2022-10-06

 

CARTAS DE MI MOLINO. ALFONSO DAUTET

 

VUELVO A LA INFANCIA a mis primeras lecturas, al primer café a esos sueños de adolescencia cuando la vida se abre en girasol y todo parece bueno y sin dificultades. Les lettres de mon moulin en buen francés lo traducíamos en clase de don Fructuoso aquel canónigo doctoral que para pronunciar la U nos metía los dedos en la boca y nos mandaba que sopláramos. En este libro olvidado vienen recuerdos y los aires de la Provenza. Se canta a la vida del campo, lejos de Paris. Es una pequeña égloga. Desde la masía se ven los Alpes y las ovejas trashumantes. Describe a las buenas gentes que habitan el campo. Un mu8ndo católico que honraba a la Madona porque allí nació el amor cortés y la vida galante que veía en la amada un reflejo celestial de la Virgen María convertido en mujer terrenal. La Virgen de mi pueblo es más guapa que la tuya. Por las paginas de Dautet pasan panaderos, pasteleros, tablajeros mozos de cuerda, afiladores y segadores de Beaucaire, viejos oficios en trance de desaparecer. El autor los retrata algo  brutos con puntas y ribetes de ironía. Buenas gentes de Arles con sus amoríos, sus rivalidades, sus problemas. Se oye en el camino el estallido de la tralla de un cochero. Arre. El odio es la ira de los débiles. El tío Cornelio un viejo dulzainero le cuenta al escritor la historia de aquellos molinos de viento donde la gente se reunía las noches filandón y  al amor de la maquila bebía vino cocido cantaba y bailaba pero un día llegaron los de la fabrica de vapor y se acabaron los molinos de viento. El progreso acaba por engullirlo todo

No hay comentarios: