2024-02-15

 OCTOGENARIOS LA HORNADA DEL 44 ABRIMOS BRECHA. TUVIMOS QUE SOBREVIVIR

Garci el cineasta cumplió los ochenta. Congratulations and jubilations, Cliff Richard. We shall overcome one day Joan Baez. Venceremos algún día. A new generations with new expectations. Fuimos a san Francisco con flores en el pelo (MacKenzie) esas flores ya están marchitas y muchos de nosotros los que no la palmaron andamos con cachava cantando por lo bajo canciones de Serrat. No me queda otro remedio que meter en este artículo morcillas en inglés pues abrimos brecha ya que España empezó a anglosajonizarse y a encabronarse. No fuimos, con todo, una generación lacrimosa sino generosa. El tren de la historia cambiaba de agujas. Macuto a la espalda un pobre hato y nos largamos a Europa haciendo dedo. Heraldos de la libertad. Unos volvimos decepcionados, otros cambiaron de chaqueta, vendieron la patria por un plato de lentejas. Trepas y yo me quedé quieto viéndolas venir consciente de que éramos los últimos de Filipinas, más se perdió en Cuba y vinieron cantando. Garci hacía películas almibaradas demasiado azúcar quiso imitar el cine norteamericano lleno de acción y de garras y le salieron pastiches. Paseó su Oscar por todos los escenarios aunque la cinta por llorona a muchos nos pareció mala de cojones. Cebrián un buen periodista un gran periodista hijo de don Vicente al cual yo debí tanto pero como novelista muy malo, un tipo incorrupto y con mucha clase y yo estaba viéndolas venir. Amilibia también un gran narrador pero se dedicó al corazón. Creo que el mejor de todos los novelistas fue Torbado. Después de nosotros el diluvio, los carroñeros, los farautes del Régimen que van de farol, prensa de la entrepierna sural, peritoneal narradores de cuestiones de cama o de violencia ancestral y marital. Sí, somos octogenarios qué pasa, supervivientes de una época quizás mejor, pleno empleo, más dinámica aunque encabronada y colmada de expectativas que nunca llegarían a cumplirse. Buena cosecha de trepadores y chaqueteros. No nos habían lavado el cerebro con lo digital. Venga, chavales y chavalas, vascos y vascas, a seguir dándole al dedito y ahora me recuerdo de una balada irlandesa algo golfa: Roses are red, violets are blue and I with my  hand think of you. Ellos y ellas no paran de meneársela en la sala global convertida en masturbatorio general, y venga y dale. Un tiempo tan procaz, tan falaz y tan nugatorio es tierra infértil, novelísticamente hablando. En cuanto al arte no quiero ni pensar

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