Jesuitas
gente misteriosa
Papa
negro, papa blanco, salió fumata blanca del conclave y los jesuitas
ya tienen general. Son una orden militar o al menos sus
constituciones así lo declaran y también el himno a san Ignacio que
yo cantaba de niño tantas veces en tardes aburridas domingo tras el
paseo “ fundador eres Ignacio general de la compañía real que
Jesús con su nombre distinguió. Toda una ironía, su anagrama es
un poco un abraxas místico, uno se pasa la vida entera saliendo y
entrando del laberinto. IHS. A los cuarteles de la compañía no se
les llamaba conventos simplemente casas pero tenían algo de casernas
con una organización cuartelera, un hermano portero que vigilaba las
entras y salidas, un cocinero, un barrendero, un aposentador como en
el ejercito.
San Iñaqui quería una infantería al servicio de Dios
pero ya lo decía Aguaviva que era judío un ojo en el cielo y otro
en el suelo y en un cuartel quien manda manda y uno es coronel y otro
capitán y otro alférez y sargentos del régimen disciplinario que
te hacían observar el reglamento y te aplicaban el suspensio mentis
y el capelo -mucho morbo y masoquismo en la espiritualidad ignaciana
pues los famosos ejercicios espirituales son machacones y están
escritos en un mal castellano renqueante de concordancias vizcaínas
y se juega a la paráfrasis y a la antítesis del rey temporal y del
rey eternal
Y ¿para que quieres ganar el mundo si al fin pierdes tu
alma? le susurraba Iñaqui a Javier cuando éste era su compañero de
camarilla en Paris.
Esta idea del abandono de la santa indiferencia
de la mística jesuitina en sus tiempos estuvo sometida a reparos y
su propio autor aquel mendigo vasco que andaba con una sotanilla
parda por las calles de Alcalá y al que no le entraban los latines y
estuvo bajo sospecha del Santo Oficio porque a una señora de alta
dama la metió en la cabeza no se qué absurdas historias para que
fuese al Santo Rostro de Jaén y por poco la violan en el camino y su
marido acudió con el soplo a la inquisición y el ex militar
sospechoso estuvo metido un par de semanas en el calabozo.
Por poco
lo transfretan a Cuenca y por poco le incoan auto de procesamiento.
Ya digo esto del abandono, deixamiento o infancia espiritual, en
aquella época era una idea de la espiritualidad conversa.
Se echa
de ver que san Ignacio que era algo lerdo para las letras. No le entraban los latines pero tuvo
consejeros que habían leído el Talmud y en Salamanca los domines
también lo ponen en entredicho.
Así que con las mismas al poco tiempo de su fracaso en la
ciudad del Tormes el audaz vizcaitarra monta en su mula,- doctas mulas
hacaneas - puesto que los eclesiásticos por voto de humildad, no podían ir a caballo; sólo en burra. Tampoco en yegua por
aquello del celo.
Ignacio se presenta en dos semanas en Paris. Un ojo en
el cielo y otro en el suelo.
Tenía las ideas confusas pero una
voluntad de hierro. De Alcalá y de Salamanca no quiere el polvo de
las zapatillas.
En Paris tiene una mejor acogida.
A orillas del Sena donde brilla por su
tozudez y por sus dotes de persuasión. Para recabar fondos los
veranos los pasaba de mendigo en Inglaterra y en Flandes.
En Londres
y en Amberes encontró viejos camaradas de los tercios de Flandes que
le presentaron a la Casa de Alba.
Allí encontró un apoyo financiero de los
judíos sefardíes y de los mercaderes de Medina que andaban por
allí. estos tratantes pagaron los gastos de las fundaciones de Santa Teresa.
De carácter indomable y sibilin,o se propone fundar un
ejercito espiritual pero la compañía de Jesús, una orden
calificada como española, de española tiene muy poco, la verdad,
salvo en la disciplina y el rango jerárquico calcado de la
organización de los tercios de Flandes.
Este es un tema poco
explorado por los investigadores. Y también la altanería.
A lo
largo de su historia abomino (era una vieja polémica de rango entre
chusqueros y militares de carrera, funcionarios y laborales,) en
España donde siempre hemos sido algo jesuitinos, anduvimos
entretenidos en - no racistas pero sí clasistas- estas menudencias que cuestionan la primera verdad,
el único mandamiento, de la religión que profesamos pero que
practicamos pocos o sólo de boquilla, nos afligen.
Hasta el punto que la
creación, conservación y preponderancia de la Sociedad de Jesús es
uno de los grandes enigmas del ser español y de su catolicismo
barroco.
Los jesuitinos tienen a gala no ser como los demás y quieren diferenciarse del clero regular: de los curas de misa y olla y de los frailes
a los que un autor tan poco sospechoso de herejía como el Arcipreste
de Talavera ya denominaba en siglo XIV “aves de rapiña”.
Era la Compañía de Jesús una orden para ricos. Y su organización ofrece lados de contacto
con las organizaciones secretas. Todo se hace en ella un poco de
tapadillo.
