SAN BLAS LA CIGÜEÑA VERÁS PERO EN ASTURIAS NO
VUELAN LAS CIGÜEÑAS SÍMBOLO DE LA
FIDELIDAD CONYUGAL
San Blas dicen por Castilla la
cigüeña verás. Si no la vieres mal año tuvieres. Y, si la vieres, año de nieves y de bienes.
En Asturias, sin embargo, no vuelan
estas amables zancudas, las cuales en torres y espadañas medievales construyen
sus nidos y se las escuchaba machacar el ajo las tardes veraniegas, un rito de
iniciación o de galanteo que llaman los biólogos crotorar y el pueblo entendía
como machacar el ajo.
Las zancudas eligen pareja para
toda la vida, son consideradas símbolo de la fidelidad conyugal. En Asturias no
se dan estas aves cursoras que regresan a España desde el Atlas a principios de
febrero.
Tal vez no sean capaces de
atravesar el antemural del puerto Pajares a diferencia de los buitres, las
águilas y las gaviotas.
En Asturias apenas tampoco hay
llanuras, hay valles y esteros, lomas y cerros, orografía muy pronunciada. Todo
son cuestas.
Si Aragón juega a la barra,
Vasconia a la pelota en cesta punto los astures se divierten con la petanca y
los castellanos al chito.
Sin embargo, la baraja es nuestro deporte nacional, lo que une a las diversas regiones: mus, tute, siete y media, el rentoi y otros muchos juegos de azar.
El naipe nos identifica, vence al
cantonalismo y al separatismo. Carta en la mesa presa.
Ayer por ser san Blas bajé al chigre de Xuanón de Lupa y estuve toda la tarde de mirón viendo a los tahúres sobre el tapete verde, dale que te pego, trasegando algún culín que dicen ser bueno para la próstata.
Según el refrán que “ye mexu d´angelin” (pis de un ángel), salí a la antojana y puseme a cantar en honor del glorioso san Blas, no vi cigüeñas en la torre de la iglesia de Piñera, pero mixié (meé) como un padre de la iglesia.
No es san Blas abogado de
enfermedades de cintura para bajo, solo de los de cintura para arriba como los males de garganta.
Santo muy milagroso, este armenio
de donde nos vino el arte románico curó a una muchacha que estaba a punto de
morir, se le había atravesado una espina de pescado.
El santo obispo de Sebaste en el Cáucaso
al pie del monte Eufrus impuso las manos sobre la enferma diola a beber un poco
de vino y un trozo de pan.
A partir de ahí todos los cristianos durante
generaciones le invocan contra el cáncer laríngeo, las faringitis y múltiples
dolencias como las carrasperas y afasias.
A mí el bendito san Blas mediante su
intercesión me hizo mear culín viene culín va.
La sidra es cantarina y yo regresé a casa por la muga y la Calella de vuelta al hogar entonando asturiandas:
“Con buena sidra y buen tocín no quiero pleitos con el mio vecín” “E con fabes e con sidrina non fai falta gasolina”, yo ahora ya de viejo no conduzco y me he hecho de infantería.
San Blas fue martirizado en tiempos del emperador Diocleciano
domingo, 4 de febrero de 2024