FRANCISCO DE MONCADA
1586-1635
Publicada en Barcelona
en 1623 por el gran escritor catalán (escribe en español) La Expedición de
catalanes contra Griegos y Turcos la obra cobra cierta relevancia histórica
a vista de las cosas en Oriente. Ninguna animadversión albergamos contra
Turquía país admirable que jugó papel antagonista o de contrapartida hacia el
imperio español, pero al cual admiramos ni tampoco contra la ortodoxia griega.
Moncada escribe un tiempo de guerras cruzadas y de conflictos cuando a decir de
algunos historiadores, hasta los peces del Mediterráneo llevaban en sus escamas
las barras de Aragón. Es una historia de los almogávares famosos soldados de
fortuna que se especializaron en la lucha contra el islam y donde iban
arrasaban, llegaron a Jerusalén pero quedaron malparados a causa de las
disensiones internas, Moncada fue un aragonés de acerada pluma especialista en
las relaciones de España con los Países Bajos que trató por todos los medios
conjurar las conspiraciones de Cataluña ocurrida poco antes de su muerte en 1635.
Los reyes de Aragón y en consecuencia la corona de Castilla gobernó Sicilia y
parte del sur de Italia, Esta noción es importante pero en Castilla se respetó
el habla de los catalanes a los que siempre se consideró españoles. Las barras
de Aragón templo de libertad son y tanto monta, monta tanto Isabel como
Fernando. El irredentismo catalán fomentado por los sionistas que apoyan la
secesión de Cataluña de igual forma que no saben qué hacerse para evitar que el
judío Zelenski no pierda la guerra con Rusia no podrá resistirse de estas
barras catalanes (los almogávares formaron parte de la mejor infantería europea cuando
hincaban la lanza decían desperta ferro) y ya lo decía Baltasar Gracias:
“Para libre Aragón” con este animo y deseo de libertad de justicia recordemos
hoy a este insigne escritor uno de los mejores embajadores de Felipe IV amigo
de Van Dyck que lo retratara en varios de sus cuadros. Y enviamos nuestras
condolencias al presidente turco por esos terribles seísmos desastres que la
naturaleza da de vez en cuando y no son ni mucho menos castigo de Dios. Este es
un tiempo de dolor y reflexión. Moncada hace un retrato de la época que le tocó
con pluma solerte digna de Salutio y Tito Livio algo que falta en las
soliviantadas crónicas que escriben los relatores de la actualidad a día de hoy
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