CELINE
Viajo al final de la noche con Celine
madrugadas infaustas de alcohol. Las botellas ya vacías, toda mirada se
vuelve ácida; se escribe como se habla sin puntos ni comas,
fluyen ríos de letanías y retahílas, una forma de expresar nuestro desencanto
contra los regidores del Supremo Engaño para regresar más tarde hasta donde da
la vuelta el aire- esto es: el autobús- en espera de que abran el subte para
tomar el primer tren que nos devuelva al hogar.
Los héroes están cansados... Bperiod,
adelante. Los grajos vuelan bajo, hace un frío del carajo, un buitre planea
sobre el valle. Izviedzka la organización de los compadres (algunos la
denominan la burlona) se queda con nosotros y aplica la ley del embudo, el
tercer grado.
¿Escritores perseguidos y
silenciados? Sólo en tiempos de Stalin y de Adolfito: Tomás Mann, Victor
Grossmann, Solyenitsyn etc. el propio Bulgakov.
A este lado de la frontera T.S. Elliot
ha sido quemado en efigie por fascista y al mayor vate norteamericano lo
metieron en la jaula de un zoo. En Francia donde las purgas fueron incesantes y
el vivir difícil hasta la llegada de De Gaulle, Paul Morand huyó a Suiza, Henry
de Montherland terminó en la Guyana
en el penal de Papillon. A Maurice Chevalier
lo acusaron de colaboracionista. No hubo final de la noche para Celine (en el
siglo Louis Ferdinand Destouches)
autor de una de las mejores novelas del siglo XX Voyage au bout de la nuit con su segunda parte Bagatelles.
Es el escritor del gran
siglo francés, el más más traducido después de Proust.
Nunca votó, no delinquió, de ser verdad
el aserto aragonés de que los pecados de pensamiento no valen, pero se pasó
gran parte de su vida a la sombra. Su culpa: haber vivido una época de delirio
y de frenesí político y de proclamar la verdad como por ejemplo que las dos
guerras mundiales fueron muñidas mediante intrigas y sobornos de los banqueros
judíos, los clanes de la industria armamentística y de las finanzas que
actuaban bajo consignas de los magnates de Wall Street.
Nadie en Norteamérica ni en GB movió un
dedo por los perseguidos israelitas. Lo del Shoah vino a posteriori. Es el
desencanto del día después, mitificado hasta el borde de la teología para
constituirse en Dogma de Fe. ¡Qué aberración, Dios mío qué aberración!
La mayor parte de los SS y de los SA (Storm Abteilung o fuerza de choque) tenían sangre HEBREA o eran homosexuales.
Judíos contra judíos. El diablo sabe hilar fino el paño de la historia. Los
antepasados de Goëbbels provenían
del gueto de Frankfort. El ministro de propaganda del Reich es un referente muy exclusivo a día de hoy de modo y manera
que el Volkisch Beobachter de los
nazis no es más que una caricatura del NY con sus órganos sufragáneos en Madrid
(Mundo y País) todos estos periódicos sionistas perdidos en el contexto de
la manipulación de la información y en el control o asendereamiento de la
opinión pública.
No hay atisbos del final de la noche,
ni rompen los brotes verdes ni la salida del túnel... oscuridad total viajando
todos vigilados por los soplones y stickers,
un topo se asoma a este portal, pero tú di lo que quieras, os vamos a hacer una
peineta, protesta, sigue leyendo a Celine y la Rebelión de las Masas.
El auto de dominación universal por los
esbirros del Cofrade global se consumará poco a poco y sólo entonces,
todos de rodillas, y a besar el látigo. Van contando los pasos: dos adelante,
uno atrás. No tienen prisa, pero estoy convencido que habrá ejecuciones y
regresarán las brigadillas del amanecer, de momento saben donde vivimos cómo
respiramos pues nos vigilan desde el ojo de buey, esa lucecita azul que sigue
en el chivato de posición cuando apagamos el ordenador.
Celine estuvo cinco años en un
penal danés, desde donde escribe cartas a su mujer en rollos de papel
higiénico, pero a su editor Denoel, que le publicó "Viaje al final
de la noche" en 1932, no tuvo tanta suerte; lo cosieron a balazos
en una plaza del centro de Paris.
Había sido denunciado por
colaboracionista por el comunista Luis Aragón. En sus textos desde la
cárcel Celine lo acusa de asesino y sus compañeros de viaje Malraux al
que tilda de maricón y a Sartre de impotente no salen mejor parados.
Celine a su vez se defiende, trata de justificarse, hace apología de
su obra.
Odiaba a Hitler, amaba a su patria
francesa a la cual ve destrozada y en las garras del régimen de Blum y de su
jarca moruna. No hablaba a humo de pajas. La organización de la Burla de Todos
Nosotros (Idvieska que es lo
contrario que izvestia la verdad al estar manejada por perjuros) hoy extiende
sus devastadores tentáculos por la dulce Francia y por el mundo entero, ya
tiene a Europa bajo sus garras: Zarkossy
judío húngaro, Hollande, hijo del
gran rabino de Paris, Obama un judio
cuarterón como Sammy Davis Junior, la Merkel hija de un rabino, Berlusconi
nacido en el gueto de Roma, Artur
Mas y Jordi Pujol dos personajes llegados del call de Gerona, la Legarde
jefa del FMI una sefardita pariente de Laguardia el que fuera alcalde de Nueva
York y hasta le dedicaron el segundo aeropuerto de la ciudad cosmopolita.
