CIMELIARCAS DE LA
VERDAD
Los cimeliarcas (tesoreros) de la
verdad pontifican doquier. Flexionan sus
músculos. Estiran la cuerda del arco. Yo estoy lleno de dudas. Me llama uno
para preguntarme si es pecado mirar a una moza que ostentaba sus tetas poderosas
por Internet y le dio tanto gusto que tuvo una eyaculación. Morbosas historias
urbanas pero esto forma parte de la educación religiosa de aquellos años. los espías
del Vaticano pululan por la Red. Los hay que marchan por la vida teniendo un
coño en la frente por brújula. Leyendas urbanas. ¿Cómo está tu mujer? Muy buena
y muy caliente. De cualquier manera se la recomiendo a Su Ilustrísima. Lo que
pasa es que esto está lleno de pederastas con mitra y con báculo.
Yo le diría al ínclito que así
por lo menos no tendrás que tomar la pastilla azul porque estás como un cañón
por ese cabo, recordándole la sentencia de aquel confesor a uno que fue a
preguntar si era pecado mortal masturbarse pues no dejaba quieta a la manita:
—No sólo te condenas y vas al
infierno de tanto meneártelas sino que también te estás haciendo polvo, hijo.
Cimeliarcas y ecuantes coribantes
y bacantes pero a éste ya ni se le enerva. Tuviste una polución grata en los
calzones. A eso lo llaman correrse de gusto ¿Y a mí que me cuentas? Tesoreros
de la verdad hijos de la piedra flores de jara mundo revuelto. Rotundas
variedades de lo sicalíptico. Pero esta es la gente que todavía sigue yendo a
misa. Padre ¿peco?
—
Mira, chaval. Esto es una bitácora y no el
consultorio radiofónico del padre Venancio Marcos.
—
Stultorum
numerus infinitus. No caben más sandios en este puñetero país. No sólo te
condenas sino que te estropeas la salud e irás de cabeza a las calderas de
Pedro Botero pero a mí como si te la machacas con una un almirez.
—
¿No te aburre tanto gilipollas, Verumtamen?
—
Ya estoy acostumbrado pero tú no te preocupes.
El onanismo forma parte de nuestras vidas. Es peor el onanismo mental que la
masturbación en cuadrilla y este país adolece de los defectos ocultos de un
catolicismo cruel e inquisitorial. Obseso con las pulgas y las purgaciones,
esto es: el sexto mandamiento.
—
No más preocuparte, Verumtamen. Hay que volver a
mirar para las estrellas que no son sino las letras con que Dios escribe la historia del mundo.
—
Bien te quedó la frase
—
La contemplación de una noche estrellada te evita
de pagar las minutas al psiquiatra y aquí hay mucho que deberían ponerlos en el
sofá del psicoanálisis. Locos por todas partes. Y zoquetes.
Ayer se fue al infierno el rico
Epulón. Hay fiesta en el infierno. Con los ojos sanguinolentos por la ptosis
ocular sus cuatro o cinco trasplantes de corazón cascó a los 101 años que mucho
viven los malvados.
No diga vuesarcé tales infamias.
El mister era un filántropo.
—Enemigo de la cristiandad y de
Europa. Pero queda Soros
—¿Y el bueno de Heinz cuando la
espicha?
Cualquier día de estos. A Henry
Kissinger le quedan pocos afeitados.
Heinz… Heinz spagueti… Ya le
están preparando las exequias en la
Sinagoga de Satán. El valido de Rockefeller muchas cuentas
habrá de dar al Altísimo. No te creas. Esos no creen en Dios.
Reunión de pastores ovejas muerta
pero regresan al mundo los cimeliarcas. Ellos vigilan la muda de camisa de la
serpiente (ecdisis) y con tanta pudibundo como el amigo de la consulta, el
mundo empieza a oler mal. Jacinto Antón el Jacintón sigue obsesionado con
Adolf. Que le den. Que le regalen un uniforme de mariscal de la Wehrmacht y al
cabo Pintado ese que me llaman creo que el mejor regalo sería un masturbador de
pilas. Y a estas alturas no sabemos si el glorioso Putin nos devolverá el oro
del Vita que nos robó a los españoles.
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