HISTORIA DE UN AMOR INGLÉS
PERIODISTA
1966
DELITESCENTE
Delitescens es una bella palabra latina significado esconderse y en medio de tanta
bulla y de tanto grito a muchos no nos queda otro remedio que encuevarnos.
Huimos al desierto
buscando un apartamiento que nos aleje de la horda mediática. Los altavoces del
éter no cesan de referirse al Corona Virus. Se ha convertido en el afrecho y
abrevadero de los medios. Esta catafasis
o afirmación no la hago a humo de pajas, tampoco estoy loco aunque a veces miro
para atrás con ira y siento el punzón de los recuerdos que me hieren.
Tengo el alma en carne
viva y por eso escribo desde este catábulo. zaquizamí zulo literario,
abrevadero y refugio o cuadra en el sótano de mi morada convertido en oratorio,
fumadero, escritorio, biblioteca y apiarium
(colmenar) donde libo el dulzor ático de la miel de la palabra.
Todo eso que ya no
sirve para nada es de mi gusto. Dicen que soy un hombre que vivo en el ayer y
me refugio en los matacanes de la antigua muralla de York centinela en mi
tronera auscultando las evoluciones del río Ouse que fluye hasta matrimoniar
con el Támesis, los vientos cambian. Ayer teníamos lebeche, hoy sopla el terral
y tú, Etsi, ¿dónde estarás? ¿Qué habrá sido de tu vida? ¿Te casaste? como yo. Y
sí volví a pasar por la vicaría pero este segundo amor sucedáneo de lo que
tuvimos tú y yo fue un trago amargo, me eché una cruz a la espalda alquilé una
mula aragonesa que me cocea cada día, contraté una verduga. Noramala, porque mi
segunda mujer se convirtió en mi esbirra. Pasó a ser el arráez que fustigaba
mis espaldas con el látigo de la ignominia y he ido bogando por los siete mares
bajo la sombra de ese rebenque que
fustiga a los pobres cómitres incautos condenados a galeras. Es el destino que
aguarda a los locos y a los criminales. Lamento mi suerte porque lejos de ti
esto no es vida. El destino se portó conmigo de manera cruel si bien creo que
lo tengo merecido por los malos tratos que te di, los celos, las voces, las
recriminaciones. Vivo rodeado de papeles y de palabras escritas que llevará el
viento. A veces ceñidos los lomos con un atillo, canto el oficio. Escúchenos Dios.
Fui un goloso de palabras porque creo firmemente en el axioma de en el
principio era el Verbo y las palabras guardan un poco de ese aliento divino.
¿Estaré majareta perdido? Todos han
mudado de piel (versipelis) yo continuo
adherido a mis principios. ¿Soy un diamante en bruto o una florecilla en agraz
la cual no acaba de madurar? Tranquilos. El peristilo sigue en su vaina.
Amanece todos los días. A todo esto se dirige mi clamor contra los predicadores
de vereda. Han regresado a las tertulias
los émulos de fray Gerundio de Campazas. Ya no hablan de la vida eterna sino de
los métodos para conservar la salud. Radio Carcamal vocifera contra las toxinas y don Rafa hace de su capa
un sayo vociferando contra los peligros del cáncer, la crasitud, la vida
sedentaria y falta de ejercicio. Todo el país se calza las abarcas y se tira a
correr por las veredas. Un aluvión de informaciones nos refieren los peligros
del Covid que se ha convertido en eje de marcha del sistema. Las páginas de
Internet son un perpetuo obituario que nos traen cada mañana la lista de los
fallecidos. A contrapelo de sus sermones yo no voy a dejar de fumar por más que
estos señores me atruenen las meninges advirtiéndome de los peligros del
tabaco, siempre habrá de tenerse en perspectiva un enemigo, alguien contra el
cual batirse. Antaño fueron los rusos. Cuando yo vivía en la Isla de los
Muertos (Staten Island) siempre estaba a pie de obra escuchando las noticias de
una emisora de Manhattan Radio WW700W7. Dicha estación cada cierto tiempo
interrumpía sus emisiones. Sonaba una sirena de alerta y al cabo surgía la voz
engolada de un locutor para realizar un llamado:
—Estimados radioescuchas, esto
es un simulacro de alerta. Atención. Atención. Si hubiese sido una emergencia real,
les impartiríamos instrucciones sobre cómo y adónde acudir a un refugio de los
diferentes que hay en esta isla.
