PALOMA GÓMEZ BORRERO
Paloma palomita palomera. La
tribu periodístico-feminista anda revolucionada con la muerte de esta colega,
caldo de todas las salsas y rostro familiar de todas las tertulias. De mortuis
nisi bene dice la sentencia y Dios me libre del Día de las alabanzas. Dios la
haya perdonado.
No quiero plasmar aquí ninguna indecencia
sobre la vida y milagros de la antigua corresponsal en Roma, cargo en el cual
parecía incombustible. Tampoco quisiera hacer el oficio de abogado del diablo
pero convendría tener en cuenta que su tatarabuelo fue el autor de la Desamortización de Mendizábal
de 1833 que tanto dañó causó a la
Iglesia , arrebatándole los bienes mostrencos, profanando
monasterios y conventos para regalárselos a la clase dirigente y terrateniente.
Toda una contradicción pues la llamaban la “chica del Papa” y los que hemos
tenido que sufrir sus crónicas y sus retransmisiones por la COPE nos hemos vuelto algo
anticlericales porque la sacralidad del rito romano es otra cosa.
La norma clásica del quid nimis
creo que doña Paloma se la pasaba por el forro. Pienso que era excesiva y
cuando la dieron el retiro siguió fulgiendo en cualquier plató el de la Campos o la Ballester...
No la tengo ninguna envidia
aunque a otros no nos cupiera la misma suerte. Nos borraron del Libro de la Vida pero el Señor omnisciente y
omnipotente creo que no nos dejó de su mano.
Otros que hemos sido
corresponsales en sitios tan importantes que ella se nos cerca con un muro de
silencio a nuestros escritos, se nos ningunea. El único que nos abre la puerta
del castillo del silencio en que vivimos es Google. El pájaro sale a la puerta
y canta las cuarenta.
Los vaticanistas siguen empeñados en la otra gran
desamortización de Mendizábal que se inició con el Vaticano II, avivada por el
señor Bergoglio que más que papa parece un gran político, y hemos tenido que
asistir indignados a la canonización manu militari de pontífices como Wojtyla
de virtudes heroicas no del todo demostradas.
Él y sus sucesores han puesto a la Iglesia a los pies de los caballos.
Ya lo expresé en mi “Seminario Vacío”
por lo cual no tomen como una puñalada trapera a esta colega que debió de ser
una tía muy simpática y curtida en las artes maquiavélicas de los mitrados
curialenses pero de cuya obra quedará poco menos que su nombre mediático. Doy
el pésame a su marido que la hubo de aguantar tantos años. Era fémina inquieta
y andariega.
Ya decía Nietzsche de la mujer:
“un ser humano con las ideas cortas y el cabello largo” y ahora vivimos
anegados en la sima de la revolución feminista.
La lucha de clases ha sido
sustituida por la guerra de géneros siguiendo a Carlos Marx que por lo visto
era de origen sefardita como el abuelo de Paloma palomita palomera. Un tal Mendizábal
el padre de la “castuza”. No dieron lo robado a las iglesias a los pobres, se
quedaron con los réditos de aquel sacomano, luego vinieron las guerras
carlistas, sufragadas por los Rochilds londinenses Disraeli y compañía y en
España mandan los de siempre. Que la patria se lo demande. Paloma, que la
tierra te sea leve.
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