2023-07-03

 EFLEXIONES SOBRE EL PODER DE ISRAEL

SÓLO ISRAEL PUEDE PARAR LA CARNICERÍA UCRANIA
El presidente Putin recientemente habló de sus amigos judíos y que ningún sentimiento antisemita lo anima a esta guerra para recobrar el territorio que fue ruso en el Este de Ucrania. Corroboro esta sentencia. Soy un admirador del pueblo de Israel, sus afanes de progreso y sus conquistas científicas, los salmos que suelo rezar a diario y la Shemá.
De esta manera me comunico con el vaso de elección.
San Agustín llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores pero hay veces que los mejores se equivocan. “Siete veces peca el justo”. Su poder es inmenso a través de las Redes. Lo cual que caer en un burdo anti judío es un despropósito y a este respecto considero que Zelensky es una deshonra para un pueblo que fue siempre sal de la tierra. Paremos la bicha, controlemos al oso. En 1977 a raíz de los acuerdos entre el presidente egipcio, Sadat, y los israelíes, suscritos ante Carter yo largué para mis lectores esta crónica que transcribo en mi post.
MANAHÉN BEGIN REY DE ISRAEL
Manahén (un tío mío se llamaba así) quiere decir en hebreo salvador y equivale a Enmanuel (enviado). Traslaticiamente viene a ser algo como rey de Israel.
Todo un síntoma y un pronóstico para clavar la personalidad de uno de los hombres públicos más discutidos del presente.
El jefe del gobierno de Jerusalén racialmente es un judío askenazi típico: ojos hundidos, nariz aguileña, la palidez del gueto, el dolor de la persecución, la vida miserable del shettel, el pavor de los progroms acontecidos en Ucrania, con la marca de los quemaderos del horno crematorio.
Esta es la impresión que me dio su prosopografía tras una conferencia que dio en la ONU en la cual líder de uno de los países más poderosos del orbe aparecía mal vestido y retraído como ensimismado. Eran los tiempos de la Conferencia de Camp David
Pero en sus ojos apagados detrás de unas gafas empañadas brilla la luz del candelabro de los Siete Brazos. Es la luz que guió a los hebreos por el desierto durante cuarenta años hasta alcanzar la Tierra Prometida. Hay en dicho rostro misticismo a chorros. Me recuerda a Espinoza y a Ibn Gabirol portadoras de la llama del fuego sagrado. Difícilmente se le verá sonreír, parece un hombre atormentado, el que participó en la lucha del Likud para expulsar a los ingleses de Tierra Santa.
Estuvo condenado a muerte por terrorista y de participar en la voladura del Hotel David de Jerusalén. Luego amnistiado. En su mirada se funden la sabiduría de la Torá y de los cinco mil años de Talmud.
Un varón fuerte pese a su debilidad aparente. Carece del gancho avuncular de Golda Meir, ni de la simpatía de Dayan. Sin embargo, es espejo de una serie de virtudes que abundan en este mundo tan materialista.
El líder judío representa la tenacidad fundida con las ansias de superación. Temple enterizo al cual las tribulaciones y desacatos de la política internacional no domeñan. Roca viva, no construyó su casa sobre la arena sino sobre cimientos firmes.
Físicamente es de corta talla y de una apariencia insignificante, humilde.
Nacido en Rusia se salvó milagrosamente de Auschwitz. Ya en Palestina, se unió al movimiento de liberación y, sumado a la acción directa, sembró gelignita bajo los adarves del Hotel David. Si en Ben Gurion tuvo el nuevo país a su profético fundador y en Golda a su dulce abuela, estajanovista institutriz de los kibutz pero demasiado viril, en él supaís encontró al hombre que vino del desierto, vestido de piel de camello porque era la austeridad supina.
Era la que llevaba los pantalones, Menahén Begin es una mezcla de místico y de guerrero templario.
Polariza el eterno mundo de contradicciones que agita el alma judía de todos los tiempos marcado por amor a la tradición y ansias de renovación: flexibilidad de las leyes siempre al pie del Viejo Testamento conjugada con un formulismo inquebrantable.
En esa dicotomía se traslada a la contemplación, la poesía, el saber por un lado y por otro a la guerra. Es un hecho histórico no hay movimiento filosófico y tecnológico o revolución en el que no haya participado Israel.
Una vez en Londres a Begin le llamaron Shylock en un intento por compararlo con el personaje de Shakespeare en el Mercader de Venecia y Begin le dijo a su mujer:
─Mira, Alissa, LO DUROS DE OÍDO Y CORTOS DE ENTENDIMIENTO QUE SON ESTOS GENTILES. Yo no tengo un dracma en mi casa. Yo no vine a este mundo a guardar tesoros bajo tierra.
Siempre está aludiendo a la Biblia. Se ha curtido en la escritura algunos de cuyos textos sabe de memoria. Sabe más de ellos que algunos rabinos. Algunos de sus seguidores por eso le llamaron rey de Israel.
Pero se trata de un rey que vive pobremente en una casita de planta baja a las afueras de Jerusalén. Odia la corrupción. Sus detractores no le podrán acusar como a Netanyahu de meter la mano en el cajón[i].
Ha superado tres infartos, una caída le dejó en silla de ruedas y volvió a andar. Si en su juventud sobrevivió a las balas de los ingleses ha superado la tuberculosis. Devolvió el Sinaí a los egipcios en cumplimiento de su promesa en Camp David. Sin duda Begin se propuso conseguir el gran sueño de Eretz Israel, la reedificación del templo que destruyera Tito y la puesta en órbita de un país que de la nada se ha convertido en potencia mundial
[i] Esta noción es posterior a la escritura de este artículo
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