2022-04-30
ESTAMOS EN PUGNA CONTRA LA BESTIA LOS SEGUIDORES DEL CRIUCIFICADO
ZLO (EL MAL) HISTORIAS PARA LA DEFENSA DE
LA DE CRISTIANA
Salió el
patriarca a bendecir barbas patriarcales con sus ornamentos episcopales ricas
capas pluviales recamadas de oro que contrastan un poco con la pobreza de vida
de este santo varón que vive en Moscú en un humilde piso alquilado donde ha
recibido amenazas de muerte y ha sufrido las molestias del vecino de arriba que
inundó de polvo las habitaciones y encharcó su biblioteca.
El lujo y el
boato de la Santa Iglesia Ortodoxa la reservan sus ministros para engalanar el
“esplendor de su casa”. La frágil y enteca figura de Su Beatitud revela la
austeridad de vida del monje que fue no sé sí en el monasterio de Valaam famoso
hontanar de la ortodoxia o en uno de los muchos conventos que circundan a la capital
rusa y que llaman El Anillo de Oro como uno de los principales baluartes
que tiene el cristianismo hoy en el mundo.
Salió a bendecir
y bendijo a la manera tradicional con las dos manos juntando el índice, el
pulgar y el dedo corazón de la diestra y siniestra a una multitud enfervorizada
de cerca de cincuenta mil personas que se agolpaba a las puertas de la catedral
de Cristo Redentor lujosamente engalanada y consagrada después de haber servido
durante varias décadas de museo del ateismo.
En su alocución final animó a los creyentes a
persistir en la defensa de la fe aduciendo que uno de los objetivos de la
iglesia rusa es la pugna contra el mal (zlo, un concepto muy importante
en la teología oriental que tiene que ver poco con la secularidad y disquisiciones
intelectuales al uso en la iglesia latina), contra las fuerzas oscuras y a la
propagación de la caridad y del perdón. Que los cristianos no deben tomarse la
justicia por su mano ni responder a la provocación.
Y en la santa
noche de pascua en la fiesta de la resurrección se había producido una
verdadera provocación sacrílega mientras la clerecía entonaba el Tedeum
tradicional de la liturgia de este día (molobien) cuando los coros
cantan la estrofa “Vuestra resurrección, Cristo Dios, cantan los ángeles en
cielo y tierra pues bajando al sepulcro nos rescataste de la muerte”surgió
un tropel de mujeres desnudas de un grupo inglés autodenominado Pussy riot (literalmente,
la revolución del felpudo) enarbolando pancartas ofensivas a la religión
tirando botes de brea sobre las casullas de los popes, parando el tráfico y
colocando silicona en las puertas de los autobuses para inutilizarlos
impidiendo el regreso de los congregantes que regresarían al hogar tras la
celebración de la vigilia.
Lector desde hace casi cincuenta años de los
autores rusos son incesantes las alusiones a este momento cuando el pueblo
retorna a sus quehaceres transfigurados al cabo de los oficios divinos de la
Resurrección. A Rusia no hay que olvidarlo
lo llaman el país de la Resurrección puesto que cuando parece muerta y
apabullada o pisoteada resurge para consternación de sus enemigos.
Un personaje de
Chejov tras saludar a todos los viandantes con el tradicional ósculo (tres
besos al grito de Xto resucitó a lo que contesta el homenajeado con un
verdaderamente resucitó) le dice a su mujer:
-Son las tres de
la mañana y en Vladivostok se estarán preparando para acudir a la misa de
medianoche, Irina Petrovna
-Así es, Alexei
Ivanovich. Como siempre. Los años pasan, nos hacemos viejos. Pero Cristo
resucita todas las primaveras.
-Esa es la
esperanza.- dice melancólico Alexei que debía de ser un trasunto del propio
Antón Chejov que era hijo de un diácono y que siempre recordó el amplio y largo
ceremonial a veces hasta cansarse pues
la misa se sigue durante más de dos horas de pie, cuando niño en Tula.
El sacrilegio
cometido por las “pussys” tan bigotudas e indecentes cabe las gradas de la gran
catedral moscovita ha conmovido profundamente a la sociedad rusa. Hace falta
ser ruso para leer a Pushkin, hace falta ser ruso para entender lo que
representa para su idiosincrasia el fulgor de la noche santa, luz sagrada
adornada con los huevos pintos, el triple beso y los saludos de la Boskresenia.
Es la fiesta entre las fiestas cuando se soslayan las enemistades, se entierra
el hacha de la guerra y en tiempos de los zares se declaraban las treguas
sagradas porque el Evangelio manda perdonar a los enemigos.
Kuprin tiene
un relato hermosísimo en que narra cómo
los huéspedes de una casa a pupilo de Kiev celebran la noche y toman el pastel
de pascua en el cuarto de una pobre mujer que ejercía de una prostituta. Todos
son perdedores, gente hundida por el destino y a los que la vida había dado
muchos coscorrones pero que en ese momento recuperan la inocencia perdida y
vuelven con nostalgia a la pureza de la infancia al grito de Cristo ha
resucitado; Cristo verdadero resucitó.
La narración roza el límite de lo inefable.
Cincuenta mil
personas abarrotaban la plaza la mayoría jóvenes y cerca de siete mil policías vigilaban
pero ningún miliciano osó intervenir para cargar contra los alborotadores de la
Pussy riot ante la explanada de la catedral del Salvador en atención al
significado de la pascua rusa. Se acordonó el recinto y no han podido
trascender fotografías de ese gran sacrilegio con visos de profanación y
afrenta a la tradición y costumbres patrias.
Algunos
periódicos dicen que se trata de unos cuantos chicos englobados en el término
de “liberales” demasiado genérico y evasivo para enmascarar la crudeza del problema.
Las fuerzas oscuras le han declarado la guerra al cristianismo vía twitter,
facebook y los llamados grupos sociales que al preconizar la globalidad actúan
como verdaderos caballos de tropa para minar la moral de los creyentes y
distribución una doctrina de perversión y de desesperación.
A muchas verstas
de la Plaza Roja en Jerusalén otra chusma de exaltados jóvenes hebreos se
dedicaron a escupir a los clérigos que hacían un vía crucis en la Calle
Dolorosa. Y un archimandrita sirio de rito maronita tuvo que refugiarse en un
convento católico para no ser linchado por la multitud. No se trata pues de
unos grupúsculos de gamberros ocasionales sino que responden a un frío diseño
bien situado y con mucho mando en plaza y poder arriba. Uno no concibe cómo
puede Israel el pueblo de la promesa en cuya lengua escribieron Isaías, Amós,
Jeremías y otros grandes profetas orquestar una campaña contra los creyentes en
Jesucristo y unirse a las huestes del mal (zlo) porque esa actitud sería
atentar contra sus propios principios pero esa actitud parece un hecho
consumado.
Aquí en Alcalá de Henares movimientos
similares como el Pussy a favor de las banderas arco iris puso en berlina a
monseñor Reig que en su sermón de las siete palabras condenó la homosexualidad.
El prelado ha tenido que recoger velas ante la
fuerte presión mediática orquestada por el cejijunto y sañudo autodenominado
demócrata don Pedro Jota (ya ajustaremos cuentas). No es esa la actitud de los
metropolitas rusos que han hecho un llamado a la defensa de la fe aun a fuer de
someterse a la amenaza del martirio.
Valiente y
enérgica actitud que no percibimos en occidente donde noticias como la
declaración del gobierno noruego, retando a Arabia Saudí, y prohibiendo la
construcción de mezquitas en su territorio mientras en los paises mahometanos
no se permita el culto de las iglesias cristianas, no trascienden o se ocultan.
Los carteles con leyendas obscenas injuriaban
al bendito patriarca Cirilo al que
llamaban “talibán” por haber condenado la homosexualidad o en medio de
la rogativa pascual realizando simulacros procaces del acto sexual,
indignidades que la pluma de este periodista se resiste a consignar y otras
injurias al clero y al pueblo de dios.
Al declararle la
guerra a la Santa Rusdia estos agentes del agit-prop anglosajón con hondas
raices en el estado de Israel y en Internet las Pussy lo tienen crudo porque la
iglesia ortodoxa es un bastión del patriotismo con una historia de más de mil
años.
La reacción del patriarcado y de la sociedad
sec enmarca en los límites de la prudencia, el perdón a los alborotadores, y el
bochorno pero en la firmeza de condena a la rusofobia a la información
torticera y amenazante.
Rusia
militarmente es inconquistable, posee arsenales nucleares y uno de los mejores
ejércitos del planeta. El mensaje a los agitadores es que la tolerancia puede
tener un límite. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
LA SEÑAL DE LOS TIEMPOS
Znamenie bremia signa temporum
Signa
temporum
Ya
somos campanas sin badajo
Repica
hueco
Volea
gordo
Quiero
que repiques gordo
Mañanas
de fiesta
Sobre
Burgos, sobre Toledo
El son
de misa mayor en la catedral de Oviedo
Escuchen
tu voz de bronce
En ganeas,
figones, escuelas y monasterios
Regocijo
seas de los muros santos de todas las parroquias
Promulgando
eucarísticas orgías
Llamadas
del amor
Pero yo
sólo soy un hombre
Y a
tanto fervor no llego
Campanas
de mi infancia sonoras cavidades
Que
anunciaban un mundo perfecto
Salga a
impartir su bendición el igumeo
Proclamen
curas y abates nuestra enemistad con la sierpe
Este
mundo necesita campanas y exorcismos
Elevemos
altares a Lucinia
Diosa
de la fecundidad y el nacimiento
Maldito
sea el cirujano que hace los abortos
Y los
que pecan contra la santidad de la vida
Pura
sea mi existencia
Difunda
la campana
De
Belén su mensaje ex nuce et in cruce
Por
brañas, asomadías, somos, castros, sotos, mogotes y alcores
Llegue
la voz de su llamada a todos los rincones
You are
the fool in the hill
Que
trae el traje cutí
Uniforme
presidiario
Y la
cruz de san Babil
Mas,
Xto me redime
Señor,
mora en mí
Echa
fuera los latebrosos pensajes
Los
dimes y tomares,
Miedos
y obsesiones
El mal
de ijada
Pompilio
Numen fue a echarse la siesta
Con la
vestal
Ladra
un perro anticristo por nombre Heine
Ladridos
en alemán
Contra
la luna de tu ventana
Que hoy
aparece con paraselene
Y están
las nubes borrachas
Marca
el signo de los tiempos al revés.
25 de
julio 2012
SALVANDO JUDIOS DE LAS BARBARIDADES DE LOS MAQUIS Y LOS NORTEAMERICANOS TRAS LA DERROGTA DEL REICH
Zombies
Arribaban como zombis.
La guerra había determinado una masa ingente desarrapados. Europa se estaba
despertando de la gran zozobra. Por todas las partes cundía el pánico y la
desesperación. Era el sálvese quien pueda y cada uno hacía su atadijo buscando
albergada en los lugares más disímiles del planeta. Hubo alemanes que llegaron
a Estados unidos andando a través de China y de Siberia como fue el caso del
que sería luego secretario del Tesoro David Blumenthal y arribaron a Alaska. Ni
que decir tiene que a la vista de semejante de proezas los judíos han de contar
forzosamente con la protección del Altísimo. ¿
-
“I
ll never meet that Franco.
-
Pues vale, señor caudillo británico.
Se conoce que aquel día
se había levantado de la cama con resaca. A pesar de su apariencia de hombre
con voluntad de hierro el bulldog inglés tenía un carácter desigual. En mayo de
1944 había pronunciado un discurso de alabanza en los Comunes hacia el líder
español. Franco con la idea de verse con su colega había adelantado sus
vacaciones a San Sebastián. El desaire
sin embargo no le cogió de sorpresa. Franco sabía que los ingleses eran
petulantes e impredecibles. El famoso premier de la cabeza monda y redondo y el
puro eterno a flor de labio no podía ser menos y, como él bien, aseguraba:
-Leche de cabra.
Miraban a media
humanidad por encima del hombro. Inglaterra y USA asumen la administración de
los bienes alemanes en España y se confiscan todas las posesiones germanas como
indemnización de guerra. La embajada del Reich es incautada por los ingleses.
Para tramitar este negocio es nombrado nuevo embajador inglés en Madrid, Victor
Mallet que había trabajado como liquidador en una firma fiduciaria de
Inmediata española es cerrar la frontera. La
medida se va a prolongar hasta bien entrado el año 47. los supervivientes del
tren de Chambery fueron llevados a un campo de internamiento suizo. Pero Francia
vivía un clima de guerra civil.
TOCA, ANTON, QUE PAGA LA ALDEA
El Estebanillo y la monarquía imperial. Viva Felipe IV la
apoteosis de España y triunfo de la catolicidad que algunos llaman decadencia
Toca que Antón que paga la aldea. Fiestas y regocijos. Toros y cañas. Ya jugaban en Aragón a fiestas de moros y cristianos y esperaban a su majestad que salió a campaña a la guerra contra franceses. Corría el año 1644 un año después de la derrota de Rocroy por el mariscal Condé y el gabacho invade Cataluña pero los tercios zarpando desde Italia y dando fondo en Vinaroz subieron por la sierra de Pandos a cortarle la hoz y la zoqueta a ciertos segadores. No volvieron a entonar aquel himno de corpus en muchos años[1]. Su majestad dio vistas a Zaragoza el 18 de marzo de 1645 y fue aclamado por el pueblo llano que mucho quería a aquel monarca. No se ha de olvidar que en el periodo de su largo reinado la cultura española alcanza su máximo relieve en literatura, en las artes liberales, en pintura, arquitectura y nuestros ejércitos pese a la merma de Rocroy eran temidos en todo el orbe. El autor debió de participar y se embarcó en la nave capitana en la que iba de capitán general el virrey de Nápoles don pedro de Arellano caballero de la orden de Santiago. Lo llevaba de bufón al que libra de la buena tunda de una cantinera pitusa -tocaron puerto en Mallorca- que la emprendió a palos contra el pícaro por haber vomitado todo el aguardiente que llevaba en las tripas en el mandil pues, siguiendo su costumbre en la marina española, a embarcar el primero y a desembarcar el postrero- en su matalotaje de popa, para no perder la costumbre, metió veinte frascos de vino, una caja de arenques y sardinas saladas, galleta y bizcochos y otras menudencias y dulces para quitar el amargor de boca después de las grandes polvaredas[2] . Hay serios fundamentos para pensar que por el estilo y la forma de narrar hay grandes parecidos entre el Estebanillo y el Buscón. El libro impreso en Bruselas en 1633 pudo salir de la pluma del inmortal autor de los Sueños que lo escribió estando preso en San Marcos como divertimento a sus tristezas. No se trata de un texto autobiográfico, aunque lo parezca.
El resquemor que muestra hacia los judíos y a los genoveses que eran polilla de nuestras arcas y la befa que hace de GONGORA, adalid de retajados y de conversos en esta segunda parte de la novela donde pone en circulación la palabra gongorizar o escribir versos en oscuros como en las Soledades, avalan tal suposición. El libro loa al Duque de AMALFI, mecenas de no pocos literatos de aquella pléyade, mentor de Cervantes y de Quevedo tras la caída del Conde Duque de OLIVARES.
Sería el
último canto del cisne del genio de las letras castellanas antes de bajar al
sepulcro en la Torre de Juan Abad en 1648. y no hay más Flandes como se solía
decir.
La misoginia lo mismo que la afición al vino puede ser otro punto en
común[3].
del desencanto participan ambos textos. Si don Francisco inmortaliza a su
desdeñosa Lisi en su composición sobre el polvo enamorado don Esteban vierte su
bilis contra aquella ojizarca rubia de la que se enamora en Bruselas en esta
poesía satírica cuajada de tmesis y de tropos literarios de alta calidad:
madama doña embeleco
más lamida que alcuzcuz
más probada que piñata
más chupada que orozuz;
más manida que una estrada
más navegada que el mar del sur.
