20 N.
Quieren volar la cruz y yo me
pregunto que la cruz qué mal les habrá hecho y respuestas no encuentro más que
la inquina y la revancha, malos consejeros de la verdad. Es tan airosa y
solemne la cruz del Valle que se divisa cuando voy camino del norte casi tan
alta como la montaña que le da nombre Cuelgamuros y rezo la oración de San
Andrés:
-O
bona cruz salvum me fac
Y sigo mi camino. ¿Por qué les
molesta? Sólo hay un precedente: el de la voladura de una estatua gigante de
Buda que existía en las montañas de Afganistán hace unos años. Un acto criminal
fundamentalista de los talibanes que odian la representación de las figuras
antropomórficas en la creencia de que con ello se da culto a los ídolos. Lo
dicen ellos que creen en los siete cielos del profeta y en el paraíso de huríes,
pero la cruz es símbolo de la libertad y del progreso. Pueden dinamitarla pero
no podrán erradicar la promesa del que murió en ella:
-Estaré
con vosotros hasta el fin de los tiempos. Parece ser que no. De lo que se trata
hora ES PONER A Jesús DE MENTIROSO. El separador ataca.
Me asusta el silencio del
Vaticano, el mutismo de Rouco, la falta de agallas en los herederos de Franco y
de José Antonio para defender los restos de estos dos grandes prohombres de la
historia de España porque eran unitarios y ayunadores, apaciguadores y cuyo
recuerdo y memoria causa tanto odio entre los disgregadores, los oportunistas.
Sin embargo, un diacono siempre tendrá que defender la cruz cueste lo que
cueste. Si lo que se tendría que volar fuera el Candelabro de los Siete Brazos
pero aquí hay una legión de mudos y ya lo dice el refrán “quien calla otorga”.
Silencio de Raztinger, silencio de Rouco, tantos silencios dios mío. ¿Es que
hemos cambiado de religión? ¿Es que el Vaticano ya no cree en la religión sólo
en en sí mismo y en la púrpura? He ahí la madre del cordero, ahí está el
intríngulis.
-Oremus
et pro nosotros pastores.
-Sí
recemos por esta iglesia nuestra que va sin timón ni gobernalle y hace dejación
pública de sus funciones y esconde la cara ante el enemigo.
-La
animadversión del Zapatero patatero ahogado en su retórica llena de
contradicciones no me subleva. Más me preocupa la aquiescencia del bueno de Benedicto
incapaz de cuadrarse ante los poderes seculares para evitar el desahucio de sus
monjes que oran y viven en una de las abadías mejores de la cristiandad por
respetos humanos. Me encocora el que los Franco sólo estén para que Maricarmen
la nietisima se presente en los programas del perineo y la entrepierna para
parlar de sus coitos con gente importante y el que los Primo de Rivera anden
perdidos allá por Jerez.
-Mucho
esperas, Accipiter. Como va a defender la cruz un papa bávaro. Ellos detestan la cruz. Luce una
estrella de David en su tiara cuando oficia sus pontificales.
-Dios
mio que infamia. Oremus et pro perfidia Judeorum.
-Oremos
sí que en España es Viernes Santo.
Un viernes santo que dura para mí
desde aquella noche en Londres en que mi jefe Paco Martos Robles me
telefoneó para darnos la noticia desde Madrid.
-Ya
Sólo dijo ya pero aquel adverbio
de tiempo pero ese ya dura 35 años y yo sabía lo que iba a ocurrir: el regreso
de los impíos. A mí por defender a España me pusieron en sus listas negras pero
contra la verdad no hay fuerza aunque todos los días sea viernes Santo. Pese a
todo me atrevo con un profecía:
-La
cruz vencerá
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