2021-12-02

 LEGIONES ROMANAS

 

Camino de Alcalá siguiendo la ruta que cruzaba desde la Hispana Ulterior a la Citerior- muchas cosas le han acontecido a Verumtamen en esta ruta que ha sido para él como para Saulo el camino de Damasco- encuentro a una cohorte de legionarios romanos de retirada hacia su campamento. Según me explica el abanderado vienen de Pax Augusta custodiando una conducción de esclavos arévacos y convoyes de trigo y aceite. Avanzan las bigas de los carromatos chirriando los cubos entre el chascar de las trallas y los gritos de los acemileros que espolean a las monturas pinchando los lomos de los bueyes con sus aguijadas. Una nube de polvo se alza. La estrada militar semeja una ruta pecuaria. Mugen los terneros, relinchas las potrancas que juguetean caminando al lado de las yeguas. Balan las ovejas y en medio del rebaño se erige egregio casi como un túmulo de lana el lomo del berueco al que sigue el rebaño. Delante de los acemileros y de las tropas auxiliares siguiendo al lábaro del “v e x i l a t o r” avanzan las acies marcando el paso. Se escucha el clamor incesante de los tambores- los tambores de Roma- que acompaña a los clarinazos de los añafileros que hieren el aire de la mañana. Se cubren de polvo las ramas verdes de los ailantos y las copas de los olmos aparecen enharinadas. Sudor, polvo y fatiga. En medio de los batallones de castigos avanzan penosamente los pies atados con cadenas algunos rehenes. Según me explica uno de los lictores se trata de rebeldes arevacos y vaccceos que fueron aprehendidos en la guerra de Numancia y, como enemigos del pueblo romano lo pasarán mal. Unos serán crucificados, otros despellejados y otros serán sometidos al más cruel e ignominioso de los tormentos: el “ v i v i c o m b u r i u m” (el reo es quemado vivo). Los más serán descoyuntados en el potro pero, si se arrepienten o delatan a sus compañeros de guerrilla que hostigan a las legiones podrían salvar la vida y ser vendidos como esclavos. -Ave -Ave- responde un cuartario:

 - Salutem -Pluriman salutem -Et perennem -Bene et pax -Bonum diluculum

 Las cohortes saludan a la madrugada y por el acento y por la forma de expresarse en su latín del Bajo Imperio deben de ser dacios (rumanos) -Bona diminiatta. La Pía Fidelis o Legio VII estaba integrada por soldados que venían del limes de Panonia orillas del Danubio y de los Carpatos.

 Era un destacamento que estaba de asiento en las montañas de León. Vino a combatir a los astures pero antes operaba en las Galias y en Germania. Era la legión de refresco que enviaban los generales a cualquier punto del imperio para cubrir bajas cuando otras legiones tenían dificultades. Operaba en no pocos casos como fuerza de apoyo a la Primigenia Pía Fidelis que era la XXII. También se hizo famosa por luchar en comandita con ésta la Ulpia Victrix número XXX, nodriza de la Victrix Valeria que era la XX. Otros nombres gloriosos en la historia bélica del Lacio fueron la Legión Tebana que estaba integrada por cristianos y la Legio Nutrix que era la guarnición que custodiaba Roma. Todo el convoy con lentitud pero a marchas forzadas a golpe de cáliga o calcetín avanzaba por el valle del Henares. Pernoctaran en los cuarteles complutenses y al siguiente dilúculo se pondrían en pie para seguir en su avance tragando mojones y piedras miliares.

 En el vértice de cada cipo flanqueando las “s t r a t a “aprecia la inscripción M. P (mil pasos). Gran parte de la geografía europea y la literatura funeraria vendrá escrita en estos mojones que honran el laconismo de los autores y su inclinación por el acróstico. Siento una especie de estremecimiento al escuchar el doblar de los tambores, los silbos de los porteadores, el bamboleo particular de los cornuacas o domadores de los elefantes en cuyos lomos solía bambolearse la litera del general. La escolta de los elefantes solía ser un escuadrón de jinetes que montaban a pelo los caballos. Eran los “d e s u l t o r e s”. Estas tropas especiales podían hacer virguerías subidos al arzón.

 La framea y las galeas bajo los penachos de los cascos de cobre de los infantes tenían algo de augusto y amenazador. A ESTOS PENACHOS LOS LLAMABAN MORRIONES.

En el último tranco de la comitiva con todas las provisiones para el camino ( v i a t i c u m) viajaba un grupo de muchachas púberes canéforas. Eran las esclavas tomadas a las poblaciones sometidas. Iban todas ellas camino de la “ c a t a s t a” o tablado público donde eran vendidos los mancipos y siervos. La virginidad era un acicate del precio. Si la esclava no había conocido varón o estuvo encinta su cotización se multiplicaba por diez. Las traían custodiadas por un grupo de eunucos al frente de los cuales se movía un legionario veterano al cual en el asalto a una ciudad recibió una pedrada en sus partes pudendas lanzada desde una helípolis hiriéndolo LOS COJONES lo desjarretó de sus facultades. Y en ultimo termino estaba lo que no faltaba en ninguna legión romana: la “cohors concubinaria” que atendían a los ardores sexuales de los guerreros. Esta tropa de cantineras formaba el grupo más variopinto. -¿Cómo se llama vuestro centurión? -Iacetanus, señor. -Asumo entonces que es nacido en Jaca. -Así es, señor- me contestó compulsivamente aquel miles dacio que bien pudiera ser un abuelo de los emigrantes romaníes que uno se encuentra a centenares paseando bajo los soportales de las calles de Alcalá. -Procedite in vias rectas -Ambulemus in pace Antes de despedirnos el milite me comenta que su próximo alto lo harán en Medinali y allí se unirán a otro contingente de la Legio Aducta (añadida) que viene desde Clunia (Coruña del Conde), después Cesar Augusta y así dos o tres jornadas más hasta embarcar rumbo al puerto de Ostia en una nave oneraria en Tarraco.

 

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