Más combatida que Rodas
más gananciosa que un flux
tan circe de los novatos
que con saberte pecadora
te hacen todos randivú
garitera perdurable
del juego del dingadux
tarasca de las meriendas
y de los dineros avestruz
ya no hay Blas ni pan perdido
que a tu gran ingratitud
le canté el per Omnia secula seculorum
después de hacerle la cruz
sólo estoy arrepentido
de que te hice el buz
y de haber zambullido
por lastre de tu laúd[4]
con dios quedad
que yo parto a Calatayud
por no ser de tu galera
el forzado de Dragud[5]
Es la jácara con que el poeta responde a un billete que previamente le
había enviado la interfecta:
señor gallego romano
hombre de chanzas y burlas
que has probado todos bodrios
y campado de garulla[6]
más raído que bayeta
más descollado que grulla
con más flores que un verano
y más conchas que tortuga;
postillón de Alcalá a Huete
y alcahuete
gentilhombre de la bufa
residente de bodegos
y asistente de bayucas
¿cómo ingratonazo amante,
después de darme una zurra
y jugar de carambola
con cuatro mil garatusas
dejaste a tu carrasca
por buscar corruscos
y por chamuscarte en celos
o me guiñas o te afufas?
Tortolilla me contempla
que en lugar de llanto arrulla
por saber que esa la tu flor
es del berro o de la Osuna.
Vuelve a casa pan perdido
pues me tienes vagamunda
que tu persona apetezca
y renuncio a tu pecunia.
Francisco de Quevedo el mejor galán de nuestra lírica no tuvo tampoco suerte con las mujeres. Campó por burdeles y figones, se divorció de su esposa una tal Felipa y Góngora le hiere en lo más vivo motejándole de impotente. El doctor Marañón a lo largo de muchas de sus obras y ensayos biográficos AMIEL, biografía de enrique IV lanza la hipótesis que muchos varones con la virilidad en entredicho, ora por algún defecto físico o por timidez amorosa, suelen solazarse con mujeres públicas desdeñando a las de su rango y condición.
Quevedo era cojo y se daba al vino. El Estebanillo se quejaba de su gordura. Era un espadachín de primera tanto con el sable como como la lengua. Dedicaba los más bellos sonetos a sus adoradas, pero luego se iba de picos pardos. Esta inclinación por la bufa es común en ambos autores. ¿Dos en uno o eran el mismo?
Supuestamente un discípulo del Señor de la Torre de Juan Abad. En cualquier caso tanto el Buscón como el Estebanillo rezuman salero, optimismo, amor a su patria. Un cierto desdén hacia los convencionalismos y a la gazmoñería de sus contemporáneos. En cualquier caso, se trata de dos libros gloriosos que nos reconcilian con España a la que aman porque no les gusta (bajo la apariencia del desenfado desaprensivos de este vivir airado se esconde una intención moralizadora) y nos hacen olvidar las pesadumbres de la existencia.
Es el genio de España y de Italia trabajando a tope. Gran parte de la crítica moderna no lo supo entender. Yo que leía entre carcajadas la vida del Estebanillo aquel otoño lejano en Londres año 1974 cuando venía el cambio y todos estábamos un poco apabullados lo he vuelto a releer casi cuarenta años después encontrando aspectos que se me pasaron entonces pero que conservan una rabiosa actualidad y ese es el toque de veras, el sacramento, de los escritos geniales que nunca pasan de moda.
Hagamos una higa a los mentecatos, a los mequetrefes a los encaramados politólogos a los profetas del doom y a las sibilas casandras que no cesan en su agorería apocalíptica. Estos bustos parlantes tan bellos tan distantes mejor que hablar de política que le hagan el buz y la cruz a su chorbo. No son más que bayucas mediáticas, polvo de los caminos que se llevará la historia.
Quieren destruir a España y a la gran cultura que nos
legaron nuestros mayores, pero el genio de España permanecerá vivo. Más les
valdría a estas daifas tan maquilladas todo adobo y virtualidad que leyeran al Buscón
y al Estebanillo.
DEJARÍAN DE SER GALLINAS CLUECAS Y NO OLERÍAN A GALLINACEA DEMOCRÁTICA-
Se volverían más humanas aun considerándose pregoneras de los derechos humanos
que no vemos por ninguna parte. Bueno me afufo. Baste por hoy
[1]Francisco
de Melo Guerra de Cataluña
[2].En la
guerra naval el fuego de cañones, culebrinas y arcabuces solía levantar grandes
polvareda y daba sed
[3]Góngora
tildaba a Quevedo de borracho y éste se vengó dedicándole el famoso soneto erase
un hombre a una nariz pegado
[4]Metáfora
de un cunilingus en toda regla
[5]El
turco
[6]Garulla,
briba, picaresca
campanas sin campaneros
·
Córdoba
en su mezquita catedral tenía la campana que sonaba grande en las mañanicas de
fiesta, pero yo creo que era menor que la de la Giralda de Sevilla, a la que
llaman el campanón de la cristiandad y en mi ciudad de Segovia, los conciertos
campaniles eran frecuentes. toque de
campana reúnase el cabildo con el concejo Amamos los hispanos las campanas y
los campanarios, sonoro esmeril de la gracia, y por las escaleras de la torre
suben y bajan los Ángeles, me gusta escuchar el hurra triunfal de la
resurrección para preguntarme con san pablo a las parcas oh muerte¿ do está tu
victoria? las campanas eucarísticas trenzan la armonía de un regalo misterioso
que se nos dio solo a los creyentes, supieron tocar a gloria pero también a
fuego y a clamor, se acerca el Día de las Animas. Esta noche tocarán a muerto pero
sabe enhebrar el badajo el repique de boda y hasta un villancico:
·
En Belén tocan a fuego del portal salen las llamas
·
Porque dicen que ha nacido
·
El redentor de las alma
WOJTILA UN DESASTRE Y SU SUCESOR FRANCISCO HABLANDO DE LAS SUEGRAS LO QUE ESTÁ DEMOSTRANDO ESTA GUERRA: EL VATICANO ES UN BANCO Y LA VICARIA DE XTO UN NEGOCIO MALVADO MANEJADO POR IMPOSTORES PERO TODO EMPEZÓ CPON EL POLACO
WOJTYLA, DIOS LE PERDONE
Antonio
Parra
Yo creo en el Cristo que anduvo sobre las aguas, el
que resucitó a Lázaro, le dijo a Zaqueo baja de ese árbol y perdonó a la
pecadora. Me uno a la comunión de los santos, al perdón de los pecados y a la
resurrección de la carne, demasiado tarde para cambiar de religión a estas
alturas. Ahora bien, y que Dios me perdone, si lo que voy a decir, les parece
una burrada. En lo del ciclón Wojtyla me
cuesta más creer. Que Dios le perdone a él y a los que están detrás de su
figura diseñada a imagen y semejanza en buena parte de los enemigos de la Fe.
Las sandalias de este pescador, muy gastadas y cubiertas del polvo de la
travesía del desierto, se resisten a abandonar convertidas en cáligas
episcopales, símbolo de poder y de gloria, la silla gestatoria. Pater Sancte, sit transit gloria mundi. El que se encumbra será
abatido y el que se humilla ensalzado. Hay piezas que no casan en esta
historia. Soy refractario a comulgar con ruedas de molino. Juan Pablo II se
sale del módulo tradicional de lo que ha venido siendo la lista de sucesores de
San Pedro. Hay un intento desaforado por salvar los muebles y vendernos la idea
de las regalías del cesaropapismo en forma mediática. Deseo la pronta
recuperación en su enfermedad a este anciano polaco.
Pero de ahí a ese culto de idolatría que le rinden
los medios de comunicación de ámbito universal y aceptarlo como valedero creo
que media un largo camino. La propaganda le ha ensalzado hasta los cielos y
acaso no sea más que un obispo como los demás, con sus grandezas y sus miserias
y las exageraciones del cesarismo, y del culto a la personalidad. En torno a él las vaharadas del incienso
rayan lo inaudito. Yo no puedo unirme al coro de la adulación general y de las
comparsas mediáticas, precisamente por eso. Por el respeto que tengo al papado
y por el amor que he profesado a la Iglesia. Sus visitas al Gemelli vienen
acompañadas de un clamor sospechoso de apoteosis.
