Letanías y rosarios en
Velabria
Con voz gangosa las mujeres
recitando la letanía arrastraban la ese del ora pro nobisss. Resignación,
fatalismo fascinación y embeleso. Así llegamos al quinto misterio y luego de
las tres avemarías las letanías lauretanas que otrora eran cantadas pero ese
rito ya no se usa. Sus voces se asomaban lúgubres a las voces del crepúsculo. A
poniente un sol fucsia ponía arreboles sobre las eminencias de la cordillera
nevada. Y en las cristaleras de las ventanas de la ciudad de Velabria había
destellos de un día que se iba dejando atrás una paz infinita, la paz del santo
rosario. Buenas noches nos de dios. Aquella devoción a la Virgen era lo único
que se salvaba de una fe perdida
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