2024-11-02

EL CANTO DE LA TREMENDA DIES IRAE

 

SERMON DE LAS ÁNIMAS GLOSA DEL DIES IRAE

Se dice que la hermosa y tétrica secuencia que se canta en la misa del dos de noviembre fue escrita por un fraile italiano que vestía el hábito de san Francisco hacia 1348 cuando Europa fue asolada por la peste negra, el cólico miserere que vació campos y ciudades. No daban abasto los sepultureros y muchos de los fallecidos eran llevados al campo en angarillas y los dejaban a merced de los buitres.

Creo que el día de la ira está siempre con nosotros. La muerte es la gran compañera del hombre y alza su guadaña en cualquier esquina. El autor implora misericordia dolido por sus pecados y pide el perdón del Altísimo

1)        Dia de la ira, día aquel, en que se cumple la palabra de la sibila y del David cristiano. El mundo se vuelve ceniza

2)       Llegará el juez y cuando venga cundirá el temor en tan tremendo día porque pedirá cuentas y se nos juzgará.

3)       La admirable trompeta convocando a juicio sonará por todos los rincones y nos reuniremos todos ante el trono de Dios

4)       Resucitarán todos los muertos y todas las criaturas habrán de responder al juez de sus actos

5)       Se abrirá el libro donde estén escritos todos los actos de nuestra vida y con arreglo a lo que diga el texto el mundo será juzgado

6)       El juez cuando se siente en el tribunal todo lo que estaba oculto se hará patente de nosotros y nada quedará sin dirimirse

7)       ¿Qué le diré yo pobre de mí, quien me protegerá cuando incluso los justos pueden ser condenados?

8)       Oh rey de tremenda majestad que a los que salvas los salvas gratis, sálvame pues eres fuente de piedad

9)       Recuerda oh piadoso Jesús que sufriste por mí, no me pierdas en aquel día

10)  Buscándome a mi bala perdida me esperaste con paciencia, me redimiste y padeciste muerte de cruz. Yo no merecí tanto desvelo

11)    Oh gran juez de la venganza dame el don de la remisión el día de la razón

12)  Gimo como reo, me sonroja mi cukpa suplicante te pido oh Dios que me perdones

13)  Puesto que a María Magdalena absolviste y escuchaste al buen ladrón y a mí me diste esperanza en la resurrección

14)  Estas preces mías no son dignas pero acógelas con piedad para que no me queme yo en el fuego eterno

15)  Búscame un lugar entre las ovejas del redil y apártame de los cabritos colocándome a la derecha del Padre

16)  Oro suplicante y contrito mi corazón hecho polvo cuida Señor de mi en la hora de la muerte

17)  Lacrimoso será aquel dia cuando la carne resurja del sepulcro para ser juzgado el hombre pecador

18)  A mí que estoy vivo perdóname y a los que murieron, piadoso Jesús Señor nuestro, dales descanso eterno. Amen

Esta secuencia se cantaba en todos los sepelios, ha resonado durante siglos en todos los cementerios de Europa. Yo mismo la canté cuando ayudaba a los funerales como acolito. La llamaban por lo tétrico de sus cuartetas la Tremenda

La traducción libre del latín es mía

 

 

Sequentia
Dies iræ, dies illa
Solvet sæclum in favílla:
Teste David cum Sibýlla.


Quantus tremor est futúrus,
Quando judex est ventúrus,
Cuncta stricte discussúrus!

Tuba mirum spargens sonum
Per sepúlcra regiónum,
Coget omnes ante thronum.

Mors stupébit et natúra,
Cum resúrget creatúra,
Judicánti responsúra.

Liber scriptus proferétur,
In quo totum continétur,
Unde mundus judicétur.

Judex ergo cum sedébit,
Quidquid latet, apparébit:
Nil inúltum remanébit.

Quid sum miser tunc dictúrus?
Quem patrónum rogatúrus,
Cum vix justus sit secúrus?

Rex treméndæ majestátis,
Qui salvándos salvas gratis,
Salva me, fons pietátis.

Recordáre, Jesu pie,
Quod sum causa tuæ viæ:
Ne me perdas illa die.

Quærens me, sedísti lassus:
Redemísti Crucem passus:
Tantus labor non sit cassus.

Juste judex ultiónis,
Donum fac remissiónis
Ante diem ratiónis.

Ingemísco, tamquam reus:
Culpa rubet vultus meus:
Supplicánti parce, Deus.

Qui Maríam absolvísti,
Et latrónem exaudísti,
Mihi quoque spem dedísti.

Preces meæ non sunt dignæ:
Sed tu bonus fac benígne,
Ne perénni cremer igne.

Inter oves locum præsta,
Et ab hœdis me sequéstra,
Státuens in parte dextra.

Confutátis maledíctis,
Flammis ácribus addíctis:
Voca me cum benedíctis.

Oro supplex et acclínis,
Cor contrítum quasi cinis:
Gere curam mei finis.

Lacrimósa dies illa,
Qua resúrget ex favílla
Judicándus homo reus.

Huic ergo parce, Deus:
Pie Jesu Dómine,
Dona eis réquiem.
Amen.

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