Yo estaba acojonado al sintonizar tal mensaje. Pensaba en la guerra
de los mundos. Ya están aquí. Que vienen los rusos. Como en la Guerra de los
Mundos de Wells que hizo cundir el pánico por aquella capital. Pensaba que
vivimos en un mundo en el cual la ficción se entrevera con la realidad y en la
supremacía de los medios de comunicación para dominar a las masas. Era la
América de Jimmy Carter discípulo en la academia de guerra de Anápolis del
almirante Rickover especialista en mísiles intercontinentales. Eran los años 70
cuando los yanquis vivían en plena efervescencia de la guerra de las galaxias.
Los malos eran los soviets como ahora es el virus y el tabaco, Ronaldo Reagan
la ganó y determinaría la caída de la URSS. Yo por mi parte pobrecito español
nacido en una ciudad de provincias había aterrizado desde el medievo una ciudad
episcopal como York sobre la Gran Manzana el emporio del futuro la ciudad
automática que decía Julio Camba. No era más que un lamerruinas que viajaba
desde el humanismo católico y sentimental hacia la tecnología del gran diseño
de los nuevos amos del mundo. Todas aquellas
garamainas me sonaban a pollo frito de Kentucky. Cogí el tranquillo.
Un día escuché una voz interior
que me dijo:
─Tú serás el Rey del Pollo frito…
Rey de Gallos por la Candelaria.
A continuación vi dibujarse en
el cielo una carta. Era la sota de bastos.
─¿El apocalipsis?
─Hombre, todavía no aunque ya
falta menos.
Me costó lo mío pero aquel
mensaje de la radio de Manhattan emitiendo noticias las 24 horas del día para la ciudad que no duerme
y aterriza como puedas marcó mi existencia, desde entonces tengo pesadillas y, émulo
del almirante Rickover, odio la guerra especialmente una de exterminio que supondría una conflagración
nuclear. Pero ya están ahí en Ucrania. Después del virus, ahora la guerra. Luego,
el hambre y la desnudez.
Aquello me marcó, conservo su
huella indeleble. Vivimos con miedo a la bomba aunque no deja de ser una ironía
que el enemigo a batir sean las toxinas que encargó mister Trump a los chinos y
esas toxinas corporales y bacterias que andan por el aire al que se refiere don
Rafa el de Radio Carcamal. Hago propósito de apagar el transistor que no deja
de difundir proclamas y consignas sobre los peligros del tabaco y la vida
sedentaria, yo seguiré escribiendo en mi catábulo del jardín de atrás y fumando
en pipa, mi cachimba estamos unidos hasta que la muerte nos separe
EL DÍA QUE NACIÓ HELEN
Amaneció espléndido pero luego
tornó el aire de calima. La maternidad de Westow Croft al norte del Yorkshire
era una vieja mansión que había servido de hospital de sangre durante la
guerra. Pocos saben de la entereza y sufrimientos del pueblo inglés durante
aquella contienda cuando los alemanes bombardearon todo el condado. Era un edificio
victoriano rodeado de pinares detrás un cementerio. Acudí a primeras horas de
la mañana no me dejaron pasar:
—Your wife
is in labour
A mi mujer la habían trasladado
en una ambulancia de madrugada y yo hice autostop hasta York y desde allí me
trasladé a la localidad en un yermo que llaman
“moors” donde el viento sopla con ganas. Estaba yo muy nervioso y
me entretuve dando paseos por el lugar, no había un alma, penetré en el
cementerio. Lo recuerdo bien había una
sepultura reciente de una muchacha de veinte años. Las flores y la corona
mortuoria estaban frescas y la tierra removida se amontonaba en un túmulo.
