NOVALNI PIJOFLAUTA FRACASADO
Las redes sociales se
han convertido en un poderoso ICBM balístico intercontinental capaz de arrasar países
sin recurrir a las armas convencionales. Un clic un golpe de dedo un like y las
turbas salen. Al reclamo acudiendo como moscas, a la calle a pegarse con los
guardias. Niñatos jóvenes. Lo hemos comprobado con el movimiento de masas
juveniles en Barcelona. Se trata de hacer la revolución del guasap. La cosa
tiene guasa.
La táctica dio resultado en España cuando los
pijoflautas de Podemos quienes habían surgido por generación espontánea sin
saber cómo los parió su madre y donde estaba el padre que los abatanó se
alzaron con el santo y la limosna.
Hoy reparten el
bacalao en Moncloa con Sánchez gobernando en comandita y a golpe de ukase. Pero
Rusia es mucho Rusia y Putin es mucho Putin. No se rinde ese baluarte. Una vez
quisieron cargárselo derribando cuando regresaba de Nueva York su avión pero se
equivocaron de avión y de fuselaje, le sometieron al tercer grado de la
provocación turca en Ucrania y en los Urales con el conflicto entre los armenios
cristianos y los montañeses musulmanes de Nagorno.
De nuevo sus enemigos
mundialistas fallaron el golpe. ¿Y quién es este Navolni? Tiene pinta de
aventado.es un “wendehalse” (un chaquetero, torcecuellos) educado en los
mejores colegios de San Petersburgo reclutado por la KGB se pasó a los
alemanes. Se ha criado a los pechos mundialistas de la Merkel dicen que fue
envenenado en un tupis de un aeropuerto por los topos del servicio secreto pero
se restableció misteriosamente ─el arsénico siempre deja secuelas─ en la
Charité de Berlín y regresó a la patria.
Las bragas de Frau
Merkel le guardaban las espaldas. Llegó escoltado por una turba de periodistas
del Mail londinense el diario de los Rochild el más sionista del mundo mucho
más que el New York Times. Venían a la
caza del muerto y los palos y carreras con los guardias. Una buena foto
gana una batalla. Todo bien prevenido. Sin embargo, el dispositivo falló.
El Coletas tuvo más
suerte porque España es mucho más blanda.
Al día siguiente de la
manifestación Aliosha Novalni fue detenido y maneado con grilletes a las espaldas
gritaba improperios contra su amigo Volodia Putin. Le esperan tres años a la
sombra.
Que tenga cuidado con
el matarratas con que endulzan el vodka de los presos para mitigar el frío de
las gélidas noches siberianas. Quieren echar a Putin, a Lukashenko pegan en su
puerta la patada pero estas dos águilas vuelan muy alto. No son dos jilgueros
como lo fuera Ceaucescu ni Timoshenko o Yakushenko el ucranio de la cara
deformada por otro intento de envenenamiento. Conque, a la Merkel caídas las
bragas se ha quedado con el culo al aire y es que Alemania suscita entre los
rusos los lúgubres recuerdos de la guerra Patria: casi cincuenta millones de
muertos para llegar hasta Berlín. Viva el general Yukov, arriba Stalin.
Putin desde luego no
es el Moños sino un político muy curtido, sagaz, elusivo y con no poco bagaje. No
obstante sigue en la mira de la escopeta ─de momento han conseguido que todo el
planeta se emboce con ese tapabocas antivirus─ de las redes sociales niñatos
que saltan a la calle con un móvil y gritos de protesta como ajuar de combate y
eso sí con el respaldo de una prensa torticera que nunca dice una verdad manejada por esa mano negra que mueve la cuna.
A distancia.
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