PEPE
BARCENA Y ONOFRE VILLA AMIGOS DEL BURLADERO DEL CAFÉ GIJÓN
Noche
triste de reflexión vísperas de las elecciones. Acaban de matar a un hombre.
Tarjetas de visita de las puta ETA envueltas en sangre y en terror que se
vienen repitiendo. Chulería de los poderes oscuros de las fuerzas que conspiran
contra esta democracia y la frágil convivencia. Luego hay otro terror que más
pánico me da. El de las radios ululantes. El lord Haw-Haw poder nazi que
avasalla y os podría contar la historia de muchas maneras porque me la sé y en
terrorismo no es todo lo que parece. Con su Chauchau. Con sus lágrimas de cocodrilo.
Con sus mandobles.
-Don Federico, mire este chico.
-Que pasa.
-que este niño me ha pegado.
Querían el cadáver sobre la mesa y lo
utilizarán como peldaño para regresar al poder. Durante esta legislativa a Dios
gracias los verdugos por la espalda los valentones del tiro en la nuca
apostados detrás de una esquina que pillan a su victima desprevenido no
proliferaron sus llamadas al timbre de la funeraria. Pero la jauría se revuelve
contra el presidente y lo incrimina:
-¿Ves?
-¿Veo qué?
-Negociaste con ellos. Eres de su
cuerda.
Cabrones.
La
calumnia, la mentira, la acusación gratuita se impone vale todo y esta noche
tengo dolor de España y me duelen los guardias civiles que cayeron, los
concejales socialistas de un pueblo de Zamora que estos nazis del RH llaman
maketos. Lo balacearon delante de su mujer y de sus hijos. ¿No hay leyes de
fuga? ¿No hay redaños en este pais para que una bestialidad de asesinato quede
impune? Esta noche me hubiera gustado ser israelí. Allí ante una monstruosidad
arrasarían el bario, la casa la Erico tabernas el chiringuito y hasta talarían
el árbol de Guernica. Aquí se conforman con condenar la violencia venga de
donde venga y cacarear que ETA está vencida. Lo ha dicho Llamazares el
candidato de IU y me tuve que tapar los oídos de la misma manera en que de
forma odiosa los coperos copleros y los chauchaus con muy poco espíritu patriótico
echaban barro a los ojos del gobierno por negociar con asesinos, en la creencia
de que ello les reportará dividendos comiciales. ¡Que falta de decoro! ¡Cuanta alacridad! ¡Qué ligereza! Rouco los obispos las conferencias episcopales
todos rasgándose la vestimenta a la fariseo. España en prendas. Un pueblo de 45
millones rehén de los asesinos. Sólo hay dos soluciones o ir a por ellos en una
guerra sorda y sin cámaras ni micrófonos o darles la independencia y que ahí se
descuernen pero las quejas y las lagrimas de cocodrilo me parecen tan nefasta
como el propio crimen al que jalean y les hacen la propaganda.
Han
matado a un socialista. Asesinaron a un español. Y los de la radio de los curas
y los capitalistas del Opus que hacen negocios bajo cuerda con los del Norte
por condenar que no queden. Sepulcros blanqueados. Así que crispado y
entristecido me voy a la barra del café Gijón y rezo un padre nuestro ante el
monolito – no es más que el cajón donde el pobre Alfonso guardaba las
cajetillas de tabaco y los fajos de postales de Madrid- rezo ya digo un padrenuestro
laico y hablo un rato con mis queridos amigos del establecimiento Pepe Barcena
el relaciones publicas, el escritor, siempre encontrarás en el una sonrisa, Raúl
del Pozo no sé si fue el que dijo que le caía bien a las señoras. Sigue con su
melenita años 60. es un buen escritor y un observador de la vida desde las talanqueras
del Gijón. Y el maitre mi querido y admirado Onofre Villa es la elegancia y la
bonhomía. Onofre es filosofo. Un filosofo de León. Un muzárabe. Tiene andares
de general republicano. La discreción y el buen tono. Umbral lo quería mucho y
de él lo mismo que Barcena fueron de los pocos a los cuales el llorado Paco
alabara. Claro que Onofre que tiene un huerto en León le traía los mejores
tomates y escarolas de temporada y el autor de “Mortal y rosa” se lo agradecía.