Saqué el rosario que siempre llevo conmigo y recé los cinco misterios por
aquella joven desconocida que acababa de ser inhumada precisamente cuando mi
hija estaba a punto de nacer. Fue un parto lento y difícil. A Suzanne la
pusieron cloroformo nada de epidural. En los años setenta la ginecología
inglesa estaba aún en agraz y me pareció muy primitiva. Todo el día me
entretuve ensimismado con mis pensamientos. Por fin a las nueve y media de la
noche precisamente a esa ahora había venido yo al mundo veintiséis años atrás llegó mi primera hija a
este valle de lágrimas; aun no consigo zafarme de aquella impresión. Suzanne
estaba cansada pero me lanzó una sonrisa con sus ojos verdegay, era una mujer
hermosísima la más bella de Inglaterra y apretó mi mano. Y le dije: “Well done Zanny you are
a heroine”. Al poco
rato se acercó el doctor Isherwood hermano del famoso poeta inglés de la década
de los Treinta y estrechó mi mano:
—Mister Parra you have a beautiful daughter.
—Thank you Sir, She is going to be
beautiful. We´ll call her Helen the shining one.
Isherwood era el medico de
Pocklington, siempre llevaba una cartera de cuero en la mano y una sonrisa en
los labios, el fonendoscopio colgado del pecho. Era el clásico doctor inglés with good bed
side manners.
La madre de Suzanne y yo tomamos
un taxi y regresamos a Wilberfoss. Mi suegra la pobre de la cual había heredado
mi esposa su belleza era un manojo de nervios. Creo que celebramos la llegada
al mundo de mi primogénita con media pinta de ale yo y un babysham ni suegra,
eran las doce de la noche cuando entramos en nuestra casa de Wilberfoss.
Todavía había luz en el cielo. The limelight el entrelubricán del hemisferio norte. Helen
quiso nacer cuando los días son los más largos del año. Esperando el sol de
media noche. Los nervios, el amor y la añoranza de aquella jornada no se me
pasaron todavía. Tardé en dormir y escribí este poema
WESTOWCROFT CEMETERY
Unos vienen y otros van que así
es la vida rueda que no cesa
Nadie se acuerda de vosotros
difuntos aquí enterrados pero yo murmuro una oración por vuestra alma cuando mi
hija va a nacer
Dormís ahí en el cementerio
detrás de la torre normanda de la iglesia
Descansad pues sois promesas
bajo el césped
De una nueva vida que empieza
Os puedo consolar diciendo que
no hay muerte
Vita mutatur non tollitur
La vida cambia no se arrebata
Vendrá la resurrección
Dormid y descansad
Esperando su llegada
Cristo vendrá
Retozarán los pozos del alba en
la ensenada
Oiréis cantar al grillo
En los interregnos
Son secretos documentos que mi
Fe me ha revelado
Muertos sois en la esperanza
HELEN OLIVIA ISABEL JOANA
Ve con tales nombres a la vida
Hija de mis entrañas
A la alegría de vivir del
sufrir, y padecer
Elena la resplandeciente
Olivia rama de olivo
Que paz nos trajiste
Fruto de nuestro amor y nuestra
sangre
Nos fuiste dada por Dios
Carne de mi carne
Llanto de mi llanto
Vida de mi vida
Que tú tornaste más hermosa
SAN JUAN DE BEVERLEY
OBISPO Y MÁRTIR
Estoy noche oscura
trafago de mis libros vísperas de navidad que
vuelve una vez más
Las noches cortas y
frías de santa Lucía
Escucho las campanas
de la torre de la catedral de Beverley
Y los sonidos
repican tu nombre
Que al pronunciarlo
se llenan los cántaros de dicha de las Danaides
Fue la gloria de ser
tú
Y tu imagen de
aquella foto de niña
Jugando con la arena
en una playa de Gales
Que yo llevé en la
cartera
Lejano, pensar,
Próximo sentir
Pues en el amor no
muere nunca
Es uno e indivisible
El humo de mi pipa
Sube hacia los
portantes de mi cuarto
Esta pequeña celda
donde me refugio
Con recado de escribir
