Arteseros y el 23F un
hombre clave el general Aramburu Topete
En medio de este tiovivo
infernal que han preparado los norteamericanos en Ucrania y la respuesta sin
contemplaciones de Putin a ese tipo tan demoniaco como Zelensky me embarga la
serenidad y buen hacer periodístico de Alfonso Arteseros con su entrevista a
los protagonistas de aquella mascarada. El principal el general Arturo Topete
que fue el mando al que se rindió Tejero. Dice Alfonso que no sabemos los que
ocurrió aquella noche ni lo sabremos nunca. Yo creo que sí que lo sé y di testimonio
en mis artículos. Lo viví en primera persona. Recuerdo mi bajada desde el Café
Gijón donde tomé mi primera cerveza. En Recoletos unos tipos con gabardina
blanca y walky talky que hablaban en inglés me pusieron en la pista. Un secreta
tenía acogotado a un sujeto en el suelo y uno de aquellos agentes de la CIA le
dijo no dispare. Me dirigí al Hotel Palace. Cerveza tras cerveza y cigarrillo
tras cigarrillo topé con un fotógrafo del Mail al que yo conocía, me había
quedado sin tabaco y él tuvo la largueza de darme su paquete de Dunhill. Cosa extraña.
Le pregunté que cómo era que se hubiera enterado de la toma del Congreso casi
ipso facto y él me respondió:
─Un tip off (un aviso
previo)
Concluí que ciertos eran los toros y me reafirmé en mis suposiciones de que el barullo había sido montado desde Washington y Londres con el concurso de Tel Aviv. Cuando era corresponsal den Londres tuve algunas peleas con Harold Sieve el corresponsal del Telegraph en España. Él siempre escribía de su obsesión con el ejército de Franco al que había que castrarlo, rompan filas. La razón de aquel supuesto golpe de Estado según mis conclusiones sería suprimir al Ejercito que había sido el sostén y baluarte de la patria. Ese era el objetivo acabar con el ejercito que había ganado la guerra civil.
Posteriormente el presidente Aznar suprimiría la leva o servicio del obligatorio, aquella noche se estaba desarmando a España, fue mi versión de dicho suceso, un autogolpe como lo del ”Maine”, estratagema en la cual son duchos los yanquis. Quedamos los españoles útiles para servicios auxiliares y a merced de los dictados de los estados mayores de la OTAN que decía Felipe de entrada no y luego resultó que sí.
Aramburu Topete militar brillante creo que allí se equivocó. Las ordenes venían desde muy lejos y una mano oculta manejaba los acontecimientos. Creo que aguante sin emborracharme muchas pintas de cerveza y le fumé toda la cajetilla a mi colega de Londres. Lo demás fue un guiñol: los valerosos guardias civiles saltando por la ventana.
Tejero el héroe de aquella noche su hoja de servicios quedó incólume estrechándoles la mano antes de ser detenido y entrar en el calabozo, la aparición del Emérito que luego resultó lo que resultó muchas visitadoras y viajes en moto; la Corina, Barbara Rey, el amor mercenario con las putas de alto standing. Nuestro monarca se convirtió en un figurón y el Butanito desgañitándose narrando los hechos. Bah… pura comedia. Con los ojos tristes y la mirada perdida me dirigí en metro hasta la estación de San Bernardo a incorporarme a mi trabajo en la oficina de prensa en el ministerio de Justicia. Había muchas caras tristes.
Pero hemos sobrevivido a aquella derrota. Es posible que aquella mañana fría y seca de febrero se firmase otro parte de guerra contrario al de aquel primero de abril DE 1939 "cautivo y entregado el ejercito de España la guerra ha terminado. Empieza el meneo… la democracia". Hemos dejado de ser dueños de nuestro destino.
Gracias,
Alfonso, por recordarme aquella infausta noche. Seguramente no estarás de
acuerdo conmigo, pero esa no es más que la humilde opinión de un pobre plumilla.
Puede que nos quiten Ceuta y Melilla, las Canarias, Cataluña, Andalucía,
Vascongadas, Galicia (esto de las autonomías es una merienda de negros…
democrática) y sólo nos quede el honor de la heroica e impoluta Guardia Civil
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