ALFONSO ARTESEROS ESPAÑA EN LA MEMORIA EPÍLOGO
El pasado Sábado de Gloria 23 de Abril Día de
San Jorge, el Victorioso tuve la suerte de conocer a Alfonso Arteseros al que
había seguido a través de sus brillantes programas de TV, cuya pista había
perdido. Resulta que es vecino. Vive en el municipio de Villanueva de
la Cañada sangre municipal y espesa, encinares y cazaderos del Rey
Felipe IV nuestro Señor, el castillo señero en un alcor sobre el río Aulencia (fue
un pueblo medieval regentado por las merindades y los pastores de la Mesta;
aquí he sido feliz bajo la vara de uno de los mejores alcaldes que ha tenido la
España democrática don Luis Partida). No sé si él vendería muchos libros. Yo,
ninguno, pero fue un día feliz.
Consuela juntarse con gente que siente el
gusanillo de la página en blanco, que siente el duende de las imprentas y ahí
estaba mi colega Álvaro Cuesta compartiendo caseta y Alicia
Zarate que ha escrito una novela de amor que a mí me parece digna de
ser un premio Nadal aunque ya digo y vengo diciendo en esta España nuestra ni
son todos los que están ni están todos los que son, pero vaya pues mi
agradecimiento al concejal de cultura el Sr. Agudo y hacia la
bibliotecaria Puri Flores que han organizado este evento.
“España en la memoria” es un must (obligatorio)
para conocer la historia del posfranquismo y la transición. Su autor, a lo
largo de cerca de ocho mil entrevistas, esculpe el retablo de personajes
significativos que resumen nuestros afanes, nuestro modo de vivir, la lucha y
el desencanto de toda una generación. La mía.
En sus cuadros nos hemos visto reflejado muchos
otros periodistas, aunque sin soporte del poderoso medio audiovisual que él
domina. Yo no soy más que un pobre “plumilla” pero también entrevisté a Bahamontes,
gran persona una tarde de agosto de 1966 por los micrófonos de Radio Nacional,
recuerdo que me trabuqué un poco porque era un estudiante de prácticas de
periodismo. No le pregunté por la Martina su esposa, pues se decía que detrás
de aquel ganador del Tour varias veces había una mujer grande y tuve tanto
éxito en aquel programa de Radio gaceta de los deportes en el
que participaba José Manuel Gozalo “Kubala” que me ofrecieron quedarme en
plantilla fijo. Yo preferí marcharme a Inglaterra a aprender inglés
desaprovechando la gran oportunidad de mi vida.
Otros de la reseña fueron Isacio Calleja y
Matías Prats que no me dio plantón, el doctor Barnard el
cirujano surafricano que operó el primer trasplante de corazón a un tal
Washkanski. En din en este libro de memoria he visto reflejada mi propia
memoria. Una de las preocupaciones de Alfonso me decía y qué va a pasar con
todo este material acumulado que tengo en mi casa. Qué será de mi archivo.
Comparto su tristeza y preocupación. Lo he vivido en mis propias carnes. Existe
un nefasto desinterés por todo lo que aconteció ante de 1989. en el archivo
donde yo he trabajado vi tirar cajas y cajas de libros y documentos a la basura
en la hemeroteca nacional. Impávidos hemos asistido al proceso de
“desespañolización” similar al de “desnazificación” vivido por Alemania después
de la derrota del Reich, pero ellos conservaron los archivos lo mismo que los
rusos. Tuvimos que hacer mangas y capirotes, los profesionales que
trabajábamos con el antiguo régimen.
Somos españoles hasta la médula, pero se nos
hizo comulgar con ruedas de molino. ¿Democracia o autocracia? En cualquier caso
hemos sobrevivido y estamos aquí para contarlo y aquí estamos para contarlo.
¿Hay que callar? A tal respecto yo me acuerdo de los versos geniales de
Quevedo: “No he de callar por más que con el dedo silencio avises o amenaces
miedo”
A mí me soliviantan los postulados entreguistas
de la derecha poltrona y solidaria. Yo no me callo ni debajo del agua, pero
lleva razón Arteseros: hemos tenido mucha suerte. Una mano divina
nos sacó de atascos. No es que el tiempo pasado fuera mejor ni peor, pero la
España de Franco creo que sentó las bases de un sistema económico que ha
permitido a las clases medias vivir con holgura y pasar el Rubicón. Ahora bien,
ya digo la libertad de pensamiento está en entredicho.
Si no eres políticamente correcto serás lanzado
a las tinieblas exteriores. Me acuerdo que una vez en Nueva York llevé a mi
pobre cuñada Elena al famoso Estudio 54 una discoteca renombrada en los 70. a
la puerta había un zaguanete galoneado y con una inmensa gorra de plato. Miraba
la cara de los que pretendían acceder al local y les abría la puerta.
A nosotros que nos vio la cara de
pardillos no nos dejó pasar y con la misma nos volvimos para casa. El zaguanete
galoneado es muy activo en esta hora de España. Designa a quien le parece en
literatura, en cine, en periodismo, en el futbol, en los deportes. Tú, tú y tú.
¿Y yo? Tú no... pues a tomar por culo.
De las entrevistas de España en la Memoria, la
más impresionante creo que fue la que hizo a Serrano Suñer todo un
elegante caballero y a Girón el creador de la Seguridad Social
que estaban enfrentados y Arteseros los reconcilió. De esa elegancia participa
el autor, mostrando los acontecimientos con ternura, sin acritud pero con
tesón. Esta actitud se repite en grandes personajes de la farándula:
Valderrama, Gila, la Niña de la Puebla, Luis Aguilé, Boliche (Ozores) y otros
muchos que nos alegraron la vida en aquella España pobre, feliz cuando
jugábamos a los carreristas, al guá y a la rayuela en unas calles sin coches.
Al leer estas entradas los ojos se me empañaban de lágrimas recordando al niño
que fui.
Ay Arteseros, digo lo decían los humanistas
de Luis Vives. Semper vivas y que podamos
contemplarte en muchos programas como los que emites al éter ahora por Internet
en la faz “El toro” los domingos por la tarde.
1 de mayo 2022 Domingo