Juego al ajedrez con
las palabras
Me desespero y me
entusiasmo
Huyo. lloro y callo
Quieta está la noche
Un ángel a mi vera
fumaba
Un cigarrillo
Es consuelo sentir el
batir de sus alas
Cuando fue
Se fue para no
volver
Y dejó en su partida
Regueros de
pensamientos de libros
Que nunca escribí
El cielo siempre fue
azul
Empíreo arcano de
ideas infinitas
Una noche en un
baile de Hull
Toda roja y toda
azul
Viniste a través de
la niebla de Hull
Y me hablabas en tu
dulce acento londinense
El querube guardián
vestía largas colas
Sus alas eran
túnicas
Paso pasito a paso
Se eleva el incienso
transformado en tabaco
No me deja la tos
Ni se aleja la
fiebre
Tengo efervescencias
en la garganta
Qué será de ti me
preguntaron al alba
Donde y con quien
estarás
Viejita de mis
sueños
Yo estaba prisionero
de los jerséis de cuello alto
En cuanto puedo
Y me ponga bueno
compraré los dominicales
Preparé mis
lecciones
Corregiré cuadernos
Seré un profesor
modelo
Enseñando
abecedarios en el aula vacía antes de sonar los timbres del recreo
Time for a break
Rezo por los
tuberculosos
Y por los camioneros
caritativos
Que me llevan gratis
A mí y a mi bufanda
en bandolera
TODO ES VANIDAD Y NECEDAD
Todo es vanidad
Mataiotes mataioteton kaI panta mataiotá
Los coños grandes se asoman a la ciudad
Hay vaginas de todos los tamaños
En esta ciudad
¿Cultura viejuna?
No, tía, la cultura es inmortal
El mundo es un tonel de palabras huecas
Los diablos cantan The
tale of the Tub
Siembra de palabras circunloquios eufemismos
Al fuego de Navarra irán tus libros
Los periódicos forran sus noticias de vanidad
Leo las esquelas a ver quién se ha muerto
Calzan los domines antiparras
En la animadversión global
Me río del vuelo de las mariposas
A lomos dellas
Muestras necedades
Al limbo de los justos
Subirán
Dios mío, todo es vanidad
Me ahorco en mis deseos de triunfar
Hago planes
Mi alma se llena de euforia y vanidad
Elijo mis crestomatías personales
Agarro con los dedos la vida que se va
Líbranos, Cristo
De tanta falsedad.
Pasa el Señor en la carroza del corpus
La ciudad se acicala.
Tanto profesor experto encaramado
Tanta alcahueta doctoral
Me miro las manos
Están vacías
Me devuelven una imagen triste de mi cara
Los espejos
No sé mis pies adónde van
Todo es confusión
Perplejidad
Atolondrados ojos míos
Sin razón y sin historia
¿Padezco acaso una enfermedad mental?
Es locura rodar de noche
Y loco mi peregrinar
O son en otros
Do posa la locura
Mi personalidad
Sufre dolores de parto
Sobre el manillar
De mi bicicleta
He dejado de fumar
Vuelvo a la dulce trapa mía
A ser el monje que soñaba
Cantar vísperas
En la abadía
La saya de estameña
Y el blanco escapulario
Negra capa y delantal
El sol de tarde
De hunde por el horizonte
Entona el pintacilgo la última tonada
Del día
Y a su nido va a posar
Acude el búho ave de la noche
Mirándome sin pestañear
Abriendo un ventanal de luz en mi cogulla
Son mi escudo de defensa contra todo
Hasta que Tú quieras, Señor
Razón infinita
Dulces nirvanas
Suaves ásperos caminos
De la metamorfosis
Transfiguración de larvas en alas volanderas
Que aletean por el campo en primavera
Alguien en estos momentos
Da una conferencia
Y yo me amarro al guial
De mi humilde bicicleta
Algún día gastaré coche
Soy pobre
Pero ufano de mi imperturbable independencia
Paso por el campo dejando un reguero
De interrogantes y de tristeza
Se ha puesto mala mi mujer
Suzanne Dulcinea de mi querer
Y vengo a Dios rogar
Que sus males la dejen a ella
Y me las pasen a mí
El gran invento de la humanidad fue la rueda
Son salmos de un poder indescriptible
Y al coño la Bernarda ¿dónde la dejas, eh?
