2017-05-07

de romeria

Donde estará el gallego y su cuadrilla donde estaría aquel hombre de las alforjillas peregrinando a la ermita un día de octubre cuando empezaban a soplar los cierzos invernales de la pedriza triste romería, todo se acaba.  Venía el otoño y el Guadarrama lucía ya algunas testas nevadas. Siempre llovía por las fiestas del santo patrón o soplaba el nordeste. Eran la sombra de la llama que ardió consumiose y no queda nada.
—Venga que nos vamos
—Aquí san frutos pegó la cuchillada y los moros que venían detrás cayeron al foso el que venga atrás que arree medias lunas, cimitarras, cascos de caballos despanzurrados, mulas de la intendencia y acemileros todos, caían al foso, imagen costumbrista del matamoros Santiago cierra a España. Hala, la rehala a las calderas de pedro botero.
Reza llora huye oye  y calla mientras el silencio del yermo te embalsama tú aguarda espera y calla, hizo suyo el consejo del santo varón y se emparedó en los yermos del pensamiento buscando los consuelos del cuervo de san Antón la gallina pon que le traía un panecillo en el pico cada mañana que de menos nos hizo dios

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Huía se había pasado la existencia huyendo de sí mismo al socaire de las teclas de su ordenador en su hura encriptada pintando las paredes de su alcoba del tizne de la rebelión. Luchando contra la sierpe qué mal olían los pedos de la odalisca venga que nos vamos rodeado de sus libros que servían de parapeto y ay dolor tendría que tirarlos, nadie querría libros ni estimaba los consuelos del alma. Empapelado el escritorio de viejas fotos los siete santos intercesores la mirada de Helen amor imposible y sobre todo y ante todo estaba allí san Frutos con su cayada espantando recuerdos con el báculo. No era su garrota complacencia de serviles. El de cuenca y su alátere le invitó a tomarse una copa le regaló una botella de vino envenenado que tuvo que hubo de escupir en su cuchitril tan malo estaba y el mientras tanto orondo subido al pedestal de su columna. El de la casa de los Martínez le olía los pedos y le reía las gracias. Eran los trincones los que siempre formaban parte de la mafia. Los metió dentro de su cubilete Emilio Romero el que bien barajaba un verdadero prócer del cubilete. Póker de ases y los esparció a todos ellos por las redacciones. Despertó de aquel sueño desconsolado y pensó que no tenía amigos estaba solo en pleno frente de batalla. Pero hoy es la Virgen de Agosto y la diosa benigna desde el cielo con clemencia lo miraba. Era una fecha clave. En la Asunción la gran fiesta del año todo cambiaba, era devoto de Nuestra Señora. Apiádate, Virgen María, que tu fiesta sea algo más que toros embolados corriendo por las plazas y mozos corneados en los encierro. Son muy burros esos de Peñafiel. A un herido les iban tapando las vergüenzas son un sombrero camino de la enfermería. Atroces fiestas saturnales y paganas de un pueblo fiero al que no le dan cancha.  Estos son los nietos de aquellos caballeros prevenidos en frontera que contra el moro peleaban. Ahora como se aburren en sus burladeros sacan la navaja y se matan unos a otros o se mueren entre las astas de un eral berrendo, Ten misericordia, señora, de nuestra España y di a los del último banco que se salgan. Yo ya me he salido. Estas son mis pertenencias aquí está mi mundo en mi oratorio que es fumadero de opio y burladero del oprobio a los canallas. Aquella cena de Baltasar en la costa Fleming y aquel gangster disfrazado de periodista llegaron para quedarse los del crimen de Cuenca. San Frutos bendito padre celestial líbranos de todo mal y de tanto gilipollas haciendo el burro por la red,  de los malos pensamientos simiente del mal, los malos trances, y del cáncer laríngeo. De vez en cuando ponía el villancico que le hacían derramar tiernas lágrimas de infancia cuando él lo cantaba en el coro al violón de Lorenzana al siervo bueno y fiel que rogando sin cesar consigue bienes eternos de la infinita bondad… Taratito rirorró ra…. Bendigan todos y alaben su virtud angelical. Rezo el trisagio de san Atanasio entre las paredes de ni escondrijo.
La humilde fotografía había sido recortada de una edición del Adelantado de Segovia el periódico donde él publicó sus primeros versos a la sombra de un director magnifico periodista, Cano de Rueda. Río Eresma. Río Eresma nadie a estar contigo baja. Había pasado mucho tiempo y se le secaron las lágrimas y él estaba en su hura en aquel refugio antiaéreo la casamata de la batalla de Brunete donde peleó su padre en nombre de España. Buena paliza les dimos a los del batallón Lincoln pero desde entonces no se les había pasado la rabia con dineros habían comprado la verdad con sus mentiras. Fenecía la luz y pasaban raudos los días y las noches. En lo alto del castillo de Villafranca un ángel se asomaba por las almenas entonaba el oficio de difuntos las estrofas del dies irae retumbando campo a través por los que murieron y al conjuro de la trompeta se erguían los cuerpos de los que caídos en la batalla fue una tarde de tormenta y en lo alto del cielo apareció entre nubes y arco iris el apóstol con su espada.
Tú vas de oyente por la vida escucha las oraciones lejanas. Gospodi pomilui nas. La perla de la verdad se escondía dentro de la crisálida. Vino un presbítero con el hisopo un capellán del regimiento de zapadores y rocío con el hisopo las tierras ensangrentadas. Mucha fantasía la tuya, Verumtamen, que el ángel de España te proteja.
El gran hermano, claro está, estaba siempre a la mira disfrazando en la envoltura de legalidad sus consignas y conjuras de odio y de revancha. He aquí que todo son enjuagues y buenas palabras. El príncipe de la mentira tiene muchas tretas y artilugios en la bocamanga. Póker de ases y de asesinos. Que venga Pol Pit salga del pozo de camándulas y les descubra la maula. Seguro que les gana a todos aun haciendo trampas.


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