No es el sí o el no como nos manda la Santa Madre
Iglesia que dijo el padre Astete y eso que era jesuita. Si no un
según y como.
Otra antonomasia es el internacionalismo.
A duras
penas puede llamarse española una sociedad que demostró desde el
principio el resentimiento de su fundador hacia la corona de
Castilla. San Ignacio un mercenario a las ordenes del Duque de
Nájera se empleó a fondo con los castellanos en la guerra de las
comunidades.
Este desistimiento de la idea imperial un poco a la
contra de Carlos V le llevó a crear una Iglesia dentro de la propia
Iglesia.
Ciertamente los jesuitas siempre se ufanaron del cuarto
voto de obediencia al Sumo Pontífice pero en el Vaticano o mejor
dicho en la Corte de San Juan de Letrán hicieron los que les dio la
gana.
No estaban bajo la jurisdicción de ningún obispo y hasta
tienen una disposición interna en sus constituciones que prohíbe a
ningún miembro de la JHS acceder a la mitra. Hoy se la saltaron a la torera: tuvieron una Papa Negro (Arrupe) y ahora uno Blanco el Bergoglio.
Y el propio San Ignacio
tuvo muchas dificultades con algunos papas en especial con Paulo IV, el Papa Caraffa que era gran enemigo de los españoles y de los
judíos que siempre mangonearon en la curia y hasta rezó porque
aquel Caraffa no fuera elegido.
Se dijo que a la muerte de Caraffa los
jesuitas profanaron su tumba. O le pusieron al pobre pontífice
romano un epitafio harto ridículo. AL SANTO FUNDADOR LE LLAMABAN
HACIENDO UN JUEGO DE PALABRAS LA “GARRAFA” POR SU amor al vino.
En el siglo XVII fueron muy preponderantes en
la corte de los austrias y se conservan las cartas en las que
demuestran el desprecio por el pueblo español, muy supersticioso.
Estas cartas de jesuitas que refieren sucesos famosos de aquel tiempo
y consignas cuando menos son poco edificantes aunque reflejan la
corrupción de costumbres, la adicción de Felipe IV a los toros y
cañas y a los galanteos, o cuentan los crímenes más sonados de
aquel tiempo. Un ojo en el suelo y otro en el cielo...
Como misioneros en las indias
fueron a su aire estableciendo sus propias encartaciones o reducciones en Paraguay.
Igual que en la película "La Misión".
Se les acusa de haber conspirado en la
secesión de Portugal de España. Dos de los discípulos predilectos de san
Iñaqui eran jesuitas.
Su centro de operaciones y de finanzas
portugueñas lo tenían establecido en la Casa que tenía la Compañía
en Oropesa.
Con respecto a las edificaciones y estructuras de los
recintos donde vivían todos tienen un diseño masónico: iglesia de
tres plantas con muchas capillas un gran sol en el retablo con columnas salomónicas y sin coro.
Su irrupción en la iglesia,
por influencia de los protestantes a los que querían combatir y de
los judíos que propician una relación personal con Adonai sin
intermediarios, suprimió la recitación de las horas del oficio
divino en comunidad.
Podían entrar y salir de las casas sin pedir
permiso, repudian el monacato uno de los grandes legados de la
iglesia y no visten hábito sólo una sotana y un fajín. Ahora siempre van de seglar.
En
Inglaterra fueron perseguidos pero estudiando las cartas de algunos
padres en los años de la contrarreforma se echa de ver en ellas un
aire de agentes dobles, de agentes secretos.
No trabajaban para el
rey de España, ni siquiera para el papa, sólo para la organización.
Para el Circus. Y sus constituciones han sido calcadas por muchos
servicios de espionaje como el M16 británico.
Lenin se inspiró en
los Ejercicios para formular su política de la revolución de
Octubre. Parece ser que eran grandes tácticos y muy hábiles en
controlar los aledaños del poder en los altos estrados.
En Japón
sin embargo y en China las predicaciones de Javier un verdadero
iluminado y un “loco” fueron un profundo fracaso.
Por eso en
España donde mancornaron lo suyo a reyes reinas duques y validos,
entre ellos al conde duque de Olivares, al que traicionaron y
proyectaron su caída han sido expulsados y suprimidos varias veces.
Una orden de Carlos III a través de Floridablanca les puso en la
frontera y luego fueron suprimidos cuando la República.
Benedicto
XIV una reencarnación de Paulo IV los suprimió de un plumazo.
También han tenido sus problemas con Juan Pablo II y el actual
Ratzinger los tiene en prevención.
Nadie sabe en definitiva cómo
piensa un jesuita. Su psicología es farisaica y taimada. Saben bien arrimarse a los poderosos y lavar el cerebro a los ricos
Su espiritualidad cuartelera fue muy efectiva y
pragmática en otros tiempos como por ejemplo los de La Misión.
Nacieron para convertir herejes y luchar contra Lutero. Fracasaron
en esa lucha pero siempre gozaron en Europa de un eximio prestigio
intelectual que les acreditaba de abates ilustrados, algo volterianos
en el estilo pero insobornables en su adhesión a Roma.
