NAKAZAÑIE Y PRESTUPLENIA. CRIMEN
Y CASTIGO. RUSIA ES CRUCIFICADA POR LAS FUERZAS DEL MAL
Los salivajos de la mentira, la
flagelación del Lithostrotos, la corona de espinas.
Rusia está hecha un eccehomo por
los que quieren destruirla. Aún así, va ganando la guerra a los globalitas y
acordó devolver a resultas de la conferencia de Estambul de paz supuestamente
6000 cadáveres de pobres soldaditos ucranianos caídos en la contienda.
Eso era lo que pretendían los
matariles: una guerra hasta el último ucraniano y desangrar a Rusia. Proyecto diabólico.
Pero este año han florecido
muchas rosas en el jardín central.
Tienden sus ramos los rosales
sobre la valla del jardín central ofertando una lluvia de pétalos.
El piso parece la vía por donde
ha de pasar la carroza del Corpus. Y esto es buena señal.
Mientras, yo releo a Dostoievski
en aquel Penguin de tres chelines,
abultado libro de bolsillo de seiscientas páginas, que me regalara mi hermano
Nano el 16 de diciembre de 1973 cuando le dije adiós en la estación de South Kensington
de regreso a los madriles. “Prestupleñie
y Nakazanie” (Crimen y Castigo).
A Dostoievski hay que leerlo en
inglés.
Los británicos en sus universidades
abrieron muy buenos departamentos de filología eslava. Siempre tuvieron una
obsesión con la Santa Rusia y este sentimiento cundió en las clases aristócratas
que quedaron fascinados por la elegancia de la corte de San Petersburgo aunque
Jorge V no movió un dedo por salvar a su primo Nicolás II de los bolcheviques.
Inglaterra carece de amigos. Sólo intereses. Es la norma de su geopolítica de
balanza de poderes que ha ido dejando líos por donde pasa.
Durante la guerra fría yo viví en Londres
aquellos escándalos del ministro de la guerra Ivanov que se enamoró como un
burro de la pelirroja Cristina Keeler a la cual entrevisté y conocí. A su
rufián el doctor Ward, no.
Se lo cargaron los del M06 (servicio secreto)
lo cual dio pábulo a las novelas de Lecarré y otros bizarros lances cuya
narrativa sería demasiado prolija para ponerlas en este papel. Crimen y Castigo
sí.
Los ingleses son unos consumados
artistas en el arte del disimulo.
Saben fingir y en la guerra de
Ucrania sus medios de comunicación mienten por toda la barba.
They lie
more than a sergeant trooper (son más mendaces que un sargento de
caballería).
Lo cual que para mí resulta difícil
de digerir de que el Pearl Harbour ruso o la destrucción de sus bombarderos
nucleares haya sido obra del maldito
Zelensky quien con su voz rajada anuncia que fue una estratagema suya urbi et
orbi.
Algo huele a podrido en
Dinamarca.
No fueron drones. Estos aparatos
constan de una autonomía de acción de pocos kilómetros. Su alcance es más reducido. No pueden alcanzar
Murmansk que está en el Ártico.
Fueron misiles disparados desde
Alaska o desde alguna base californiana ayudados por algún submarino inglés
surcando las profundidades del mar de Bering.
A Trump que es pelirrojo como
Judas y tiene los ojos chiquitos ojiporcunos los dedos se le vuelven huéspedes
y fanfarronea de lo lindo. E inclina la
cabeza de medio lado con voz de jesuita.
He
brags a lot. Es un chalán, un comisionista neoyorquino enriquecido
con la venta de pisos, un arribista sin ninguna formación intelectual. Chaquetea
mogollón. Propone una cosa para salirse luego por la tangente.
Dice que quiere acabar con la guerra de
Ucrania pero su intención es escalarla. Así que, Prestuplenia y Nakazanie.
¿Porqué Raskolnikov se cargó a la
vieja usurera Aliona y a su hermana Lizabeta? Dostoyevski aparte de un
novelista profundo que hurga en las profundidades del alma humana fue el
inventó del thriller y un thriller es el que está viviendo con esta guerra
civil entra Ucrania y la Madre Rusia… casi las mismas costumbre casi la misma
lengua eslava. El diablo mata moscas con el rabo.
martes, 03 de junio de 2025
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