EL GRAN WYOMING
ENTREVISTA A ALBRIGHT EN LOS INFIERNOS
Pues salimos de Malaga para
entrar en Malagón y en Malagón en cada casa un ladrón y en ca el alcalde el hijo
y el padre. Ya somos dos. Bajó anoche el gran Wyoming ese comunicante con cara
de cenizo grandes tirantes y la gran nariz de erase un hombre a una nariz
pegado. impávida ante su cruel destino la Albright en vida era como la mula del atabalero que nunca se espanta ni tiene miedo. Bajó a lo infiernos y allí estaba doña Margaret Albright que no se
llamaba Albright sino Waldbaum despotricando y soltando a cada paso la palabra cojones.
Un demonio le aplicaba el gario incandescente a su gran trasero y otro le daba
pellizcos en las tetas… toma Geroma pastillas de goma. Mataste a muchos serbios
destruiste los puentes de Belgrado y ella decía que no, que no cojones, que fue
Javier Solana. Doña Maggy la sanguinaria ahora tiene un discípulo el ukronazi Zelenski.
Ella tenía las piernas cortas y él la mirada larga. Unos ojos que destilan
bilis y matan con la mirada como el dragón. La Albright tuvo la suerte de
encontrarse con un Milosevic que era de pasta fina. Sin embargo, el hijo del
sastre de Lvod topó con Putin que es acero puro y duro como el
diamante. Mucho más duro de pelar. Ha desbaratado los planes satanistas del
pentágono.
El de Kiev ya está pidiendo árnica. Tiene perdida
la guerra. Sus comisarios en el frente al soldado ucranio que dé un paso atrás
lo matan. Al fin de la entrevista la señora ex ministra de defensa USA y Serbia
un genocidio en su palmarés se volvió a su zahurda pegando voces y gritando:
─Cojones… Cojones de
Mahoma volarán por Europa
Estando en esta palabra
llegó la diablesa maesa y a doña Maggy la dio un revolcón que dijo:
─Si no te callas, te
agarrotamos a la camisa de fuerza. Paga tus culpas, pecadora.
El gran Wyoming confuso
y aturdido dijo:
─A esta tía no la entiende
ni dios. Que siga criando malvas
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