Polvo eres nos dicen todos los Miércoles de Ceniza y
después del Cónclave en la capilla sixtina avanza una procesión en la cual un
turiferario la encabeza portando una naveta llena de humo al tiempo que grita:
“Pater Sancte, sic transit gloria mundi” (Padre Santo, de esta forma pasa la
gloria del mundo. Los papas se acreditaban el título de siervos de los siervos.
Esta traza de humildad y de aceptación de las miserias de la condición humana
no aparece por ninguna parte y sí rasgos de culto a la personalidad combinados
con megalomanía. Toda esta paranoia oficial nos hace sentir a todos los
creyentes un poco ridúculos.
Si todos los
obispos se jubilan a los 75 años, el de Roma debería dar ejemplo. Papa
significa primus pater, un acrónimo. Él es uno de tantos aunque haya sido
designado por el dedo del Espíritu. Y su poder le viene dado de lo alto. Es la
potestad de las llaves que tanto escandaliza a las demás iglesias cristianas
quienes no entienden esa arrogancia romana que viene no precisamente de las
prédicas de los apostoles sino de mucho antes. De los flámines romanos. Corramos
sobre las viejas disputas históricas un tupido velo.
Hay muchos síntomas que hacen sospechar que una férrea
lucha por el poder se está entablando dentro de la curia y que el primus pater
reinante al descartar cualquier posibilidad de abdicación en realidad se aferra
a la silla gestatoria. Porque ama demasiado el poder. Es un hombre de poder y
de enigmas. El más significado fue su designación tras la súbita muerte de su
predecesor el Papa de la Sonrisa. Su personalidad parece haber diseñado por los
amantes de lo políticamente correcto: un hombre del pelo blanco, solemne en el
gesto, maneras integristas y servidor del Imperio. Un polaco venía de perlas a
ese propósito. Luego fue encargado de acabar con el comunismo. Un simón
soplando no en el desierto sino en las planicies heladas de Cracovia derribó el
muro de Berlín. De un hisopazo este obispo de Roma, el más político y acaso el
menos espiritual de cuantos alcanzaran la sede apostólica, terminó con la
guerra fría y nos metió en el cuerpo la guerra caliente, la inseguridad ante el
porvenir, la política de bloques. Pues cayeron las fronteras, se han perdido
las identidades nacionales y hay corrimientos de pueblos, migraciones
catrastóficas que pueden ser deletéreas para el sentido mismo de la
cristiandad.
El británico Bruce
Marshall, escritor de novelas de intriga y antiguo miembro del servicio
secreto inglés, en una de sus obras allá por el año 68, diez antes del conclave
que lo eligió, traza los perfiles de su semblanza. So pretexto de Dios en el
cielo, los poderes de la tierra. En el conclave puede que revuele por los
techos la paloma del Espíritu Santo pero también las presiones norteamericanas
a favor de Wojtyla fueron culminantes. Querían un papa a su medida y ahí lo
tienen. Ello explica todo lo demás.
Si bien Jesucristo fue discutido y atacado por
enfrentarse a los poderes fácticos hasta el punto de morir en una cruz con dos
malvados como un malvado siendo en realidad el Santo de los santos, el actual
papa se resiste a morir en un lecho hospitalario de muerte natural, todo este
loor de enemigo porque resulta que los que más abominan de los misterios de
nuestra Fe son los que más lo encomian. Dicen tal vez exageradamente que es el
mejor pontífice de la historia después de Pedro y una de las mayores personalidades
políticas de este siglo.
Será verdad no lo discuto, pero nunca se vieron los
templos tan vacíos, tanta desorientación que alcanza síntomas de desbandada en
la grey, tanto compromiso católico en entredicho. Europa se está
descristianizando a marchas aceleradas y el caos eclesial se manifiesta por una
desorientación en la catequética, la patrística, la moral, las relaciones
interpersonales, interconfesionales, y en otros muchos ámbitos.
Recapitulando, considero que uno de los males
mayores de la Iglesia en el momento es la megalocefalia. Tenemos una gran
cabeza en el Vaticano y unos miembros muy exiguos, enclenques y desfallecidos.
Karol se nos muestra como una especie de Rey Sol del papado que pregona a los
cuatro vientos: L´Eglisse c´est moi. Muchas giras por el mundo, mucho happening,
pero poca teología. Mucha solidaridad internacional, pero mengua la caridad. El
cuarto Creciente medra por todas las partes y mengua la Cruz mientras aumenta
el desaliento, la confusión y la falta de directrices entre los viejos
creyentes. La defección de las juventudes que tornan la espalda al evangelio es
pavorosa. Nadie quiere entrar por la puerta estrecha. Por supuesto, hay que
hacerse violencia a uno mismo. Creer en tres personas distintas y un Dios
verdadero, base del dogma trinitario, no es cosa sencilla. Amar al prójimo como
a ti mismo no va con nuestros postulados egoístas. Defender unos valores hasta
la efusión de la propia sangre no es algo que entusiasme a las multitudes.
Jesús dijo he venido no a traer paz sino la guerra,
expulsó con un látigo a los mercaderes del templo, pero éste ha pactado con los
poderes del siglo. Éste bendijo a los cruzados yanquis que fueron a pelear a
Irak al menos la primera, dato que recuerdo, pues yo estaba escuchando la Radio
Vaticana y en medio de la Plaza de san Pedro surgieron voces discrepantes. Una
manifestación acusaba al pontífice de antisemita. A partir de entonces fue el
año 92 hubo un gran vuelco de la política internacional.
Los ortodoxos no lo pueden ver. Se le acusa de ser el
responsable directo de la guerra y destrucción de Yugoslavia. Belgrado es
bombardeado por las fortalezas volantes que doña Margarita Allbright enviara la
misma noche de Pascua. Y en Roma ni media palabra. Por eso, el patriarca
ecumenico Alexis de Moscú se ha resistido a un tete-a-tete con él. Este trato
de desconsideración hacia los hermanos separados de Oriente (en Roma no se
oficia ya practicamente, en contra de lo que se solía en otros pontificados,
por el rito greco-eslavónico) se ha visto recompensada por un acercamiento al
Islam permitiendo la plegaria conjunto en iglesias y mezquitas y la venta o
cesión de templos cristianos para los cultos muslímicos. ¿Es con sus gestos
triunfales el vencedor o un enterrador de los valores católicos en el mundo?
Por lo que se refiere al atentado que sufriera en la Plaza de San Pedro el año 81 algo suena muy extraño. Por ejemplo, no se comprende que un “killer” fallase a tan corta distancia y a quemarropa. El arma utilizada del 635 no era de las más contundentes. ¿Fue un verdadero atentado o un aviso? Queda otro gran misterio, el de Fátima, los trece de mayo. Este ha sido el papa del número del anosmié nefasto. Mi generación ha crecido un poco atemorizada por cierto en torno a esos supuesto sigilos de Fátima. Es una palabra con connotaciones apocalípticas, pero resulta que la Virgen habló de un país que no existía en 1917: la URSS y emplea una serie de condicionales que no cuadran al concepto de la divinidad. Si sois buenos chicos no os dejaré sin merienda o algo así.
Ese, según la
teología más respetable, no es el lenguaje de Dios Padre. En todo este fenómeno
de las apariciones que también llevo estudiando bastantes años algo huele a
podrido y a impostura. Madre, ¿por qué
callas? Este silencio es parte del enigma Wojtyla. Dios le perdone y dios nos
perdone a todos. Estoy pensando ahora mismo en un bonito cuento que escribió
Clarín hace más de un siglo. Se llamaba La
rosa de oro en que estudiaba el extraño comportamiento de León XIII, un
papa italiano con mucho brío, mucho predicamento y mucha pose pero que también
tenía sus cosas porque errar es hombres.
Dios le haya perdonado. Dios nos perdone a todos.
Amen.
