JESUITAS ABANDONAN GANDÍA. FUNDADA CASA POR
PEDRO FABRO BAJO EL AUSPICIO DE LOS BORGIA
La casa madre de la Compañía de Gandía cierra
sus puertas. Fundada por Pedro Fabro al que Ignacio de los Loyola llamaba el
furriel y el cabo cuartel utilizando un lenguaje militar, con lo cual termina
toda una época de la historia eclesiástica española. Los jesuitas fueron
eximios educadores mal que nos pese.
Yo la visité y quedé sorprendido por la
riqueza de su capilla, los cuadros y pinturas en las paredes, el amplio patio
donde los padres y novicios hacían recreo en su “quiete” (andando durante una
hora en filas de tres en fondo las manos entregadas al borde de la sotana
ciando o reculando unos para delante y otros para atrás)
El lujo de las instalaciones del colegio
máximo contrastaba con la austeridad de las celdas: un jergón una mesilla de
noche una palangana y un sillico para hacer las necesidades.
Todas las otras casas (Valladolid, Palencia,
Segovia, Madrid, Salamanca, San Isidoro de Oviedo y Alcalá) imitaban la
estructura férrea y castrense del primer convento de Gandía con una iglesia de
tres naves, con numerosas capillas para que todos los sacerdotes de la
congregación pudieran decir misa a la par.
La iglesia del seminario de Segovia donde yo
recé a la Virgen delante del cuadro de San Francisco de Borja destapando en
Granada el féretro de la emperatriz Isabel de Portugal era el modelo sería un
arquetipo de este tipo de templos jesuíticos.
La noticia del cierre del colegio máximo
gandiota me ha llenado de melancolía induciéndome a reflexiones sobre la
caducidad de las cosas terrenas, los imperios e incluso la cierta decadencia en
que se encuentra el jesuita a pesar de que el sucesor de Pedro profesara los
cinco votos: castidad, obediencia, pobreza, obediencia al superior y obediencia
al papa en Buenos Aires hace más de medio siglo.
Les
llamaban los guardias de corps de la iglesia, los lansquenetes, sacerdotes que
formaban una piña odiados por los frailes por no rezar coro.
El
clero secular los temía y los tenía por judaizantes por considerar que
integraban una iglesia dentro de la iglesia. Papa Negro el general de el
jesuitas residente en el Vaticano y papa blanco reinante. Fueron preponderantes
durante el reinado de Felipe III y su valido el Conde Duque de Olivares, que
era cristiano nuevo, y algo beato, muy generoso con ellos en sus granjerías y dispensas. Una diatriba
contra los jesuitas fue la causa de perder la privanza Francisco de Quevedo por
la espinosa cuestión del compatronato de Santiago y de Teresa de Jesús y su
encierro en san Marcos de León. Bien es cierto que el vate mayor de nuestras
letras se hizo amigo de ellos y fue un jesuita el que le ayudó a bien morir.
Con esto quiere decirse que la orden arrasó y fue preponderante durante el
reinado de los Austria.
Favorecieron a los cristianos nuevos a gente de dinero y a los conversos. Hacía
llamarse la Compañía de Jesus la compañía del Amor.
En mi experiencia personal este amor de los
jesuitas se transformó en un huevo huero o cáscara vacía. Con el lema ignaciano
de que el fin justifica los medios cayeron en no pocas maldades y crueldades;
La soberbia, creerse por encima del bien y del mal, y el rigor de las
“probatio”.
En
verdad no por ello perdí la fe pero he llegado a entender por qué fueron expulsados
de España dos veces 1757 y 1934. sus enemigos que rendían culto a Mamón. “Un
ojo en el cielo y otro en el suelo” que decía el segundo prepósito Aquaviva.
Si esto que digo es un desafuero que me
perdone Dios pero ellos me enseñaron a no cejar ni rendirme en las
dificultades. Sic transit gloria mundi.
Los émulos de Loyola fueron los artífices de
la SRI tal como la conocemos: una única grey bajo un solo pastor obediencia de
cadáver a Roma.
Paradójicamente según algunos está siendo
destruida por otro jesuita en su afán de comulgar con los poderes del siglo
metiéndose a mondonguero y muñidor de enredos políticos para no enemistarse con
las Fuerzas Oscuras. Un obispo debe siempre decir la verdad si es un buen
pastor y no un lobo apacentando los corderos del hato.
Una
iglesia romana que padece de acrocefalia una cabeza muy grande y un cuerpo muy
pequeñito. Sólo la Providencia divina conoce estos enredos en sus altos
designios. Verdaderamente Francisco no debería ir a ver al patriarca Cirilo,
que es un ejemplo de guardián de la fe y de amor a su pueblo, cuando miles de
rusos están cayendo en Ucrania, sino dirigirse a Washington, a Bruselas o Tel
Aviv donde está la madre del cordero de este conflicto crudérrimo y fratricida.
El cual parece haberse convertido en un jaque mate al cristianismo ortodoxo.
Este obispo bonaerense desconoce la historia
de Crimea que siempre fue rusa. Es demasiado lerdo. No parece jesuita. Es
demasiado sañudo y altanero.
Sed Jesus Hominum Salvator el anagrama de la
Orden.
¿Qué diría Ignacio de Loyola, los otros cinco
clérigos que el día de la Asunción en Paris emitieron los primeros votos? De
ellos uno era portugués y otro saboyano, Fabro. El resto españoles pero de la
españolidad de estos PP siempre tuve hartas dudas. En esto remo contra
corriente de la opinión de nuestros historiadores. Sorry
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