MAQUINA DE ESCRIBIR es el piano de las ideas lo mismo que el tablero del ordenador y era por aquellos días todo un instrumento de precisión. Su inventor se llama Watereng y piensa que es una forma de acelerar y de transformar la existencia. El pensamiento acude con demasiada precitación a la cabeza. Es un producto del maquinismo exagerado y finisecular. A la vieja WETERENG que así se llamaba el inventor suceden las portátiles. Ortega Munilla en la exposición universal de parís de 1898 nos da idea del suceso
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