Fue una verdadera suerte. Ser corresponsal en Londres, era la consagración de un periodista. Yo escuché cantar al mirlo blanco. Viví en una casa de un barrio pijo habitada por el fantasma de un templario. Tuve amores y desamores. Fui leal a mi patria y a mí mismo. Que me quiten los "bailao". En la España de Franco había mucho más libertad que ahora. Por todo eso y por mucho más, gracias, Señor
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