LA ZARINA EN UN CLUB DE ALTERNE
LA PRINCESA OLGA ROMANOV SIRVE COPAS EN BAR DE MADRID
Tiene maneras de zarina, los cabellos largos y fuertes, depositaria de una belleza antigua. Parece haber saltado a la realidad desde un cromo o fotografía tomada en Tsarkoe Selo, la residencia de verano de los zares en la campiña peterburguesa o desde un drama de Chejov. Y toda ella es una flor fresca (tsveti) una rosa traída desde un jardín lejano. Una sonrisa paciente y alborozada ilumina su rostro. Sabe muy bien que en este mundo el bien y el mal son compañeros de viaje y que la castidad monástica – el nenúfar en medio de la alberca- florece al lado de la lujuria y el vino. El Redentor que sabía nuestra condición pecaminosa del hombre formado del barro, pasó su existencia entre publicanos y rameras. Una de ellas Le acompañó hasta el pie de la cruz formando tándem con su Madre Bendita la Mujer sin pecado. María llena de gracia y madre de nuestros dolores.
Ha dedicado su existencia a ayudar a la mujer caída. Una auténtica Romanov.
Es alta y cenceña. Hermosa y misteriosa, simpática, como una ninotska pero también parece inglesa y alemana. Creo que fue monja ortodoxa pero su vida eran los caminos y al igual que el “Peregrino Ruso” metió los santos evangelios en una alforja, un poco de pan, algún dinero y se vino a Madrid, a sabiendas de que Cristo, que se ha hecho presente en la historia, puede ser encontrado en un recodo del camino y predica aún el Sermón del Monte en una esquina del distrito rojo de cualquier ciudad perdida. “Venid a mí los que tengáis cargas y os encontréis afligidos en el corazón, Yo os aliviaré”.
Olga tomó su cruz, su pasado y su destino a cuestas. Es una descendiente de los Romanov por la rama del Gran Duque Sergio. Y tienes maneras de reina. Una zarina de cuerpo entero. Respira un aura mágica su presencia. Hay un halo de esplendor, ese esplendor que emparentaba a los zares con la divina.
¿Por qué una zarina se nos ha hecho camarera, el consuelo de todas las magdalenas, a las que reparte dinero a espuertas? Creo que optó por esa decisión no por altruismo ni por filantropía sino por una de las cuatros virtudes cardinales lo que los rusos denominan “Cheloviekolubi” (amor a la gente: caridad) y en lugar de hacer el tonto por entre las páginas de papel cuché y deshojar amores y pasiones, ejerce su ministerio entre las putas.
Para mí que tengo algo de peregrino ruso y busco al Señor escondido en la mirada del hermano caído en el albañal y recorro con frecuencia los bajos fondos y los lupanares de la Ballesta y Montera y que estoy escribiendo un libro sobre la trata de blancas. ¿Dónde está el centro de tan abominable negocio, quien se lucra de esta forma corrupta de esclavitud moderna, quienes son los pimps, donde reside el gran cohén, quien encubre al mandamás de la alcahuetería y derrama rufianes y macarras por Madrid? Sé que Cristo que estará con nosotros hasta el fin de los siglos y tal vez su rostro se esconda en la mirada perdida de la extranjera que llegó a España engañada bajo promesas de un empleo de secretaria,. Al llegar acá fue forzada retirado su pasaporte y obligada a devolver al consorcio que la explota el importe de su pasaje desde Brasil Colombia Argentina, Rusia, Bulgaria. Eso me consuela en cierta medida. Pero la realidad de esta explotación infrahumana me abruma. Dicen que el centro de operaciones se encuentra en Constantinopla siguiendo la vieja tradición musulmana del tributo de las Cien Doncellas sobre los territorios que ocupan. Sin embargo, en el Sabor no hay putas turcas o no se ven. Bueno una noche había una. Nadie le cuenta nada a este periodista y escritor. Me amigo del conserje un búlgaro que me habla con voz angustiada. Él también vino engañado. Es la ley del silencio y del miedo. Mafias y un servicio de puertas herméticas en el club donde trabaja Olga la princesa rusa.
—Olga Olguchka predviasenia moiá (mujer reverenda). El evangelio de Lucas va conmigo en mis alforjas.
Yo tambien soy un yurodivi un loco del Amor [el verdadero el de Jesús, otro no hay] y entono el canto del Querubín cuando estoy alegre y cuando triste el Gospodi, pues mi vida ha sido una letanía, un continuo rogar por misericordia.
El conocimiento gnóstico y una cierta inspiración profética me ha llevado hasta ti. Es una historia larga de contar la de esta Romanov. Es el final de un capítulo de cualquier cuento de Andreiev, de Chejov, de Gorki. La fuerza lumínica de Dostoievski y todo ese poder que tiene la inmensa Rusia cuyo enigma me subyuga es auténticamente profética. Su fuerza me sedujo y tumbó hace mucho tiempo. Señor, haz de mí lo que quieras. El misticismo ruso me atrapa entre sus redes.
—Olga, Olguska, blagoslovie Duxa moia maia. Gracias por estar cerca de los que sufren y de las rameras que en medio del odio dan amor.
Es un misterio saber porqué una bisnieta del último zar se encuentra atendiendo una barra- es una de las mejores de Madrid porque no sólo Serguei vigila la puerta yo he visto cruzarse conmigo la espada flamígera del mejor centinela que guarda la puerta de la humanidad el arcángel Mijail que es tambien poderoso como el brazo de Rusia- y repartiendo dinero a muchachas extranjeras pero ella parece guardar el secreto de un conocimiento velado a los demás y del cual sólo los iniciados participan.
Le pido su bendición y me la da Su alteza. Alza sus dedos como lo haría una abadesa del Preobrajenski Monastir. Con toda la naturalidad. No nos abandones, gosudartsia. Que no desaparezca en esta calle nunca tu Majestad. Porque es la misma solemnidad del pantocrátor.
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