TRES JUEVES HAY EN EL
AÑO
Tres jueves hay en el
año que relucen más que el sol. Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la
Ascensión. Oí cantar a mi madre. También por la Ascensión cerezas en Oviedo y
madura el trigo en León.
Fiesta triunfal y de esperanza
para los cristianos. la estación más hermosa del año cuando granan las mieses.
los nísperos de mi muerto en pocos días adquirieron el color gualdo de los
frutos sazonados. Musito la oda de fray Luis de León: y dejas pastor santo…
El Redentor sube al cielo cuarenta días después
de su gloriosa resurrección en medio del clamor de trompetas.
Se abrieron los cielos y
los apóstoles que presenciaban la escena en el monte Tabor sobrecogidos vieron
desaparecer al Hijo del Hombre tapado por una nube.
Y escucharon la voz del
ángel que dijo: varones de Galilea qué miráis a lo alto. Aquel que veis
ascender a los cielos volverá triunfal a la tierra a juzgar vivos y muertos.
Se anuncia pues la promesa de la Segunda
Venida.
Cristo se oculta detrás
de la nube, pero está ahí presente en la Historia.
He ahí su legado
aquellos que me sigan y sean bautizados se salvarán. Los que no crean serán condenados.
Deja como regalo su carisma taumatúrgico a los
que le sigan: en mi nombre echarán demonios, domarán serpientes y el veneno que
les dieren no les dañará. Sus manos impondrán sobre los enfermos e impedidos y sanarán.
Nuestro Señor está presente,
aunque escondido antes de su Segunda Venida.
Tengámoslo presente en
medio de tanta zozobra guerras, pestes, angustias, venganzas, asesinatos,
lujurias etc.
El monte de la Ascensión
triunfal a los cielos nos conforta. Es un bálsamo a nuestras enfermedades y
tristezas. La apoteosis de la religión cristiana.
Él era el Mesías. Vino a
los suyos y los suyos no lo reconocieron promulga el Ultimo Evangelio de Juan.
No prometió gloria, poder
y riquezas sólo la cruz como baluarte de salvación a sus discípulos. Su reino
no era de este mundo.
Un gran jueves, por tanto, éste. La verdadera
apoteosis de la religión cristiana.
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