Torres planas enormes de la cooling tower
Esa catedral eléctrica
Por la que paso viniendo de madrugada
Volviendo a mi pobre caso
De un pueblo con el nombre más bello
De la topografía nacional
Que Edenthorpe se llama
Canta el humo
Su canción secreta
Y ¿al coño la Bernarda donde la dejas?
Chimeneas de Barn-by Dun
Es el Yorkshire fuente de la energía nacional
Cooling tower brewing
the charcoal
Heat and power
Todo de una hondura matemática
Chimeneas gigantes de Barnby Dan
Saludándome en la noche
Vengo desde Hull en mi vehículo manual
Tracción de sangre no más
Un débil fanal ilumina la carretera
Y una luz roja atrás
Sin saber que Maggy Thatcher cerraría las minas
Y se apagarían las luces de aquella enorme catedral eléctrica
No pasan coches
Me puede atropellar
No tengo miedo
Bebí siete pintas de cerveza
Que me hacen con furor pedalear
He venido a rogar a san Juan de Beverley que cure el cáncer de Suzanne
Aquí voy corre que corre
Mis huesos cansados
Gozando de las oportunidades del
Alguien me está enseñando a odiar
Y odio la sangre
Que no pompean glóbulos rojos
Voy por el camino
En mi bici sin engrasar
Pidiendo clemencia a los dioses
Que engrasen la cadena y el diferencial
Porque el hierro y la rueda
Saben también gemir y llorar
Edenthorpe 20 de octubre de 1970
MIS COLEGIALES
Enérgicas mañanitas
Luz de vida en los
semblantes
Restos del porridge
y del bacon and eggs, beans y patatas fritas
En sus labios
cristalinos
Un vaso de leche o
una taza de té
Los hijos de los mineros
Llegan con sus
grandes carteras
Repletas de libros
A ganar la palmeta
A dar lección
Conjugan los verbos
transitivos
El pronombre y el
artículo
El sustantivo
Los verbos irregulares
Conjuguemos el
futuro
Sus rostros me
revelan la interrogante
De un por hacer de
imprecisión
Qué serán el día de
mañana
Estos pupilos
¿Irán a Oxford o
bajarán a las minas de Armthorpe
¿Serán magistrados,
periodistas, médicos, enfermeras,
Soldados, marinos de
la Escuadra,
¿Vagabundos
derrelictos?
En el aire una pregunta
Y una oración
Líbralos del mal,
Señor
Les gusta la sangría
y la paella
Fueron con sus
padres
De vacaciones a la
Costa del Sol
Sir, too much oil
¿Y la tortilla de
patatas?
Puaf Sangría is
better, Sir
Me la tortilla causa
indigestión, señor
Trepad hijos míos
por el árbol de la ciencia
Aprended buenas
maneras
El mañana es ahora
Y aguarda a la
puerta de la clase
Un misterio fugitivo
Time present and time future
Vuestro es el avenir
incierto
Se deshoja en
nuestras manos
Un redondo girasol
Un incierto
horizonte
Y yo soy más lo que
he sido
No podré añadir un
palmo a mi estatura
Sólo puedo daros
Lo poco que he
aprendido
Palabras para la
ruta
Las nociones que estudié
En un seminario
vacío
Os enseñaré a
caminar
Por los baldíos de
estos tiempos nuestros
Una nueva era está
al alcance
Arranca el Tiempo de
Acuario
Muchos como yo
seremos aniquilados
Aunque algún día os
acordareis vagamente
De vuestro teacher
de español
Que venía hacia
vosotros
Pedaleando en
bicicleta
Vuelvan mis
colegiales
Al humanismo
Que dignifica
plenamente
Nos enseña
comprensión y tolerancia
Los tiempos están
vivos
Dentro de vuestros
pesados
Cartapacios y satchels[1]
y cuadernos
Con la hoja de ruta
Subyace una
preguntita
Qué será de mí en el
futuro
Instituto de Segunda
enseñanza Secondary School Armthorpe High School
30 de octubre 1970
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