Se vinieron
abajo en Inglaterra actuando como pimpinelas escarlatas y en Polonia
causaron el desastre de los uniatas separando a Constantinopla para
siempre de Roma.
Hay algo en su gestoría divina que se les escapa y es que
Cristo no era un político ni entendía de las cosas del mundo pero
ellos con el contemptus mundi del que siempre hizo gala la orden
anduvieron muy metidos en el mundo y fueron especialistas en la
intriga y como predicadores de corte estoy pensando en el padre
Nieremberg valido de Carlos II hicieron de las suyas.
Buenos estragas, excelentes tácticos,
incomparable logística y un prestigio intelectual ganado a pulso, el
instituto no ha padecido el relajamiento de otras ordenes religiosas
y no se le conocen grandes escándalos de tipo sexual aunque Pérez
de Ayala les hurgue sus puntos flacos de esa doble moral (aquel
rector calvo y de las piernas gordas que se le declara a la madre de
un alumno la inglesa que va a visitar a su hijo interno en un colegio
de Gijón) en AMDG al igual que Castillo Puche en “Siguiendo mi
camino” -el provincial compró toda la edición del novelista
murciana que retrata Comillas tal y conforme yo lo conocí en un
paraíso espiritual ficticio que luego se convertiría en escuela de
etarras.
Voltaire los detesta. En la literatura rusa gozan tienen leyenda negra.
Yo me preparé en los primeros meses de
noviciado para ir al Russicum, quería ser misionero en Rusia y lo
que son las cosas ahora los popes rusos me misionan y me enseñan
cristianismo.
La figura más importante e impresionante que existe
entre los prelados cristianos en la actualidad no es otro que el
patriarca Alejo II.
Pero la dirección y ese es un tema que aguarda
al nuevo propósito el palentino Adolfo Nicolás es comprobar que el
mundo no es zona de misión sino territorio comanche y el catolicismo
atraviesa una grave crisis donde nació en Europa.
Una tarea de
Prometeo aguarda al papa negro.
¿Y no querrá trasladar el Vaticano
a Asia como pudiera parecer? Difícil cuestión.
La utopía de la
Iglesia de los pobres también es un fracaso.
Todas estas cuestiones
son mera perspectiva aleatoria.
Yo creo y eso me enseñó los
jesuitas que el Espíritu Santo sigue soplando donde quiere y como
quiere, lo que hace falta es, menos ideología y menos estrategia,
más corazón, mucha más humildad y estos poderosos eclesiásticos
andan demasiado pagados de sí mismo y muy por las nubes. Ellos
desde luego me enseñaron el amor a la iglesia universal, la devoción
a la Virgen y la pasión por los libros y el estudio intenso.
¿Qué
ocurre? Pues que puede que esté yo en las nubes.
Quizás siga
siendo a redropelo un buen jesuita bruñido de teología y mirando al
futuro con paz y con esperanza e inmerso en los problemas de una SI
que es demasiado colegial.
Ojalá los reverendos padres bajasen un
poco del púlpito.
En virtud del cuarto voto, los guardias de corps
de la Iglesia están siempre a las ordenes del Papa al que prestan
obediencia de cadaver, es el voto más difícil de un novicio y yo me pregunto que porque no se desperdigan por tierras de misión
del Islam.
Es un territorio irredento y donde Cristo parece
fracasar.
Esa es la tarea, no Asia pero hay que estar preparado a
formar batallones dispuestos a perder la vida o desaparecer en
combate. Los musulmanes son contumaces y ese es el reto principal del
Iglesia. Que aprendan árabe los reverendos padres.
En China con
Javier a la cabeza también perdieron la batalla. Nuevos males
aguardan. Nuevos fracasos pero Jesús en su derrota siempre vence al
mundo.
Ese el carisma maravilloso de la religión que profeso.
Menos ordenes, menos estatutos, menos constituciones, menos cánones,
menos normas - los ortodoxos los tienen preteridos pero nos dan
vuelta y media a los latinos en liturgia y en la eucaristía, miremos
con esperanza al este donde exsurge el Cristo ruso el emblema de la
resurrección- y más amor.
Y yo creo que eso del amor los jesuitas,
como buenos soldadotes que son, anduvieron un poco flojos, aunque
algunos se iban de putas cuando les perdía de vista el padre rector.
Pero tales cuestiones no eran más que peccata minuta, pecadillos.
San Ignacio el fundador de mozo era un pinta y “castigaba” en
Arévalo todo lo que podía y ya de viejo en Roma le gustaba el vino
de Sorrento y tenía un lacrimatorio en el bolsillo de la sotana donde lloraba sus pecados de la vida pasada.
A decir de Rivadeneira su biógrafo tenía don de lágrimas por designios de Cristo
crucificado del que tuvo una visión.
Cosas de su misericordia
infinita. El lenguaje de los hombres se parece poco al de Dios
20
de enero de 2008