2025-03-16

 

LA PALABRA QUIJOTE ES CATALANA y (II)

 

QUIXOT era la pieza que los guerreros aragoneses y valencianos se ponían en la rodilla como defensa. En castellano lo llamaban grebas. Cubrían el peto, el espaldar, coraza y manoplas.

Era la guarnición de los caballeros prevenidos en frontera para luchar contra el moro y a veces contra el cristiano puesto que nuestra reconquista fue tumultuaria y sin una coherencia ni unidad de ahí que durara ocho siglos y que diera alas a las órdenes militares y a las novelas de caballerías que eran los thrillers las películas de suspense y de hazañas bélicas del medievo.

Se ha dicho que Cervantes escribió su famoso libre para ridiculizarlas pero esto es una verdad a medias porque  en don Quijote bosquejó el paradigmas de los caballeros andantes: leales, justos, valientes y enamorados  platónicamente de su dsms dama señora de sus pensamientos. Dulcinea es lejana, dulce, inaccesible, etérea pero sin sexo.

Y ahí está la maula cuando descubre a una mujer fría feucha, algo puta y desabrida en Maritornes. Más rotunda sería la caída. Más fuerte el desengaño.

 Mira que pelear por eso. Y ahí vienen los descalabros, nuestro caballero andante en su contienda contra los gigantes que no eran sino molinos de viento lamenta su descalabro.

 Sancho el protege no por amor sino por interés. Otro atavismo típico de lo hispano y por último está la frase de “Con iglesia hemos topado, Sancho”.

En todos esos puntos está la clave. El quid de la cuestión.

Cervantes también era un caballero andante, pero metió la única mano que le quedaba en el cajón y acabó de palanganero de una casa de putas de Valladolid escuchando los berridos eróticos del joder de las pupilas.

Sin embargo en el expurgo de libros que ante el cura y su sobrina en la biblioteca del hidalgo que se pasaba las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio se libran Tirant lo Blanc, la mejor novela de caballerías en valenciano y el Amadís de Gaula en castellano.

Fue escrita por Joanot Martorell para narrar las aventuras de un caballero bretón en la corte de Londres que parte a Jerusalén.

Su lectura hogaño es trabajosa surgen desafíos a primera sangre (muerte), vilezas y hechos disparatados que ocurren en palenques tan distantes como Jerusalén, Constantinopla, Rodas o Barcelona.

Pero era el espíritu del siglo XV el ideal caballeresco  el cual se mezcla con andanzas en busca del grial y peregrinaciones a Jerusalén pero dentro de las ciudades las rivalidades entre los nobles promulgaban sentencias de muerte y luchas internecinas de las familias rivales  en los palacios encastillados.

Así fue, sin embargo, como se forjó occidente.

domingo, 16 de marzo de 2025  

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