WILWERFOSS
A la entrada de la ciudad de York el visitante recibe el
aliento verde de las brisas del Ouse. Las espiras y las torres de las cresterías
me recuerdan a Quasimodo, el héroe de la
novela de Victor Hugo, que debe de andar encaramado por ahí. la colegiata de
York se trae un aire con Notre Dame, se encarama a los puentes y hace tijeretas
sobre las aspas del molino. Niebla sobre el puente. Fog. Haze. Así es el humor
inglés algo brumoso y en el postigo de San Miguel - Micklegate - montan guardia
dos luceros. Es el alma de los cruzados que murieron peleando contra Aladino en
Jerusalén. Eboracum York pequeña Evora ofrece un perfil marfileño y cristiano,
pero habría que esperar a que expirase todo el humo que llevaba en la panza la
torre de refrigeración de la central eléctrica de Barnby Dun, alimentada por
carbón. Yo me ceñía la chalina en bandolera y hacía autostop. El viento trabó
conocimiento con mi bufanda y los postes de alta tensión de la gran central
eléctrica me conocían. Entonces viajar a dedo no era peligroso y todo por
ahorrarme los dos chelines del autobús. Éramos muy pobres y había que pagar la
renta. me hice amigo de camioneros que iban a Escocia buscando las almenas
romanas del muro de Adriano, conocí a profesores y funcionarios del fisco. en
Pocklington vi herrar a los últimos caballos percherones que araban las
llanuras del Yorkshire. Aquel fue un tiempo de labor. Yo lo que quería era ser
escritor.
Allí crecía la flor del lúpulo que deparaba la mejor cerveza
de la tierra. Cheer us, mate. But I am
here only for the beer, le dije a uno y no me entendió pues no sabía que yo
era poeta. Por las noches leía a Lowell, Walden, a Thoreu, a Poe. Supe que había una
dicotomía en el país de los yanquis- los sureños eran esclavistas y los
norteños antiesclavistas. Ganaron los del norte como bien nos enseña la
película "Lo que el Viento se llevó".
Propugnaban los
derechos humanos y la austeridad moral. Hawthorne escribió la "Letra
Roja" (the scarlet letter) una pobre mujer seducida por un señor condenada
por el juez a llevar un tatuaje en la frente en que ponía "soy puta. Esa
era la idea central de La letra escarlata que a mi por aquellos días hippies de
mi rebelión tanto me impresionó
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