Detalles así no sé pagan con dinero. Yo sigo leyendo a Pepe y charlando con
Onofre – la mujer de Clarín se llamaba también Onofre y es el único nombre
propio junto con Trinidad que vale tanto
para el masculino y el femeninos- y con los otros camareros a los que no
nombraré porque sería largo y todos de mi quinta poco mas o menos un poquitín
más jóvenes los sucesores de Jacinto del señor Sigüenza de tantos y tantos.
Ellos saben que los aprecio y respeto.
El Gijón no es un panteón ni un crematorio
como dicen Pla o Raúl del Pozo. A Ruli le conozco. Es muy supersticioso y de
los que tocan madera. Jamás va a un funeral siguiendo los consejos de Emilio
Romero. Uno que humildemente considera que la muerte no es el final va a los
que cumple. Pero es verdad lo que dice Raúl del Pozo. Son ya demasiados amigos
y contertulios que la palmaron. Ley de vida.
Y este rompeolas de las Españas en el corazón de Recoletos no tiene un aire
triste pese a los muchos huecos vacíos que uno encuentra de los que dejaron de
fumar y se esfumaron a las estrellas.
Siempre hay actividad negocio. Los espejos por
donde se asoman los difuntos que con nosotros comieron y bebieron no tienen un
aire fúnebre. Que va. Hasta se retrepan en los bancos de creps, se columpian en
la cornucopia y juegan al tute sobre los veladores silenciosos.
-¿Cómo
estáis, los caballeros?
¨Jodidos pero contentos: ya no hacemos sombra ni ocupamos hueco:
Es un lugar que hasta parece que te
dignifica te transforma como un sacramento. En la primera transición que fue de
pana raya yo me acogí a altana en el “burladero” una tabla de roble bruñido por
apoyadero donde plantan sus bandejas redondas de aluminio los pincernas. No soy
un tertuliano fijo. Ni de las tardes enteras con un café con leche ni a palo
seco. Tampoco un sitio de aclamación para el ligue. ¿Quién iba a tirarle los
tejos por ejemplos a mi querida Maria con su cara de doloroso y su rostro de
Soledad de las siete cuchillas que un bien día desapareció sin dejar rastro? En
el Gijón sólo ligó y muy de tarde en tarde Manolo el Guapo. ¿Qué habrá sido de
él? Uno iba a escuchar la isócrona conversación de los poetas como Mortales o
los chistes y la simpatía de aquel fiscal cordobés o a hablar en inglés con
Sergio el diplomático siempre con una jarra de cerveza en la mano la cara y la
calva de Chuirchill y un alemán perfecto. Fue el Gijón mi refugium peccatorum
abrevadero y palenque para ver pasar la vida para vivir y para beber. Y un
sitio lleno de vida. tan español porque allí a fuerza de combinaciones y de dry
martines se consiguió que los españoles no se matasen como acostumbran. Que
hablaran. Y hablando se entiende la gente dijo una vez el Rey y es lo que hizo Zapatero
mientras la gente conversa suele enfundar el trabuco. Pero no hay manera. Este
café es un oasis de paz en medio de las gubias canallas del mundo de la
política y de la literatura. Debe de ser un espejismo. Y Pepe y Onofre dos Ángeles
celestiales en medio de los avernos de la política. Dios les guarde muchos años
a estos profesionales de la hostería. Son el alma del Gijón. Y la verdad uno no
frecuenta su mostrador por cuestiones de peculio. Dos euros y pico por un café
– ya en cualquier tupí madrileño cobra euro y medio- para nuestros estragados
bolsillos a un pie de la jubilación puede resultar excesivo. Pero ellos no
tienen la culpa de los gatuperios de la economía como Zapatero tampoco es
responsable de que los pistoleros de ETA nos hayan querido untar de sangre las
idus de marzo. Otra vez. La economía depende de Wall Street. ¿Y del terrorismo también?
No diría tanto pero sin dinero y sin cuentas bancarias no habría terrorismo.
Somos a veces unos ingenuos y nos tragamos las trolas que nos cuentan, las
mentiras envenenadas, los de la voz de su amo. Apaguen los micrófonos del
guirigay por favor. Sólo quiero por música de fondo el rumor de las
conversaciones intranscendentes de este café de Madrid templo de libertades y
de alternancias. Debe de ser el hado protector que vela por nosotros los
bohemios renuentes a entregar la cuchara de San Alfonso Pérez Pintor desde el
cielo o desde done quiera que esté. Él sí que era un santo. Un santo laico. Un
hombre de bien. Ácrata de la tolerancia del vivir y del beber.
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