MUERA ESPAÑA VIVA RUSIA
Esta noche tuve una inquietante pesadilla. Soñé que era un médico de un hospital de sangre en el Madrid rojo. Fui llevado allí a la fuerza. Un médico sin ideas políticas que había procurado durante toda su vida servir a los demás mediante la ciencia de curar. Al quirófano me traían heridos del frente de la universitaria con heridas gravísimas, tuve que amputar brazos y piernas sin anestesia, vigilado por un comisario comunista.
El hospital estaba al lado de la cárcel Modelo en la Moncloa. Escuché las blasfemias más soeces, las bromas más denigrantes y delirantes. A los sospechosos de fascistas los recluían en una sala especial en el sótano que llamaban la leonera. Quise salvar la vida a un joven falangista y caía en sospechas del comisario que se llamaba Tiburcio. Era un macarra con maneras de presidiario. Se paseaba por la crujía exhibiendo un máuser. Una noche que estaba borracho escuchamos tiros en la leonera.
Le habían dado el paseo al pobre joven falangista, no tendría más de quince años. Subía Tiburcio a la sala de operaciones gritando muera España y viva Rusia. En ese momento, cuando el comisario Tiburcio me apuntaba con el máuser, desperté despavorido. Un sudor frío envolvía las mantas. Había mojado la cama y me puse a reflexionar.
Tal vez
mi sueño era un aviso de la realidad que estamos viviendo en nuestra patria. Los
comisarios Tiburcios vigilan la línea y siguen gritando lo de muera España. Lo
de viva Rusia habría que darlo otro nombre porque la culebra cambió de piel y a
su cargo cuenta con demasiados anillos que nos ahogan con otros nombres, con
otros sátrapas. Hay que ser muy corto de vista para no ver reptar a la
serpiente y enroscarse a nuestros cogotes. Seguramente muy lentamente nos
asfixiará. Estoy convencido de que el enemigo no es Rusia. Son otros galgos con
diferentes collares. Vendrán a por nosotros. Acabarán con nuestra libertad. Lo diré
en ruso
─Vautovoi (qué asco me da)
jueves, 15 de febrero de 2024
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