27/02/05
EL MANZANARES EN QUEVEDO Y GÓNGORA
El arte de Quevedo es el luquete de naranja/limón que ponemos al vino para quitarle el acíbar y despojar a la vida de todos esos posos de amargura que la circunda, aunque, bien es cierto, los que seguimos a Xto hemos de beber el cáliz hasta las heces como lo bebió don Francisco tres veces desterrado, dos a punto de morir, una en la emboscada que le tendieron los venecianos, y se libraría por pies, por hablar el italiano sin acento ninguno, como un toscano, y la segunda en un lance amoroso en que acabó con tres de sus oponentes, que, en sacando la de Toledo, no había espadachín que le pusiera un pie delante y eso que era zambo, por lo que Góngora se mofa de sus cacorros, hacia adentro y desmangallados, así como de su presbicia (tenía los ojos malos y era cegato aunque su vista de lince fuera tan aguda como su daga). Dos veces lo desterraron de la Corte a sus predios de la Mancha y en una ocasión lo llevaron a presidio cinco años a León, en una fría mazmorra del convento de una orden militar(1) llena de humedades, lo que aceleraría su muerte.
Como buen español(1), fue victima de la malsana yedra, que con harta frecuencia crece al sur de los Pirineos como el mal francés que del otro lado viene y que aquí se convierte en morbo visigótico, que llevó a Fray Luis, a Jovellanos, a Cervantes a la cárcel y a otros tantos al destierro. Dicen que la saña constituyen el vicio y el deporte nacional. Por eso se ensalza aquí, hasta los cumbrales, a la medianías. Para triunfar en este país hay que ser del montón o tener buen parecer. ¡Ah! Las apariencias españolas. Aquí los mediocres nunca hicieron daño, mientras al que despunta en algo se le corta la cabeza.
Y un consejo- vademécum para andar por las españas: ser siempre del montón. Como Quevedo era egregio y aventajaba a todos en estatura literaria y en calidad humana, fruto de su vividura, pues fueron a por él. Tengo para mí que el mejor libro, la mejor novela, y única en su género, es el Buscón, todo un tour de force estilístico y de solercia en el manejo del idioma castellano, del que su autor conocía todos sus recursos secretos. Que maneja como si fuera mago del idioma. Y esta esgrima verbal le hace fulgurante en el estilo y en sus estocadas, certero.
Escritor, todo meollo, o carne sin hueso, nunca cáscara [hoy no lo entenderían] nada de hablar por hablar. El fondo se adecua a la forma en una perfecta hipostasis del mensaje. Y esto es el desiderátum de la perfección. El no va más Mujeres y gallinas, vecinas, todas ponemos. Unas, cuernos; otras, huevos. ¿Se podrá contar mejor una historia sobre la condición femenina en este ras con ras, en este par de lineas, dos auténticos tijeretazos de versos? No. Los libros y los versos de este prócer, desde sus tratados teológicos hasta las letrillas jocosas como Erase un hombre a una nariz pegado en que pone en berlina a Góngora y con él a todos los sayones y escribas de nuestra España, tan voluble, tan tornadiza, turiferarios de Caín, no son para paladares delicados. Hay en ellos mucho cuajo, por lo que su literatura nunca será apta para cuáqueros miramelindos. Es Quevedo la antítesis de la cursilada a lo Julián Marías. Por eso le salieron enemigos a mansalva y aún lo queman en efigie los hijos de los hijos de los nietos de aquel linaje de narigudos ridículos, cornudos, o simplemente malvados que él tanto festejara.
Aún lo tienen por peligroso y lo queman en efigie a la chita callando pero él sigue siendo el coloso del parnaso de las letras castellanas. Parece que me mira don Francisco desde la calcomanía con que honro su memoria en mi despacho y se sonríe con sorna. Saca pecho, enseña sus guedejas cansadas de tanto afán dejandolas colgar en desaliño de estudioso sobre el pescuezo y oculta el pie equino, de nacimiento, lo que, aún renqueante, no le impidió cabalgar y ser el mejor espadachín de la corche y no esos matasiete que pinta de cartón piedra e imitación Pérez Reverte en sus novelas de época. En el callejón de la rinconada de la iglesia de san Martín, justo donde está la calle de La Ballesta, un jueves santo, a la salida de los Oficios, tiró de espada y dejó muertos a tres contrincantes que le cerraron el paso. Todo un maestro de esgrima y no los de las novelas por entrega de Reverte.
¿Causa del riepto? Uno de los caballeros abofeteó en el atrio del templo, a la vista de todos, a una dama. En guardia. A la salida nos vemos. Pues vale. Pero de uno en uno, caballeros. El maestro de esgrima no era un matasiete o uno de esos jaques que lampaban por la corte, galanes de monjas, cortejadores a la hora de misa y el triduo, única ocasión en que aparecían en público las señoras como dios manda. Las que iban al prado en coche tenían mala reputación. Dentro de las carrozas con las cortinillas bajadas recibían a sus amantes. Podía pasar de todo. A veces los bastidores se meneaban con un ritmo sospechoso, el tiro parado y tieso el tentemozo, dormitando el cochero ciego de vino y sin menearse silenciosos con el saco de granzas al morro los caballos ruanos de los caballeros o las mulas episcopales pues también tenían por costumbre de bajar al Prado los eclesiásticos en desguisa.
Este era Quevedo. El caballero de las espuelas de oro como le llama casona. ¿Misógino? Ni por pienso. A su pluma debemos el mejor soneto en castellano y en él canta a la mujer. Y su lamento de letra herido y de amante despachado aun esparce el eco que han conseguido quebrar la vara de la muerte:
"Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevase el blanco día
y podrá desatar el alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera
mas no desta parte en la ribera
dejará la memoria donde ardía
nadar sobre mi llama el agua fría
Y perder el respeto a la ley severa;
Alma a quien todos sus días pasión ha sido;
Venas que humor a tanto fuego han dado;
Médulas que han gloriosamente ardido;
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido
polvo serán, mas polvo enamorado"
Se refería a Lisi. De quien fuera Lisi poco sabemos. Sólo que el poeta la inmortalizó en estos pensamientos. La vida real fue mucho más cruel con él. Los grandes hombres acaban contrayendo matrimonio con la que menos les conviene y su bodorrio de mozo viejo con una tal Felipa acabó en desastre. Pero ahí queda como pecio de aquel desastre conyugal aquella antífrasis: "mujeres y gallinas, vecinas, todas ponemos".
¿Don Francisco putañero? No sé pero conocía el mundo por de dentro y de ese mundo parte fundamental es el bello sexo. Habría que colegir al trasluz de sus escritos que ese conocimiento íntimo de la condición femenina no la ganó en los libros o en los confesionarios como Tirso, que era fraile, sino "viva voce" alternando en las tabernas(2) y abriendo la puerta llana de las mancebías. Su concepto de la existencia era demasiado grave para tomarse en serio a las mujeres. De ahí sus exclamaciones utópicas sobre el amor, el olvido y la muerte. Polvo y ceniza en definitiva pero polvo enamorado. "En tus ojos, Lisi, vi el oriente en hermosura duplicado", etc. cruzaba el deán el portillo y venían detrás un par de diosas. Amor divino y amor profano que lo uno no quita para lo otro.
A lo que se ve debió de ser visitador frecuente de los puticlubs de entonces que se llamaban cuexcas(3). Había una en Madrid, la Casa del Tocame Roque y otra en Alcalá que dio pie al dicho de "A alcalá, putas, que llega San Lucas"(4).
Es posible que la tal Lisi por la cual bebe los vientos el poeta fuera una de aquellas mozas de partido tan abundantes en Madrid, a lo mejor una de aquellas irlandesas tan mal vestidas y hablando con acento de Coca por su afición a empinar el codo, "tan mal vestidas y tan bien hechas" de cuya arribada da cuenta en alguna de sus cartas. Así que Alcalá, putas, que viene san Lucas y mujeres y gallinas todas ponemos. Ojos ponéis de vendimiar agüela, frase con la que alude a las alcahuetas. "Cuando te abracen, advierte, que segadores semejan, con una mano te abrazan, con otra te desjarretan... con un cuarto de turrón y con agua y con grajea goza un Píramo, barata, cualquier Tisbe gallega... corita(5) en cogote, gallega en ancas, ran mujer de pullas para los que pasan" está describiendo a las ventaneras, costumbre que tenía un nombre legal: solicitación... al trato torpe.
