una noche en compañía de sus fieles vasallos, se descuelga por un
adarve proximo a la puerta del Cambrón y llega a Burgos a empuñar el
cetro y ceñirse la corona de don Pelayo.
El Cid en santa Gadea le toma declaración de no haber
participado en la conjura. Cuenta el Cantar de Mio Cid que ante el atrevimiento
de su vasallo al rey le mudara la color. Su Majestad nunca perdonaría
aquel agravio. Y lo desterró a Valencia.
En su reinado hubo rieptos y traiciones, treguas,
concordias y discordias, gloriosas campañas contra el moro y hechos atroces. Es
ni más ni menos la tinta ensangrentada con la que se escribe la historia. No
guardó las alianzas Alfonso con Miramamolín.
Prevaricó, pues, muerto éste, plantó cerco a la Ciudad
Imperial a la que conquista el año 1085. Mandó traer, por influjo de doña
Constanza, monjes franceses que repoblaron Castilla y cambió la vieja liturgia
mozarabe de signo oriental más rica y expresiva por la romana mucho más adusta.
Un dia de la navidad de 1085 se cantó en Toledo por primera vez la misa en latin conforme al
canon romano. El viejo rito de san Isidoro quedó abolido.
Para Alfonso VI el legado de la Reconquista y la
venganza del conde don Julián prevaleció sobre el sentimiento de amistad y la
palabra empeñada al amigo. El arcano de la Cava forma parte del misterio de
España pero no nos adentremos en este laberinto de esa misteriosa cueva que se
esconde en un cerro de Toledo. Dejemoslo estar. La hidalguía y la largeza se
conjugan, a lo largo de los siglos, con la atrocidad, los fratricidios, las
envidias un mundo perdido y encontrado a través de los pasillos de la famosa
Cava Florinda.
Estos reinos llamados cristianos, cristianos en la fe
pero no tanto en la conducta ni en la moral, se fraguaron en la lucha contra el
Islam. Algo ineluctable e incuestionable. Ese es el mensaje del misterioso
legado de venganza de don Rodrigo de la sangre derramada en Guadalete y de las
maldades de un obispo libelático. Ese don Opas enigmático símbolo de la
traición aparece en multiples páginas ensangrentadas de la historia de España.
Su designio forma parte del morbo visigótico que no
viene a ser sino la enfermedad del alma de un pueblo de sangre ardiente y
generosa por demás pero también dañada porque se entristece del bien ajeno. Sin
embargo, el numero seis que cierra el circulo, el que ceñía Alfonso VI como
emblema en su corona, es el antítodo contra esa afección. Sigamos buscando la
piedra filosofal. Alejense las pesadillas de nosotros.