QUAM TERRIBILIS EST LOCUS ISTE
Tengo pensamientos envolventes, acumulo dudas y perplejidades; todo se ha vuelto pornografía pornografía blanda la Política y la dura esta que ven ustedes más real nabos crijas y verijas el gran masturbatorio apocalíptico. Ellas se baten con gran furor, Tortillas de patatas y francesas con escabeche y a mí ya ni me la pone ni blanda ni dura, me traen al pairo estas debilidades de la carne, propias de nuestra condición de mamíferos. Ayer fui a mi pueblo y probé el vino de tres orejas que tendía en la bodega de la señora Felicitas la nieta del Tio Manolón y hoy ando un poco turbio pero feliz porque el buen vino sí señor alegra la vida del hombre y no hay por qué hacerle ascos a la verdad. Tengo pensamientos oblicuos me gustan más estas reinas que se despelotan en los salones del tortoleo se la machacan en un incesante trajín de tortilla ya no es pecado dejad que la cigüeña machaque el ajo en lo alto de la torre que leer las sandeces de las novias de don Quico, la boda de la Rociito y el compadreo de las comadres correderas son la base del sistema coños grandes pequeñitos sonrisas verticales el ojo que cruje la mirada del diablo pero así es la vida. Ay no me lo enseñes más que me matarás y ahora que lo pienso me acuerdo de aquel caso que contaban en el seminario sobre aquel monje que salmodiando el salterio fue incapaz pues no le cabía en la cabeza aquel que dice que un día de Dios equivale a mil años de los hombres arrancó la pagina del pergamino y se fue a pasear por los aledaños del convento, le entraron ganas de cagar y como no tenia papel utilizó la hoja del pergamino, se limpió el culo con él. Justamente era la pagina que se refería al infierno que describía el salmista como el Orcum (las calderas de Pedro Botero): "Quam terribilis est locus iste" (qué terrible es este lugar) Tocaban a vísperas e intentó regresar a sus aposentos pero el edificio había cambado, el hermano portero no le dejó pasar, el abad se había muerto la comunidad ya no vestía de blanco sino de negro, Mil años habían pasado desde que inició su paseo. Un día del Señor equivale a muchas épocas de los hombres. Dios no tiene calendario, carece de tiempo. En conclusión, nada importa, nichevó. No nos escandalicemos por las guarrería que hacen estas mozas enseñando sus tetas sus culos y sus coños urbi et orbi peccata minuta no somos nadie. Aprendamos la lección de lo que le ocurrió al pobre monje incrédulo que quiso enmendarle la plana al salmista. Ayer día de San Bernardo fui a mi pueblo a rezar a San Bernardo del cual soy muy devoto y he escrito varias obras sobre los cistercienses. Hice las honras al cantor de María me metí en la bodega varios tientos al jarro y al salir ya era de noche pero vi retozar a estas ninfas por la ladera de las bodegas globales qué culos madre mía. No me dieron tentaciones el asunto ahora ni me parece escabroso. Hace cuarenta años cuando no echábamos bromuro en el agua esta contemplación hubiese sido un desastre