So capa del desenfado burlesco, Quevedo es de una profundidad aterradora. Toda su poesía recuerda un cuadro del Bosco por las descripciones que hace de la corrupción y relajo de costumbres del Madrid del primer cuarto del siglo XVII.
La rechifla con que describe el Manzanares es deliciosa: "Tieneme del sol la llama tan chupado y tan sorbido que en mi se mueren de sed las ranas y los mosquitos". Y es facistol de chicharras en la solfa de lo frito el aprendiz de río que lleva penosa vida condenada de charquillos, merendero de tusonas y de mirones que bajaban a ver las ninfas desnudarse en el arroyo estantío... muy hético de corriente, muy angosto y muy roído, con dos charcos con muletas... acostado en un puchero el cuerpo y el sueño a gatas", etc.
En las numerosas aceñas que debía contar a la sazón la raquítica ribera del Manzanares observa el paso del tiempo, otra de las preocupaciones de Quevedo: "azudes de la noria de la vida son las horas; ayer ya no es, no existe mañana y hoy es un punto fugitivo... soy un fue y un será y un es cansado..".
Pero hay otro detalle, aparte del panorama jocoso que traza sobre el Manzanares, en lo social y costumbrista con sus lavanderas a las que algún beneficiado baja a ver las nalgas mientras recuden los pañales del niño, con sus trémulas pausas y los mastines de Sodoma que hacen acto de aparición de atardecida, los azacanes o aguadoras, las damas de toldo y arandela o meretrices, los mendigos que acuden a despiojarse, los niños que van a bañarse en las pozas o a jugar al marro, y es la información meteorológica que facilita. Como colofón de lo dicho, el Manzanares, a falta en Madrid de una plaza del Potro cordobés, del Arenal de Sevilla, el Perchel malagueño, el Zocodover de Toledo, el Arrabal arevalense o el Azoguejo de Segovia, punto de encuentro de perailes, pícaros, rameras y gente del bronce, hace las veces de "locus communis", paradero del que va y viene. Garcilaso que debía de ser tan inocente como buena persona y mejor poeta ve al Manzanares lleno de cisnes, ninfas y nereidas, utilizando un tropo muy común entre los poetas del Renacimiento en su afición a la mitología. Era mucho pedir. La ribera del Manzanares estaba poblada de ninfas pero de otras especie diferente a las que describe Garcilaso. Góngora y Quevedo en su sorna son más realistas al tiempo que nos proporcionan valiosa información sobre el referido "locus amoenus" que no era tan ameno como para mirarlo con ojos idealistas sino realistas.
Por tales trazas el siglo XVII debió de ser seco. Se había producido un cambio climático en toda Europa. El clima que era lluvioso y bonancible en las centurias precedentes debió de acusar los efectos de una glaciación. En 1666 a causa de esta sequía acontece el gran fuego que arrasa Londres y la plaza mayor en 1634 también se quemó quedando sólo la Casa de la Panadería.
Esta sequía trajo consigo aparejada la hambruna. Mientras, los literatos se toman la cuestión a pitorreo. Eso y empezar las jácaras todo fue uno. Fue tan capona la primavera que no pudo abrir. No hay agua pero no falta el vino. Se alude a los moscos irlandeses cuya borrachez se hace manifiesta en las calles de Madrid o a los moscos tudescos que ingerían una cantara de un golpe en las bayucas aledañas a las escaleras de San Felipe. España se desentiende, se despreocupa. Toros y cañas y autos sacramentales para olvidarse de los desastres de Flandes o los naufragios de la Flota de la Carrera de Indias. Los piratas ingleses estaban siempre al acecho. Ande yo caliente ríase la gente. Aquí cada uno va a lo suyo y eso le saca de las casillas a Quevedo. Empieza una refriega, una lucha entre dos colosos. Los dos tenían un conocimiento eximio de los idiotismos del idioma y no se les iba lo que se dice la fuerza por la boca
Góngora a la vista de la escualidez del "Támesis de los Madriles" y del escuchimizado hilo de agua que vertía en aquellos tórridos veranos exclama: ayer meome un burro y hoy me ahogo. Y se cachondea con la misma insolencia de sus puentes. "Mucho puente para tan poco río" dice del de Toledo, y del de Segovia, "señora puente castellana cuyos ojos están llorando arena" y en otro verso de su letrilla hace referencia a que "los orines de las mulas den salud al río". De lo objetivo se pasa a lo subjetivo y el río de una ciudad va a ser el pretexto para una recia enemistad entre don Francisco y don Luis. La reyerta literaria hará las delicias de los amantes de las bellas letras porque en ella predomina el insulto. Sí pero hay que saber insultar. Además, la sangre nunca llega al río. Y en este donoso cruce de invectivas Góngora llama a Quevedo Anacreonte, melifluo y zambo y putero. Cegato y pelotillero. Quevedo se despacha motejandole de tahúr, mal sacerdote, judío y narigudo. Los dos poetas mayores de nuestro siglo de oro se ponen de vuelta y guerra o a caer de un burro. Lo de ayer meome un burro debió de ser ficción de Góngora pensando en su rival
MEOME AYER UN BURRO
Y hoy me ahogo en aguaduchos de orines. Poco más o menos Góngora y el ínclito Quevedo se mofan a porfía del río de Madrid que no es el Eúfrates ni el Tigris. Más bien un cagadero. Tuvo por afluente el Arroyo Abroñigal que es un río meadero, todo boñigas. Allá donde la villa y corte exonera su vientre, lava sus culpas y antiguamente había verbenas. Por la de San Marquillos el Verde y luego la de San Antonio que es la primera que dios envía. Bajaban allí las ninfas disfrazadas de chulapas, a hacer de cuerpo y viejos verdes tonsurados arrastrando la loba y el manteo al salir del coro las espiaban desde las peñas con un catalejo que el locus amoenus siempre tuvo mirones para el amor de alquiler. Darse un lote de vista y llevarse las manos a la cabeza con un adonde vamos a parar y cómo están los tiempos no estaba mal visto.
El propio autor de Los sueños murmura del rumbo aciago que cobraban sus tiempos. A juzgar por estos versos todo sigue igual en el hombre. Nada cambia:
Todo se ha trocado ya. Todo del revés se ha vuelto.
Las mujeres son soldados y los hombres doncellas.
La obsesión que manifiesta Quevedo por los putos entre los que incluye a Góngora también había gente saliendo del armario en nuestro Siglo de Oro
Por Cuaresma, combates nabales que nabos y cohombros los daba excelente su ribera, lo mismo que cebollas y orondos tomates de un rojo casi lujurioso. ¿Rábanos? Los de su ribera, los mejores. Aunque siempre picaron un poquito. En la costanilla del Ava Pies y el postigo del Avemaría había sinagogas y muchos rabinos. Con el edicto de expulsión muchos de ellos se metieron a frailes y colgaban morcillas y botillos a la puerta de sus conventos por bien parecer. Madrid no es lo que parece. Aquí el personal siempre vivió hacia adentro. Un lastre que arrastramos de nuestros antepasados los judíos. También, se cursa estudios por ser más. Y por mejor parecer. El parecer es el súmmum bonum de los hidalgos de gotera, la honra, el buen criterio. Hasta, sin haberse desayunado muchos días, como nos refiere el Lazarillo se echaban migajas en la barba para anunciar que habían comido. Por ahí vienen los calvos. Observa Quevedo que hay calvas de muchos tipos: sacerdotales, jerónimas, y calvos calvísimos, aprendices de calvo y aquellos que no saben portar su calvicie con dignidad, a lo Anasagastegui, que la por entonces se hacían el recorrido. "Hay calvo que re rebuja para tapar el melón y aparece hecho un basilisco". Aquí estamos yendo y viniendo del "no te jode a nos ha jodido". Vivimos un sinvivir de la política entre el tupé de Sagasta y el recorrido de Anasagastegui, áspero tribuno de la plebe vasca, que, por no saber, no sabe llevar su calva con dignidad.
