Langayo: Inspiración cisterciense
ESPECIAL MUNICIPALISMO. EL PATRIMONIO DE CASTILLA Y LEÓN
La iglesia de parroquial de San Pedro Apóstol se eleva por encima de los tejados de la localidad como lo haría una torre vigía que vela por los parroquianos
En lo más alto de la loma en la que se afianzan las casas de la localidad, la iglesia de parroquial de San Pedro Apóstol se eleva por encima de los tejados como lo haría una torre vigía que vela por los parroquianos. El atrio del templo, que se refuerza con un sólido muro que lo circunda, se asemeja a la cofa de un barco, esa atalaya privilegiada situada en lo más alto de la nave desde la que, en este caso, se domina una amplia panorámica de casas, de campos; de paisaje y paisanaje. Desde ese punto la vista descansa al abrirse a un amplio horizonte, a un retazo de lo que es Castilla.
Si volvemos el punto de vista, ante nuestros ojos aparece el templo, que, como se ha descrito, como en otros municipios es el edificio del caserío más cercano al cielo, al cual representa en la tierra. Destaca del conjunto urbano y con él plasma un lienzo armónico.
Edificio gótico
San Pedro Apóstol es un edificio gótico cuya edificación abarca los siglos XIII y XV. Sólido y singular por fuera a la vez que coqueto por dentro, estilísticamente sigue líneas de la escuela arquitectónica cisterciense hispano-languedociana, algo que se aprecia en la sencillez de sus cubiertas de cañones apuntados y crucería, y, de forma más visible, en sus pilares compuestos, cruciformes con columnas pareadas adosadas. El Císter no era de florituras –para evitar distracciones terrenales-, pero de la sencillez hacía virtud sublimando belleza desde el detalle.
Original es su pórtico, hispano-flamenco, formado por un arco ornado con las típicas bolas de este estilo, flanqueado por dos agudas ventanas enmarcadas de la misma forma. Cobija todo el conjunto un gran arco carpanel con molduras que también se adornan de bolas, en doble hilera. Bajo su alero se advierte el mismo tipo de ornato, y canecillos con decoración naturalista que presentan caras humanas, un león, un cocodrilo, un cerdo, un escudo y otras que no pueden identificarse, que se esculpen en la imaginación.
Atravesado, ya en su interior, se puede admirar una magnífica talla de una Virgen gótica; un Cristo del XIV; un lucillo sepulcral de yeserías, de estilo Cisneros; el retablo mayor, con una escultura de San Pedro del taller de Gregorio Fernández; una pintura sobre tabla atribuida al Maestro de Osma…
Está documentado un hospital y la ermita de San Juan, conservándose la muy humilde del Humilladero. Cerca de Langayo está el despoblado de San Mamés y las ruinas del Convento de Santa María de Oreja, de los que sobreviven interesantes vestigios arquitectónicos.
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