VUELTA LA
BURRA AL TRIGO. PUTIN NADA TIENE QUE VER CON LA SUBVERSIÓN CATALANA
Son muchos
años de periodismo los que acumulan estas teclas de mi humilde ordenador y tanta
experiencia me condujo a ver las cosas nítidas desde mi chiscón. Cuando alzo la
mira de mi periscopio no suelo fallar. Sin embargo, mis enemigos suelen reírse de
mis veredictos quijotescos. En verdad soy un caballero andante de la palabra en
lucha contra los molinos de viento del Mal y en verdad lo que veía don Quijote eran
gigantes. Por eso las acusaciones contra Vladimir Putin son puro invento. Las Redes
saben muy bien moverse por la tela de araña de la contumelia. Yo estaba de
guardia en mi garita de centinela aquel octubre del año 17 alerta cuando Puigdemont y su cuadrilla
proclamaron la independencia, Barcelona era una tea incendiaria y España un
esperpento. La Merkel desde Bruselas aconsejando a Rajoy que se estuviera
quieto. Los del New York Times admirando la jugada y en Tel Aviv donde se había
prevenido un ejército catalán, se hablaba de abrir una embajada a los pies del
Tibidabo. Ahora las redes nos quieren vender el humo (dim en ruso) de la conspiración y nos vienen con interpretaciones anagógicas
sobre los deseos imperialistas del Kremlin. Debe de ser a causa de la rabia que
sienten porque Zelenski está perdido y en Kiev cunden rumores de golpe de
estado. En Madrid la canallesca va que pierde el culo a la hora de acusar a
Putin de injerencia en la involución Puig-demoniaca. Ese peludo gerundense tiene
algo de demonio risitas. Es la carcajada de Israel, sus verdaderos mentores,
junto con el siniestro Biden. Acá en el palacio de Cibeles, doña Isabel Ayuso escucha
el llanto de un pequeño grupo de israelíes que han llegado a esta capital, los
españoles pagamos el viaje, son parientes de los rehenes de Hamás los que no
fueron liberados pero ni media palabra ni media lágrima por los treinta mil
palestinos acribillados por el genocida Netanyahu. El alcalde Almeida, ese rompe- techos de origen portugués templaba gaitas en el coro de plañideras. La Ayuso
a la que creíamos la nueva Isabel de Castilla se ha convertido en Juana la Loca. No pierdan,
señores, los estribos. Despacito y buena letra.
09/02/2024
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