Trisurko, un camionero con alma de poeta: "Ahora estoy en paz con la vida"
El oscense Miguel Ángel Rodríguez acaba de autoeditar su primer poemario 'Entre cosas y miel'.
"Cuando aparco o espero una descarga, saco el cuaderno y empiezo a escribir", cuenta Miguel Ángel Rodríguez Beltrán, conocido como Trisurko, un camionero que lleva 26 años en la carretera (más de la mitad de su vida) y que tiene alma de poeta. Y así lo ha querido plasmar en 'Entre cosas y miel', un poemario que acaba de autoeditarse y que presentó recientemente en el Día del Libro de Huesca invitado por la Librería Anónima.
Nació en Extremadura "por accidente" ya que lleva "toda la vida" en Huesca y se considera un oscense de sentimiento con sangre de Monegros (su madre era de Bujaraloz). De hecho, llegó a ser presidente en 1996 de uno de los colectivos más emblemáticos de la ciudad, la peña Alegría Laurentina, "aunque ese mismo año me saqué el carnet de camión y no lo pude compatibilizar", recuerda. Aun así, considera el mítico salón Jai Alai como su "segunda casa".
Hasta hace tres años había leído muy poca poesía y no había escrito nunca pero una amiga suya, Tamara, le convenció para participar en un grupo de Facebook de Zaragoza donde la gente hacía sus pinitos con la poesía. "Debió de ver que lo llevaba dentro y acertó de lleno", agradece. Allí coincidió con otros camioneros, fontaneros, peluqueras, taxistas... que se levantan por la mañana, escriben algo y lo publican "y un día me lie la manta a la cabeza y empecé a hacerlo también con poesía de verso libre mostrando esos sentimientos que guardas y que un día se ponen a hervir", explica.
Tanto se enganchó que decidió crear su propio grupo en Huesca. Y de los nombres de aquellos dos clubes de lectura virtuales ('Cosas que nunca te dije' y 'Miel de albahaca') nació el de su poemario ('Entre cosas y miel'). Y no oculta su felicidad: "Estoy viviendo un momento extraordinario dentro de lo poco que lo puedo disfrutar porque con este trabajo subido al camión todo el día no hay mucho margen", afirma.
Su poesía sale "de las tripas" y está inspirada en los "momentos duros" que se ha encontrado en su vida "y que me generan un dolor, un odio y un rencor que no sabes plasmar de otra forma". "Porque he conocido gente que me ha trasmitido amor pero de esos momentos no he podido escribir nada", admite. Asegura que poner todo eso negro sobre blanco le ha ayudado mucho: "Ahora mismo estoy en paz con la vida con casi 50 años porque esos rencores y odios han quedado atrás". De los muchos comentarios que ha recibido, se queda con uno que comparó su poesía "con una uña que te acaricia por dentro, que desgarra y acaricia a partes iguales, que no deja indiferente".
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