2025-08-29

 

REINADO DE ALFONSO VI

 

Finales del siglo XI la historia de España es un bamboleo, un constante frenesí. Tres culturas desde luego pero la cruz marca las diferencias en medio de un cristianismo monástico y abacial. Cambia el rito. La liturgia romana sustituye a la oriental. Camino por los arribes del Duratón y me llego Sacramenia arriba hasta la villa de Fuentidueña. Su castillo derruido lo edificó Alfonso VI el conquistador de Toledo.

Rodrigo Díaz de vivar se atrevió a pedir al monarca cuentas de si tuvo arte o parte en la muerte de su hermano Sancho ante los muros de Zamora la bien cercada. El rey juró sobre unos santos evangelios copiados por un monje del Bierzo. El rey a su vasallo jamás le perdonó la afrenta. Alfonso ▬ dicen ▬ las crónicas al imponer su mano sobre la escritura mudó de color y de ahí vino la persecución y el dicho oh Dios que buen vasallo si hubiese buen señor que tanto les toca a los buenos españoles. Aunque aun no era llegada la hora de los cobardes.

Santa Gadea de Burgos como san Julián de los Prados y san Juan de Lillo, emplazamientos astures, o san Baudilio de Berlanga en Soria, serán iglesias juraderas siguiendo la tradición de los godos cuyas monarquías eran electivas y practicaban una religión cristiana con aditamentos del paganismo y del arrianismo.  Era una fe ecléctica, salpicada de embolismos sin llegar a la confusión que se vive por ejemplo en nuestro siglo. Para los visigodos el honor era más importante que la misma vida. Lo imponía el signo de los nuevos tiempos: estaba cambiando el ciclo.

En 1073 había sido elegido pontífice un oscuro fraile toscano por nombre Hildebrando. El papado de Gregorio VII empezó entre grandes turbulencias. Quiso fundir la realeza con la dignidad pontificia. El obispo de Roma quiere convertirse en “basileos” (rey) contraponiéndose así a las iglesias orientales cuyos patriarcas estaban una grada por debajo del monarca… ello va a enfrentar al papado con el emperador de Alemania. Es el tema de la huida a Canossa.

El Cid caballero cristiano según refiere el poema homónimo “nunca besaría al papa la mano” porque su autoridad era espiritual. La temporal estaba bajo jurisdicción del rey pero éste a su vez debía de pagar pechas a Dios.

Parece ser que una de las razones del desatierro de Díaz de Vivar fue no haber querido aceptar el cambio del rito bizantino al romano. Él se sentía muzárabe. Despues de Santa Gadea se alistó con sus mesnadas como mercenario. Peleando unas veces contra el moro y otras contra el cristiano. Misas cantadas antes del primer albor con epíclesis, sin consagración, eulogía en vez de sermón, lectisternio en lugar de altar. El sacerdote alzaba a Dios mirando hacia oriente, el Cid fue victima por su arranque de pedir cuentas Alfonso y de cuestionar la autoridad papal de la razón de Estado. No era un escéptico ni quiso lavarse las manos como Pilatos.

Le faltó esa habilidad pirrónica de los supervivientes adaptados al gran mundo. Héroe epónimo, pues, pero impolítico. No creía en los enjuagues ni en los asensos ni los maniluvios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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