ANABASIS
No
sé si Vladimir Putin habrá leído la Anábasis un código del arte militar táctico
y estratégico pero ha seguido sus enseñanzas formuladas otrora ya en el siglo V, B.C por Sócrates. Yo sí que traduje esta obra capitular de Jenofonte bajo la
guía del P. Mayor mi profesor de griego en Comillas. Dicen que Escipión llevaba
consigo un ejemplar de la Anábasis y de él también echaba mano Napoleón. Es fundamental,
dice este autor, que en el ejército desde el
general hasta el último ranchero profese una fe ciega en la victoria,
venere a su caudillo y esté dispuesto a dar la vida por él. Una de las tácticas
del arte militar es la acción envolvente, lo que llamamos los españoles copar
al enemigo. Contar con buenos escuchas y servicios de información, matar a los
espías, ser valiente en la lucha y magnánimo con el enemigo. Jenofonte no pudo
hablarnos de los sistemas de propaganda que han descubierto los norteamericanos
y para los israelíes es su columna de apoyo. La Anábasis es la expedición de
diez mil hoplitas griegos mercenarios y dos mil pelbastas infantes y gente de
acaballo contra los persas. El dux era Ciro que quería luchar contra su hermano Artajerjes
que le usurpó el trono. En esta larga peripecia ocurren muchas cosas: batallas
cuerpo a cuerpo, incendios de ciudades, asaltos a las tiendas del hermoste al
que roban las mujeres, la triaca, la copa del veneno para acabar con el sátrapa.
Las traiciones. Y todas esas penalidades de la guerra. Anábasis significa
retirada pero retirada gloriosa para alzarse con la victoria lo que ha hecho
Putin. Por el contrario lo de Zelenski y sus socios el norteamericano y el
europeo comunitario ha sido una catábasis es decir una derrota. Un desastre
cacareado por sus contundentes herramientas de propaganda. Rusia contra todos y
aunque parezca mentira ha ganado la batalla
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