PUTIN ADVIERTE A ISRAEL SOBRE LA DEVOLUCIÓN DE LAS POSESIONES DE LA IGLESIA RUSA EN LA CIUDAD SANTA
Cada vez me cuesta
más hablar ─una espina me punza el corazón─ de la guerra fratricida de Ucrania
que ha sido orquestada y preparada por el enemigo de la Cruz creando la
disensión y el odio entre dos pueblos hermanos que hablaron la misma lengua (el
ucraniano es una variante eslava del ruso) y comulgaron con idénticos principios
del ideal de vida cristiano después de las predicaciones de San Andrés y
posteriormente de san Cirilo y san Metodio.
No en vano Kiev de
donde irradia la civilización y la cultura rusa era denominada la Santa.
Como historiador y conocedor de la cultura
eslava subyace a mi modo de ver en esta contienda un matiz religioso.la llegada
de Putin tras la debacle de las persecuciones a los cristianos en los primeros
años de la URSS, la claudicación o rendición de Gorbachov etc. supuso además de
la devolución del honor y prestigio a la patria, con el apoyo del patriarcado
de Moscú.
Los soldados de la
Federación Rusa luchan y mueren en defensa de la cruz o del Islam (Putin se
considera un aglutinante de las tres creencias monoteístas) como los viejos
cruzados. Fuera las enejes como la de ese asturiano que se ha hecho millonario
dando de comer a los hambrientos, regreso al humanismo cristiano. Revitalización
de la literatura y de los buenos libros.
Él preconiza en lugar
de una sociedad monolítica, como el que padecemos en el Oeste bajo el yugo
anglosajón que quiere que sólo hablemos el inglés, mientras alienta los
separatismos como el catalán o el ucraniano, de pensamiento único.
Desgraciadamente en
España no existe libertad de conciencia, los mandamases masones y judaicos (el burro Borrell, el carnicero de Belgrado
Javier Solana, la hija de un aristócrata
nazi van del Leyden, de la CEE) son
unos tíos cejijuntos y de la ceja que le ponen bozal a los que esgrimen sus
ideas con inteligencia.
Quieren una sociedad
global, igualitaria, compuesta por ceporros para la cual paz significa guerra,
liberta cárcel y amor odio, caridad beneficencia.
En este sentido hay
que resaltar el aviso del presidente
ruso a Tel Aviv: la ciudad Santa debe de ser una sociedad abierta a las tres
religiones emanadas del Padre Abrahán. Él fue el vértice, la rueda y el compás
de los creyentes en un Dios Único.
Se opone pues a la
judaización de los Santos Lugares y reprocha la expropiación de las tierras de
los palestinos y la expulsión de los frailes y monjas católico, ortodoxos,
maronitas, caldeos, de sus conventos. Hurra por Putin. En su gigantesca figura
veo al rey de Jerusalén esa ciudad de la paz en su topónimo que siempre estuvo
en guerra. Dios quiera que él con el
sacrificio de sus soldados regale al mundo una paz octaviana. En la cual vino
al mundo el Salvador.
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