Luego llegan los sastres. ¿Sastres vienen? Pues al infierno. El ángulo de visión de Quevedo, el de un verdadero buzo de las clases sociales en el maremágnum de gentes con los que le tocó convivir. Odiaba a las viejas, pues no en vano tuvo fama de misógino. A los sastres. A los médicos y a los sacamuelas.
. Ay sí. El Manzanarillos debe de tener la sangre municipal y espesa y por eso y por la mierda que corría en los remansos pasada la Virgen de Atocha se criaban tan buenos tomates, lechugas y pimientos. La villa y corte era un pueblo desde 1606 en que obtuvo el título de capitalidad por orden del tercero de los Felipes. Góngora fue nombrado capellán regio y puede que la ojeriza con Francisco de Quevedo, aspirante al oficio de cortesano y que tuvo vara alta en la ante corte la del valido el Duque de Lerma se debiera a ser los dos contrincantes para un mismo empleo..
Además dice el refrán que quien es tu enemigo el de tu oficio. Aparte de gananciosos de la sopa boba y anhelando un beneficio, una sinecura, una prestamera, los dos eran grandísimos poetas. Los mejores que hubiera jamás en esta lengua. Las rivalidades a muerte se originan precisamente en esos concursos oposición en que los españoles se queman las pestañas memorizando textos que no les servirán para nada sino para colgar un título en la pared y pasarselo a los demás cerrar el pico, aparentar más, ¿veis?
Yo estudio, yo soy algo, más que tú, el origen está en el puñeteros morbo visigótico y buscarse un carguete de por vida a costa de la iglesia que fue la primera que abrió el torno o lotería de las oposiciones a canonjía, luego vendrían las de notarías, que esas sí que son peliagudas o las del ingreso en el Cuerpo Jurídico del Estado o en la Cuerpa mismamente. Luego a tumbarse a la bartola.
Manía del español que quiere vivir sin pegar golpe. Góngora ganó un beneficio en la catedral de Córdoba pero no pisaba la catedral, no iba nunca al coro y tuvo que tener que pagar, como consta en los archivos, multa de muchos maravedís por su inasistencia pero ay amigo obtuvo aquel beneficio a fuerza de codos y estuvo una hora de reloj, en lo que caía la arena por la clepsidra, recitando una tesis de la Summa de Santo Tomás. Tenía un título. Hoy mucho más rentable que aprobar oposiciones es meterse a político y entonar la coplilla gongorina sobre la meada del burro que provoca inundaciones por Madrid.
De nada sirve que fuera si no un mal sacerdote al menos muy negligente -apenas se le conoce haber abordado el tema religioso en su obra- y de origen converso al que asustaba comer jalufo. Pero había ganado las oposiciones. Ayer meome un burro y hoy me ahogo. Agua va. Cuando las dueñas se ponían a arrojar los pericos o servicios de aguas mayores. Góngora se fumaba el Oficio divino y se quedaba en alguna timba o se iba por las rinconadas de la vera del Guadalquivir a la búsqueda de algún efebo.
Sacerdote sin vocación y cura de misa y olla. Por la mañana cátedra de Prima y por las tardes, de sobrina. Ahí nos las den todas. Se da la buena vida y busca, villano en su rincón, una misericordia segura en la que sentar sus posaderos y tener ración por oposición que es para lo que empollaban latín los españoles de entonces y los de ahora se atiborran de temas. Aspiran a un buen pasar, eso que se llamaba antes la vita bona del Beatus ille. Echa la galga, amigo. Tumbémonos a la bartola. Pasan los clérigos con el bonete de tres puntas, las mulas hacaneas con un paxio o artolas cargada de libros camino de Alcalá terciado el manteo y la loba cuajada de cazcarrias y de barro de los charcos del camino. Suben la cuesta los arrieros. Huele a ajo y a vino y a trasudores de Castilla cuando va de el personal trajinante y detrás llegan los ministriles. Un domine con antiparras acaba de pasar camino de su casa a pupilo. Va a dar "lición" a sus gramáticos. Les enseñará algo de gramática parda.
Un morisco cargado de un banasto con hortalizas. Una vieja marivina a la que hiede el aliento podrido del mosto, la cebolla y las caries. Y sigue la comitiva con ministriles, algún jaque arreando un macho burreño de gran alzada y ahí están las lavanderas cantando las coplas del momento mientras restriegan la colada que reúne las bragas de una marquesa y los calzoncillos con palominos de un obispo. Y no podían faltar en esta escena los azacanes cargados de cantaros de agua de nieve. Delante de las damas de toldo y arandela, "cisnes del placer, y fenices del gusto". Abigarrado retablo de tipos y de costumbres. A cada profesión le corresponde un vicio.
Un niño llora y un viejo con su lazarillo canta la oración del Justo Juez. Las capas negras de los letrados se confunden con las capas pardas de los mercachifles y labradores, las tocas blancas de las dueñas hacen contrapunto con los velos negros de las viudas. Cantan los cubos de los carros a los que no se permitía pasar por la puente y han de vadear por el albero salpicando los charcos o hundiendose en el légamo. Estallan en el aire las trallas. Se escuchan algunos juramentos. Algunos carruajes hacen molino y los carreteros se quejaron toda la vida del pontazgo de la Puente Castellana.
Los borrachos de Velázquez se han reunido en un corrillo y coronan a Baco desnudo con una corona de laurel y lo cubren con un manto purpura como el que cubrió las desnudeces de Noé. Uno de ellos que debe de ser fraile huido del convento les sermonea en latines. Nadie le hace caso. Mucho puente para tan poco río sí pero con mucha humanidad viva que se mueve por abajo y por arriba. Señora doña puente Castellana, tus ojos están llorando arena.
La literatura estando más allá de la imagen que en encandila y decipit (decepciona), según los escolásticos, es vividura y transcendente. La imago es una noción ficticia de lo intrascendente. La imagen destruye y deslumbra pero la palabra o el concepto construye e ilumina. El arte de la palabra va mucho más allá de la cinemática y el cine es cínico pues poseen el mismo étimo griego; "kinos" designa al movimiento pero también al perro.
Quevedo y Góngora que son a la vez culteranos y conceptistas nos llevan por las altas sendas de la imaginación. Nunca frisó nuestro idioma tan alto como en estos dos vates, tan diferentes y tan parecidos. Esta trifulca sobre el río de Madrid en el que coinciden descriptivamente pero que luego van a desenvainar, por rigurosidades e inquinas personas que no hacen al caso, las plumas, convertidas en lanzas. ¡Y qué lanzas, madre mía! Al ver lo que escriben el uno del otro los ahora políticamente correctos, escritorzuelos de toma chicha y nabo, se llevan las manos a la cabeza y gritan:
-Insulto. Insulto.
Pero hay que saber insultar, señores míos, y hacerlo con cierto salero. No ese desmantelamiento que les es propio a los anti-castizos.
La literatura, insistimos, es vividura. Y vividura profética. Por eso mismo cuando nos encontramos en un libro donosamente escritos nos asalta la impresión de haber estado en aquel sitio, en aquella casa o a la vera de aquel río que nos pinta el autor. Uno ha subido y bajado unas cuantas veces por el Puente de Toledo y está familiarizado con el genus loci y los manes madrileños.
Nos han sucedido aventuras. Vimos no a las ninfas y nereidas pero sí bastante ninfas del cantón que en el Cerro la Plata cobraban a duro el "polvo". Niños y militares sin graduación algo menos y una paja tres pesetas. Algunos fuimos iniciados en el amor a tan módico precio por la Josefa una sacerdotisa de Venus al aire libre, que venía de Valencia, culona, de amplias tetas, tenía un poco de bigote pero compensaba. Cela dixit.
Hemos visto desfilar a los pastores de la mesta. A los jaques sacamantecas con la "poderosa" entre la faja, y a los mismos borrachos de Velázquez dar tumbos por las bayucas aledañas a la catedral de san Isidro que ya estaban abiertas hace cuatro siglos. Nos hemos puesto la coroza de los penitentes que salían en Viernes Santo detrás de un paso al lado de las vestidas de dolorosas luciendo cuerpo y jeme.. Tan chulas y presumidas ellas. La religión aquí estuvo íntimamente relacionada con el sexo.
