Tejo es el árbol de la puerta de la laguna Estigia el lugar donde no se come ni se bebe y de donde nunca se sale. Misterio del más allá, enigma de la eternidad. Los cipreses están al final de la cuesta del santo lugar, pero el tejo que crecía en lo que llamaban el cementerio civil de Piñera era más señalado. Esa era la costumbre; lo plantan a la puerta de los cementerios.
Hay uno en el Bierzo (soberbio ejemplar) que tenía cuatro mil años de ramoneo y de ver treansitar la carroza de la muerte. Acogió los huesos en el columbario de los soldados de la Legio Séptima Victrix. Allí se enterraron los celtas y saonaron con frecuencia las estrofas del Diues Irae. Es una planta muy profusa en hojas, su copa es muy tupida. En la ramas le crecen muchas hojas. Se le denomina por los botánicos taxus baccata. Del latín bacca (baya) y contiene toxinas. Su ingesta puede volver locos o matar a los hombres y a los animales. Un emperador se quitó la vida con zumo de tejo. El doctor Laguna lo cataloga en su Dioscórices como infusorio letal. El medico de Carlos V, Andrés Laguna dice que el tejo es tan dañino que mata con su sombra al igual que el nogal. Es considerado en cuanto tal el árbol de la muerte. De aspecto umbrío y formidable.
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