EL REY LEÓN (notas de mi diario)
Fuimos a ver el Rey León butaca
90 pavos, un regalo de mis hijos por el cumple de su madre. Lleno hasta la
bandera. No cabía un alfiler en las plateas, ni en el anfiteatro, ni en palcos,
en el gallinero tampoco.
Full capacity crowd que dirían en las islas británicas.
Excelente tramoya y decorado, la orquesta no del todo mal pero uno añora
aquellas zarzuelas, aquellas representaciones de los clásicos de su juventud.
Quiere ser una ópera sin
argumento con muchas voces, mala música, insulsos diálogos y rugidos de león. Que
suene el tantán y hay que decir bwana.
UNO ARRELLENADO EN SU BUTACA percibe los ecos de la selva, la llamada del salvaje. Tal
vez estemos volviendo a la barbarie. Al salir por Gran Vía no se podía dar un
paso.
Todos guiris. Extranjeros. Masas monocordes.
Prosa sin peinar, gente del ni fu ni fa moviéndose como resortes.
Que ruja el rey de la selva. Invasión,
éxodo o inmigración, pero de estas cosas no hablan las radios ni escriben los periódicos.
He aquí una España mirándose el
ombligo mientras la roban el alma. Ay, ay don José cuanto madruga uste… madrugo
porque tengo los pollos en el corral y el vecino de enfrente me los puede
birlar.
Ya nos los han birlado. Ruge,
viejo león. ¿Desaparece España la España borbónica, masónica y otra España la
verdadera resurgirá? Queda la pregunta en el aire.
viernes, 28 de febrero de 2025
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