Acompañar al Santo Entierro era un pretexto para lucir su cuerpo serrano. Debían de ser las mismas damas que acompañaban a Felipe IV tan salaz como piadosísimo a los triduos y oficios de las Cuarenta Horas que organizaban los jesuitas. Nuestro catolicismos es áspero, algo tristón y pasionista. Ya lo decía don Francisco: "Católica y cruel Majestad".
Hemos padecido y gozado de situaciones similares a las de Quevedo o a las de Góngora. Los genios en sus escritos nos invitan a hacer un viaje hacia el futuro. Ay Madrid que te quedas sin gente, la ciudad por la que ha discurrido gran parte de nuestro vivir. Universidad de picaresca y de misticismo. Aquí la luz tutela y es tan ardiente que acaba destruyendo. Madrid me mata a mí. Madrid te mata a ti. Por eso tanto le queremos.
A veces tuvo aire de sepulcro. Cuando Dámaso Alonso se refería a un millón de cadáveres ambulante sabía bien lo que se decía. Con algo de sepulcro pues todo en la vida es cárcel y todo en la vida es sepulcro.
"Del vientre a la prisión
vine en naciendo
de la prisión iré al sepulcro amando
y siempre en el sepulcro
Estaré ardiendo.
¿De amor? Por supuesto. Quevedo y Góngora que conocerán tan bien a las mujeres las dan poca importancia. Lisi la amada inmortalizada en el soneto del polvo enamorado es un accidente. Don Francisco lo que conoció mayormente fueron las Lisis a la vera del Manzanares, las tusonas, busconas y godeñas, en particular las hijas de la Verde Erín cuya arribada a la Corte desde la católica Irlanda era todo un acontecimiento, y que tanto le entusiasman, tan mal vestidas como bien hechas, un tanto inclinadas al mosto, las coritas asturianas y gallegas de ancas triunfales, que con una mano te abrazan y con otra te hurgan la faldriquera.
¡Ah las dulces mozas querenciosas del oro, todas del partido de Santo Tomé, zamarreando por la orilla del río estantío "en esta capona primavera que no pudo abrir un lirio".
No le gustaran a Quevedo, a lo que se ve, mucho los ríos; lo intuía, estaba oliendo el poste. Parece sentir en sus versos las humedades reumáticas de aquella mazmorra a orillas del Bernesga, del Órbigo y del Castro que son cachirríos y del Duero meninos (por afluentes). Allí le esperaban las sombras. Todo en la vida es cárcel. He ahí otro signo del poder premonitorio que mueve la pluma de los que escriben, sobre todo, si lo hacen bajo la luna de la inspiración y el poderío que brinda la introspección profética.
No se entiende muy bien esa tirria que le inspira don Luis. ¿Serían ramalazos de ese anticlericalismo proteico que se detecta en toda la literatura castellana? ¿Odio de clérigo? ¿Rija de opositor a Corte?
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla
Docto en pullas cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino.
Que aprende sin Christus la cartilla,
Chocarrerías de Córdoba y Sevilla.
Y en la corte, bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo rabí de la judía,
Cosa que tu nariz no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía,
aunque esto de escribas se te pega
Por tener de sayón la rebeldía.
Duros epifonemas. Le tacha de judío converso y de maricón (poco hombre) y de narigudo.
La odiosidad debió de nacer en el complot contra el Duque de Lerma que significaría la caída del Señor de la Torre de Juan Abad de patitas en el destierro. En su invectiva apunta un dato de una gran solidez histórica que ha sido poco estudiado: la influencia que tuvieron los criptojudíos en la corte de Felipe IV a través de los jesuitas. Pero se da asimismo la paradoja de que Quevedo se va a coger a la protección de los jesuitas y durante sus presidios y destierros sus amigos serían los jesuitas y su biógrafo sería un jesuita. En otros epigramas censura a su rival su afición al juego: tahúr, poco cristiano, mal clérigo. Misal apenas. Naipe cotidiano. Capellán del rey de bastos que en Córdoba nació. Murió en Burgos. Y en Pinto le dieron sepultura.
Por su parte Góngora en un poema escrito ahora justamente hace cuatro siglos dice de Francisco de Quevedo lo siguiente:
Anacreonte español, no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía
que ya que vuestros pies son de elegía
vuestras suavidades son de arrope
¿No imitareis al terenciano Lope
que al de Belerofonte(6) cada día
sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
dicen que quieren traducir al griego
No habiendo mirado vuestros ojos.
Prestadle un rato a mi ojo ciego(7),
porque a luz saque ciertos versos flojos
Y entenderéis(8) cualquier gregüescos(9) luego.
El soneto gongorino tampoco tiene desperdicio. Tilda a su oponente de poeta descuidado, suave, zambo, mal caballero(10), espadachín y matasiete. Y le pide que le ponga la mano en el culo para escuchar una ventosidad de sus adentros. Góngora no se tira un farol. Se tira un cuesco.
La polémica entre los dos grandes literatos, aunque profusamente estudiada por la erudición, ha dejado inédita una idea importante: el enfrentamiento de Quevedo, caballero de la orden de Santiago, que ridiculizó a los que querían hacer santa patrona de España a una judía Teresa de Jesús, y los cristianos nuevos. Tanto él como Lope -éste de una forma más superficial- tomaron partido por los cristianos viejos.
De modo que sus diferencias con los conversos, que tanto nombradío e influjo trujeron bajo el mandato del valido del Rey, el Conde Duque de Olivares, y su aireamiento con los franceses que tenían el criterio de que la Santa Sede había caído en manos de los judíos, pudo ser un motivo de su detención y posteriormente su encarcelamiento en San Marcos de León durante un quinquenio. Una flagrante injusticia.
Al parecer, el mejor escritor en lengua se movía en contextos políticamente incorrectos para su tiempo. De todos modos, espíritu crítico y valiente, mete el dedo en la llaga y descubre uno de los enigmas de la historia española y las causas de su decadencia.
Aunque cegato, su pluma era certera, y su visión de aguila caudal que diquelaba desde muy lejos.
Su fama de chistoso y jaranero que tiene en la cronología hispana, donde todos los chistes guarros se atribuyen a Quevedo, no se compadece con la hondura de su pensamiento tan español, tan entero. Miré los muros de la patria mía. ¿Acaso este postergamiento y ninguneación a que se someten sus obras, más citadas que leídas, sea otra venganza judía?
Mientras tanto las aguas del Manzanares siguen fluyendo enterradas bajo un bunker de hormigón por decreto de los nuevos munícipes faraónicos anhelosos de convertir a este afluente del Tajo que pasa por los Madriles en un nuevo Guadiana. Pronto lo harán navegable y habrá choque de escuadras y batallas "nabales" por menos de un pimiento. Es igual. Ayer meome un burro y hoy me ahogo. Ay, Manzanares, Manzanarillos, en ti se mueren de sed las ranas y los mosquitos.
14 de agosto de 2008
1. Todo este mundo es prisiones;
Todo es cárcel y penar.
Los dineros están presos
en la bolsa donde están
la cuba es cárcel del vino
la trox es cárcel del pan
la cáscara, de las frutas
Las espinas del rosal.
El cuerpo es cárcel del alma,
la tierra es cárcel del mar
2. Fue cliente del figón de Juan Lepre que abría sus puertas en la calle Huertas de Madrid. Parroquiano de ese establecimiento fue también Diego Velázquez y alguno de sus comilitones del jarro le sirvieron de modelo al cuadro Los borrachos
3. Casa de tolerancia (Germ.)
4. En la fiesta de san Lucas el 18 de octubre se solían impartir los grados a los estudiantes
5. Corito, asturiano. En el siglo XVI las gallegas, asturianas y vizcaínas no gozaban de buena reputación.
6. Belerofonte, el hijo de Neptuno, que montó a Pegaso y venció a la Quimera
7. El culo
8. Por oír
9. Pedo
10. Quevedo fue el caballero de las espuelas de oro. Su defecto físico no le impedía ser un consumado experto en la equitación.