Mientras, se lanzaban al galope los caballeros del escuadrón del Apocalipsis.
Estos son sus poderes. La dominación universal a un paso. Sólo les queda Rusia
por controlar de modo y manera que los Protocolos de los Sabios de Sión
no eran un cuento chino sino una profética verdad. Bergoglio
también pertenece a su clan y viene desde Argentina, el fin del mundo, nos
habla del fin del mundo. ¡Ah las torturas del Laoconte esta madrugada! ¿Le
declararán la guerra nuclear a Putin?
Luis Fernando Deschamps se sentía un invalido, un mutilado de guerra (la
explosión de una bomba en las trincheras de Ypres le rompió los tímpanos, le dejó secuelas de vértigos Menier) hubieron de hacerle la
trepanación y escribía para seguir viviendo desde la rabia y la sátira de un
Villon o la lógica de un Descartes, la acribia de Montaigne.
Sobrevivió a la caza de brujas mediante
la estratagema de un proceso judicial en el reino de Hamlet.
De alguna manera se reía de la
estupidez de cuanto le rodeaba. La democracia y los comicios las elecciones no
eran para él más que el pedo de un conejo
magnificado por los altisonantes altavoces del sistema erizado de micrófonos y
articulado en un buen sistema de propaganda donde la serpiente se muerde la
cola y cambia todos los días de camisa, se alimenta de presuntos y
supuestos y ceba a diario a la ciudadanía con el forraje de sus
patrañas.
Es lo mismo que piensa el famoso humorista
Dieudonné al que también pretenden borrar de las listas. "Mi
antisemitismo-escribe- es cómico y estrictamente literario" lo malo es que
no sabía con quien se jugaba los cuartos porque el humor de los semitas nada
tiene que ver con el cristiano. El dios del Sinaí jamás ríe. Nos lanza desde la
cúspide truenos y relámpagos. Amenaza y segrega. La historia es una perenne
lucha centre buenos y malos.
Jamás el escritor
francés participó en una algarada ni se dedicó a romper escaparates.
Practico en medicina, curaba a los pobres de París, de Viena y de Berlín,
escribía contra los poderosos, los intrigantes, los asesinos, explotadores del
desamparo. Los nazis le parecieron gente pueblerina de corta imaginación a los
que sus gerifaltes manejaban a su antojo.
A Hitler-dice, por ejemplo- y a
sus andobas les perdió su anglofilia. En la morgue hundía Celine, médico, el
escalpelo de los fiambres que le traían a San Sulpicio y en esta observación de
la vida real se basa su gran literatura. Al grano: pudo
así atestiguar el estado de podredumbre de la política francesa.
Casualmente, fue defendido en la corte danesa por el magistrado Mikkelsen
que le libró de la guillotina.
Mikkelsen era un judío de Copenhague
como el propio Celine que se casó con una "pied noir" de origen berberisco. Su mujer se llamaba Luciette
Almanzor prima lejana de Albert Camus, otro levantino. Casó tres veces y el
nombre de todas ellas figuraba en las listas negras de los tachados de
colaboracionista. "En el alma de todo judío se esconde un gánster".
La escritura de este mutilado de guerra
fue tan radical como genial. Creó un nuevo lenguaje aplicable a los nuevos
flujos de conciencia, sus novelas son aptas para potenciarse en soportes como
el ordenador. Celine desenmascara a la bestia todo lo contrario que Kafka que
es un turiferario del sistema de opresión que habría de venir. Si el checo
anuncia la metamorfosis y la conversión del ser humano en cucaracha, toda la
obra del galo es una reivindicación en pro de la libertad y autonomía de
la persona, un grito en la noche después de un largo viaje que no acaba.
Era humorístico, pantagruélico,
rabelesiano, pacifista porque la idea que late a lo largo de su obra es la de
que los mayores conflictos, las grandes guerras, las hecatombes fueron
gestionadas por los judíos que no son un pueblo de paz sino un pueblo en guerra
a veces con ellos mismos.
Los émulos de este gran novelista
siempre serán amordazados, calumniados, ninguneados, preteridos, perseguidos, pero
al fin de los tiempos ellos poseerán la tierra, acreedores del legado del
Sermón del Monte, no como los sionistas que serán torrados en la gehena pues ha
muchos años que sustituyeron a Iahvé por Belcebú. Ese es el gran drama de la
historia. El viaje al final de la noche, a través de las tinieblas, quizás nos
reconcilie con la libertad. Celine no puede ser silenciado. Es un literato que
de los pocos hoy merecen ser leídos cuando han pasado a la historia Maurois, Mauriac, Sartre, Paul Claudel e incluso Camus, si se quiere entender el malestar de Francia, la desazón de
Europa
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