VOY A SANTIAGO ABRAZO A APOSTOL
Por quinta vez a lo largo de mi existencia peregrino a Compostela, abrazo al apóstol. Santiago tiene anchas espaldas son las viejas espaldas de España. Un santo al que la imaginería medieval pinta como un mozo bien trabado de hombros. El fervor se mezcla con la curiosidad, el paisaje y el turismo. Mi acudida es espiritual una sensación mixta donde el misticismo se mezcla con la curiosidad y la aventura. El jacobeo nunca perdió su caracter laico, yo diría que picaresco. El “WALLFARTER alemán no se parece al fervoroso “strañik” ruso aquellos vagabundos sw XTo que iban por la estepa con un mendrugo de pan en el zurrón y un ejemplar del evangelio de san Juan.
Si fuera yo un cátaro calificaría este detalle como atributo de vaso de elección pero no soy cátaro ni tengo que ver con los albigenses aunque hubo tiempo fines del pasado siglo me sedujo el mundo de las apariciones, los mensajes, las premoniciones y el supernature. No soy un elegido sólo para el dolor. Me siento un humilde reportero que ve cosas no por ciencia infusa sino por veteranía y porque me fijo mucho y creo en Cristo Salvador que ha de venir. Dejemos a un lado la Parusía.
De momento nos baste la eucaristía. Se quedó con nosotros hasta el final de los tiempos. No hagamos de menos al Señor honrando al siervo. Por eso es axis central Oviedo del Camino Jacobeo.
El Obradoiro está atestado y hay una cola kilométrica para admirar las delicias que el maestro Mateo estampó sobre las arcadas del Pórtico de la Gloria.
Los santos parece que se ríen y hablan unos con otros. Compostela es un lugar maravilloso pero donde más y mejor se percibe es en la Cámara Santa de Oviedo adorando al Cristu de les Oreilles que bendice a los peregrinos desde uno de los pilares ubicados en el rincón del lado de la epístola. Allí se percibe el grito de utreia aurrera instando a los peregrinos a seguir viaje en desdén del cansancio y las dificultades. Buen camino y alegres piernas. Utreia et suseia. Aurrerá
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