Vida
milenaria la del tejo
Crece
una tejo en el Bierzo que tiene cuatro mil años de edad. Es el árbol
de la muerte y de la eternidad. Antes de plantarse cipreses a las
puertas de los cementerios (costumbre tomada del pueblo romano para
el cual el culto a los muertos era un religión) se sembraba esta conífera de lento crecimiento.
Adornaban
su entrada los tejos, solemnes, misteriosos, enhiestos. Una costumbre
arraigada en Asturias donde vive un "texus baccata"
milenario famoso por sus bayas que son tosigas. Es lo que dice el
Dioscorides y corrobora otro gran entendido en hierbas el
doctor Andrés Laguna medico del emperador y del papa Paulo
III, quien a su vez escribió el Lazarillo de Tormes. Su
sombra es más dañina que la del nogal. Ambos matan con sus sombra.
Los Apócrifos aseveran que el árbol de cuyas ramas se ahorcó Judas
era un texus baccata
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