MI
ÚLTIMO DIA. MI PRIMER GRAN TEDEUM
Antonioparragalindo
“Sol
de junio, un verano más”, cantaba un coplero de mi lejana juventud cuando yo
cortejaba a una moza muy formal. Nunca empezábamos aquel pastel, nunca nos
fumamos aquel cigarrillo de después en el
600. Había que estar en casa a las diez. Ella habrá dejado ya de fumar, yo sólo
fumo en pipa y a escondidas porque fumar ya no es políticamente correcto ni
está bien quisto pero yo me digo tambien
los que no fuman se mueren y les dan infartos, mientras acaricio los viejos
recuerdos en el estanque dorado de la memoria y pedaleo –estoy hecho una mula- hasta
Navalcarnero ida y vuelta tres leguas y pico en una hermosa tarde con el
solsticio de verano casi en puertas siguiendo el viejo camino de la mesta...
Esa era la ruta de los nutridos rebaños que veíamos pasar por nuestra puerta
camino del sur, el morueco en medio egregio y mostrando su estatura guardiana,
y a los lados los perros. Un zagal llevaba un corderillo recental a hombros y a
mí recordaba la vera efigie del Buen Pastor.
Parece que percibo el bronco ladrido feroz y
aquiescente del mastín. Ya no hay mesta ni cordeles, van en camiones, pero el
ojo de mi memoria los sigue viendo circular. Parece que fue ayer y ha pasado
tanto tiempo. Ya han encañado los trigos. De trigo y centeno hay hogaño un cosechón. Las vides están hermosas y
ya granan las cepas. Si no se apedrea tendremos los lagares y la troje hasta
los topes.
Una collalba me hace una referencia y se me cruza en el
camino y canta escondida entre las cepas la perdiz con voz de amor. Sol de
junio. El cuclillo y la abubilla tienen un dúo, se han enzarzado en una porfía
(a ver quien da la mejor nota) que enternece mi corazón de melancolías y es la
orquesta de acompañamiento a este Te deum laudamus te Dominum confitemur que
esponja mi corazón.
La voz del diacono Shelapin de mi grabación de
la noche de pascua pregona el canto del Querubín. Mañana es mi último día y
pues me tomé un Moscoso el día 12 si Dios quiere estoy cumplido. Voy a entregar
la cuchara pero no la tarja. A mi tarja le quedan todavía algunas muescas por
cortar al menos eso espero y loado sea Cristo. Al menos eso espero con la venia
del Panadero celestial que todo lo controla todo lo ve y todo lo designa desde
ahí arriba. I hope that He spares me.
No puedo estar más satisfecho. Gracias, Señor.
. Junio trajo las rosas y la plenitud de
un ayer no consumado y yo tuve la suerte de conocer sin conocer a aquel
amor. El sol, un sol que se va, refulge en el estanque dorado pero el hombre pecador
a veces tira por la trocha más difícil dejando el camino real, se va por los
puertos fragosos abandonando la amenidad del valle y del llano. Lo malo es que
en este curso de la vida no hay repescas
ni exámenes de febrero pero todos los seis de junio se me aparecía el
rostro de la querida novia (ah yo vi en Roma do es la santidad que todos al
dinero facen omildad… y eminencia, nos quita
las buenas para que nos vayamos con las malas).
El hombre no es que tropiece en la misma
piedra es que es gilipollas y escoge la manzana podrida desdeñando la más manzana y fresca. Ah todos
los seis de junio una lagrima de mis ojos y una oración brotaba de mis labios
en memoria de aquel amor perdido. Uno se va siempre con las malas y deja las
buenas pero es ley de vida. Misterios del destino. Enigmas del mundo... regreso
a casa con el primer lucero. Un traguillo del vino de Navalcarnero que era el último
pueblo de la provincia Segovia antes de las extremaduras, el que bebían los
pastores de los viejos cordeles a la salud de sus rabadanes, de sus amos y de
sus novias, me da fuerza a mis empeños, para cubrir el tranco final. Las
cuestas arriba las suba mi mulo que las de abajo yo me las sudo, digo con el
refrán.
- Aprieta
el culo y dar pedales y pasa hoja.
-
Es lo que hay que hacer para llegar a viejos.
Un transportista guasón me larga bocina.
-Pi.
Pi. quita del medio que va va pasar la camioneta de mi papá.
-Cojonazos..
-¿Violos
la tuya mujer, o qué?
-Quitate
de en medio que no eres Berrendero ni Bahamonetes, pensionista.
- Es
que hice la mili en un batallón ciclista le contesto.
Y me
despide con un corte de manga que le devuelvo. Mañana es día escuela el último día
escuela y ya brilla por el este el último lucero.
Y,
esta mañana cuando por ultima vez ficho al pasar frente a las estatuas del
cardenal Gil de Albornoz que se alza mitrada y eminente delante del convento de
San Diego, desafiando un poco a la de Cisneros, como un rival, me acuerdo de
aquella objeción que hacía el bueno del arcipreste a su cardenal de Toledo cuando
quiso dejar sin mujeres al clero y sus quejas son punto de referencia de lo que
ocurre en la vida. ¿Me fui con las malas y dejé las buenas, de verdad?
No sé. Es muy difícil afirmar esas cosas tan
taxativamente. Por lo pronto sol de junio, un verano más ¿y tú donde estás,
donde te fuiste, amor que no fenece jamás que es puro y limpio como el brillar
del lucero que avisto al bajar la cuesta de mi urba? Estas son preguntas sin
demasiadas respuestas.
Ya no puede quedar mucho trecho. Sin embargo espero
que la tarja de mi existencia se alargue
un poco más.. Al llegar a viejo se ha hecho más firme mi fe y mi esperanza. El
amor no muere nunca. Nos sobrepasa como el camionero fardón que por poco me
tira a la cuneta un ventalle. Es el aire del Espiritu Santo. El domingo fue la
fiesta de la Trinidad y vivimos todos en el gran cenáculo.. Se queda prendido
en el rielar de aquella estrella. Cuando llego a casa mi santa esposa mantecosa
– fue la buena o fue la mala no lo se pero es la que elegí yo, impulsado por la
fuerza del sino, del destino o del fatum- se cachondea de mi al verme en
shorts.
-
Ya no estás para ir de ligue, tio. Con esas fachas.
-
Home no, pero eso no lo decías hace treinta años que entonces bien que te
gustaba el pirulí de la Habana.
-
Si serás machista.
-
Tú no sufras que mañana me jubilo, prenda. Hace 65 tacos que me parió la Juani. Con seis kilos mi y medio que di en bascula a mi pobre madre no sé si la desriñoné
una larga tarde de junio. El parto sin cesare duró seis horas y era el dia
sexto después del D Day.
-
Así sigues de gordo-dice mi mujer que ya no me echa piropos pero de vez en
cuando me da alguna charla y a callar.
-In
te Domine speravi non confundar in aeternum. Bendito seas Señor por esta vida.
Me puedes quitar todo menos la esperanza y el sentido del humor.
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