MANDAS DONACIONES PRO ANIMA DE BIENES
RELICTOS EN LOS CARTURLARIOS OVETENSES
En mi última etapa de vida laborar fui
archivero medievalista. Me embebí en la prosa vacilante de los primeros siglos
de la reconquista cuando el castellano rompía aguas. Terminologías inseguras en
las cuales la incipiente lengua castellana juega al corro con el latín, el
euskera y el bable. Son comienzos de alborada, dicen que la hora mas oscura es
la de la amanecida y Oviedo, conquistada Toledo por el Islam, se transforma en centro
cultural y jurídico de las cristiandades que buscaban refugio en las montañas.
Consulté los tumbos de Celanova, en
Galicia, Liébana, Cárdena los becerros
góticos de Brihuega, Avilés, Ledesma. Sobre todo, el cartulario de San Vicente
antiguo monasterio Benito de Oviedo donde se fijan jurídicamente las reglas de
las donaciones por el alma del difunto: un quinto de los bienes relictos han de
ser conferidos a la iglesia.
Se ordena digan misas por el alma del
difunto. Tales sufragios fueron el sostén del entramado económico de los
monasterios iglesias y capillas en la Asturias medieval.
Lutero haría una crítica devastadora a
la teología del purgatorio afirmado que esto es simonía y que con dinero no se
gana el Reino de los Cielos.
Al
monasterio regido por el Abad Aznar un tercio de sus posesiones: huerto, aceña,
molino, fuentes, albercas “hic sunt in
territorio Asturiense villas meas propias, in Mareyi, Karaveto, ad monasterium
Sancti Pelagi et Vicenti”.
Tambien lega a su esposa Gonterodo ─ debía de
ser cura casado─ sus vestidos, el dinero, el caballo y la mula. Su cuerpo a la
tierra y su alma al Creador.
Todo un ejemplo de fe y de resignación
cristiana. La constante se repite a lo largo de las hijuelas consultadas por mí
siguiendo las instrucciones del gran medievalista José Maldonado quien escribió
después de la guerra un libro precioso al respecto.
Estos
usos y costumbres de aquellos primitivos asturianos no tienen que ver con el
derecho romano sino con el visigótico.
Eran
tiempos de la reconquista y por eso muchos de los testamentarios legan sus
armas el peto la loriga y el caballo a sus descendientes. Eran muzárabe
prevenidos en frontera en lucha perpetua contra la morisma: ·Ego Sarracenus presbiter ob honore Sancti
Juliani et abbas Ositia trado vineas, molinaria, ortos, domos, armenta, ganato, mobilia et
inmobilia sit tradita Sancti Julián per saecula (24 de abril 978 (Becerro Gótico de Cárdena)
El vocabulario del latín trastocado que quiere ser
castellano se muestra balbuciente. Unos escriben omne, otros ome y homne en el
fuero de Avilés. La grafía para la palabra mujer tambien difiere, unos mulier,
otros muxer, o muller, auer, mogier y mujier.
“Ego Galindo abbas trado me in
primis corpus et anima in atrio Sancte Marie; deinde omnia propia hereditate…
Los nombres de
aquellos primitivo godos eran Gundisalvo, Giza, Marina, Momadonna, Otilia,
Bermudo, Veremundo, Alfons, Fortunato, Gontroda, Sancto o Sancho etc.
Al manejar estos datos una reflexión nos sale
al camino y es la fe admirable que poseían aun sintiéndose pecadores que
aceptan el fin de sus días con longanimidad y resignación.
Las mandas sirvieron para convertir a España
y Europa en emporio del arte. Las
catedrales góticas y románicas los miles de iglesias a lo largo del viejo
continente (ese secreto cenobítico se guarda como un antimension en los
monasterios) gracias al esfuerzo de los fieles.
Aquí nos encontramos con el oro que hace
milagros y los dineros de san Pedro pero la catolicidad no es obra del papa ni
de los obispos sino del esfuerzo y la esperanza en la resurrección de estos
pecheros y mañeros, los de abajo que pasaron por la existencia sicut nubes, velut naves, ut umbrae
(como las nubes, como las naves, como las sombras pasaron)
Sin embargo ahí queda eso.
Gracias a esa fe que algunos destruir Cristo
está en la historia. La fe mueve montañas
23 enero 2023 lunes
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