Bienvenidos los ricos. Francisco los acoge con los brazos abiertos
Y recibe de ellos generosas donaciones. Nombre por nombre, he aquí todos los magnates de la finanza y de la tecnocracia a los que el Papa ha recibido en audiencia este añopor Sandro Magister
ROMA, 11 de marzo de 2016 – El Papa Francisco es implacable contra los ricos Epulones que dejan morir de hambre a los pobres Lázaros y contra la que él llama “economía que mata”.
Y sin embargo, los hombres más ricos del mundo y los más poderosos de la finanza se agolpan para que los reciba. Y no sólo él los acoge con los brazos abiertos, sino que los cubre de elogios.
La última persona que se ha beneficiado del aprecio del Papa ha sido Christine Lagarde, recibida en el Vaticano el pasado 18 de enero, reconfirmada en febrero a la guía del Fondo Monetario Internacional y elogiada a primeros de marzo por Francisco como “una mujer inteligente que sostiene que el dinero debe estar al servicio de la humanidad y no al contrario”, ante un grupo de desconcertados socialistas católicos franceses.
Al inicio de su pontificado, Jorge Mario Bergoglio había sorprendido a todos predicando una Iglesia “pobre y para los pobres” y, al mismo tiempo, llamando a consulta en el Vaticano a las fábricas de sistemas organizativos y financieros más famosas y caras del mundo, desde McKinsey a Ernst & Young, pasando por Promontory y KPMG.
Pero ahora la música ha cambiado. Ya no es la caja vaticana la que paga las cuentas de estas empresas, sino que son los grandes empresarios recibidos por el Papa los que le ofrecen grandes donaciones.
Hay quién lo dice y quién no. El pasado 22 de enero, Tim Cook, administrador delegado de Apple, no escondió que había puesto en manos de Francisco una donación (ver foto) durante la audiencia que tuvo lugar, como las otras de este tipo, no en la prosaica residencia de Santa Marta, sino en la solemne biblioteca papal del Palacio Apostólico.
Y el 28 de enero, Leonardo Di Caprio hizo lo mismo. En la grabación del encuentro se le ve entregando al Papa un sobre, con un cheque “para las obras de caridad que lleve en su corazón”. Más que como actor, Di Caprio había obtenido la audiencia en cuanto titular de una fundación contra el calentamiento global, en nombre de la cual había intervenido unos días antes en el Foro económico mundial de Davos, donde había recibido un premio.
El Papa Francisco también había hecho oír su voz en el Foro de Davos, con un mensaje en defensa de la creación y en favor del desarrollo “integral” del hombre. Y a Di Caprio, como a muchos otros, le regaló una copia encuadernada en rojo de su encíclica “Laudato si’”.
Naturaleza y tecnocracia: ésta es la combinación ganadora. Siete días antes de la audiencia con Tim Cook de Apple, el Papa Bergoglio había recibido al número uno de Google, Eric Schmidt, acompañado por el jefe de Google Ideas, Jared Cohen; también ellos tienen una fundación que trabaja en los frentes de la pobreza, la energía y el ambiente, cuya filosofía es “Don’t be evil”, no seas malvado.
Y a finales de febrero recibió a Kevin Systrom, fundador y administrador delegado de Instagram, la red social de la fotografía que tiene en su activo más de cuatrocientos millones de usuarios en el mundo. También en febrero el Papa Francisco recibió a una delegación del World Wildlife Fund for Nature, guiada por la presidenta mundial Yolanda Kakabadse.
Pero en este ámbito el golpe más impresionante ha sido el espectáculo de luz y sonido que se proyectó la noche del 8 de diciembre, día de apertura del Jubileo de la Misericordia, en la fachada y en la cúpula de la basílica de San Pedro, espectáculo muy discutido, un himno a la naturaleza sin ninguna mención al Creador, y muy costoso, pero ofrecido en su totalidad al Papa por el Banco Mundial, la fundación Okeanos y la Vulcan Inc. del co-fundandor de Microsoft, Paul Allen.
Y faltó poquísimo para que Francisco recibiera en audiencia al propio Bill Gates, número uno en absoluto de Microsoft, además de ser el hombre más rico del mundo en la clasificación de la revista Forbes. Lo impidieron dos cardenales africanos, que le recordaron al Papa que la Bill & Melinda Gates Foundation es muy activa en la promoción del aborto en los países pobres.
Ninguna objeción, en cambio, respecto al segundo en la clasificación de Forbes, el mexicano Carlos Slim, magnate de las telecomunicaciones y que ha cubierto por entero los gastos de las transmisiones y los centros de prensa del viaje de Francisco a México del pasado mes de febrero.
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